El domingo 30 de octubre se celebró la toma de posesión del nuevo obispo de esta jurisdicción eclesiástica. Una ceremonia que inició con un recorrido previo, en el que más de un centenar de personas acompañaron a su nuevo obispo desde la plaza de armas de Requena hasta la catedral.
"Quiero dar gracias al Señor por este Ministerio que me ha confiado. Y también a mi hermano Juan, por este tiempo de acompañamiento que tengo que continuar en nombre del Santo Padre Francisco, quien me ha designado y me ha dado esta parte del pueblo de Dios". Son las palabras de Mons. Alejandro Wiesse León, el nuevo obispo de Requena, durante su toma de posesión de este vicariato, celebrada el último domingo 30 de octubre en la Parroquia San Antonio de Padúa.
Mons. Wiesse se convierte así en el quinto obispo de esta jurisdicción eclesiástica, conformada por población, en su mayoría, descendiente del pueblo indígena kukama y shipibo-konibo. Una labor que asume por designación del Papa Francisco tras la renuncia del obispo emérito, Mons. Juan Oliver Climent, misionero español que estuvo al frente de este vicariato por más de 16 años.
La Eucaristía de la toma de posesión se realizó en la catedral de Requena, con la participación de Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato de Iquitos; Mons. José Javier Travieso, obispo del Vicariato de San José del Amazonas; el Padre César Caro, vicario general de San José del Amazonas, y autoridades locales. Previamente, más de un centenar de personas acompañaron el recorrido que realizó el obispo desde la plaza de armas de Requena hasta la catedral.
En la ceremonia, Mons. Oliver agradeció la presencia de los religiosos y religiosas que llegaron hasta Requena tras un largo viaje por río desde sus puestos de misión; para luego hacer la entrega del Vicariato de Requena. “Es una acción de gracias la que hacemos al señor, deseándole al nuevo obispo que sea un tiempo de gracia, y que todo el pueblo de Dios que camina en Requena también reciba la bendición y fortaleza que venga de él por medio del espíritu del señor Jesús”, sostuvo.
Administradores de la Iglesia
En su homilía, el nuevo obispo de Requena hizo un llamado a todas las personas a trabajar juntos para llevar el evangelio a los lugares más lejanos, y a convertirse en administradores de la Iglesia. “Les invito a todos ustedes hoy (...) Nuestro vicariato es grande. Todos están llamados a ayudar y ser administradores de esta Iglesia. A eso los convoco. Jóvenes, amas de casa, autoridades, religiosos, todos trabajemos para llevar el evangelio”, expresó Mons. Wiesse.
Al servicio de los pueblos
El obispo de Requena subrayó que algunas veces se tiene que dejar para encontrar caminos nuevos. En su caso, venir desde Lima para atender a los pueblos de la Amazonía peruana. “Lo sabemos: los recursos son pocos. Tocamos y tocamos las puertas. Necesitamos sacerdotes, religiosos, laicos. La respuesta a veces demora. Aun así, Juan ha estado aquí años, y los ha acompañado. Ha caminado con ustedes”, comentó.
Mons. Wiesse agradeció al obispo emérito por su labor misionera durante los últimos 17 años, reiterando que asume este compromiso en el vicariato con espíritu franciscano. Asimismo, hizo un llamado a la población y a los gobernantes de turno. “A las autoridades: sepan que estamos al servicio de ustedes. Porque tanto ustedes como nosotros queremos un mundo diferente, una sociedad distinta”, dijo.
Desafíos en el territorio
Entre las tareas que priorizará el obispo de Requena está la de tocar las puertas a las comunidades religiosas para que puedan llegar hasta el vicariato religiosos, religiosas y laicos que apoyen los puestos de misión. "Esto irá de la mano con la promoción de la pastoral vocacional para buscar jóvenes que puedan ir al seminario, estudiar la carrera, ordenarse como sacerdotes y ser incardinados de aquí para que puedan trabajar en el vicariato", indicó Ricardo Guerrero Curo, misionero del Vicariato Apostólico de Requena.
El Vicariato Apostólico de Requena cuenta con un total de ocho parroquias, algunas sin atención permanente de algún misionero, y que son visitadas de forma esporádica para celebrar las fiestas patronales y los sacramentos de iniciación cristiana, indicóo Guerrero Curo. El único medio de transporte es a través de la vía fluvial, especialmente por los ríos Ucayali, Puinahua, Tapiche, entre otros.
La jurisdicción eclesiástica abarca las provincias de Requena y Ucayali, en el departamento de Loreto, con una extensión de 82, 000 km2 y una población de aproximadamente 150, 000 habitantes. Esta jurisdicción fue confiada por la Iglesia a la Orden Franciscana, en particular a la Provincia Franciscana Misionera de San Francisco Solano. El nuevo obispo es franciscano y miembro de esta Provincia.
Analizar los frutos, avances y perspectivas después de tres años ha sido el propósito del webinar organizado por el CELAM, CEAMA, CLAR, REPAM y Caritas América Latina y el Caribe, con el que se ha conmemorado el tercer aniversario de un Sínodo realizado de 6 a 27 de octubre de 2019 en el Vaticano.
