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12 Mar 2024

“Pishcu Chaqui”, misionera polaca con corazón amazónico es reconocida por la Iglesia católica

Con el premio "Voz profética de la Iglesia en Pastoral Social, Derechos Humanos y Servicio a los Pobres" en sus manos, Dominik Szkatula, misionera laica con más de 40 años de entrega a la Amazonía peruana, se convierte en un símbolo de compromiso por una Iglesia más sinodal, menos clerical, y con mayor participación de las mujeres.

Toda una vida de leyenda escrita con sonrisas, creatividad y fuerza. Esa es Dominik Szkatula, misionera del Vicariato Apostólico San José del Amazonas, una mujer de espíritu incansable que ha dedicado su vida a la misión en la selva peruana. Su compromiso con los más vulnerables le ha valido el reconocimiento de la Iglesia católica, con la entrega del premio nacional "Voz profética de la Iglesia en Pastoral Social, Derechos Humanos y Servicio a los Pobres" de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS).

Ya lo dice así su apodo, en lengua kichwa, "Pishcu Chaqui" (pájaro que anda), por su constante movimiento entre las comunidades del Napo, en la frontera entre Perú y Ecuador. Y es que Dominik lleva más de 40 años viviendo y trabajando junto a los pueblos amazónicos, acompañándolos en la defensa de sus derechos, promoviendo el Buen Vivir y el cuidado de la Casa Común, buscando el desarrollo sostenible de las comunidades nativas y ribereñas, así como el fortalecimiento del liderazgo y las capacidades de las mujeres.

Foto: REPAM Perú

Son esas mujeres a quienes agradece y dedica este premio. "Esta noche me siento a representar a otras mujeres lideresas de otras federaciones, organizaciones indígenas y ribereñas. Mujeres fuertes, decididas, emprendedoras, mujeres muy comprometidas en la Iglesia. Mujeres que tienen mucha trayectoria, mucha experiencia, que también son defensoras de la vida en otros ámbitos y de los derechos humanos, la dignidad en sí, el Buen Vivir. De esas mujeres hay muchas", mencionó durante su discurso.

En su lucha incansable contra el clericalismo y la inclusión de la mujer en la Iglesia, Dominik recordó con orgullo que, en su vicariato, el 90 % de los misioneros son mujeres. En ese sentido, resaltó la perseverancia, la entrega y el rol de las mujeres en la labor pastoral. En su jurisdicción eclesial, mencionó, a muchas de ellas se les ha confiado la tarea de liderar parroquias y puestos de misión, la coordinación de áreas pastorales o coordinación vicarial, incluso el rol de ser ecónomas.

Foto: Vicariato San José del Amazonas

"No es poca cosa la que hacen las mujeres. Y hoy que estamos en el tiempo del Sínodo sobre la sinodalidad sabemos que se quiere recuperar lo perdido, y entonces esperamos que volvamos a la Iglesia de Jesús donde las mujeres trabajan con los varones en igualdad de derechos y condiciones, de poderes y decisiones. Adiós clericalismo que tanto daño nos hace", expresó.

Una vida de entrega

La esencia de Dominik se refleja en cada aspecto de su labor. Recorrer los rincones más remotos del distrito, llegar a cada comunidad, sea católica o no, es solo el comienzo de su misión. Pero su impacto va más allá de su presencia. La misionera polaca ha logrado organizar y fortalecer comunidades enteras, trascendiendo las fronteras de lo posible con su determinación inquebrantable. Su testimonio es un reflejo vivo de la verdadera esencia de la fe cristiana: un compromiso con los más necesitados.

Foto: REPAM Perú

"Quiero agradecer a la Iglesia peruana por acogerme aquí en el Vicariato San José del Amazonas por mas de 40 años, y también gracias a Dios por mi vocación misionera en mi posición de laica. No me arrepiento de esta labor por tantos años en la selva.  Me siento muy privilegiada y honrada de trabajar entre los pobres porque Dios toca mi corazón, y en ellos yo toco al Dios viviente", manifestó.

 

07 Mar 2024

Ordenación diaconal con el compromiso para seguir construyendo una Iglesia con rostro amazónico

El distrito de Indiana, sede del Vicariato Apostólico San José del Amazonas, fue testigo el pasado sábado 2 de marzo de la ordenación de dos nuevos diáconos autóctonos: Ramón Ramírez y Tedy Paredes. Ambos jóvenes se suman al clero autóctono de la iglesia misionera en la región Loreto, en la Amazonía peruana.

La jornada estuvo marcada por un compromiso palpable hacia la construcción de una iglesia con auténtico rostro amazónico. Presidida por el obispo, Mons. Javier Travieso, en la ceremonia participaron las familias de los diáconos, la asamblea vicarial con representantes de 16 puestos de misión a lo largo del territorio.

El evento destacó por la diversidad cultural representada en los ornamentos utilizados en las túnicas entregadas por sus familias a los diáconos durante la ordenación. Estolas y dalmáticas adornadas con motivos ticunas, yaguas y kichwas resaltaron la riqueza de la cultura amazónica, fusionándose con la espiritualidad asumida.

Foto: Querida Amazonía / REPAM Perú

La ceremonia concluyó con la distribución de la eucaristía y las muestras de afecto de la comunidad en Indiana, evidenciando la conexión profunda de ambos jóvenes con su gente.

En un almuerzo posterior en la maloca de la casa vicarial, los nuevos diáconos fueron felicitados por la comunidad. Tedy Paredes, de 34 años, originario de la comunidad Santa Ana, compartió su experiencia desde el inicio del seminario, agradeciendo a su familia, amigos y comunidad por el apoyo moral, económico y espiritual.

