Esta marcha marca un hito en la lucha contra la minería ilegal y la protección de la cuenca del Nanay. Los participantes, provenientes de distintas partes de la región, alzaron sus voces en un llamado a la acción, uniéndose en una causa que trasciende la defensa de un río para convertirse en un compromiso para un mejor futuro para toda la población.
Preocupados por la grave invasión de dragas ilegales para extraer oro y la reciente entrega de una concesión minera en la cuenca del Nanay, miles de ciudadanos en Iquitos alzaron sus voces y se movilizaron, el último jueves 19 de octubre, con un solo propósito: defender la vida. Con la esperanza de un futuro mejor, las calles resonaron con consignas como: ¡Sin Nanay, vida no hay! ¡Agua sí, oro no! ¡Fuera concesión y fuera dragas del Nanay!
El Nanay es una cuenca habitada por alrededor de 20.000 personas, cuyas aguas abastecen de vida a más de medio millón de ciudadanos, incluyendo a los que viven en la capital de la región Loreto. Es por esa razón que la entrega por parte del Estado del título de una concesión minera en la cabecera de este río, sumado al incremento de dragas ilegales, ha despertado la indignación de los loretanos, que ven en este escenario una seria amenaza a su derecho a la vida, a la salud y a un medio ambiente sano.
Esta movilización sin precedentes logró llenar seis cuadras enteras de la ciudad, uniendo a organizaciones indígenas, de la sociedad civil, científicas y distintos colectivos ciudadanos. Las comunidades de Alto Nanay, probablemente las más afectadas y a menudo amenazadas, fueron quienes lideraron la protesta. Determinados y valientes, sus dirigentes advirtieron que la lucha no cesará hasta que los mineros ilegales sean desterrados del Nanay.
En palabras de Samuel Rodríguez García, activista medioambiental y miembro del Comité del Agua de Iquitos, es importante difundir entre la población este tipo de acciones para crear un efecto multiplicador y saber cómo reaccionar más adelante ante distintos escenarios de vulneración. "Tenemos que entender que el hombre sí necesita de la naturaleza. Pero si nosotros no aprendemos a respetar lo que la naturaleza nos da, nos vamos a quedar sin recursos naturales, y luego de qué vamos a vivir", expresó.
La lucha continúa
Los ciudadanos presentes en la movilización esperan que estas acciones ejerzan presión sobre las autoridades, instándolas a tomar medidas efectivas para proteger la cuenca del Nanay y poner fin a la minería ilegal. Y es que, a pesar de los esfuerzos sostenidos a lo largo de los años, los resultados no han sido los deseados: de los 4 millones 900 mil soles asignados por el Ministerio de Defensa para operaciones de interdicción en las áreas de extracción de oro, solo se ha ejecutado el 53 %.
Para José Manuyama, presidente del Comité del Agua de Iquitos, esta movilización es solo el comienzo. "Creo que estamos sentando un gran precedente para la Amazonía y otros países (...) Iquitos en este momento actualiza este lugar de grandes revoluciones para empezar a exigir que las cosas cambien en nuestra realidad. Esto es un inicio de lo que se viene. Si el Estado no nos hace caso, tendremos que radicalizar nuestras protestas", mencionó.