Encuentro Internacional del Pueblo Magüta: Fortaleciendo identidades y conexiones en la triple frontera

Este espacio reunió a comunidades indígenas ticunas de Brasil, Perú y Colombia para abordar temas como el territorio, la espiritualidad, el origen y cultura, subrayando la importancia de preservar las tradiciones y la comunicación intergeneracional.

Del 26 al 28 de octubre se realizó el Encuentro Internacional del pueblo Magüta en Umariaçu, un territorio indígena ubicado en Tabatinga, Brasil. Este evento, celebrado en la triple frontera de Brasil, Colombia y Perú, reunió a representantes de comunidades indígenas ticuna con el fin de fortalecer su unidad como una única nación, Magüta, que no reconoce límites geográficos ni políticos.

Impulsado por el "proyecto Magüta", este espacio se centró en cuatro ejes temáticos fundamentales: territorio, espiritualidad, origen y cultura, que desempeñan un papel crucial en la definición de la identidad de los pueblos indígenas. Durante el encuentro, además, se fomentó el diálogo y la colaboración entre las comunidades ticuna que viven en los tres países fronterizos.

El Encuentro Internacional del Pueblo Magüta se desarrolló íntegramente en la lengua nativa, con la contribución en la traducción y mediación del Padre Ferney, sacerdote ticuna. "Es importante conocer nuestra cultura e identidad porque nos fortalece. Queremos ser un pueblo sin límite, una sola nación que busca el futuro para las generaciones que vienen después, los niños y jóvenes", expresó.

Foto. Hna. Lizete Soares da Cunha.

La importancia de este espacio, realizado con el respaldo de la Iglesia Católica amazónica, a través del Vicariato de Leticia, el Vicariato Apostólico de San José Del Amazonas y la Diócesis de Tabatinga; radica en que es una síntesis de los encuentros nacionales anteriores en Brasil, Perú y Colombia, basándose en la escucha de las historias de los abuelos y abuelas de las comunidades indígenas.

Para la Hna. Lizete Soares da Cunha, acompañar este proyecto fortalece muchos sentimientos, sobre todo la gratitud por la oportunidad de aprender de sus cosmovisiones, su sentir y pensar. "El deseo que permea el corazón del equipo es que siga resistiendo de manera consciente al pensamiento occidental y colonizador que frecuentemente viola la presencia divina en las culturas amazónicas", sostuvo.