Foto: Querida Amazonía / REPAM Perú

"Nos encomendamos a sus oraciones, porque Jesús es quien fortalece, nos anima y motiva cada día. Nos impulsa a seguir en este camino y vida misionera, y este gran paso que hemos dado hoy junto al diácono Ramón para seguir trabajando por la extensión de este vicariato", afirmó.

Ramón Ramírez, de 32 años y proveniente del centro poblado Yanashi, destacó la motivación detrás de su decisión: la necesidad de tener un sacerdote en su pueblo y la importancia del acompañamiento espiritual. Ambos expresaron su compromiso con la vida misionera y con los pueblos que integran el Vicariato San José del Amazonas.

Foto: Querida Amazonía / REPAM Perú

“Estamos en medio de este camino de ir empujando el barco, y con ayuda de ustedes, ir caminando juntos. Es un proceso largo que continúa. Lo que me llamó a irme por este camino al sacerdocio es mi propia gente y ver la necesidad de un sacerdote en mi pueblo”, mencionó el reciente ordenado diácono.

Por su parte, el padre Cesar Caro, vicario de San José del Amazonas, reflexionó sobre el escaso número de sacerdotes autóctonos en los 79 años de vida de esta jurisdicción eclesial, subrayando la necesidad de que haya más ministros ordenados de la región para construir una verdadera iglesia con rostro amazónico.

Foto: Querida Amazonía / REPAM Perú

“Es muy poco, un proceso lento, pero es verdad que los demás sacerdotes se han ordenado en el lapso de 16 años. También podría pensarse que tal vez en los últimos tiempos estamos acertando más en temas como la pastoral juvenil, la promoción vocacional y la formación de agentes pastorales”, mencionó.

La ordenación de Ramón y Tedy se convierte así en un testimonio concreto del compromiso con la fe, el amor y la misión en la Amazonía peruana.

27 Feb 2024

III Congreso de Mujeres Indígenas en el Estrecho: Un compromiso firme “con los pies en la realidad”

Del 22 al 23 de febrero, en la capital de la provincia del Putumayo, en Loreto, mujeres de 19 comunidades se volvieron a reunir para continuar con el fortalecimiento de sus liderazgos. Tres años después del primer encuentro, algunas de ellas han asumido el rol de cacique en sus comunidades.

Por: Bea Prusinowska (Vicariato San José del Amazonas)

Bajo el lema “con los pies en la realidad”, se llevó a cabo del III Congreso de Mujeres Indígenas en la localidad de San Antonio del Estrecho, ubicada en la provincia del Putumayo, en la región Loreto. En este encuentro, organizado por la Parroquia del Estrecho del Vicariato Apostólico San José del Amazonas del 22 al 23 de febrero, participaron 50 lideresas de distintas comunidades Murui, Bora, Kichwa y descendientes de los pueblos  Secoya, Ticuna, Ocaina y Maijuna.

Provenientes de los distritos Putumayo y Rosa Panduro, las participantes se reencontraron por tercer año consecutivo en este espacio que busca rescatar y fortalecer sus tradiciones ancestrales, así como empoderarlas para que asuman su rol como lideresas en sus comunidades. Durante ese tiempo, se dio a conocer que tres de ellas lograron asumir como caciques de su comunidad, mientras que la mayoría continúa como mujer líder, formando parte de la junta directiva de sus pueblos.

Desafíos y retos

El primer día se compartió el resumen de la realidad mundial y nacional y local, y los conflictos se viven en los distintos territorios,. Se analizó también diferentes casos sobre la participación de la mujer en la sociedad y los retos que enfrenta a través de las historias cotidianas. “Por muchos años hemos sufrido atropellos de parte de varones, ahora mujer indígena cada vez asume más funciones en la sociedad”, sostuvo Olga Álvarez Flores, lideresa de la Federación de las Comunidades Fronterizas del Putumayo (FECONAFROPU).

Foto: Bea Prusinowska

Jacqueline Morris Ramírez, abogada del vicariato, presentó una charla sobre los derechos fundamentales de cada persona, insistiendo en que a cada derecho le corresponde un deber, y explicando cuáles son las diferencias y cómo reconocerlos. A nivel de instituciones, Lucila Manihuari Flores, regidora y encargada del despacho municipal de la provincia del Putumayo, compartió su experiencia de mujer lideresa, algunos proyectos productivos del municipio para la cuenca del Putumayo y resolvió las preguntas de las asistentes.

Era tiempo de aprender, reflexionar pero sobre todo compartir las experiencias y sabidurías de cada una de las que llegaron al congreso. La joven Zayra Rios Dahua, vice cacique de la comunidad del Ocho de Diciembre explicó sobre la beca del Programa de Mujeres Indígenas de la Amazonia de la ONG Conservación Internacional, motivando a todas para que no tengan miedo de postular a los concursos, así podrían realizar cosas muy beneficiosas para su familia, comunidad y medioambiente.

Compartiendo en comunidad

Las mujeres sabias, como doña Milena Buinajima, de la comunidad de Ocho de Diciembre; Felicita Gutiérrez, de San Francisco, Isabel Chepez, de Flor de Agosto; y Ermelinda Jimetre, del Estrecho, se dirigieron en lengua nativa y presentaron sus artesanías, exhortando a sus compañeras a sentirse orgullosas de su cultura y trasmitir a sus hijos y nietos sus tradiciones ancestrales. Las participantes también expresaron su deseo de regresar a su comunidad para hacer réplica de lo aprendido e involucrar cada vez a más mujeres.

Foto: Bea Prusinowska

Se rescató el empoderamiento de las mujeres, quienes en los trabajos grupales manifestaron su realidad, deseos y esperanzas para seguir formándose y animando sus comunidades. Un fructífero compartir experiencias, de apoyarse unas a otras y sentirse fortalecidas en el servicio que realizan, sabiendo que el vicariato y la parroquia estarán siempre para acompañarlas. “En el I Congreso no hablaban y ahora comparten lo que pasa en su comunidad”, mencionó Jandira Gutiérrez, profesora del Estrecho y coorganizadora del evento.