Los indígenas acogidos con cariño por el Papa
Un momento en el que cuatro participantes de la Asamblea Sinodal han dado su testimonio. Una asamblea contó con la presencia de una representación de los pueblos indígenas, entre ellos Yesica Patiachi que resaltaba la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado, en la Amazonía peruana, donde ella fue portavoz de estos pueblos, pudiendo decirle lo que padecían. Un Papa que como anfitrión del Sínodo acogió de corazón y nunca discriminó a los indígenas durante la Asamblea Sinodal, que pudieron usar sus vestimentas, signo de resistencia según la actual vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica.
Allí se sintieron escuchados en todo momento por alguien humilde, sencillo, humano, sin privilegios, que se acercaba y conversaba con todos, pese a ser una de las personas más importantes del mundo, algo que caló mucho en Yesica. Una Asamblea donde los indígenas “hemos contado los problemas que estamos pasando en la Amazonía, que está ensangrentada”. Un Papa en defensa de la Amazonía, como ya había hecho en Laudato Si, que Patiachi considera “una llamada a reflexionar sobre lo que estamos haciendo con el Planeta”.
Un Sínodo que hizo ver la necesidad de “apostar y trabajar por una Iglesia con rostro amazónico, que significa respetar las espiritualidades y cosmovisiones de los pueblos indígenas, que estamos en defensa de la vida, de los bosques amazónicos, nuestro hogar que se ve amenazado”, afirmó la vicepresidenta de la REPAM. Desde ahí llamó a alzar la voz ante las amenazas y muertes de tantos hermanos indígenas por denunciar a quienes están invadiendo los territorios, insistiendo en que “eso no significa que nos van a callar”. Un Sínodo que marcó un hito en la historia de la Iglesia y de los pueblos amazónicos, un ejemplo de que se puede caminar juntos pueblos indígenas e Iglesia, pues nos une la defensa de la Amazonía.
Un proceso nacido en 2013
El presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía la presentó como “fruto del Espíritu Santo y del trabajo realizado desde el inicio de la REPAM en 2014”, afirmando que tres años después podemos descubrir signos que expresan los frutos del Sínodo. Recordó los primeros pasos dados en Puyo en 2013, donde “surgió la aventura de hacer una red eclesial para la Amazonía, un regalo de Dios” la fundación de la REPAM en Brasilia en 2014, que contó con un impulso inicial del Papa Francisco. El proceso de escucha con una participación de más de 87 mil personas, y como “el entusiasmo se apoderó de muchos de nosotros y especialmente de los pueblos originarios”.
En relación con el tema: “Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, dijo haber sido sorprendido, pues “de la periferia al centro, la Amazonía es fuente de vida en el corazón de la Iglesia”. Posteriormente el Documento Final, con más de 150 propuestas evangelizadoras, una de ellas la creación de un organismo episcopal, y ahí el Papa Francisco dio un salto cualitativo para crear la Conferencia Eclesial de la Amazonía, la primera en la historia de la Iglesia, aprobada el pasado 3 de octubre, lo que supone un paso de conferencias episcopales a conferencias eclesiales, que está siendo “motivo de gran alegría, estamos abriendo caminos y aportando a la Iglesia católica y al Papa Francisco para que el próximo Sínodo pueda ser enriquecido”.
No olvidó la importancia en este proceso de la figura del cardenal Claudio Hummes, primer presidente de la REPAM y la CEAMA, que “desde el cielo nos está ayudando”, recordando que dos meses antes de morir nos encargó consolidar la CEAMA, que “ya tiene su partida de nacimiento, pero que todavía tenemos que cuidar y proteger, pues es una plantita fruto del proceso sinodal. Una gracia de Dios y un signo de esperanza para la Amazonía”, enfatizó el cardenal peruano.
Vida Religiosa desafiada a cambiar
En representación de la Vida Religiosa de América Latina y el Caribe, que han hecho “un recorrido de escucha, reflexión, conversión y movilización”, su presidenta, Liliana Franco ve el Sínodo como “el inspirador de una manera nueva de situarnos, nos ha confrontado a un nuevo estilo de vida y nos ubicó en salida”. Tras experimentar en el Sínodo que los pobres y la Tierra claman, afirmó que “muchos de los religiosos del continente lo saben porque hacen el camino con la gente en el territorio, acompañan y padecen todos los riesgos que supone estar en el contexto”.
Un Sínodo que provocó el “crecimiento en la conciencia de ser familia universal, de que habitamos una Casa Común”, llamando a “dialogar sobre el modo como estamos construyendo el futuro del Planeta”, pero también preguntarse sobre hábitos, estilos de vida y relaciones dentro de la Vida Religiosa y con la Tierra, rutinas de consumos, y con quiénes y desde qué criterios establecen alianzas. También como oportunidad para impulsar relaciones más honestas, responsables, de mayor cuidado y reverencia con todo lo que existe. Así como para “una lectura de fe de la realidad encarnada”, que implica “ir a la raíz, ayudar a desentrañar las causas”.
