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25 Mar 2022

Rezar y orar: una perspectiva amazónica

Por: P. Manolo Berjón O.S.A y Mons. Miguel Ángel Cadenas

Hace años que nos vienen preguntando si rezar y orar significan lo mismo. La respuesta ha sido siempre idéntica: son sinónimos. Es decir, significan lo mismo. Sin embargo, desde hace un tiempo, recurrentemente, venimos dándole más vueltas. Manolo siempre insiste, y creo que lleva razón, que en Loreto estos dos términos tienen connotaciones diferentes. Pero vayamos por partes.

Rezar proviene del latín ‘recitare’, leer en voz alta. Donde tenemos el reiterativo ‘re-‘, y ‘citare’ (citar, poner en movimiento nombrando a alguien), frecuentativo de ‘ciere’: poner en movimiento, hacer venir con una llamada. Es, por tanto, un verbo de movimiento. Orar se deriva del latín ‘orare’ para expresar hablar, hablar en público o voz alta. Etimológicamente, por tanto, ambas significan hablar en voz alta. Sin embargo, en el lenguaje cotidiano orar suele referirse a una oración en silencio y rezar a una oración en voz alta.

En cambio, y esto es lo interesante, en Loreto posee otra connotación. En este caso traemos a la palestra lo que en tantas ocasiones hemos escuchado por el bajo río Marañón, extensible a todo Loreto. Rezar es utilizar oraciones ya fijadas, fórmulas que se repiten una y otra vez. Por ejemplo, el Padre Nuestro, Ave María... Mientras que orar brota del corazón.
De esta manera, en el bajo Marañón no hay distinción si el rezo/oración es en voz alta o baja. La cuestión deviene en si se utilizan fórmulas ya consagradas o desde el corazón. Y esto merece una breve consideración.

El corazón, para el pueblo kukama del bajo Marañón y otros pueblos indígenas, es la sede del pensamiento-sentimiento. El corazón bombea la sangre y disemina los conocimientos y los aprendizajes por todo el cuerpo. Lo que sale por nuestra boca, y nos referimos al habla, está controlado. No se dice todo lo que se piensa ni se siente. La persona reserva en su corazón lo que le pertenece únicamente a él/ella, y no se pronuncia con la boca. En el habla filtramos lo que queremos decir. En cambio, del corazón sale el canto sin ninguna restricción. De ahí que sea tan importante cantar.

Si la oración brota del corazón, entonces, nos dirigimos a Dios sin ninguna barrera, sin restricciones. Es una oración cordial. El inconveniente: podemos estar tan ocupados en decirle a Dios lo que queremos que no le escuchemos a Él. Pero, sin duda, la oración cordial ha sido y sigue siendo muy apreciada en la Iglesia.

El rezo de fórmulas ya establecidas como el Padre Nuestro, el Ave María… también tiene su importancia. Lejos de ser algo que se repite sin pensar lo que decimos, encontramos varias ventajas: 1.- Nos permite crear una costumbre, un hábito, porque podemos repetir continuamente. 2.- En el caso del Padre Nuestro corresponde al deseo y las palabras del mismo Jesús. El Ave María está inspirado en palabras sobre la Virgen María en el evangelio de Lucas. En este sentido nos da la oportunidad de situarnos en la perspectiva de Dios. Este cambio de perspectiva (ponernos en el lugar de Dios) es sumamente interesante en la Amazonía. Nos permite valorar más y mejor nuestra propia tradición eclesial.

Dedicado a las Carmelitas del Monasterio de la Inmaculada y San José de Iquitos que el 23 de marzo de 2022 cumplieron 10 años en el Vicariato Apostólico de Iquitos. Con todo el afecto para personas que rezan/oran continuamente por la Iglesia.

El Monasterio de Carmelitas está situado en la Av. Abelardo Quiñones N° 1903, distrito de Belén, Iquitos.

