“No somos dueños de la tierra, sino que somos sus defensores”, dice Marleny Yucumá Vásquez, integrante de la Finca Amazónica de la Vicaría del sur en Caquetá (Colombia).
Por: Comunicaciones REPAM
“Uno de los frutos del Sínodo fue la conformación de la Red Itinerante de la Amazonia, equipos de vida religiosa, que junto con laicos, misionan en este vasto territorio”, afirma el padre Israel Arévalo, secretario adjunto de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR).
El sacerdote asegura que “se ha dado una articulación entre la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), que apuesta por “visibilizar las distintas presencias” en consonancia con las líneas de la CLAR de interculturalidad, intercongregacionalidad e itinerancia.
Apunta que la pandemia fue un tiempo para visibilizar muchos de estos equipos itinerantes, “algunos presentes en tres fronteras y que tenemos el desafío de acompañarlos en territorio para fortalecer la formación, liderazgo y espiritualidad”.
Estar abiertos a lo nuevo
Para la hermana Joaninha Honório Madeira, del Equipo Itinerante Panamazónico, “ser misionero itinerante se debe estar dispuesto de vivir la diversidad, la complementariedad y la interinstitucionalidad para estar abierto a lo nuevo, a lo diferente, a lo intercultural, que está presentes en la Amazonía”.
“Si estás buscando un espacio de misión en la Amazonía, las puertas están abiertas, mientras que por ahora componemos esta red itinerante donde la CLAR y la REPAM vamos integrando a todos los colectivos de la Amazonía en una gran red”, invita.
Con esta alianza entre la CLAR y REPAM, “vamos avanzando para estar presentes donde la vida está más amenazada, por eso, debemos ir adonde las heridas están más abiertas y juntos acompañarnos, nadie puede quedarse solo, mucho menos en la Amazonía”
Sobre la campaña
Frutos del Sínodo Amazónico es una campaña creada desde la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos /as (CLAR) y Cáritas Latinoamérica y el Caribe. Presenta los avances concretos del Sínodo Amazónico, desde relatos y testimonios concretos de diversas personas de diversas instancias, núcleos temáticos y colectivos amazónicos.
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La exposición, que cuenta con obras elaboradas sobre los últimos dos años de crisis sanitaria, social y política, desde las miradas de veintinueve mujeres de la Asociación de Madres Artesanas 'Non Shinanbo' de la comunidad de Cantagallo, ya se puede visitar en la Sala 1 del Museo de Arte Contemporáneo de Lima.
“Nuestros ancestros nos enseñaron a traer un pescado y picarlo entre todos. Y estando en Lima no podíamos aplicar otra costumbre”. Es el sentido de comunidad, tan arraigado en la cultura shipibo-konibo, lo que logró que, en palabras de Olinda Silvano, veintinueve mujeres de la Asociación de Madres Artesanas 'Non Shinanbo' sean parte de la exposición “Madres plantas y mujeres luchadoras. Visiones desde Cantagallo”. Una muestra colectiva que refleja los últimos dos años de crisis sanitaria, social y política desde sus preocupaciones, urgencias y deseos.
La exposición, inaugurada el pasado 12 de noviembre en la Sala 1 del Museo de Arte Contemporáneo de Lima, ha sido posible gracias a INSITE Art, el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y los Benefactores MAC. Bajo la curaduría de Gala Berger, Miguel A. López y la artista amazónica Olinda Silvano, el proyecto se desarrolló en el marco de INSITE Commonplaces, una plataforma internacional que, junto a curadores, artistas y escritores, impulsa formas de producción desde lo local.
La invitación para esta exhibición, cuenta Olinda Silvano, no podía dejar de lado a aquellas madres que, debido a la pandemia y el encierro ocasionado por la COVID-19, tuvieron que hacer hasta lo imposible por sacar adelante a sus familias y continuar trabajando en su arte. Es gracias a la insistencia de la artista que todas estas miradas de Non Shinanbo (Nuestras inspiraciones), -que residen, junto a Olinda, en la comunidad amazónica más numerosa que existe en una zona urbana del Perú, -pudieron ser incluidas en la muestra.