Propuestas para la vida comunitaria

En la tarde cultural, pusieron de manifiesto sus canciones, bailes según su grupo étnico, un espacio de revalorar la cultura y hacer memoria de los ancestros y ancestras que les han precedido. Casi al finalizar el encuentro, las participantes se reunieron en grupos según el interés y redactaron propuestas concretas para mejorar su vida comunitaria y la de toda la cuenca del Putumayo.

En el sector de salud, las mujeres indígenas recordaron que cada ciudadano tiene derecho a tener una buena salud y el deber de cuidarse. En ese sentido, exigieron que cada comunidad tenga un promotor de salud capacitado, y también contar con un botiquín comunal bien implementado. Indicaron que requieren las visitas de técnicos o enfermeros a comunidades aledañas, además de la visita de brigadas al menos dos veces al año. Por las necesidades, solicitaron que el centro de salud del Estrecho cuente con una sala de emergencia.

Foto: Bea Prusinowska

En educación, manifestaron que es un sector muy importante para los niños de las comunidades. Por eso, exigieron que los maestros identificados como bilingües sepan leer, escribir y que hablen en su lengua originaria. Que el docente sea activo, responsable, puntual en las actividades del pueblo, que haga reuniones con los padres de familia y que tengan la escuela limpia y ordenada con mobiliarios adecuados. También pidieron que las autoridades de la UGEL visiten a los maestros durante el año escolar.

Sobre la familia, las participantes declararon que para fortalecer el pilar de la sociedad se necesita talleres para parejas, diálogos de padres con hijos, así como la visita de autoridades competentes para abordar la violencia en el hogar. Expresaron la necesidad de que un psicólogo les visite en las comunidades, además de hacer reuniones de autoridades comunales y así cumplir con sus deberes y hacer respetar sus derechos para vivir en armonía.

Sobre el cuidado del territorio, primordial para mantener bien a las comunidades, expresaron que están abiertas a trabajar con algunas organizaciones públicas y privadas sobre el manejo sostenible de distintos frutos como el irapay, huasai, aguaje, ungurahui, entre otros.

Asimismo, expresaron la necesidad de informarse mejor sobre la propuesta de establecimiento del Área de Conservación Regional Medio Putumayo Algodón, y otras zonas protegidas; buscar soluciones para eliminar las deudas de las comunidades y mejorar el sistema de vigilancia comunal para prevenir la explotación de madera por parte de foráneos.

Respecto al fortalecimiento del liderazgo de la mujer amazónica, indicaron que es importante ser apoyadas por los padres, esposos y el pueblo en general. Detallaron que las lideresas deben ser elegidas por la comunidad y poseer cualidades como ser comunicativa, alegre, transparente, honrada y humilde. En ese sentido, remarcaron la importancia de las capacitaciones tanto de las instituciones del Estado como de organizaciones privadas y la Iglesia.

Finalmente, mencionaron que es crucial recordar que una buena lideresa pone en práctica las capacitaciones que recibe, y planificar reuniones anuales para evaluar los problemas comunitarios y buscar soluciones. Por último, demandaron el respaldo de la federación a los líderes de cada comunidad para su desarrollo.

21 Ene 2024

Escuela para una Iglesia con rostro amazónico nace en el Vicariato San José del Amazonas

La iniciativa vicarial surge a raíz de la reflexión en su plan pastoral, y continúa el legado de más de dos décadas del Centro Catequístico Lorenzo Guibord, formando agentes pastorales con enfoque amazónico.

Un nuevo paso en la formación de una Iglesia con rostro amazónico. Del 7 al 14 de enero, la Escuela de Formación de Agentes de Pastoral "Lorenzo Guibord" concluyó su primera edición con la participación de 94 misioneros y misioneras, así como nuevos agentes de pastoral provenientes de catorce puestos de misión del Vicariato San José del Amazonas en la localidad de Indiana, Loreto. Este proyecto, que responde a tres años de formación, es la evolución del Centro Catequístico Lorenzo Guibord, con más de dos décadas de formación de catequistas en esta jurisdicción eclesial.

La estructura de la Escuela se ha diseñado para servir a diversos ministerios, con la intención de ser un espacio de reflexión y articulación de la Iglesia ministerial con un rostro amazónico. Los participantes, en su mayoría mujeres jóvenes y adultas entre los 30 y 45 años, se sumergieron en bloques de formación y talleres impartidos por misioneros y agentes pastorales de larga trayectoria en el vicariato. "Es un logro convocar agentes pastorales adultos y nuevos y estructurar la escuela en servicios o ministerios que más tarde el obispo podrá conferir", indicó el P. César Caro, vicario de San José del Amazonas.

Foto: CAAAP.

La Escuela aspira a romper con el paradigma del animador único para avanzar hacia un enfoque más sinodal y colaborativo con el concepto de equipo, teniendo en cuenta que en esta parte de la Amazonía habitan 9 pueblos indígenas como el Kichwa, Ticuna, Yagua, Murui, Secoya, Bora, Ocaina, Maijuna, Arabela. Entre los ministerios están los sociales, el cuidado de la Casa Común, asesor de jóvenes, animador, catequista y ministerios litúrgicos. "Soñamos que los participantes regresen el próximo año para así tener un buen número de agentes pastorales con un paradigma más sinodal", agregó el religioso.

Esta formación, que se desarrolló a lo largo de siete días, abordó en las mañanas bloques temáticos esenciales como la persona, la cultura, la realidad social, la Doctrina social de la Iglesia, la Biblia, Jesús y María, la Iglesia y sectas, y la Oración, liturgia y sacramentos. Por las tardes, los participantes recibieron talleres específicos según el ministerio que han elegido. Además de la formación, la Escuela promovió espacios de integración, deporte, karaoke y una noche cultural donde los participantes compartieron sus conocimientos y tradiciones culturales.

