Los obispos de la Conferencia Episcopal peruana se reúnen en la edición 124° de su Asamblea plenaria prevista del 16 al 20 de enero.

Por Paola Calderón Gómez

Las reflexiones se iniciaron con la celebración Eucarística presidida por Mons. Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo y presidente del organismo colegiado.

Invocando la luz del Espíritu Santo y la protección maternal de la Virgen María para que iluminen las decisiones de la Asamblea, el prelado se refirió a  los nuevos desafíos que la realidad propone a la Iglesia peruana a la luz de acontecimientos siempre vigentes en el contexto continental, como la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño en Aparecida, la Asamblea Eclesial, el magisterio del Papa Francisco y los signos de los tiempos que siempre interpelan el quehacer pastoral de la Iglesia.

Realidades que interpelan

“¿Cómo renovar nuestro compromiso para que nuestros pueblos tengan vida plena en Jesucristo, caminando eclesial y sinodalmente hacia el jubileo de la redención de 2033?,” cuestionó.

Preguntas y una cruda realidad que, desde la experiencia al servicio de la feligresía, los lleva como pastores a seguir siendo una iglesia samaritana, encarnada, dispuesta a mantener la preferencia por aquellos que Jesús más ama, los pobres.

Así el prelado reiteró la importancia de manifestarse con firmeza, siguiendo las huellas de Cristo por la humanidad y con la suficiente capacidad para alimentar la esperanza de los creyentes. “Una Iglesia evangelizadora y en camino, dispuesta a la escucha del clamor de los pobres, una Iglesia que concretice nuestra opción discipular misionera en el actual contexto histórico que nos toca vivir,” indicó.

Optar por la conversión

Para ello invitó a vivir una conversión a la experiencia sinodal- eclesial. “Somos parte del pueblo de Dios, no estamos encima, somos parte y como tal se requiere la disponibilidad de todos” aseguró al explicar que para eso se debe fortalecer la cultura del diálogo, la escucha recíproca, el discernimiento del consenso y la comunión que permita encontrar espacios y modos de decisión conjunta ante las realidades, como narran episodios de la Sagrada Escritura.

Para Mons. Cabrejos el lograr la conversión sinodal-eclesial implica comprender que la sinodalidad se expresa en la circularidad dinámica del consenso que integra a los fieles, la colegialidad episcopal y el obispo de Roma. Se trata de una invitación para que la Iglesia escuche a todos los sujetos eclesiales que en su conjunto forman el pueblo de Dios, como lo presentan los numerales 4 y 8 de la Constitución Dogmática Lumen Gentium.

Aspectos que sitúan a las Iglesias locales en el interés pastoral del Papa Francisco, el Pedro de hoy, por lo que el prelado exhortó a los obispos a profundizar en la teología del pueblo de Dios, aceptando la unción del Espíritu de Dios en los bautizados que finalmente constituye el sentido de la fe de los fieles que se hacen evidentes en el Magisterio del Papa y su aplicación constante del Concilio Vaticano II.

Animar la colegialidad

En palabras del Arzobispo de Trujillo, el Papa Francisco aplica de forma constante el numeral 12 de la Constitución Dogmática Lumen Gentium: “La totalidad de los fieles, que tienen la unción del Santo, no pueden equivocarse cuando creen, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando desde los Obispos hasta los últimos fieles laicos” lo que termina por ayudarles a discernir lo que realmente viene de Dios.

De esta forma la colegialidad apostólica y la unidad debe animar la conversión y la reforma de la Iglesia. Solo así aseguró el prelado la experiencia de la sinodalidad podrá impulsar al pueblo de Dios a salir a las periferias en una misión acorde con su realidad y forma de consagración a Dios.

El camino de la conversión sinodal-eclesial se inicia en las Iglesias locales se teje entre unas y otras sin perder la tradición de la fe que las distingue y que no pierde su comunión con la Iglesia de Roma. Obedecer al Sensus fidei, animar la colegialidad y vivir en un estado de conversión permanente son claves para que la Iglesias asuma los desafíos pastorales de la realidad peruana, concluyó el prelado.

Como preámbulo a la inauguración de la 124° Asamblea Plenaria, los Obispos peruanos se reunieron en los Ejercicios Espirituales del presente año, en los que estuvieron acompañados por el Card. Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa – Honduras. Meditaciones centradas en la misión de la Iglesia al servicio de la fraternidad, la paz y el bien del país.

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Fuente: ADN Celam