“Algunos me dijeron: pero ellos no son pintores… solo tejen mostacillas. No. No hay que ser así. Hay que enseñar cuando no sabe uno. Confiar en ellos. Y yo confié y miren ahora cómo está su trabajo. Estoy feliz de haberles enseñado a algunos que no podían pintar, que no podían bordar”, sostuvo Silvano. De tres artistas pasaron a nueve, y luego a doce, quince… la cuenta llegó a veintinueve. “Pude dormir tranquilla llegando a treinta mujeres, incluyéndome a mí (...) Esto es un compartir porque en nuestro pueblo shipibo tenemos esta costumbre”.
Arte para transformar
Para el curador Miguel A. López, esta muestra es una suma de esfuerzos, alianzas y colaboraciones. Un proyecto “transformador” con una experiencia de aprendizaje que replantea lo que significa generar un espacio de intercambio intercultural. “Este proyecto es complemento de esfuerzos previos, e intenta justamente replantear un sistema de valoración que por mucho tiempo ha sido blanco, occidental, violento. Responde al deseo de las creadoras”, indicó durante la inauguración de la exposición.
La comunidad de Cantagallo fue afectada gravemente en la pandemia. En ese entonces, entre junio de 2021 y abril de 2022, las veintinueve mujeres del grupo Non Shinanbo realizaron cerca de cien obras en diferentes tamaños y materiales, como pinturas en telas teñidas con corteza de caoba, pinturas sobre lienzo, bordados, collages con tela, entre otros. El conjunto, del cual se presenta una selección en la exposición, ofrece un testimonio agudo sobre la experiencia comunitaria, el poder sanador de las plantas, la solidaridad entre mujeres y las formas de cuidado colectivo en un momento de la emergencia sanitaria.
De acuerdo al curador, era importante visibilizar estas miradas, pues en Cantagallo tuvieron que lidiar con el avance del virus sin acceso a una atención médica intercultural. “Me pareció importante la visibilidad que este proyecto podría abrir, no solo invitar a crear desde una perspectiva indígena… sino en el impacto en Cantagallo, que luego se iba a poder invertir no solo en obras de arte, sino otro tipo de dinámica en beneficio de la comunidad”, mencionó Miguel A. López. “Viven condiciones de profunda vulnerabilidad. Esta muestra es una muestra para acompañar estas luchas”.
Compartir en comunidad
Una de las artistas que integran el colectivo de mujeres, Pilar Arce, relató que, durante la pandemia, cuando las familias en Cantagallo se enfermaron, era imposible comprar medicamentos y alimentos porque muchas personas vivían del día a día y tenían como sustento la venta de su arte. Con el encierro y la paralización de muchas actividades, no había un ingreso con el que se pudieran sostener. Esa es una de los sentimientos que transmitió en sus obras. “Refleja la lucha, la perseverancia, la constancia, la resiliencia, la solidaridad, la reciprocidad”, subraya.
También expresa sus vivencias personales con la enfermedad, en un momento en que policías y militares cuidaban el ingreso de Cantagallo para que nadie salga ni ingrese por la alta cantidad de contagios que había. “Cuando estaba enferma, en mis momentos más difíciles, aquella mujer va en búsqueda de una ayuda para comprar un medicamento y darme de tomar. Pero los policías no oían el clamor de las personas. Recuerdo sus llantos y gritos. Es una experiencia que jamás me voy a olvidar”.