Foto: CAAAP.
Foto: CAAAP.

El siguiente paso es la Escuela zonal de Formación, donde los misioneros y agentes pastorales que están participando de la formación vicarial serán los facilitadores de nuevos agentes pastorales en sus puestos de misión y zonas. En estos espacios continuara la formación en los ministerios para el cuidado de las culturas amazónicas, anuncio y ecónomo-a, desde un enfoque intercultural y sinodal impulsando nuevos agentes pastorales y fortaleciendo a los presentes en equipos de comunidad cristiana.

Iglesia sinodal con protagonismo de jóvenes

El taller del Ministerio de Asesor de jóvenes responde al cuarto objetivo del plan pastoral “potenciar una Pastoral Juvenil organizada que impulse el protagonismo y compromiso de los jóvenes. En ese sentido, durante el encuentro, los participantes reflexionaron sobre cómo son los jóvenes de hoy, reconociendo sus características y las problemáticas que enfrentan para su desarrollo y madurez; e identificaron las líneas de acción y características de la pastoral juvenil del vicariato: una pastoral sinodal, con el protagonismo de los jóvenes, inclusiva, corresponsable, y con compromiso social para un auténtico encuentro con Jesús.

Además, se reconoció la importancia de que los asesores sean los verdaderos acompañantes que impulsen la participación activa de los jóvenes en las acciones pastorales. “En esta semana de formación hemos aprendido la importancia de saber escuchar a los jóvenes para poder guiarlos y acompañarlos en las distintas realidades que viven. Queremos que esta experiencia se ponga en práctica para fortalecer la pastoral juvenil con el protagonismo de los jóvenes", mencionó Emerson Panayfo, coordinador de la Pastoral de jóvenes en Indiana y secretario vicarial.

Foto: CAAAP.

Sobre el Ministerio del Cuidado de la Casa Común, el responsable del taller, Ramón Ramírez, mencionó que en la Escuela se compartieron las problemáticas del territorio amazónico a fin de promover la conciencia ambiental de los participantes. “La respuesta de este taller ha sido gratificante, compartimos sobre la contaminación de los ríos y quebradas desde una mirada local y universal, también se iluminó la formación con las encíclicas del Papa Francisco para conocer cuál debe ser nuestra respuesta pastoral como Iglesia amazónica para impulsar que los agentes comuniquen y enseñen a tratar a la naturaleza como si fuera una persona”.

Mariana Gil, misionera laica del vicariato, resaltó la participación de mujeres nativas de los pueblos originarios de la Amazonía. "Ellas, como madres de familia, en su mayoría ejercen diferentes liderazgos voluntarios al servicio de sus comunidades de origen.  También tienen el deseo de su formación integral y moral para asumir estos retos en la sociedad actual y prepararse en los servicios y ministerios que brinda la escuela de formación para luego contribuir a la labor pastoral en nuestro vicariato", dijo.

 

 

 

 

31 Oct 2023

Encuentro Internacional del Pueblo Magüta: Fortaleciendo identidades y conexiones en la triple frontera

Este espacio reunió a comunidades indígenas ticunas de Brasil, Perú y Colombia para abordar temas como el territorio, la espiritualidad, el origen y cultura, subrayando la importancia de preservar las tradiciones y la comunicación intergeneracional.

Del 26 al 28 de octubre se realizó el Encuentro Internacional del pueblo Magüta en Umariaçu, un territorio indígena ubicado en Tabatinga, Brasil. Este evento, celebrado en la triple frontera de Brasil, Colombia y Perú, reunió a representantes de comunidades indígenas ticuna con el fin de fortalecer su unidad como una única nación, Magüta, que no reconoce límites geográficos ni políticos.

Impulsado por el "proyecto Magüta", este espacio se centró en cuatro ejes temáticos fundamentales: territorio, espiritualidad, origen y cultura, que desempeñan un papel crucial en la definición de la identidad de los pueblos indígenas. Durante el encuentro, además, se fomentó el diálogo y la colaboración entre las comunidades ticuna que viven en los tres países fronterizos.

El Encuentro Internacional del Pueblo Magüta se desarrolló íntegramente en la lengua nativa, con la contribución en la traducción y mediación del Padre Ferney, sacerdote ticuna. "Es importante conocer nuestra cultura e identidad porque nos fortalece. Queremos ser un pueblo sin límite, una sola nación que busca el futuro para las generaciones que vienen después, los niños y jóvenes", expresó.

Foto. Hna. Lizete Soares da Cunha.

La importancia de este espacio, realizado con el respaldo de la Iglesia Católica amazónica, a través del Vicariato de Leticia, el Vicariato Apostólico de San José Del Amazonas y la Diócesis de Tabatinga; radica en que es una síntesis de los encuentros nacionales anteriores en Brasil, Perú y Colombia, basándose en la escucha de las historias de los abuelos y abuelas de las comunidades indígenas.

Para la Hna. Lizete Soares da Cunha, acompañar este proyecto fortalece muchos sentimientos, sobre todo la gratitud por la oportunidad de aprender de sus cosmovisiones, su sentir y pensar. "El deseo que permea el corazón del equipo es que siga resistiendo de manera consciente al pensamiento occidental y colonizador que frecuentemente viola la presencia divina en las culturas amazónicas", sostuvo.

10 Oct 2023

Agentes de Pastoral Social de San José del Amazonas se fortalecen para servir en sus comunidades

El II Encuentro de la Pastoral Social del Vicariato de San José del Amazonas, desarrollado en Indiana, Loreto, buscó impulsar la preparación de misioneros y agentes pastorales,  fortaleciendo su compromiso para la atención de los pueblos de la Amazonía.

