El obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos instó a la ciudadanía a dejar que la Biblia sea la narradora de la historia cristiana, enfatizando la necesidad de abordar los desafíos sociales desde una perspectiva humanitaria.

Por: LVS.

Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos y presidente del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) Perú enfatizó la importancia de vivir la Semana Santa como una narrativa cristiana, con la responsabilidad de contar los acontecimientos de la vida de Jesús, indicó en Radio La Voz de la Selva.

"La Semana Santa es el momento en que narramos los eventos cruciales de la vida de Jesús. A partir de su crucifixión en los años 30, comenzamos a relatar lo que sucedió en su última semana. Estos relatos de la pasión se convierten en la base de nuestra celebración de la Semana Santa y nos ayudan a comprender nuestra identidad y brindar sentido a nuestra vida", explicó Cadenas.

El obispo de Iquitos señaló que, hoy, muchas personas permiten que los medios de comunicación y las redes sociales narren sus vidas, pero que la propuesta cristiana es dejar que la Biblia sea la principal narradora de esta historia, permitiendo a los creyentes sumergirse en esta corriente y que sean capaces de convertirse en comunidades que transmitan la importancia de Jesús en sus vidas.

"Cada generación se enfrenta al mismo desafío y responde de manera diferente. Nuestra tarea es vivir de acuerdo con estas narraciones cristianas y transmitirlas a las generaciones futuras, para que puedan encontrar sentido y vivir con dignidad", agregó el presidente del CAAAP y la REPAM Perú.

En relación a los desafíos actuales de la sociedad, Mons. Cadenas expresó su preocupación por la indiferencia que prevalece en la sociedad y la falta de atención a las personas en situación de vulnerabilidad. En ese sentido, hizo un llamado a las autoridades a poner más corazón en su labor, y a destinar recursos para ayudar a quienes más lo necesitan.

"En la parroquia de Nauta, por ejemplo, carecemos de los fondos necesarios para brindar apoyo a las personas que lo requieren. Los párrocos hacen todo lo posible, pero el Estado debería mostrar mayor atención y destinar recursos para situaciones de emergencia y personas vulnerables. Es un problema más profundo que necesita ser abordado desde el corazón", enfatizó.

Finalmente, Mons. Cadenas resaltó que la resurrección de Jesús es un acto de justicia divina que proporciona sentido y esperanza a las personas. Mencionó que cuando los cristianos llevan la fe y esperanza a los lugares donde hay sufrimiento, hay resultados buenos. También destacó que cada acto de bondad es un signo de resurrección en medio de un mundo marcado por la indiferencia.