Sin acceso a medicamentos para paliar la enfermedad, comenta Pilar, las personas en Cantagallo llegaron a su casa medicinas y remedios naturales enseñadas por sus ancestros. “Las personas que estuvieron ahí no dejaron de hacer algo por mí, o por otra persona o familia. (…) Mi familia, mi comunidad, mi sangre siempre estuvieron ahí, apoyándome en los momentos más difíciles de mi vida. Y gracias a ellos estoy viva y estoy aquí con ustedes para compartir esta experiencia que me marcó”.
La muestra se puede visitar en la Sala 1 del Museo de Arte Contemporáneo de Lima (Av. Almirante Miguel Grau 1511, Barranco), hasta el 26 de febrero de 2023. Las entradas se pueden adquirir de forma presencial o a través de la página web del MAC Lima.
Mientras se desarrolla la 27ª Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27) en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh, en la capital peruana distintas organizaciones sindicales, sociales y ambientalistas llaman a movilizarse este viernes 11 de noviembre frente a la sede diplomática de Egipto por justicia climática y transición ecológica.
La secretaria de Desarrollo Sustentable de CLATE y dirigenta de la Confederación Intersectorial de Trabajadores del Estado (CITE) del Perú, Ibis Fernández, quien participó en diversas oportunidades de la COP en representación de las organizaciones sindicales, estará presente este viernes en el plantón frente a la embajada egipcia.
«Los que hemos participado en distintas COP sabemos que es una paradoja, porque por un lado se discute cómo frenar el efecto invernadero, pero por otro lado se reclama más crecimiento. Desde el movimiento ambientalista y sindicalista, venimos señalando que eso es una contradicción», afirmó la dirigenta, quien además es secretaria de Ecología y Medioambiente de la CGTP.
«Los recursos naturales no son infinitos, como cree el sistema capitalista. Los recursos naturales de nuestra casa común, como la denomina el Papa Francisco, son finitos. Se van a acabar», aclaró Fernández.
«Por eso, a nivel internacional, las y los sindicalistas venimos luchando por constitucionalizar los derechos de la naturaleza. Así como hablamos de justicia social, la naturaleza también tiene derechos. De ahí viene el concepto de justicia climática«, explicó.
Asimismo, señaló que «las organizaciones sindicales tienen que ser espacios de resistencia y confrontación contra este modelo económico mundial, al que solo le interesa el crecimiento, el lucro y el consumo».
Ibis Fernández también criticó las “falsas soluciones” del capitalismo que «se viste de verde cuando hay una crisis» y recordó: «No hay planeta B. Lo que hay que cambiar no es el clima, sino el sistema».
Un encuentro en el que se ha querido hacer presente la lucha por la tierra y los territorios, por los pueblos que habitan la Amazonía.
Por: Luis Miguel Modino
El Núcleo de Derechos Humanos de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) quiere continuar avanzando en la defensa de aquello y aquellos que no cuentan. Un encuentro que tiene lugar en Manaos los días 8 y 9 de noviembre, pero en el que algunos de los participantes se hacen presentes virtualmente, cada uno desde los territorios en los que luchan por una Amazonía que sea fuente de vida en el corazón del Planeta y de la Iglesia.
Que el Espíritu ayude a continuar el camino
Una oportunidad para “pedir al Espíritu que nos ayude a continuar el camino”, en palabras del Padre Peter Hughes. Y hacerlo en la REPAM, que siempre ha puesto el territorio en el centro y que ve este encuentro como oportunidad para volver al territorio con nuevos ojos y nueva sensibilidad, para “aprender a escuchar el grito de la Tierra”, que nos dice el Papa Francisco en Laudato Si´, en una Amazonía que en palabras del Santo Padre en Puerto Maldonado es “una tierra invadida”. Todo ello como consecuencia de la busca ilícita de los recursos naturales, lo que hace que la tierra sea víctima de este tipo de proceder, sustentado en una falsa promesa de desarrollo, que el Papa Francisco llama en Querida Amazonía “actividad criminal”.