Bajo el lema "No hay una auténtica evangelización sin promoción humana", la comisión de la Pastoral Social del Vicariato de San José del Amazonas llevó a cabo el II Encuentro vicarial de Pastoral Social del 3 al 6 de octubre en Indiana, localidad ubicada en la provincia de Maynas, en Loreto. Participaron 45 misioneros y agentes pastorales provenientes de 12 puestos ubicados en los ríos Napo, Amazonas y Yavarí, junto con presidentes de comunidades indígenas, jueces de paz y colaboradores en áreas de salud, educación y asistencia legal.

A través de este espacio, se logró animar y motivar el acompañamiento y acción social de los agentes pastorales, quienes se comprometieron a compartir y multiplicar el papel social de la Iglesia como acción evangelizadora que promueve el "Buen Vivir," la dignidad, los derechos de los pueblos y el cuidado de la Casa Común, con un enfoque especial en la pastoral indígena.

Griselda Rocío Arciniega Núñez, coordinadora de la Pastoral Social y de la oficina Defensa de la vida y cultura del vicariato, mencionó que la formación fue un despertar sobre la realidad que se vive a nivel nacional y que afecta la Amazonía. "También el interés de como cultivar chacras mas saludables, rendidoras o con desarrollo para salir de la pobreza y de la misma mala alimentación. Tener una vida mas desde el Buen Vivir, uno de los objetivos que tenemos (...) Los aportes e iluminaciones de cada uno fueron muy importantes", mencionó.

Foto: REPAM Perú

La planificación del encuentro se basó en la metodología del ver, juzgar y actuar; y contó con la colaboración del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS). Durante las mañanas, se analizó la realidad y la acción pastoral de los puestos de misión. Por las tardes, se llevaron a cabo talleres de formación en diversos temas, incluyendo derechos humanos y la ruta de actuación frente a la violencia contra mujeres, niños, niñas y adolescentes.

Foto: REPAM Perú

La Hna. Lucero Guillen, responsable de la Pastoral de la Tierra del Vicariato de Yurimaguas, estuvo a cargo del taller para el cuidado de la Casa Común desde la interculturalidad y el Buen Vivir. La misionera resaltó que el verdadero desarrollo busca el Buen Vivir de la población y es fruto del trabajo conjunto, fortalecimiento de capacidades, conocimiento y defensa del territorio a través de acciones creativas y concretas.

Para Karina Lozano Torres, del Servicio de Atención Rural del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y agente pastoral del puesto de misión San Pablo, este espacio le permitió entender que no están solos en esta labor, y que como pastoral social se puede trabajar de manera articulada, en la búsqueda de más alianzas conjuntas. "Acciones concretas para escuchar, atender, entregar tiempo al hermano", refirió.

Fortaleciendo la pastoral social

La reunión se dividió en una jornada de tres días. El primero se enfocó en comprender la realidad y la acción pastoral de los puestos de misión, así como el diagnóstico de la realidad nacional y la crisis política en la Amazonía. El segundo día profundizó en la Doctrina Social de la Iglesia y la dimensión profética de la Pastoral Social. En el tercero, los participantes presentaron sus compromisos y acciones para fortalecer la pastoral social en sus puestos de misión.

Foto: REPAM Perú

Oscar Ríos, agente pastoral de Mazán, destacó la motivación y fortaleza transmitida por los misioneros que impartieron las capacitaciones. "Me impactó cuando nuestros expositores nos explicaron más a fondo la labor de los agentes de pastoral, no solo con la palabra sino con la acción. Cuando nosotros estamos debilitados, ellos vienen como un impulso para que seamos valientes en nuestro trabajo porque es de todos y para todos", mencionó.

En ese sentido, los participantes expresaron su compromiso de aplicar lo enseñado en sus puestos de misión. Entre los temas tratados se destacó la importancia de articular entre los puestos de misión, con autoridades del Estado e instituciones aliadas, y de sensibilizar y entender la responsabilidad compartida de la comunidad en la promoción del "Buen Vivir" y la defensa de los derechos humanos.

Foto: REPAM Perú

En palabras de Doyli Pérez Pizango, agente de pastoral social del puesto de misión San Pablo, se aprendió a trabajar articuladamente con toda la sociedad y la comunidad. "Lo que me llevo a mi comunidad es el aprendizaje de cuidar nuestra Casa Común". Ysaías Fasabi, secretario de Derechos Humanos del Frente de Defensa del distrito Fernando Lores, en la misión Tamshiyacu, compartió: "Me llevo de este encuentro el ayudar a los demás para que conozcan que todos tenemos los mismos derechos".

 

26 May 2023

‘Pishcu Chaqui’: Dominik Szkatula

Por: P. César Caro, vicario general de San José del Amazonas

A estas horas Domi debe estar surcando el río Napo, como hace todos los años. Son recorridos de entre 12 y 16 días seguidos (sin regresar a casita a dormir, ¿eh?), largos y exigentes, propios de esta misionera de pura raza amazónica, que está cumpliendo 40 años de entrega en el Vicariato. Toda una vida de leyenda, escrita con sonrisas, creatividad y fuerza.

La chapa (el mote) de Domi es Pishcu Chaqui, en kichwa: pishcu=pájaro y chaqui=pie, es decir, pájaro que anda, que va saltando siempre de un sitio a otro. No puede estar más acertado, porque Domi se mueve, viaja; antes, cuando era coordinadora de pastoral del Vicariato, por todo el territorio, y ahora por el Napo y por Angoteros.

Es gracioso, ¿no? Sí, pero para la gente naporuna es algo muy verdadero y muy serio. El barrio donde está la casa misionera, en la distribución urbana de Angoteros, se llama “barrio Pishcu Chaqui”. Sobran los comentarios. Recuerdo que, en Santa María, una comunidad cercana, el kuyllur, que se llama Serapio, al presentar a los que estábamos de visita, mencionó a “la hermana Pishcu Chaqui”; ¿creen que alguien se rio? Nadies. Los moradores bien formales y circunspectos.

