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26 Mar 2024

Misioneras de Iquitos y San José del Amazonas reafirman su compromiso de servicio en la Amazonía

Por medio de un manifiesto, mujeres de la Iglesia católica amazónica renovaron su deseo de insertarse en condición de hermanas en lo profundo del territorio. 

Las Hermanas de la Vida Religiosa Femenina que peregrinan en los Vicariatos de Iquitos y San José del Amazonas reafirmaron su compromiso de acercarse a las comunidades más necesitadas como compañeras y aprendices en misión. A través de un manifiesto, y guiadas por la voz de Dios y el llamado del Papa Francisco en “Querida Amazonía”, expresaron su deseo de participar activamente en la pastoral de los vicariatos, respetando la identidad y ritmos de las comunidades.

Según señala el documento, ellas quieren ser expresión de la Buena Noticia de Jesús, privilegiando el testimonio sobre las palabras. Anhelan llegar a los más necesitados, aquellos privados de sus derechos, y abrazarlos con un amor que dignifique, al tiempo que se dejan sorprender por la presencia de Dios en la sacralidad de una tierra que acoge y cautiva con su belleza y desafíos. Asimismo, buscan encarnar la Iglesia, siendo hermanas que se aman, se cuidan y se animan mutuamente en la vivencia misionera compartida.

"Nos animamos unas a otras a cuidar de la dignidad humana, de la tierra, del agua y de las culturas", afirmaron las hermanas en su manifiesto. "Estar en la Amazonía es un privilegio que nos alegra el corazón… aquí nos quiere Dios… Somos misioneras y el cuidado de la Amazonía es una prioridad. Sabemos que algunos quedan encantados por la selva, otros la ven como una despensa para un equivocado desarrollo, algunos no quieren saber de ella, pero nosotras seguimos aquí, hemos aprendido a amar este pueblo", mencionaron.

Foto: Vicariato de Iquitos.

Este documento se realizó luego del encuentro de religiosas de los Vicariatos de Iquitos y San José del Amazonas, realizado del 16 y 17 de marzo. Un espacio de formación que se llevó a cabo con la Hna. Gloria Liliana Franco Echeverri, ODN, presidenta de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR). "Estos días como las mujeres del alba, nos dejamos llevar al ritmo del Espíritu, para salir con el corazón ensanchado a anunciar con ternura y coraje a Jesús en nuestros hermanos en la Amazonía", refirieron.

A continuación, lee el documento completo:

Manifiesto de la Vida Religiosa que Peregrina en los Vicariatos de Iquitos y San José del Amazonas:

  1. Nosotras, Vida Religiosa Femenina que peregrina en los Vicariatos de Iquitos y de San José del Amazonas, renovamos nuestro deseo de insertarnos en condición de hermanas en lo profundo del territorio.
  2. Estamos aquí porque hemos escuchado la voz de Dios a movilizarnos, a salir; porque nos hemos sentido enviadas y en lo cotidiano el Señor nos va revelando su querer en esta “Querida Amazonía”.
  3. Permanecemos, porque hacemos eco de la voz del papa Francisco, y deseamos ser Iglesia en salida; aproximarnos a las orillas más empobrecidas del territorio en calidad de compañeras de nuestro pueblo, para ser las hermanas que aprenden, que se dejan sorprender por Dios en lo sagrado de una tierra que acoge y que seduce con un derroche de belleza y desafíos. Queremos ser y sentirnos Iglesia, hermanas que se quieren y se cuidan, que juntas se animan a vivir en misión.
  4. Nos moviliza la pasión por los pobres y el deseo de trabajar juntas por el Reino. Queremos ser expresión de la Buena Noticia de Jesús, aprendiendo del pueblo y que hable más el testimonio que nuestras palabras.
  5. Queremos prolongar la misión que otras hermanas, antes que nosotras iniciaron, sabemos que la misión de la mujer en la Iglesia es savia de vida nueva. Queremos participar activamente de la pastoral de los vicariatos, participar en las estructuras y procesos de nuestra Iglesia, pero, por sobre todas las cosas queremos caminar y navegar con nuestra gente, respetando sus ritmos y bebiendo de la riqueza de su identidad. Queremos llegar a los más necesitados que no gozan plenamente de sus derechos y abrazarlos con amor que dignifica.
  6. Que no nos gane el miedo. Nos animamos unas a otras a cuidar de la dignidad humana, de la tierra, del agua y de las culturas. Estar en la Amazonia es un privilegio que nos alegra el corazón…aquí nos quiere Dios…Somos misioneras y el cuidado de la Amazonia es una prioridad.
  7. Sabemos que algunos quedan encantados por la selva, otros la ven como una despensa para un equivocado desarrollo, algunos no quieren saber de ella, pero nosotras seguimos aquí, hemos aprendido a amar este pueblo, y renovamos hoy nuestro deseo de sembrar nuestro sí en este territorio como hermanas.