La REPAM es llamada a insistir mucho en escuchar a la Tierra y sus habitantes, a los pueblos originarios, a los pobres, según Peter Hughes. Una mirada que hay que integrar, pues el mundo vive una sola crisis, que plantea muchos interrogantes y ofrece pocas respuestas en el actual panorama mundial. Una realidad que la pandemia ha puesto de manifiesto, revelando el abandono que sufre la Amazonía y sus pueblos y la necesidad de cambios para evitar una catástrofe planetaria.
Llamada a la vida y a la esperanza
Una llamada a la vida, a la esperanza, todavía más ante los gritos que desde el territorio perturban a quienes forman parte del Núcleo de Derechos Humanos de la REPAM: minería ilegal, vulnerabilidad de los pueblos, defensa jurídica ante las agresiones, destrucción de las culturas. Desde ahí la REPAM llama a un camino de liberación, en el que tienen un papel los derechos de los pueblos, de los líderes y lideresas, de los territorios, siendo llamada la REPAM a ser acompañantes creativos.
Un territorio que “necesita cambios radicales con suma urgencia”, en palabras de Peter Hughes, algo expresado en el primer sueño del Papa Francisco en Querida Amazonía, que lleve a escuchar la voz y respetar la dignidad de los pueblos. Para que eso sea eficaz es necesario abrir un camino nuevo, en el que es necesario afirmar que no hay cambios sin derechos, insistió el Padre Hughes, llamando a no quedarse en deseos y llegar a cambios reales. Esto se ha hecho realidad en la Escuela del Núcleo de Derechos Humanos de la REPAM, que ya cuenta con tres ediciones, con un impacto muy poderoso a la hora de producir cambios, que ha puesto instrumentos reales en manos de los pueblos originarios para que la voz de la Amazonía, en un trabajo de incidencia, sea escuchada, inclusive en instancias internacionales.
Abrir puertas en instancias internacionales
Un trabajo que conecta voces, que abre puertas en Naciones Unidas, en la Organización de Estados Americanos, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que valoran y respetan el camino que hace la REPAM. Un trabajo que debe crecer entre el Núcleo de Derechos Humanos y los otros núcleos y ámbitos de la REPAM, según Hughes, llamando a reforzar este camino y ser muy conscientes de estar avanzando en un camino sinodal.
La REPAM se va consolidando como una garantía, que se hace eco de la voz de las comunidades, impulsando el cuidado de la casa común y de la vida humana, enfrentando el modelo económico dominante y favoreciendo las economías locales. Un organismo que es actor social y político, ocupando espacios en organismos internacionales a través de los líderes, desde una eclesialidad hacia fuera, promoviendo desde el acompañamiento sistemático el liderazgo desde el territorio y la interconexión, que crea redes de protección para continuar luchando, con una espiritualidad que compromete.
Un Dios amigo que acompaña hasta las últimas consecuencias
Lenguaje de la gratuidad, de la fe, de la espiritualidad encarnada, en un camino, abierto por el Papa Francisco, que pone la escucha como piedra angular, escucha del territorio y de sus pueblos, según Peter Hughes. Una escucha creyente que nace de una fe que es un don de un Dios que es amigo y nos acompaña hasta las últimas consecuencias. Una escucha desde el Espíritu de Dios, presente en lo que habla el pueblo, una escucha que es un arte de poder discernir la voz de Dios que está presente en el pueblo. Algo no fácil, recordó Hughes, en una Iglesia que está más acostumbrada a hablar que a escuchar, y es desafiada a descubrir un nuevo modo de hacer las cosas.
Un núcleo que tiene una historia, que se puede decir que nació antes de la propia REPAM, en la que encontró una aliada. Eran experiencias relacionadas con los Derechos Humanos presentes en diversos países de la Panamazonía, como ha recordado Mauricio López. Se trataba de buscar el protagonismo de los actores del territorio en busca de la exigencia de derechos humanos, darles la voz en espacios internacionales, acompañar las amenazas, tener incidencia, darles formación que después es replicada en los territorios. Un instrumento que ha ayudado a crear jurisprudencia interamericana sobre la realidad amazónica y a que la Iglesia lleve a instancias internacionales las denuncias de los pueblos.