Una ocasión para ayudar a evidenciar la inequidad ante las brechas evidentes, para reconocer el porcentaje significativo de la vida consagrada que se “encuentra donde hay confort, donde la conciencia tiende a cauterizarse, llamando a salir de nosotros mismos desde una dimensión mística y profética”. Han sido años para apostar por un nuevo estilo de vida, reconocer la sacralidad de lo creado, la interdependencia mutua, asumir la vocación misionera en la Amazonía, entretejer relaciones de cuidado, trabajar en red, posibilitar alianzas, construir relaciones, desde la cultura del encuentro y del buen trato. Un llamado a la conversión ecológica y pastoral, con nuevas prácticas que humanicen, dignifiquen, levanten y sean más respetuosas de los ecosistemas. También profundizar en la importancia de la itinerancia y “descubrir la necesidad de hacer presencia en la Amazonía como Vida Religiosa”.
Un nuevo modelo eclesial nacido en la Amazonía
Los frutos se hicieron presentes en que los pueblos originarios reconocieron su vida y sus palabras en los documentos surgidos del Sínodo, en palabras de Mauricio López, que hizo ver que “lo compartido en la escucha, el Papa se lo estaba devolviendo como una responsabilidad para llevar adelante”. Tres años en que los pueblos amazónicos mostraron grandes capacidades de resiliencia, de traer luz para toda la Iglesia, de ser, citando palabras del Papa, “Amazonía como lugar teológico”, donde se expresa la presencia viva de Dios en medio de la realidad que tiene algo que ofrecer a toda la Iglesia, según el director del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del Celam.
En este camino Destacó tres aspectos: la instauración para toda la Iglesia universal de un modelo de escucha que trata de alcanzar a todo el Pueblo de Dios, superando espacios reducidos del grupito de élite, algo visto en la Asamblea Eclesial y en el Sínodo sobre la Sinodalidad y su documento fruto de la escucha, donde aparece un modo de acoger en el corazón aquellas voces que vienen desde la vida encarnada.
Un segundo elemento dado en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe y su modo de escucha tratando de llegar a los márgenes, con procesos de discernimiento hechos a partir de esto, como en el Sínodo amazónico. Con un discernimiento virtual. También, como tercer elemento, el Sínodo sobre la Sinodalidad, con una Asamblea en dos momentos, para que el Pueblo de Dios participe no solo en la escucha y el discernimiento, sino en la apropiación y en la validación de aquellos frutos que se van a ir trazando, una experiencia vivida que se sostenga en el tiempo. Todo buscando una mayor sinodalidad, ir dando pasos hacia adelante, pues el camino es la experiencia.
En resumen, un tiempo para mostrar que Sínodo para la Amazonía, Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe son “pasos para un cambio en la Iglesia”. Para ello se busca que no haya este clericalismo, la participación de la mujer, el rechazo a los abusos, una dinámica de mayor inclusión, acompañar los desafíos socioambientales, un gran aprecio por la escucha, por sentirnos parte de esta Iglesia, por todo lo que nos da identidad. “Tres años que es un tramo pequeño en este Kairós que viene desde hace 60 años con el Concilio Vaticano II y nos proyecta para muchos años en este sentido sinodal”, concluyó Mauricio López.
Con 96 años, la religiosa dedicó más de la mitad de su vida al cuidado de los enfermos y a mejorar el nivel de la salud del pueblos indígenas y ribereños de la provincia de Datem del Marañón, en la región Loreto.
El pasado 26 de octubre, en la ciudad de Lima, falleció la Hna. María del Sagrario Sanz, de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, a los 96 años de edad. La religiosa del Vicariato Apostólico de Yurimaguas vivió durante años en la capital de la provincia de Datem del Marañón, acompañando en su labor pastoral a los pueblos indígenas amazónicos y ribereños de la región Loreto, a orillas del río Marañón.
Ella dedicó más de la mitad de su vida al cuidado de los enfermos y a mejorar el nivel de la salud de las poblaciones en la selva peruana.De allí surgió su merecido nombre, el “Ángel de la Amazonía”. Y es que la misionera, en colaboración siempre con sus hermanas de congregación, fue una de las principales impulsoras de promover la Pastoral de Salud del Vicariato y de ver terminada la obra del Hospital Santa Gemma de Yurimaguas.
Desde que llegó a la ciudad de San Lorenzo, hace 60 años, se destacó su trabajo constante y vocacional. "Visitó todos los ríos encomendados a esa misión: organizó a los promotores de salud (...) generó esperanza, acompañó a moribundos. Contagiaba la alegría de los niños. Enfermeras y doctores saben de su dedicación y buen hacer", recordó Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos.
La religiosa también participó activamente en la creación de la primera posta de salud en San Lorenzo, destacándose de su misión su trabajo constante y vocacional. Una ardúa labor que fue reconocida en su momento con el Premio Mujer del Año en San Lorenzo y el Premio por la Paz, otorgado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
A pesar de que vivió muchas epidemias en la Amazonía, y las dificultades presentadas, nunca perdió la sonrisa, destaca Mons. Cadenas. "Para ella lo fundamental era defender a su gente de Datem del Marañón.Todo ello se sustentaba en su vida de oración y entrega incondicional a Dios. Dios ha pasado por San Lorenzo a través de ella. Hasta las benditas manos de Dios, Hna. Sagrario. Descansa en paz".
La proyección de la película se realizará el próximo sábado 29 de octubre a las 5 de la tarde en el auditorio del Colegio de Jesús, en Lima.