Y es que sí, Domi tiene el nervio misionero de ir, de llegar. En sus recorridos logra visitar todas las comunidades del distrito, 35 en total, dos veces al año, sean católicas o no (los evangélicos, como todos, la aprecian y ríen con sus bromas). En ningún otro puesto de misión alcanzan tal nivel de acompañamiento. Y son viajes duros, donde se duerme en el piso, se come con la gente, se han de cargar bultos pesados y a menudo no hay baño. Pues ahí está Pishcu Chaqui con sus 64 primaveras, admirable. El resultado es que todas las comunidades están mínimamente organizadas; de hecho, acuden a la tantarina (encuentro de formación en Angoteros) personas de 20 localidades, lo cual es una muy estimable proporción.

Pishcu Chaqui es más conocida en el Napo que Messi. Se para por la calle con todo el mundo, a la casa está entrando gente constantemente. Hay un niño de un par de años que se llama Joselu que baja la cuesta y no deja de gritar con media lengua: ¡Domi caramelo! Hasta que consigue su objetivo. No hay lugar donde no la reconozca alguien. El otro día, al subir al deslizador, como no habían anotado su apellido en la lista, el muchacho le puso “Domitila Coquinche”: Coquinche es el apellido más habitual en la zona, medio pueblo kichwa se llama así… ¡la consideran uno de ellos!

Domi ha logrado lo máximo para un misionero, qué orgullo y envidia sana. Cuando hace de anfitriona recibes multitud de pequeños detalles: comidas ricas, un ronsito por la noche, preparar keke juntos… Intenta siempre que se trabaje unidos y se esté a gusto en casa, a pesar de las cucas, las goteras que se cuelan entre las hojas de irapay y los crujidos de la pona cuando se camina en la noche.

Aunque tiene un polo que pone “ATEA”, Pischu Chaqui es un ave profundamente creyente que, cada noche, antes de volar al sueño, se remonta al Dios de la vida. Es la suya una fe libre y amazónica, cuyas mediaciones son la belleza de la naturaleza y la nobleza de los indígenas. La foto recoge el momento de “la limpia”, donde el chamán purifica el cuerpo y el alma mediante las hojas en movimiento y el humo del mapacho (tabaco). La veo así, arrodillada de espaldas, y me parece más viejita, casi a merced de los espíritus de la selva.

De hecho, cuando releo lo que ya escribí sobre ella (“Pakrachu Madrina” 21 de agosto de 2017)) y miro nuestros rostros, me asombro de que hayan pasado ¡casi seis años! Es escalofriante pensar que sus responsabilidades de entonces al frente del Vicariato, ahora las tenga yo; una especie de broma del destino. Porque soy “pesca suya”, y hoy, con muchas más experiencias compartidas desde aquel 2017, esas palabras se me quedan cortas.

Siempre me hace falta más de una entrada cuando se trata de ella, su vida es tan intensa y rebosante. Pero no puede estar ya sola en la misión, le va costando. Si hay algún misionero o misionera genuino que desee navegar con Pishcu Chaqui y llevar en equipo sueños y tarea, que me contacte y conversamos. No se arrepentirá.

08 May 2023

Parijulla pirina: Animadores kichwas se reencuentran para seguir caminando juntos como Iglesia sinodal

Luego de tres años, la misión Pachayaya volvió a reunirse en Angoteros, Loreto, cerca de la frontera entre Perú y Ecuador. Un espacio en donde los "kichwa Kuyllur runakuna" (animadores laicos kichwas) de 21 comunidades de la cuenca del Alto Napo profundizaron en la fe desde su identidad cultural y la realidad actual, a la luz del evangelio.

Bajo el lema "Parijulla alli kawsanata mascanchi” (Juntos buscamos el cambio), la misión Napuruna Pachayaya, una de las 16 que alberga el Vicariato Apostólico de San José del Amazonas, en Perú, se volvió a encontrar para retomar el camino juntos como Iglesia amazónica en sinodalidad. Provenientes de 21 comunidades nativas cerca de la frontera entre Perú y Ecuador, en la zona del Alto Napo, más de 50 animadores laicos kichwas se reunieron en Angoteros, localidad ubicada en la provincia de Maynas, en la región de Loreto. ¿El objetivo? Retomar, luego de tres años, su misión pastoral, y profundizar en la fe en Churi Jesús del Pachayaya, desde su identidad cultural y realidad actual para llegar a sentir la necesidad de una conversión personal ("ñuka kawsaypipas") y sinodal ("alliupipas").

En el encuentro, organizado por el equipo misionero del Vicariato San José del Amazonas, participó Richard Rubio, exvicepresidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), quien abordó el contexto local, regional y nacional, y la problemática en las Comunidades del Alto Napo que se dieron a conocer en el Congreso de la Federación Kichwaruna (ORKIWAN). El líder indígena dio testimonio de que todas y todos se pueden formar para ser líderes en sus comunidades y pueblos. Por su parte, el vicario general de San José del Amazonas, P. César Caro, explicó el contexto actual de la Iglesia Universal, así como el proceso del Sínodo sobre la Sinodalidad.

Foto: Vicariato de San José del Amazonas.

La abogada del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), Andrea Bernal, contó a través de socio dramas, dinámicas y juegos cómo proceder ante casos de violencia familiar, abuso a menores y trata de personas. La médica Franciet Chirinos complementó esta información ahondando en las cifras de violencia contra la mujer en Angoteros y sus pueblos. Asimismo, se presentó ante los animadores kichwas el "Protocolo de Código de Conducta en prevención de abusos contra niños, mujeres y personas vulnerables" que fue adaptado a la realidad de la zona por el vicariato.