 

14 Ene 2024

Papa Francisco: Pakrachu, Mai moö, Deoji, Moenxi… ¡Gracias!

Querido Papa Francisco: un saludo cariñoso desde Indiana, a orillas del río Amazonas, donde nos encontramos los participantes en la Escuela de Formación de agentes de pastoral “Lorenzo Guibord”. Unas 90 personas, entre misioneros y laicos, soñando juntos una Iglesia con rostro amazónico y con rostro indígena; por esa ruta es por donde quiere navegar nuestro Vicariato San José del Amazonas, en Perú.
 
Tú eres nuestra gran inspiración, Papa Francisco. Sabemos que formamos parte de tus sueños, y estos días de estudio y capacitación acudimos con mucha frecuencia a tus palabras y escritos. El Sínodo Amazónico, que tú impulsaste, el documento Querida Amazonía, y todo este camino sinodal en que estamos embarcados son una gran luz en nuestro discernimiento y a la vez fuente de felicidad y energía.
Hace menos de un año terminamos nuestro Plan Pastoral. En él decimos que queremos ser “una Iglesia con rostro amazónico, inculturada e intercultural, impulsada por el Espíritu de Jesucristo en la defensa de la vida, la tierra y la cultura, con las personas y los medios necesarios para testimoniarle”. Como ves, en este sueño hay palabras textuales tuyas, porque tus propuestas son para nosotros tesoro y soplo del Espíritu.
 
En esta semana de formación, trabajamos en torno a la importancia capital de los laicos en el futuro de nuestra Iglesia selvática, y concretamente en el papel de la mujer. ¿Sabes que, en nuestro grupo, quizá por primera vez, hay más mujeres que varones? Han venido mamás con sus niños, profesoras, amas de casa, estudiantes… Todas ellas, junto con sus compañeros, han llegado con la ilusión de prepararse para servir a nuestro pueblo como Iglesia samaritana y acogedora.
 
Están también los indígenas, miembros de algunos de los nueve pueblos originarios que hay en nuestro territorio. Hablamos de defender las culturas, de dialogar con los saberes ancestrales, de preservar las raíces, de promover el cuidado, especialmente de los más vulnerables. Es así como nos has enseñado, querido Papa Francisco. Gracias.
 
Nos formamos especializándonos en diferentes servicios y ministerios que como Iglesia entendemos que necesita hoy nuestro pueblo: ministerio para el cuidado de la Casa Común, promotor de derechos humanos, acompañamiento de personas en situación de vulnerabilidad, catequista, acompañante de jóvenes, animador, ministerio de la comunión, de la Palabra, de música… Vamos vislumbrando la fisonomía de nuestra Iglesia vicarial, que desea ser cada vez más sinodal y ministerial, como tú pides a los católicos del mundo entero.
 
Tenemos tanto que agradecerte… Te sentimos como uno de los nuestros, y sabemos que contamos contigo. Por favor, envíanos tu bendición; y nosotros también te bendecimos desde este rincón de la Amazonía peruana, porque bendecir es invocar la presencia bondadosa de Dios y la protección de su amor. Por favor, no te desanimes ante las críticas, no siempre leales; ya sabes que el Señor Jesús tuvo muchas, pero eso no le detuvo en el cumplimiento de su misión. Somos muchos más los que te admiramos y agradecemos a Diosito el don que eres para la Iglesia y para el mundo.
 