22 Mar 2022

Mons. Miguel Ángel Cadenas: “Que en la Amazonía haya personas que no acceden al agua es un pecado gravísimo”

Por: Radio La Voz de la Selva / Querida Amazonía 

En el marco del Día Mundial del Agua, el obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos, Mons. Miguel Ángel Cadenas, se pronunció para criticar la situación en la que se encuentran miles de ciudadanos en la región Loreto, quienes no pueden acceder a agua limpia y de calidad para suplir sus necesidades. De acuerdo a Mons. Cadenas, el acceso al agua potable debe ser una prioridad en las políticas del Estado; y las autoridades locales, regionales y nacionales deben promover proyectos para satisfacer estas demandas de la población.

El obispo sostuvo que, pese a que se han generado millones de dólares en actividades petroleras en esta parte de la Amazonía, Loreto es el segundo departamento con menos acceso al agua potable en el país. Señaló que esta situación es producto de la corrupción y la falta de interés de las autoridades para invertir en proyectos de agua y saneamiento digno y que sea acorde al siglo XXI. "Cuidar uno de otros es fundamental. Fratelli Tutti nos lo recuerda. En la Amazonía tenemos grandes cantidades de población que no tienen acceso a agua y desagüe. Pero tambien los ciudadanos tenemos nuestra responsabilidad al respecto", añadió.

En ese sentido, mencionó que es un “pecado grave” que existan obras de agua y desagüe en las principales ciudades de la región que se encuentren paralizadas y hayan implicado enormes pérdidas económicas para el Estado peruano. “¿Cuantos proyectos han habido en las ciudades amazónicas y solo han sido dinero al cielo? Esto es gravísimo y es atentado contra la salud de las personas”, declaró el obispo a los micrófonos de Radio La Voz de la Selva.

Por otro lado, el religioso manifestó que las mayores potencias del mundo, que son las que generan mayor contaminación, deben invertir en recuperar los espacios ecológicos y conservar el medio ambiente. En especial, en lugares que tienen tanta importancia como la Amazonía peruana. "No es justo que nos manden a conservar cuando, de repente, necesitamos condiciones mínimas para sobrevivir. Es importante que estos países que han dañado el planeta, inviertan para que en Perú y otros lugares puedan llevarse a cabo proyectos que sirvan para recuperar los ecosistemas dañados por las actividades extractivas", puntualizó.

Finalmente, en el marco de este día, Mons. Cadenas refirió que es necesario reflexionar sobre las acciones que las personas realizan día a día para contribuir con la contaminación del planeta y su depredación. "Es una oportunidad para que pensemos que es lo que estamos haciendo. Estamos en un bioma bien dotado, en la cuenca de agua dulce más grande del planeta. Pero hay muchísima contaminación y esto atenta contra la vida de las personas y otros seres vivos", sostuvo.

 

20 Ene 2022

El Vicariato de Iquitos reivindica agua y saneamiento para todos: “Lavarse las manos no debe ser un lujo”

A la espera de una sentencia favorable del Tribunal Constitucional sobre la demanda presentada por dos asentamientos humanos del distrito de Punchana, en la capital de Loreto, para acceder al servicio de agua potable y saneamiento; el obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos envió un comunicado para recordar que lo que se exige "es un derecho humano elemental".

"Sueño que antes del próximo 22 de marzo, Día Mundial del Agua, podamos contar con una sentencia firme y positiva a favor de estos asentamientos humanos". Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos, se pronunció hoy sobre la demanda interpuesta en el Tribunal Constitucional por el derecho al agua y alcantarillado de la población de los asentamientos humanos Iván Vásquez y 21 de septiembre, ubicados en el distrito de Punchana, provincia de Maynas, Loreto.

