Hoy, 22 de abril se celebra El Día Internacional de la Madre Tierra. En este día queremos compartir el grito de la tierra desde la voz de nuestras compañeras indígenas de la Panamazonía y Mesoamérica, remarcando el papel fundamental de los pueblos indígenas para la conservación de la vida en el planeta.
Por: Núcleos Mujeres y DDHH e Incidencia Internacional
Existe un consenso científico muy sólido sobre el calentamiento global y la crisis ambiental. Las sequías, la pérdida de alimentos, plagas y demás acontecimientos que están afectando gravemente la vida en el planeta es preocupante. Ante este escenario se nos pide desde Naciones Unidas y desde los expertos en Cambio Climático que nuestro mundo necesita acciones en todos los frentes: todas, a la vez, y en todas partes”. Al respecto, Mauge Carrizo, desde la Amazonía Boliviana, remarca que:
“los pueblos indígenas tienen la posibilidad de hacernos recordar como ellos con su vida, con su forma de estar, hacer y ser en la naturaleza es un ejemplo para mantener los equilibrios, sintiéndose uno más de todo lo que hay. No como la parte esencial y único”.
Nuestra compañera Glagys Monetesinos, desde el Foro Permanente para las cuestiones Indígenas de Nueva York, representando a las comunidades indígenas de Bolivia, nos traslada el grito profundo desde las entrañas de nuestra pacha mama que “grita respeto, protección, justicia, dignidad ante tanta devastación ambiental”. Nos recuerda que la tierra está siendo:
“concebida como una mercancía o como un fin económico, quienes las destruyen se sienten dueños de un bien común. La tierra somos todos: somo tu y yo, somos hijos e hijas de la tierra. Vamos por caminos de autodestrucción pero es el momento de actuar ahora y no solo de tomar conciencia. Por amor a la vida y por respeto de lo que hemos recibido gratuitamente. La armonía, el equilibrio y la comunión en todos y todas es ahora. Por eso los lideres del mundo deben asumir su responsabilidad nacional, internacional por los daños que ocasionan, sacrificando territorios ancestrales bajo el discurso del desarrollo. La tierra y la vida no se negocian”
La primera celebración por el día de tierra fue en 1970, una fecha marcada en el calendario como el primer hito medioambiental para el planeta. Según las noticas de la época, más de 20 millones de personas tomaron las calles para concienciar sobre el impacto de la actividad humana en el medio ambiente. Desde entonces, nuestra actitud consumista ha estado desmantelando nuestro planeta.
“La tierra es como una madre. La defendemos porque le están sacando los órganos por partes… Si seguimos permitiendo que sigan apoderándose de nuestro territorio para que sigan desmembrando la tierra las repercusiones van a ser …”, sostiene Yanelis Medina, de la Guajira- Colombia, defensora de los derechos humanos, territorio y de la tierra.
Desafío
En este día, desde los Núcleos: Mujeres y DD HH e Incidencia Internacional queremos recordarles que tenemos un gran desafío: escuchar a nuestro planeta, a sus verdaderos custodios y reflexionar los mensajes que nos manda sobre las enormes transformaciones que está sufriendo. Es momento que todos y todas, especialmente nuestros gobiernos y los estados actúen y tomen medidas drásticas encaminadas a proteger nuestro planeta.
Gladys nos insta a que no seamos como “el sacerdote y el levita”, que no solo movamos la cabeza y nos lamentemos de lo que veamos y lo que pasa en nuestro entorno. “Seamos prójimos de la tierra”. En ella está su belleza, la vida que fluye a cada instante y en lo que acontece a cada momento.
El nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) nos advierte que “más de un siglo” de quema de combustibles fósiles y el uso “insostenible” de energía y territorio ha llevado a un calentamiento global de 1,1ºC por encima de los niveles preindustriales. Desde los expertos se nos dice que para hacer frente a todo nuestro desastre, los planes actuales son “insuficientes”. Esto es así ya que, desde la Panamazonía y la Mesoamérica, nuestros pueblos indígenas nos advierten de que nuestra casa común, nuestro hogar está con fiebre y enferma. Aunque los pueblos indígenas son los que menos han contribuido en este desastre, sin embargo, son los que más están sufriendo las consecuencias.
María Felicitas, defensora de derechos humanos y ambientales, desde Honduras nos recuerda que:
“El planeta no necesita de nosotras. Nosotros si la necesitamos de ella. La madre tierra es como una madre que nos da de comer, de beber, nos cobija y nos acuerpa con todo lo que tiene”.
“El planeta es una inmensa red de redes. Si alguna de las redes colapsa, colapsamos todos. Es un día para hacernos consientes de la necesidad de mantearnos en contacto, en encuentro, en vínculo con la naturaleza…con todos los ecosistemas en general”, nos comenta Mauge.
Desde los saberes ancestrales de nuestros pueblos, podemos asegurar un futuro sostenible y habitable para todos. Con toda la tecnología a disposición pero sobre todo, con el gran sentido de responsabilidad y el amor por la vida, a poner el hombro todos y todas.
¡todos los días son el Día de la Tierra!
¡Sin el territorio cuerpo no tenemos vida!
¡Adelante que la lucha es constante!
¡Todo está Inter ligado en nuestra casa común!
Fuente: REPAM