En otro momento, la educadora del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), Maritza Isuiza, abordó la importancia del idioma durante las celebraciones en la Iglesia, y analizó los textos bíblicos en kichwa.

Foto: Vicariato de San José del Amazonas.

Los participantes de este encuentro fueron apus, viceapus y lideresas del pueblo kichwa. Tras el encuentro, se comprometieron a cuidar la armonía de su comunidad y su familia. "Después de tanta ausencia, es una respuesta generosa para buscar juntos a Dios. Es un encuentro para reafirmar nuestra fe y reactivar el compromiso de kichwa Kuyllur runakuna con las comunidades que fueron olvidadas los últimos años", indicó Dominik Szkatula, misionera laica, de origen polaco, del Vicariato San José del Amazonas.

Foto: Vicariato de San José del Amazonas.

Además, en el último día, las mujeres asistentes pintaron bolsones de tocuyo, utilizando los símbolos de la iconografía kichwa. Este espacio les permitió abrirse y expresar sus vivencias, emociones y problemáticas al interior de su comunidad.

Sobre 'Pachayaya'

Por 32 años, ininterrumpidamente, el sacerdote franciscano Juan Marcos Coquinche acompañó a los pueblos del Alto Napo. Como parte de su labor misionera y pastoral, y a diferencia de lo que sucedió en otras zonas de la Amazonía peruana, el religioso animó a los Kichwas a conservar su lengua, cultura y sabiduría ancestral. Antes de morir, en el 2006, tres hermanas Mercedarias del Perú llegaron a colaborar con la misión por alrededor de nueve años. Las siguió por un año el sacerdote oblato Edgar Nolazco. En la actualidad, la misionera laica Dominik Szkatula está a cargo de este puesto de misión.

El equipo misionero del encuentro en Angoteros junto a la abogada del CAAAP. Foto: Vicariato de San José del Amazonas.

Lo que se busca en esta misión es revalorar la cultura kichwa, enfatizando la importancia de abrirse a la cultura, valores, ritos y mitos de este pueblo como base para el diálogo acerca de Jesucristo y su Iglesia con una perspectiva indígena. Se resalta la defensa de la selva, incluyendo su territorio, vida y cultura, así como la organización de los pueblos indígenas, y el trabajo con la familia para prevenir y erradicar la violencia familiar, especialmente de aquella que es consecuencia del incontrolable consumo de alcohol.

14 Sep 2022

Juventud Amazónica comprometida con el cuidado de la Casa Común

Del 26 al 29 de agosto de 2022 se llevó a cabo el Encuentro de la Pastoral de Adolescentes y Jóvenes del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas en la ciudad de Indiana, Loreto.

Por Diego Aguiar – Articulação REPAM

La actividad tuvo como tema: “Con Jesús surcando a nuestro encuentro llegando” y contó con la participación de 61 jóvenes de distintos puestos de misión del Vicariato (Santa Clotilde, Tacsha, Mazán, Indiana, El Estrecho, Pevas, San Pablo, Islandia, Francisco de Orellana y Tamshiyacu).

La asistencia del encuentro estuvo a cargo de Diego Aguiar (Articulación REPAM) y del Hermano La Sallista Daniel Niño (Comunidad La Salle – Tabatinga/AM, Brasil). A partir del tema del encuentro, se impulsaron actividades de conocimiento mutuo y reconocimiento de los diferentes rostros juveniles en esta porción del territorio amazónico, la profundización de la Carta Encíclica Laudato Si’ y el Sínodo para la Amazonía.

Cada día ha tenido una línea temática. El primer día fue dedicado a la integración e IDENTIFICACIÓN, pues después de 3 años que los jóvenes no se juntaban, era necesario retomar el caminar de la Pastoral de Adolescentes y Jóvenes. El segundo día fue del ESCUCHAR la realidad, mediante diversas dinámicas, los participantes se dieron cuenta de su realidad juvenil en todas sus dimensiones: de la realidad socio-cultural, de la realidad ecológica y de la realidad eclesial. El tercer día, de ver los HORIZONTES INSPIRADORES, reflexionando 10 ideas clave de la Laudato Si’. Y, el cuarto día, dedicado a poner en marcha mediante la construcción de HERRAMIENTAS a partir de los cuatro sueños de la Exhortación Apostólica Querida Amazonía.

Construcción colectiva

Fruto de este Encuentro Vicarial de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes ha sido el compromiso de las-los Jóvenes en el cuidado y defensa de la vida, con líneas de acción muy concreta.

Actualmente la Pastoral de Adolescentes y Jóvenes del Vicariato Apostólico San José del Amazonas están trabajando un sueño por mes en sus puestos de misión con acciones concretas y creativas.

Y, para la vida personal, cada joven asumió para sí mismo, el consejo del Papa: “Vivir con sabiduría, pensar profundamente, amar generosamente”.

En un proceso de construcción colectiva, los jóvenes pudieron identificar sus dificultades y potencialidades de acción dentro de la pastoral y sobre cómo pueden fortalecer procesos de cuidado y defensa de la Casa Común con otros jóvenes. Además, definieron acciones concretas para la realización de los sueños: Social, Cultural, Ecológico y Sinodal, del Papa Francisco presente en Querida Amazonia.

El encuentro busca retomar las articulaciones pastorales a nivel de Vicariato y contribuir a la construcción de una Iglesia con rostro amazónico, a partir de las juventudes.

Núcleo Juventudes y Amazonía

Esta actividad contó con el apoyo del Núcleo Juventudes y Amazonía de la REPAM. El Núcleo tiene como objetivo contribuir a la articulación de los jóvenes de la Panamazonía para los objetivos de trabajo de la REPAM, socializando contenidos y experiencias relacionadas con la Ecología Integral. Una de las principales acciones del Núcleo ha sido apoyar procesos de formación que acerquen a los jóvenes a Laudato Si’, al dinamismo de la REPAM y al proceso de implementación del Sínodo por la Amazonía en sus realidades.