Con el fin de reflexionar sobre el mensaje enviado por el Papa Francisco en “La Carta”, una película que ahonda en el poder de la humanidad para detener la crisis ecológica, el Movimiento Laudato Si’ Perú y distintas organizaciones aliadas alistan una proyección y conversatorio sobre el film para el próximo sábado 29 de octubre a las 5 de la tarde en el auditorio del Colegio de Jesús, Pueblo Libre, ubicado en la ciudad de Lima.
La producción es protagonizada por aquellas voces y rostros que por lo general no son escuchadas en el diálogo global sobre el cuidado de la Casa Común. La película cuenta la historia del viaje a Roma de un líder indígena del Amazonas, un refugiado climático y estudiante de Senegal, un activista juvenil de la India y un equipo de científicos de Estados Unidos, quienes dialogarán con el Papa Francisco sobre la encíclica Laudato Si’.
El documental, protagonizada por un grupo de defensores ambientales y el Santo Padre, también ofrece una visión reveladora de la historia personal del Papa Francisco y relatos nunca antes vistos desde que se convirtió en el obispo de Roma. “Es un llamado a toda la humanidad para entender la necesidad de cuidar de nuestra Casa Común”, sostuvo Rosario Casas Martínez, coordinadora nacional del Movimiento Laudato Si’ Perú.
Con la realización del cinefórum, añadió, se busca profundizar, desde una mirada crítica, sobre el mensaje que transmite esta película en el ámbito cinematográfico, eclesial, científico y de fe, para saber cuál tendría que ser la respuesta de los creyentes; así como conocer lo que piensan los jóvenes y los pueblos indígenas, considerados protectores de la Amazonía y de la Casa Común, acerca de este anuncio.
El largometraje, que tiene una duración de alrededor de 80 minutos, ha sido elaborado por el equipo de producción Off the Fence, ganador de un premio Oscar con el documental My Octopus Teacher, según dio a conocer el Movimiento Laudato Si'. Además, a casi un mes de su estreno a través de Youtube Originals, "La Carta" ha alcanzado más de 8 millones de reproducciones en la plataforma.
Apoyo y solidaridad
En Perú, el Movimiento Laudato Si’ e instituciones como la REPAM Perú, el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS), entre otras, vienen impulsando la difusión de esta película con la proyección que se realizará en el auditorio ubicado en Av. Brasil 2470, que cuenta con capacidad para 500 personas. Se espera contar en este espacio con integrantes de grupos eclesiales, parroquias, organizaciones indígenas y de la sociedad civil, estudiantes y misioneros.
Asimismo, el conversatorio recogerá distintas voces del ámbito eclesial, científico, y de liderazgos indígenas y juveniles. Para quienes no puedan asistir a este diálogo, se transmitirá desde las 6:30 de la tarde en vivo a través de Facebook Live de lás páginas Querida Amazonía y Movimiento Laudato Si' Perú.
El ingreso a la proyección y conversatorio es libre, no obstante, como un gesto de solidaridad, se pide a los asistentes traer víveres no perecibles que serán entregados a las ollas comunes de Lima. La donación recolectada será canalizada a través del Arzobispado de Lima, que se encargará de distribuirlas a estas iniciativas ciudadanas para la atención alimentaria de miles de vecinos de la capital del Perú.
Bien lo plantea la Palabra de Dios que “la fe sin obra es muerta” (Stg 2,17). Por eso hermanos y hermanas de la Amazonía, a partir del Documento Final del Sínodo Amazónico y de la Exhortación del Papa Francisco “Querida Amazonía”, la Iglesia es garante de la defensa de la vida y los derechos humanos en sus territorios.
Por: Comunicaciones REPAM
En esta tercera entrega, de la serie Frutos del Sínodo Amazónico, monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos (OEA), hace eco de las luchas de los pueblos amazónicos en la defensa de sus derechos y de como el propio Papa Francisco en Querida Amazonía ha deseado despertar la preocupación por esa tierra que en nuestra y reconocerla como un misterio sagrado.
Aún cuando la Amazonía está marcada por dificultades y daños, la Red Eclesial Panamazónica (Repam) como organizsmo eclesial ha seguido el llamado del Santo Padre estabeciendo vínculos con las autoridades locales como también con los organismos internacionales, como la OEA.
El prelado recordó que el 08 de agosto de 2022 “tuve la dicha de presenciar una declaración conjunta entre la Secretaría General de la OEA y la Repam, en dicho documento se destaca la necesidad de afrontar la urgencia humanitaria y ambiental que vive la Amazonía”.
Lucha de los jóvenes
Por su parte, Darlyn García, abogada e indígena venezolana, hizo un llamado a los jóvenes de la Amazonía integrarse a la lucha, que “no dejen solos a sus sabios y sabias, sino que se sigan luchando por el derecho al territorio, un derecho que es fundamental”.
“Ese es el mejor mensaje a los jóvenes: lucha, constancia y mucha fe, pues la fe es lo último que se pierde y estoy convencida que podremos tener muy pronto nuestro título territorial”, acotó.
