La Iglesia en el Perú es representada por 54 delegados provenientes de las distintas jurisdicciones eclesiásticas del país, entre obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y laicos, quienes participan de forma presencial y remota de este encuentro, iniciado el domingo 21 de noviembre en México.
"Al iniciar esta Asamblea le pido a Dios que abra nuestro corazón para dejarnos guiar al espíritu de escucha, sinodalidad y unidad eclesial, y descubrir lo que él quiere decirnos como pueblo de Dios en camino". Mons. Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, inauguró así la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe.
Durante su Homilía en la misa de apertura realizada este domingo en la Basílica de Santa María de Guadalupe, en México, el religioso destacó que este es un evento histórico, pues a diferencia de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano de Medellín, donde se realizó la “recepción creativa” del Concilio Vaticano II, ahora se busca contribuir para una “segunda recepción” en el nuevo contexto en el que vivimos.
Según el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en este encuentro, que va del 21 al 28 de noviembre; la Iglesia en el Perú forma parte de una de las delegaciones más numerosas, conformada por 54 representantes provenientes de las distintas jurisdicciones eclesiásticas del país, entre obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y laicos.
Además, asisten de forma presencial y remota al menos unos 1000 asambleístas de todo América Latina y el Caribe: 200 obispos, 200 sacerdotes y algunos diáconos, 200 entre religiosas y religiosos y 400 laicos y laicas de diferentes ámbitos, así como personas que estén en situaciones de periferia, de exclusión.
Mensaje del Papa Francisco
El Papa Francisco se unió a los participantes de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe con un mensaje escrito donde señala su deseo de "impulsar una Iglesia en salida sinodal, reavivar el espíritu de la V Conferencia General del Episcopado", el cual, agrega que, Aparecida en 2007, "convocó a ser discípulos misioneros, y animar la esperanza, vislumbrando en el horizonte el Jubileo Guadalupano en 2031 y el Jubileo de la Redención en 2033".
También destaca las tres claves para caminar hacia la sinodalidad: la comunión, participación y misión; y propone dos palabras fundamentales para avanzar en el camino sinodal: 'escucha y desborde'. "El dinamismo de las asambleas eclesiales está en el proceso de escucha, diálogo y discernimiento (...) El discernimiento comunitario requiere mucha oración y diálogo para poder hallar juntos la voluntad de Dios, y también requiere encontrar caminos superadores que eviten que las diferencias se conviertan en divisiones y polarizaciones", menciona.
El Sumo Pontífice finaliza con un pedido a Dios para que la Asamblea "sea expresión del 'desborde' del amor creativo de su Espíritu, que nos impulsa a salir sin miedo al encuentro de los demás, y que anima a la Iglesia para que, por un proceso de conversión pastoral, sea cada vez más evangelizadora y misionera".