Fuente: Comunicación de la REPAM

 

09 Ago 2022

Hacer chacra nueva: ¡manos al machete!

Por: César Luis Caro Puértolas - Vicario general de San José del Amazonas

Cuánto cuesta cambiar… Todos lo experimentamos, las personas y las organizaciones. Podemos verlo claro, acumular motivos y hasta descubrir que es el momento oportuno, pero qué difícil es dar el primer paso, actuar. Porque eso significa romper con lo acostumbrado y adentrarse en el territorio de lo incierto.

Algo de este entumecimiento institucional detecto en nuestro mundo eclesial amazónico, y solo espero que no suponga una desaceleración del entusiasmo que desató el arranque del sínodo. Sí, yo estaba allí, en Puerto Maldonado, cuando el Papa lanzó a los pueblos originarios junto con sus misioneros, el reto de “plasmar una Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena”.

La enorme expectativa generada se fue alimentando con las consultas, reuniones, encuentros… hasta que se llegó al culmen con la asamblea sinodal y los materiales que afloraron del proceso en conjunto: el Documento Final y la exhortación apostólica “Querida Amazonía”. La escucha a los pueblos amazónicos, el discernimiento y el ingenio de los pastores cristalizaron en una llamada al cambio (conversión) formulada en 120 propuestas concretas, retomadas y profundizadas por el Papa en forma de “sueños”: un horizonte con el que inmediatamente la mayoría nos identificamos.

Fue recibir todo ese material y comenzar la pandemia. Tuvimos tiempo para leer y reflexionar, pero no pudimos hacerlo físicamente juntos. Recién desde el año pasado, a trancas y barrancas, vamos volviendo a nuestro ser. En el Perú, la opción por las coordinaciones intervicariales nos ha dado ocasión de compartir perspectivas y ubicar los aspectos de los documentos que más iluminan nuestro día a día. Y han surgido nuevos documentos. Pero eso es casi todo.

Primero hemos discernido, como dicen los manuales, y de pronto llega la hora de deliberar, de tomar decisiones, de cambiar. Pasar de las intenciones a las acciones. La gente del río sabe que, para hacer una chacra nueva y productiva, antes tengo que desmontar la vieja; es decir, cambiar implica afrontar lo que debemos desaprender (Documento Final nº 81), es decir, a lo que hay que renunciar, tal vez enfoques colonialistas de la misión, o reflejos del clericalismo que todos llevamos implantado.

Es irrenunciable descartar lo que no cuadra con los nuevos caminos, aunque “siempre se haya hecho así”. Puede valer como sustrato, como las cenizas que se queman para que la tierra sea fértil, pero nada más. La conversión es lo opuesto al mantenimiento: continuar haciendo las mismas cosas de la misma manera conducirá a los mismos resultados. Como mínimo hay que reaprender: modificar, transformar, corregir, matizar… amazonizar métodos, opciones e instrumentos.

Desaprender, reaprender… pero siento que el acento recae en aprender. ¿Qué sembrar? ¿En qué luna? ¿Quiénes? Es decir, ¿qué hemos de crear, de emprender? ¿Qué es lo nuevo-nuevo que la realidad reclama y la Iglesia pide? Llega el vertiginoso momento de elaborar planes pastorales y programaciones anuales, de recomponer organigramas, revisar itinerarios formativos, replantear estructuras y proponer encargos… ¿Cómo hacemos?

¿Qué decisiones operativas tomar en línea con el sueño de una iglesia sinodal, laical y ministerial? ¿Cómo activar el programa (casi sin estrenar) de la inculturación de forma seria y realista? ¿De qué modo vertebrar una pastoral social con incidencia política, remando en la canoa de los más pobres? ¿Cuáles son los pasos firmes hacia una misión más ecológica, y por tanto intercultural y decididamente inclusiva de las mujeres?

 

“No queremos más documentos”, escuché a alguien en uno de los miles de zooms habituales. Amanece y hay que agarrar el machete, saltar de las intenciones a las resoluciones. Sé que no es fácil y me permito sugerir un par de claves:

- La conversión es a la vez personal e institucional. La resistencia al cambio es cizaña arraigada dentro de nosotros, en concepciones eclesiológicas de otras épocas, incluso en intereses personales y búsqueda de seguridades. Aventarse a hacer es también una experiencia espiritual.

- Interesante que, después de discernir, hay que descalzarse y aprender: al mismo tiempo que estamos convencidos de que hemos de cambiar y desarrollar cosas nuevas, descubrimos que no sabemos cuáles.

- Un paso prudente y humilde es reconocer que “no sabemos cómo se hace, pero, así como estamos haciendo, desde luego que no”. Entonces hemos de ensayar, venciendo el miedo de abandonar terrenos convencionales.

- El aprendizaje y crecimiento por prueba-error, por exploración y tanteo, conlleva valentía, asumir riesgos, salir de los refugios pastorales… y paciencia.

- Estos horizontes serán posibles si se apuesta por liderazgos eclesiales en sintonía con las visiones centrales del Sínodo, hombres y mujeres que amen profundamente la Amazonía y estén dispuestos a dejarse la vida.

Por fortuna, no se puede hacer chacra solo. Construir los cuatro sueños es una minga, un trabajo comunitario, una tarea sinodal. La podremos realizar juntos, “haciéndonos uno”, como dijo también Francisco aquel día; indígenas, misioneros, ribereños, laicos, abuelos, mujeres, extranjeros… Un trago de masato, herramientas listas, carcajadas al aire y manos a la obra antes de que suba más el sol.