SOBRE LA CAMPAÑA
Frutos del Sínodo Amazónico es una campaña creada desde la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos /as (CLAR) y Cáritas Latinoamérica y el Caribe.
El anuncio fue comunicado este jueves 20 de octubre por la misma institución. El Santo Padre ve este paso como “una gran alegría para la Iglesia universal” y, en especial, para el Pueblo de Dios que peregrina en la Amazonía.
Por: Sebastián Sansón Ferrari – Vatican News
La Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) ha sido erigida como una organización de la Iglesia católica con personería jurídica canónica y pública. Así fue comunicado por el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto del Dicasterio de los Obispos, en un decreto del 3 de octubre de 2022.
Como también recoge el CELAM, se trata de una noticia grata y desafiante, según un comunicado de la CEAMA, difundido este jueves 20 de octubre. “Sin duda, la aprobación de la CEAMA es fruto del Espíritu Santo”, afirma el texto, que también resalta que el proceso sinodal se inició con la creación de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) el 14 de septiembre de 2014, cuyo presidente fue el Cardenal Claudio Hummes. Las entidades cofundadoras de la REPAM son el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) y el Secretariado Latinoamericano y del Caribe de Cáritas (SELACC).
Ocho meses después, el Santo Padre publicó la encíclica Laudato si’, en la que afirma que “hay lugares que requieren un cuidado particular por su enorme importancia para el ecosistema mundial, o que constituyen importantes reservas de agua y así aseguran otras formas de vida (…) Mencionemos, por ejemplo, esos pulmones del planeta repletos de biodiversidad que son la Amazonía uy la cuenca fluvial del Congo, o los grandes acuíferos y glaciares. No se ignora la importancia de esos lugares para la totalidad del planeta y para el futuro de la humanidad”.
El proceso desembocó en la realización del sínodo panamazónico del 6 al 27 de octubre de 2019 y al documento final, donde aparece como una propuesta la necesidad de crear un organismo episcopal que contribuyera a realizar un plan pastoral de conjunto para la región amazónica.
Siguiendo los pasos, el 29 de junio de 2020, en plena pandemia de coronavirus, nació la CEAMA, en consonancia con la eclesiología del Concilio Vaticano II, de cuya apertura se cumplieron 60 años el pasado 11 de octubre.
La CEAMA considera que su aprobación jurídica y canónica es un “motivo de profundo agradecimiento a Dios, al Papa Francisco y a todos los que animaron este proceso sinodal”, establece la nota. No obstante, desde la institución asumen un desafío: ponerse en comunicación con las Conferencias Episcopales para explicar “la gracia especial de la CEAMA como un espacio de escucha, discernimiento y de acción pastoral misionera en la Región Amazónica”. Este espacio también se llevará a cabo con las Nunciaturas Apostólicas, buscando ayuda en el reconocimiento legal de la CEAMA ante los Estados comprendidos en el territorio amazónico.
Veinte hombres y mujeres, provenientes de siete puestos de misión del Vicariato Apostólico San José del Amazonas, compartieron sus experiencias y la realidad que viven en estos territorios, a fin de reflexionar sobre los desafíos y retos que enfrentan para alcanzar una pastoral social vicarial articulada.
Por: P. César Caro - Vicario general de San José del Amazonas
Durante los días 5 al 7 de octubre ha tenido lugar, en la casa de Punchana, el Encuentro Vicarial de Pastoral Social. Con una participación de veinte personas procedentes de siete puestos de misión del territorio vicarial, ha sido la primera reunión con esta temática específica de la que tenemos noticias, y está encuadrada en el proceso de reestructuración interna de la pastoral vicarial que arrancó en la pasada Asamblea de marzo.
Los objetivos eran recoger experiencias del trabajo pastoral social en los puestos de misión, compartir qué es lo que más nos duele, lo que nos toca de esta realidad actual, y pensar y proyectar líneas de trabajo a seguir. Ayudaron a realizar este proceso de discernimiento varios facilitadores: por el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), su director, Manuel Cornejo, y la abogada Verónica Shibuya; por la Comisión Episcopal de Acción Socia (CEAS), Silvia Alayo -secretaria ejecutiva- y Javier Jahnke.
Foto: Cedida
En un primer momento, los participantes se colocaron unas grandes lentes para VER la realidad en sus puestos, y compartieron las problemáticas sociales que viven, así como las acciones que tratan de responder a ellas. Esta visión fue profundizada y expresada de manera creativa en la segunda parte: SENTIPENSAR. A continuación, una reflexión más sistemática mirando primero a Jesús y su praxis liberadora y después a conceptos y enfoques clave en acción social (ILUMINAR), dio paso a un esfuerzo de concreción en el ACTUAR: cuáles son los obstáculos, las necesarias conversiones y los desafíos a la hora de pensar una pastoral social vicarial articulada.
Sobrevoló la reunión un convencimiento que es a la vez camino: la pastoral social forma parte esencial de la evangelización igual que la liturgia o la catequesis. Cuando hacemos vida la misericordia de Jesús hacia los más vulnerables estamos anunciando la Buena Noticia. Salieron muchos temas que preocupan y apasionan: los abusos a menores, el cuidado de la Casa Común, la trata de personas, el cuidado de los discapacitados, los niños, los ancianos… Se constató la necesidad de potenciar el servicio central de Punchana para que sea un corazón que bombee (animación, formación, acompañamiento, asesoramiento…) y recoja clamores, casos, dificultades.
