Hace más de medio siglo, los vicariatos de Iquitos y San José del Amazonas se unían para crear La Voz de la Selva, una emisora cultural para dar voz a los más pobres y defender sus intereses. Un proyecto que contó con el apoyo de la Iglesia Católica para su creación, y con un equipo de profesionales que dejaron huella en su historia por su contribución en la construcción de esta radio.
Hace 51 años, los vicariatos de Iquitos y San José del Amazonas, en Indiana, se unían para juntas crear el Instituto de Promoción Social Amazónica y Radio La Voz de la Selva. Por aquellos años ambas jurisdicciones eclesiales contaban con una emisora. En Iquitos tenían Radio Mariana, que funcionaba en un local ubicado al frente de la parroquia Santo Cristo de Bagazán; mientras que en Indiana tenían radio San José, emisora que funcionaba por horas.
En los archivos web de la prensa loretana, el recordado locutor y periodista José Ángel Verea Chávez narró en un artículo en el diario La Región acerca del proceso de creación de radio La Voz de la Selva. El primer director designado, el docente José Barletti Pascuale, estuvo al mando de la emisora durante sus cuatro primeros años junto a un directorio elegido por los vicariatos de Iquitos y San José del Amazonas.
«La implementación de la fusión, me dice Barletti, fue apasionante. Se trataba de crear una emisora cultural, ya no una radio escuela. Ya había pasado esa onda», relata en su escrito Verea Chávez. «Durante varios meses de 1972 nos dedicamos a preparar la salida al aire de La Voz de la Selva. Monseñor Guibord, inspirador de la fusión, había hecho traer de Alemania a Wolfgang Moeller, un joven técnico especialista en implementar emisoras de radio».
ADVENIAT y MISEREOR, organizaciones de la Iglesia Católica Alemana, contribuyeron con el financiamiento de este proyecto a gran escala. Estas contribuciones, sumadas a los aportes adicionales de Desarrollo y Paz de Canadá, lograron un fondo importante. «Recuerdo que Monseñor Guibord me dijo que no íbamos a tener ninguna limitación económica. Por eso decidimos desde el comienzo que no tendríamos nada de propaganda. Nuestra solvencia económica nos permitió conformar un buen equipo de comunicadores», narra el periodista.
Algunas de estas voces eran conocidas, como la de Rosita Nilsson, y otras, revelaciones como Marinita Díaz. Fueron largas jornadas de reflexión para preparar el inicio de esta radio cultural en Iquitos. «Cada cosa que hacíamos era con la lógica de que, era algo muy grande lo que estábamos creando: una emisora de nuevo tipo que contribuyera a que nuestro pueblo tuviera voz y que defendiera los intereses de los pobres», se lee en el artículo de Verea Chávez.
Dejando huellas
Muchos profesionales pasaron durante más de medio siglo por Radio La Voz de la Selva convirtiéndose en una parte fundamental para la construcción de lo que hoy es esta emisora católica. A quienes partieron, dejando una huella imborrable a su paso, pues aún continúan presentes en todas las tristezas y alegrías de esta radio, se les recuerda en este aniversario.
Entre ellas y ellos están Rosita Nilson, Pierre LeBlanc, José Barletti, Eduardo Arévalo, Guillermo Flores, Gonzalo González, Maurilio Bernardo, Pedro Sandoval, Jorge Carlos Pérez, Oraldo Reátegui, Jennifer Flores, Santiago Arimuya, Juan Honores, Clara del Águila, Elber Sangama, Victor Manuel Velázquez Cárdenas, Rommel Villanueva, David Nuñez, y muchos más a quienes hoy el equipo de La Voz de la Selva agradece por hacer parte de su historia.
Visibilizando a los olvidados
Marcos Vizalote, uno de los corresponsales más antiguos con mayor vigencia en radio La Voz de la Selva, refirió que la emisora fue una de las que acompañó la gesta de la creación de la provincia de Datem del Marañón, la cual era seguida semana tras semana por la voz del corresponsal que daba a conocer la problemática de la zona.
«Recuerdo que a mediados de los 90 iniciábamos los despachos desde la radiofonía de San Lorenzo, desde donde se grababa la información. Fue La Voz de la Selva quien dio voz a las comunidades de Datem del Marañón y aportó a la gesta de la creación de la provincia, que en un primer momento llamábamos provincia del Alto Putumayo», declaró Vizalote.
El corresponsal de LVS señaló la importancia que la emisora dio a zonas tan olvidadas como las localidades de Cahuapanas, Ullpayacu, las que se encuentran en la ribera del Morona y Pastaza, quienes hasta hoy continúan dando a conocer los mismos problemas que reportaban hace 30 años desde la ahora provincia de Datem del Marañón.