Por: REPAM
Durante el segundo día del Foro para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas en Nueva York, resonaron las voces de aquellos que defienden la tierra, la cultura y el futuro de sus pueblos. En un espacio auspiciado por el Grupo de Trabajo sobre la Minería ante las Naciones Unidas (MWG), la delegación de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y su hermana Red Eclesial Ecológica Mesoamericana( REMAM), compuesta por el padre José Fitzgeral, Edith Sánchez y Rafael Mitre, compartieron realidades e intercambiaron experiencias con múltiples instituciones.
“La causa indígena es una causa sistémica. Nuestra propuesta de vida va en contra del sistema. Hay un genocidio inminente por la invasión de los madereros, mineros y pescadores“, advirtió con firmeza Laura Vicuña de REPAM al inaugurar el evento. En un mundo donde la supervivencia de un pueblo se ve amenazada por la restricción del transitar libremente, la pregunta de cómo mantenerse se vuelve más urgente que nunca.
Los pueblos indígenas de Panamá, arraigados en una historia de defensa de los recursos naturales, se enfrentan a desafíos cada vez más apremiantes. “Con la llegada de los invasores, nos enviaron a los lugares más alejados, a pesar de que las condiciones geográficas no eran aptas para la vida. Pero allí estaban los mejores recursos”, explicó Enith Sánchez, representante del pueblo Omarca Ngäbe-Buglé de la REMAM, al contextualizar la situación de Panamá, que se encamina hacia unas elecciones presidenciales cruciales en pocos meses.
Ambas redes denuncian que el auge de la minería ha llevado a la reubicación forzada de comunidades indígenas, desplazándolas de sus territorios ancestrales hacia áreas remotas y muchas veces inhóspitas, como nos comenta Edith. Esta práctica, impulsada por la búsqueda de recursos naturales valiosos como el oro y el cobre, ha generado graves preocupaciones entre los pueblos indígenas sobre el impacto en sus vidas y culturas.
El Foro de las Naciones Unidas proporciona un espacio crucial para visibilizar estas realidades y buscar soluciones que protejan los intereses y la dignidad de los pueblos indígenas. En medio de una agenda repleta y con la presencia de asistentes de todo el mundo en el plenario de la asamblea, Ruberbal Matos Reis, representante del Pueblo Maragua y de los pueblos panamazónicos de la REPAM, tomó la palabra en este espacio. Enfatizó que el derecho a la autodeterminación es esencial para la preservación de la identidad, la cultura y el modo de vida de los pueblos indígenas. Este derecho otorga a las comunidades el control sobre sus destinos y la toma de decisiones que afectan sus vidas y territorios.