Foto: Cedida
Es necesaria una incidencia política para tratar de cambiar la realidad, y crear sinergias con otras instituciones y organismos. Pero sobre todo prevaleció la aspiración a construir juntos un sueño que formulamos así: “El Vicariato San José del Amazonas con una pastoral social integrada y articulada”.
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), la Red Eclesial Panamazónica (Repam), la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR) y Cáritas Latinoamérica y el Caribe, lanzan desde este 06 de octubre la campaña “Frutos del Sínodo Amazónico” para celebrar tres años de camino a la luz del Documento final y la exhortación postsinodal Querida Amazonía.
Por: Ángel Morillo / ADN Celam
Para ello, se han recogido testimonios desde diversas instancias, núcleos temáticos y colectivos ligados con la Repam y la Ceama, en el que hablan sobre los avances de los cuatros sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía: social, cultural, ecológico y eclesial. Estos testimonios saldrán a lo largo de las próximas semanas por las redes sociales de las instituciones.
El árbol que da frutos
La identidad de esta campaña está centrada en un árbol, cuyos frutos (maduros, pintones y verdes) caen para formar el nombre “Frutos del sínodo amazónico” con el cual “se desea crear una identidad permanente para celebrar en adelante el aniversario de este Sínodo que comenzó con la visita del Papa Francisco a Perú”, explica el sacerdote de la Consolata Julio Caldeira, referente de comunicación de la REPAM.
Se trata de un arbol de chonta (chontaduro en algunas otras regiones) conocido en idioma shuar como uwi, que mide de 10 a 15 metros y es originario de la Amazonía y que se ha esparcido en Centroamérica y el Caribe.
“De ese mismo modo queremos que la Iglesia en la Amazonía se vaya expandiendo por el mundo, puesto que precisamente queremos amazonizarlo. El Papa siempre ha tenido presente la Iglesia amazónica, se ha evidenciado con su respaldo a los estatutos de la CEAMA”, ha explicado Aura Orozco, referente de comunicación de la CEAMA.
Ejercicio de genuina sinodalidad
Monseñor Miguel Cabrejos, presidente del Celam, se ha unido a esta celebración. Al respecto, ha señalado que “en un ejercicio de genuina sinodalidad, queremos presentarles esta campaña”.
Por eso, “queremos invitarlos a acompañar esta serie y a compartirla. En ella destacamos la riqueza que brota del corazón de la Iglesia en la Amazonía a lo largo de este proceso sinodal que sigue animando a tantos hombres y mujeres de bien a caminar juntos, discerniendo los nuevos caminos que debemos recorrer en América Latina y el Caribe y en la Iglesia universal”.
El evento paralelo desarrollado en el marco del 52º Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) reunió a los representantes de la REPAM, la OEA y los pueblos indígenas, a fin de incidir y visibilizar la situación que se vive en el territorio amazónico.
El Núcleo de Derechos Humanos de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la Misión Permanente del Perú ante la OEA y la Misión de la Santa Sede ante la OEA organizaron el evento paralelo “Derechos de los Pueblos Indígenas Amazónicos”, desarrollado el martes 4 de octubre con el objetivo de profundizar y complementar el lema de la 52° Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos “Juntos contra la desigualdad y la discriminación”.
Previo a la Asamblea General que será liderada por los Cancilleres americanos del 5 a 7 de octubre en la ciudad de Lima, Perú; el embajador Harold Forsyth, representante Permanente del Perú ante la OEA; Monseñor Juan Antonio Cruz, representante Observador Permanente de la Santa Sede ante la OEA, Lily Calderón Ramos, coordinadora del Núcleo de Derechos Humanos de la Red Eclesiástica Panamazónica, y David Lobatón Palacios, profesor y jefe del Departamento de Derecho de la PUCP, dieron a conocer la situación de los pueblos indígenas de la Amazonía.
Contra la desigualdad y la discriminación
“El Papa Francisco desde el inicio de su pontificado ha tenido un privilegio por los que están excluidos y descartados. Por eso el lema de esta Asamblea General viene como anillo al dedo”, sostuvo Monseñor Juan Antonio Cruz. Además, expresó que “tenemos que luchar por dar voz a quienes no la tienen, para que todos puedan tener acceso a los mismos derechos y seamos iguales ante la ley y la sociedad”.
Foto: REPAM Perú
El representante Observador Permanente de la Santa Sede ante la OEA señaló que el Sumo Pontífice ha puesto un impulso para que “todos estos pueblos no sufran una colorización cultural”, sino que la Amazonía pueda promoverse y estar abierta al mundo. “Que sea portadora de valores para nosotros. Y desde ahí, la iglesia, no ahora, sino desde siempre, ha tenido un privilegio de estar defendiendo los derechos de los pueblos originarios”.
Por su parte, el embajador Harold Forsyth resaltó la importancia de generar un espacio propio para abordar la situación de las poblaciones indígenas que viven en la Amazonía. “Coincidimos, en ese sentido, con el esfuerzo que viene realizando la Iglesia Católica por medio de la Red Eclesial Panamazónica, las diversas organizaciones de los pueblos amazónicos y la propia OEA”, manifestó.