A través de un comunicado, el obispo sostuvo que "en medio de una pandemia, lavarse las manos con frecuencia no debiera ser un lujo reservado a unos privilegiados". Y es que, desde 2016, la Iglesia Católica apoya la demanda presentada por estos dos asentamientos humanos para acceder a su derecho de gozar de un medio ambiente sano, equilibrado y adecuado, así como para contar con el servicio de agua potable y alcantarillado; pues la población de este sector de Iquitos enfrenta desde hace varios años la falta de recojo de basura, y el vertimiento de los residuos sólidos de EsSalud y el Camal de Punchana.

Como consecuencia de esta situación, las familias han presentado enfermedades de la piel, diarrea, vómito, problemas digestivos, entre otros males. "No es un problema económico, pero económicamente se pierde mucho dinero en tratamientos, bajas médicas y muertes tempranas. Además del dolor y sufrimiento que acarrean, las consecuencias son pavorosas: muerte y exclusión social. Siendo una zona de alta tasa de natalidad, estamos imponiendo trabas muy pesadas a los niños. Se merecen un futuro mejor", mencionó Mons. Miguel Ángel Cadenas.

 

Foto: Ginebra Peña

En el documento publicado hoy también hizo énfasis en las palabras del Papa Francisco, quien repite incansablemente que el agua potable es “un bien de toda la familia humana”, “un bien esencial para la vida”. "No puedo resignarme a la pobreza. Me duele. Reconozco que acompañar a estas personas ha sido una fuente de satisfacción para mí (...) No tenemos derecho a robarles la esperanza. El respeto a la dignidad de los humildes es la medida de nuestra humanidad. Confiamos en una respuesta positiva del TC para con estos asentamientos humanos", sostuvo el obispo del Vicariato de Iquitos.

 

02 Nov 2021

Recuerdo a Mons. Miguel Olaortúa en Iquitos, a dos años de su repentina pérdida

Sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos se reunieron este 1 de noviembre en la catedral de la ciudad para celebrar la misa por el eterno descanso de quien, durante ocho años, fue obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos.

“Un día como hoy amanecíamos con la noticia de la muerte de Monseñor Miguel Olaortúa. No nos podíamos imaginar esa situación, sabíamos que estaba enfermo, pero no entraba dentro del horizonte una muerte prematura. Sin embargo, Dios tenía planes distintos…”. Con estas palabras inició su homilía el obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos, Monseñor Miguel Ángel Cadenas, durante la misa celebrada este 1 de noviembre por el segundo aniversario del fallecimiento de Monseñor Miguel Olaortúa.

Monseñor Miguel Olaortúa Laspra fue obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos de 2011 a 2019. Falleció el 1 de noviembre de 2019, a los 56 años de edad, con 8 años de ministerio episcopal. La misa por su eterno descanso se celebró este lunes, Día de Todos los Santos, en la parroquia San Juan Bautista, Iglesia Matriz, ubicada la ciudad de Iquitos (Loreto); y estuvo presidida por Monseñor Miguel Ángel Cadenas y todos los sacerdotes del Vicariato, así como religiosos, religiosas y laicos que se hicieron presentes para recordarlo.

“Hoy recordamos a todos los cristianos que ya han partido de este mundo y están en la presencia de Dios. Y este Vicariato Apostólico de Iquitos recuerda a su obispo, Miguel Olaortúa, que estuvo al frente más o menos durante una década. Pero los cristianos tenemos la convicción, la certeza de nuestra fe, que la muerte no es la palabra definitiva. Sino que Dos nos recibe en sus benditas manos. Esto forma parte de la fe de los cristianos de todos los tiempos”, afirmó Monseñor Miguel Ángel.

Mons. Miguel Olaortúa fue obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos de 2011 a 2019.

En el ofertorio se presentaron un cirio encendido en señal de luz, unas huellas como símbolo del paso y el Plan Pastoral que ejecutó Monseñor en su ministerio a cargo del Vicariato. Al finalizar la acción de gracias, Monseñor Miguel Ángel Cadenas, junto con una familia, llevó un arreglo floral a la tumba de Monseñor Olaortúa, ubicada en el lado izquierdo del ingreso de la Catedral de Iquitos.