La directora de la filial de la Universidad Católica Sede Sapientiae en Atalaya, NOPOKI, subrayó la importancia de invertir y apostar por una Educación Intercultural Bilingüe (EIB) de calidad para los pueblos originarios, destacando la importancia de preservar sus lenguas y tradiciones culturales.

Por: CAAAP

Desde que vivía en la comunidad nativa Fernando Stall, en la quebrada Sahuaya, en el Alto Ucayali, Jovita Vásquez soñaba con una educación de calidad en su lengua materna. Las dificultades que enfrentó durante su niñez para formarse, obligada a aprender el castellano y a esforzarse el doble para aprender, la impulsaron a querer cambiar esta realidad que enfrentan, hasta hoy, en muchas comunidades indígenas de la Amazonía peruana.

Muchos años después, gracias a la oportunidad brindada por la Universidad Católica Sede Sapientiae (UCSS) en Atalaya, NOPOKI, ella y otros estudiantes indígenas pudieron acceder a una educación superior. En 2011, Jovita se convirtió en parte de la primera promoción de docentes bilingües que formó esta institución. Ahora, como directora de la filial de la UCSS en Atalaya, a través de su experiencia personal y profesional, revela las complejidades que enfrentan los docentes y estudiantes de Educación Intercultural Bilingüe (EIB).

- ¿Cuál fue tu experiencia personal y primer contacto con la Educación Intercultural Bilingüe?

En nuestro tiempo, haces dos o tres décadas, no habían profesores bilingües que tuvieran el dominio de la lengua materna de los niños y niñas estudiantes. A mí me molestó muchísimo tener una profesora que no sabía mi lengua y, en ese momento, era un sentimiento de estar obligado a aprender una lengua que no era la nuestra.

Foto: UCSS.

Desde mi experiencia, hay muchas dificultades para entender, comprender, leer, pero nos esforzamos tanto y, poco a poco, vamos aprendiendo y creciendo también. Ha sido para mi una experiencia bastante complicada el recibir una educación forzosa. Uno tenía que hacer un doble esfuerzo por aprender el contenido que enseñaban los maestros, un contenido que encima estaba en otra lengua.

- ¿Cómo ha evolucionado la contratación de profesores bilingües?

Durante la historia de nuestro país ha habido un cambio. Cuando se empezaron a contratar a docentes con dominio de la lengua indígena de los pueblos originarios, a veces no tenían la capacidad de enseñar en su propia lengua. Por eso, siento que el Estado no les ha brindado a los docentes las herramientas necesarias para enseñar y, muchos de ellos, hasta la actualidad, siguen dictando en castellano, pero no tienen un buen nivel. Esta situación repercute en los niños y adolescentes de las comunidades: cuando quieren acceder a una educación superior, se dan cuenta de la brecha que existe.

- ¿Qué rol tiene la Universidad Católica Sede Sapientiae en NOPOKI en la promoción de la EIB?

Desempeña un papel crucial al llenar el vacío dejado por el Estado para brindar una verdadera Educación Intercultural Bilingüe y mejorar la calidad educativa en las comunidades indígenas. Con el apoyo del Vicariato de San Ramón y la UCSS NOPOKI, los jóvenes de nuestra comunidades pueden formarse como docentes. Nosotros, por ejemplo, en Atalaya, si no es por la Iglesia, por Mons. Gerardo Zerdín, en qué condiciones educativas estaríamos. Ahora mismo seguimos con muchas necesidades, hay muchos jóvenes que están muy lejos de la ciudades donde quieren estudiar, y si bien el Estado está brindando facilidades, no hay criterios ni evaluación para acompañarlos cuando sufren el choque cultural al cambiar de residencia.

- ¿Cómo enfrentan los maestros la falta de apoyo del Estado en la implementación de la EIB?

El Estado no tiene la capacidad de entender a los pueblos originarios. Hasta el momento, muchas regiones no cuentan con un proyecto educativo institucional acorde a las culturas que existen en sus territorios. Por ejemplo, hace unos 20 años en Ucayali se hizo una diversificación curricular en EIB. Nosotros queremos incluir información más cercana para trabajar de acuerdo a la parte legal que le corresponde al Estado; sin embargo, si no nos apoyan no podemos tener claridad.

No tenemos materiales de formación en EIB por cada lengua, tenemos 48 lenguas originarias: cuatro andinas y 44 amazónicas; y hasta el momento no conocemos si hay materiales educativos a nivel universitario para formar a jóvenes en EIB. Nosotros como profesores y formadores también necesitamos herramientas porque, de lo contrario, no podemos seguir avanzando.