Foto: REPAM Perú
El representante Permanente del Perú ante la OEA coincidió en que el lema de la 52° Asamblea General, “Juntos contra la desigualdad y la discriminación”, encaja con los objetivos que ya tiene la REPAM. “Y el lema personal de la gestión del secretario general de la OEA, Luis Almagro, es más derechos para más gente. Eso es lo que les reúne a ustedes en esta tarea llena de nobleza”, añadió el embajador Forsyth.
Amar y proteger la Amazonía
Sobre este evento paralelo, Monseñor Juan Antonio Cruz manifestó que se encuentra “en el corazón del Papa”, pues los pueblos originarios son el “símbolo de lo que significa la Amazonía”. Recordó también que hace tres años se convocó al Sínodo para la Amazonía, que tuvo como fruto la exhortación apostólica postsinodal ‘Querida Amazonía’ para despertar el afecto y la preocupación por este territorio. “Por eso estamos aquí. Es un paso más para dar visibilidad a esta tierra que es también nuestra. Amarla, protegerla y sentirnos íntimamente unidos a ella”.
Al lado de los pueblos originarios
Durante el evento “Derechos de los Pueblos Indígenas Amazónicos”, Lily Calderón Ramos, representante de la REPAM, subrayó que el trabajo de la red busca articular los esfuerzos conjuntos de todas las iglesias locales a lo largo del territorio panamazónico, que abarca nueve países. “Asumiendo toda nuestra experiencia como Iglesia, desde 2014, con las instituciones que son parte de esta red hemos pensado y planteado cómo buscar los modos más adecuados para responder a esta necesidad urgente de los pueblos indígenas”, explicó.
Es así como, desde 2016, a través del Núcleo de Derechos Humanos e Incidencia Internacional de la REPAM, se han realizado tres escuelas formativas reuniendo a líderes de pueblos indígenas y comunidades tradicionales de la Panamazonía. El principal objetivo de estos espacios es proporcionar herramientas educativas que ayuden a formalizar las denuncias sobre violaciones de derechos humanos ocurridas en el territorio amazónico.
Entre las principales problemáticas que aborda el Segundo Informe Regional, la representante del Núcleo de Derechos Humanos de la REPAM explicó que se encuentran la contaminación por mercurio en los ríos que enfrentan en Madre de Dios, Perú, producto de la minería ilegal. “Muchas de las comunidades amazónicas sostienen que son hombres de agua, hombres de río. Viven del río, pescan del río, consumen el agua”, indicó Calderón.
En su discurso destacó también los continuos derrames de petróleo en la Amazonía peruana que han tenido poca o nula respuesta por parte del Estado. “Una dinámica que afecta a todos los países que conforman la Panamazonía”, dijo. Por otra parte, en el informe se recoge la experiencia en Brasil sobre la realidad de los indígenas que migran a las grandes ciudades, una situación que se comparte en toda la Cuenca Amazónica.
Por su parte, el profesor y jefe del Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), David Lobatón Palacios, destacó que el proceso de la REPAM ha promovido pronunciamientos e informes en el ámbito del derecho internacional de los derechos humanos. “Lo que corresponde ahora es que Iglesia Católica en territorio puedan llevar casos o temas concretos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Creo que el camino ya se abrió”, señaló.
Voces de la Panamazonía
En este evento paralelo estuvieron presentes representantes de la comunidad shipibo-konibo de Cantagallo, una población que migró desde la región Ucayali hace más de treinta años para trasladarse hacia la capital. Augusto Valles Odicio, presidente de la Asociación de Vivienda de Shipibos en Lima (AVSHIL), expresó ante el panel los principales problemas que vive su comunidad en la ciudad.
“Hay una cantidad de madera que están sacando del territorio de mi comunidad en Ucayali. Están depredando la Amazonía”. Afirmó que están cansados de denunciar y que las autoridades se hagan los ciegos y sordos. “No sabemos a dónde ir, y es por eso que se queda ahí. Porque no tenemos la posibilidad para poder pelear contra este poder económico”, denunció el dirigente.
Foto: REPAM Perú
Desde la comunidad Cantagallo se reclama que, desde hace muchos años, el Gobierno no atiende sus tres necesidades urgentes en educación, salud y vivienda. Ellos se sienten discriminados. “Hablamos de nuestros derechos, pero no vemos presencia de las autoridades en la comunidad. Da mucha pena porque todos somos peruanos”, apuntó Guirda Karina Pacaya Cruz, presidenta de la Asociación de Artesanos Shipibos Residentes en Lima Pro Vivienda (ASHIRELV).
La lideresa enfatizó que las personas que integran la comunidad son migrantes en busca de oportunidades y que, a pesar de los años transcurridos en Lima, siguen siendo igual de discriminados. “Lo que pediría es que en esta Asamblea las problemáticas que tenemos se agenden para que de esta manera las comunidades seamos visibles. Porque de que sirve que haya reuniones si solo nos traen para ser la imagen”, añadió.
