Con 96 años, la religiosa dedicó más de la mitad de su vida al cuidado de los enfermos y a mejorar el nivel de la salud del pueblos indígenas y ribereños de la provincia de Datem del Marañón, en la región Loreto.
El pasado 26 de octubre, en la ciudad de Lima, falleció la Hna. María del Sagrario Sanz, de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, a los 96 años de edad. La religiosa del Vicariato Apostólico de Yurimaguas vivió durante años en la capital de la provincia de Datem del Marañón, acompañando en su labor pastoral a los pueblos indígenas amazónicos y ribereños de la región Loreto, a orillas del río Marañón.
Ella dedicó más de la mitad de su vida al cuidado de los enfermos y a mejorar el nivel de la salud de las poblaciones en la selva peruana.De allí surgió su merecido nombre, el “Ángel de la Amazonía”. Y es que la misionera, en colaboración siempre con sus hermanas de congregación, fue una de las principales impulsoras de promover la Pastoral de Salud del Vicariato y de ver terminada la obra del Hospital Santa Gemma de Yurimaguas.
Desde que llegó a la ciudad de San Lorenzo, hace 60 años, se destacó su trabajo constante y vocacional. "Visitó todos los ríos encomendados a esa misión: organizó a los promotores de salud (...) generó esperanza, acompañó a moribundos. Contagiaba la alegría de los niños. Enfermeras y doctores saben de su dedicación y buen hacer", recordó Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos.
La religiosa también participó activamente en la creación de la primera posta de salud en San Lorenzo, destacándose de su misión su trabajo constante y vocacional. Una ardúa labor que fue reconocida en su momento con el Premio Mujer del Año en San Lorenzo y el Premio por la Paz, otorgado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
A pesar de que vivió muchas epidemias en la Amazonía, y las dificultades presentadas, nunca perdió la sonrisa, destaca Mons. Cadenas. "Para ella lo fundamental era defender a su gente de Datem del Marañón.Todo ello se sustentaba en su vida de oración y entrega incondicional a Dios. Dios ha pasado por San Lorenzo a través de ella. Hasta las benditas manos de Dios, Hna. Sagrario. Descansa en paz".