Algo que se ha ido haciendo realidad en momentos concretos, que han ayudado a tejer alianzas, haciendo aportes que han trascendido la propia Amazonía, recordados por Sonia Olea de Caritas Española. Se trata de hacer realidad nuevas metodologías desde el ser red, de avanzar en un camino no siempre fácil, de llegar a frutos surgidos de itinerarios de incidencia y largos procesos de informes, donde un elemento decisivo es recoger la voz de los vulnerables. A partir de ahí se generan estrategias que hacen realidad en la vida de los pueblos los derechos humanos tan necesarios como distantes en la Amazonía.
Un grito por la Amazonía en plena Cumbre de la COP27, un grito que lanza la Red Eclesial Panamazónica por medio del Núcleo de Derechos Humanos, a partir del territorio y de los pueblos que habitan ese territorio amazónico. Lo hace desde Manaos, la mayor ciudad en territorio amazónico, donde se celebra el Comité Ampliado.
Gritar el sueño de una Amazonía que luche por sus derechos
Algo que es visto como “un momento seguir gritando, junto con el Papa Francisco, por su sueño de una Amazonía que luche por sus derechos, los derechos de los más olvidados (mujeres, niñas, hombres y niños campesinos, indígenas, ribereños y afrodescendientes) para que su voz sea escuchada y su dignidad respetada”.
Un grito que denuncia que “nuestra tierra, nuestros ríos, nuestro aire se encuentran en una carrera desenfrenada hacia la muerte”. Una situación que “requiere de cambios radicales y urgentes, si no, tendrá consecuencias catastróficas para todo el planeta”, denunciando abiertamente que “Sin Amazonía, no hay vida ni humanidad posible”.
Redes de solidaridad y desarrollo
Por eso se recuerdan las palabras del Papa Francisco en Querida Amazonía, donde se afirma que la humanidad siempre tiene la posibilidad de superar “las diversas mentalidades de colonización para construir redes de solidaridad y desarrollo; el desafío consiste en asegurar una globalización en solidaridad, una globalización sin dejar nadie al margen”. Y junto con ello, también en el número 17 de este documento pontificio, afirmar que caminos como la COP, tratados como Escazú, no serán “para devolver a los muertos la vida que se les negó, ni siquiera para compensar a los sobrevivientes de aquellas masacres, sino al menos para ser hoy realmente humanos”.
Ante esa realidad lanzan un Grito por la Amazonía, denunciando que “los consensos políticos de nuestros países y gobiernos no pueden seguir quedándose en papel mojado con total indolencia y sin garantía y justicia alguna”. Un grito que dice un basta ya y se haga realidad un mundo que promueva derechos humanos de forma eficaz, que incluya las culturas, las espiritualidades, la justicia ancestral y que no desarraigue a las personas y los pueblos, especialmente a los jóvenes.
Un mundo en el que se tomen medidas urgentes que no se lleven a cabo dañando los derechos humanos de los pueblos de la Amazonía y dejando a miles de personas sin medios de vida y sin futuro. Un mundo que tenga como protagonistas a los verdaderas sabias y sabios sobre el agua, la tierra, los árboles las plantas; hombres y mujeres de los que somos deudores. Por eso se define la actual situación como injusticia y crimen, ante lo que se grita a los Gobiernos reunidos en la COP27 que se está en juego el futuro de cientos de miles de niñas y niños que son futuro, no solo de la Amazonía, sino de la humanidad entera.
La formación, dirigida principalmente a misioneros y misioneras de la Amazonía peruana, busca sensibilizar sobre el papel clave de la comunicación eficaz como instrumento para la defensa y acompañamiento de los pueblos amazónicos.