En otro momento, la Hermana Ana María Palomino Corzo, representante de la pastoral indígena del Vicariato de Pucallpa con más de treinta años de experiencia misionera en el acompañamiento a pueblos indígenas, relató que el Estado se deben replantear la situación de los hermanos indígenas en el contexto urbano. “Hay que darles un lugar y reconocimiento de sus derechos en estos territorios”, mencionó.
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La religiosa explicó que cuando la población indígena migra, se rompe ese lazo con la tierra que significa todo para ellos. Si bien se está avanzando con la pastoral indígena urbana, sostuvo que hay que darle a esta población migrante un lugar y un reconocimiento de sus derechos en estos nuevos territorios. “La vida que es digna debe ser resignificada en todos los lugares de nuestro territorio nacional”.
Monseñor Alfredo Vizcarra, obispo del Vicariato Apostólico de Jaén, y presidente de la REPAM Perú y del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), presente en el espacio, también intervino para remarcar que se está corriendo para “mitigar el mal que se esta haciendo”. Una situación que sigue sucediendo porque se permite. “Es un problema de derechos humanos. La gente ve afectada su vida por la tala, los derrames de petróleo, la extracción de minerales”.
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Para el obispo, la falta de atención del Estado en derechos fundamentales como la salud y educación es “una injusticia” que debe remediarse con el cambio en la política de gobierno hacia la Amazonía. “Toda una población aquí en Lima, en el centro, vecina a Palacio de Gobierno, y no hay una atención”, subrayó.
El representante del Vicariato de Jaén indicó que esta política no se debe decidir en Lima, sino con la participación de los pueblos indígenas y los que habitan en la Amazonía, con el fin de ver la forma de resolver los problemas que están “explotando en todas partes” y “apagar el incendio”. En ese sentido, mencionó que se debe velar por “una política de desarrollo sostenible, integral, que respete los ecosistemas, la cultura y dé oportunidad a aquellos que lo necesitan”.
Este 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, concluye el #TiempoDeLaCreacion que inició el pasado 1 de septiembre. En Vatican News compartimos el testimonio del Padre Roberto Carrasco, Oblato de María Inmaculada, sobre la implementación de “Querida Amazonia” en la región amazónica del Perú.
Por: Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“No podemos ser indiferentes al grito de la tierra. Como Iglesia tenemos que responder porque somos un cuerpo y la amazonia es parte de este cuerpo. Acojamos el llamado de Santo Padre para el cuidado de la Casa común”, lo dijo el Padre Roberto Carrasco Rojas, O.M.I., Superior de la Delegación General de Bolivia y Perú (BOLPER), de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, explicando cómo han venido implementando las conclusiones del Sínodo para la región Panamazónica, recogidos en el documento “Querida Amazonia”, en la amazonia peruana.
Profundizar en la actitud de escucha
Este 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, concluye el Tiempo de la Creación, que inició el pasado 1 de septiembre, un tiempo para orar, meditar y realizar acciones concretas en favor de la Casa común. Al respecto, el Padre Roberto Carrasco señala que, “el Papa Francisco ha sido muy certero al iniciar un proceso de sinodalidad, en el cual es necesario ponernos en una actitud de escucha. Esta es la clave y esto es una actitud de los pueblos indígenas para iniciar el cuidado de la Casa común. Hay que escuchar a los hermanos, pero también a la madre tierra”. En este sentido, afirma el misionero peruano, no podemos ser ajenos, indiferentes a las tragedias que pasan en la amazonia, sobre todo, en estos últimos derrames de petróleo que hemos tenido, en el Vicariato de Iquitos, en el oriente peruano.
No podemos ser indiferentes al grito de la tierra
Ante esta situación, no podemos ser indiferentes al grito de la tierra. Ya en su momento, Monseñor Miguel Ángel Cadenas, Vicario Apostólico de Iquitos, denuncio la indiferencia de las empresas y el gobierno peruano ante estos desastres que afectan a la amazonia. “La respuesta de la Iglesia ha sido fuerte, a partir del trabajo que se realiza en el Vicariato de San José del Amazonas, del apoyo de muchos animadores cristiano, misioneros, religiosos y religiosas y toda la población que vive en la ribera del río. Como Iglesia tenemos que responder porque somos un cuerpo y la amazonia es parte de este cuerpo. Repito, no podemos ser indiferentes, acojamos el llamado de Santo Padre”.
El compromiso de los Oblatos de María Inmaculada por la creación
En el contexto del 37 Capítulo General de los Oblatos de María Inmaculada, uno de los compromisos asumidos por la Congregación, indicó el Padre Carrasco, es continuar con la opción del cuidado de la creación. “Para nosotros, ha salido como un elemento importantísimo, el cuidado de la Casa común. Hemos venido realizando unos webinars sobre la Laudato si’, 10 webinars, que nos ha congregado a diversos Misioneros Oblatos de María Inmaculada a lo largo de todo el mundo, en 70 países, que están comprometidos con este tema. Hoy, queremos llevar adelante este argumento, del cual no podemos ser indiferentes. Basta, mirar lo que está sucediendo en Europa, lo que está sucediendo en América Latina, los huracanes y tornados, inundaciones, los cambios bruscos de temperatura, etc. No podemos ser ciegos para no darnos cuenta que la tierra, la madre Tierra, la Casa común está clamando”.