La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en Perú y el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) realizarán el taller virtual "Comunicar para cuidar la Casa Común: una narración que nace desde la escucha". Una formación dirigida, principalmente, a misioneros y misioneras de la Amazonía peruana, con la que se busca sensibilizar sobre el papel clave de la comunicación eficaz como instrumento para la defensa y acompañamiento de los pueblos amazónicos, con la iglesia como facilitadora para dar voz a quienes nunca son escuchados.
Esta actividad se desarrollará del 11 de noviembre al 2 de diciembre, con ocho sesiones teórico - prácticas que se llevarán a cabo todos los viernes en la mañana durante cuatro semanas seguidas. Los participantes aprenderán en este taller acerca de la importancia de comunicar para evangelizar, acompañar y visibilizar a la Amazonía y a sus pueblos, la planificación estratégica en comunicación, así como herramientas esenciales para empezar a elaborar productos escritos, gráficos, radiales y audiovisuales que transmitan estos mensajes.
La formación es organizada por la REPAM Perú y el CAAAP, con apoyo de Desarrollo y Paz Canadá, y se ejecuta por segundo año consecutivo con el fin de mejorar los niveles de articulación de la Iglesia amazónica peruana y contribuir a una mayor y mejor visibilidad de su papel al interior de distintos contextos locales y regionales. En 2021, alrededor de 25 misioneros y misioneras se capacitaron y culminaron el primer taller denominado "Comunicar desde la Iglesia Amazónica. Nuestras voces a una sola voz". Los interesados en inscribirse en el taller de este año podrán hacerlo de forma gratuita a través del siguiente formulario: https://forms.gle/tMNWASAvvWjs5byH9
Cabe resaltar que el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), institución creada por los obispos de la Iglesia Católica de la selva peruana, es la encargada de coordinar y animar el proceso de consolidación de la REPAM en el Perú.
El primer vídeo de la serie Justicia Socioambiental y Buen Vivir presenta el testimonio de participantes en el encuentro realizado en Madre de Dios, Perú.
Por: Comunicaciones REPAM
Los pueblos y comunidades de la Amazonia poseen una gran riqueza de conocimientos que contribuyen a la preservación del bioma. Estas actividades son esenciales para el desarrollo sostenible de la Amazonia.
A lo largo del año 2022, el Núcleo de Justicia Socioambiental y Buen Vivir de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) realizó tres encuentros presenciales para compartir experiencias territoriales sostenibles en Colombia, Perú y Brasil.
El primer video de la serie presenta relatos del encuentro realizado en Puerto Maldonado, región de Madre de Dios, en Perú, del 26 al 28 de mayo de 2022. Este encuentro tuvo como horizonte inspirador la conexión de conocimientos y experiencias productivas orientadas al cuidado y defensa de la Amazonía, sus pueblos y culturas.
Justicia Socioambiental y Buen Vivir
El objetivo del Núcleo es promover experiencias alternativas de justicia socioambiental y buen vivir y garantizar los derechos de los pueblos amazónicos.
Los encuentros realizados en 2022 permitieron un rico y fructífero intercambio de experiencias, técnicas y prácticas importantes para la valorización de los conocimientos ancestrales de los pueblos amazónicos, la importancia de los sistemas agroforestales y las prácticas agroecológicas, así como el fortalecimiento de la importancia de una alimentación saludable procedentes de la producción sostenible.
Ahora, en videos cortos el Núcleo busca relatar las experiencias que tuvieron los pueblos y cómo este conocimiento puede ser una herramienta valiosa para la preservación en la Amazonía.
“Recordamos que siempre es posible superar las diversas mentalidades de colonización para construir redes de solidaridad y desarrollo. Se pueden buscar alternativas de ganadería y agricultura sostenibles, de energías que no contaminen, de fuentes dignas de trabajo que no impliquen la destrucción del medioambiente y de las culturas” (Papa Francisco. Querida Amazonia, 17).