Ashka pakrachu, mai moö, deoji, moenxi… ¡Muchas gracias, Papa Francisco!
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Nota publicada originalmente en el blog Kpayo. Se puede leer aquí.
14 Dic 2023

La defensa de la Casa Común. La defensa de los derechos Humanos

La Organización Front Line Defenders, en su informe anual de 2022, establece que en ese mismo año 401 defensores y defensoras de derechos humanos fueron asesinados en 26 países.

Por Sonia Olea / Cáritas Española

Siendo Latinoamérica la región con mayor número de muertes con el 80% del total, repartido en Colombia (186 personas asesinadas), México (45), Brasil (26) y Honduras (17). A su vez, dicho informe establece como causas la defensa de los derechos a la tierra, al medio ambiente y de los pueblos indígenas (48% del total de asesinatos). Así también, Global Witness 2022 vuelve a señalar que en la región de la Amazonía ocurrieron 39 ataques letales; siendo por tanto uno de los lugares más peligrosos del mundo para las personas defensoras de tierra y ambiente. Muchas de ellas mujeres.

Ser mujer en la Amazonía, ser defensora de derechos humanos

En muchas ocasiones nos escuchamos, como mujeres en la lucha por la casa común, también como defensoras de derechos humanos. Pero pocas somos conscientes que, desde esa misma defensa, tenemos también nuestros propios derechos reconocidos por las Naciones Unidas.

Celebramos este año el 25º aniversario de la Declaración de Defensores de los Derechos Humanos, a la vez que el 75º de la Declaración Universal de los DDHH. Y la realidad es que somos muy poco conocedoras de este texto aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1999.

En especial, quizás ya desde el inicio del propio texto, en su artículo 1º, que defender los derechos humanos, los nuestros, los de todas las personas, es en sí mismo, un derecho humano: la promoción y la procura de la protección y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los planos nacional e internacional.

Luchar por el mundo, una naturaleza feliz, agua limpia, aire sano, bosque ancestral, una sociedad digna y sin discriminación alguna, es un derecho humano.

Derecho que todas nosotras podemos y debemos exigir que se nos garantice, reconozca y que, por tanto, se lleven a cabo políticas públicas que permitan hacerlo realidad. Cada día. Y para ello, la declaración nos reconoce el derecho de formar asociaciones, organizaciones no gubernamentales, plataformas; también el de reunirnos y manifestarnos pacíficamente; recabar, obtener, recibir y poseer información sobre los derechos humanos; formarnos en derechos y poder debatir y desarrollar principios nuevos relacionados con los mismos.

Aunque ello suponga que muchas mujeres se juegan la vida, tenemos derecho por supuesto a presentar críticas y propuestas a las autoridades para mejorar el funcionamiento de nuestras comunidades, pueblos, países. Y también a alertar, informar, hacer saber y denunciar cualquier amenaza que se ciña sobre nuestros entornos.

Es un derecho humano que nosotras denunciemos las políticas y acciones de los gobiernos que violan los derechos humanos; que ofrezcamos y nos organicemos para tener asistencia jurídica y técnica cuando somos llevadas ante la justicia (tantas y tantas veces, con el aumento sistemático de la criminalización que se nos hace).

Lo es también el acudir a las audiencias, procedimientos y juicios públicos que se llevan a cabo contra nosotras, o los que nosotras llevamos a cabo con quienes violan nuestros derechos, para así asegurarnos del cumplimiento de las normas vigentes y las obligaciones en materia de derechos humanos.

No tener trabas ni control ni censura en nuestras comunicaciones y uso de las redes sociales, los medios audiovisuales, la elaboración de vídeos y documentales.

Disponer de recursos eficaces y poder ejercer de forma legítima, sin cuestionamiento y criminalización, nuestra opción de ser defensoras.

Que nos protejan cuando ejercemos la defensa de los derechos humanos y que se nos faciliten los medios materiales y humanos necesarios para ello, siendo parte de las políticas públicas de nuestros Gobiernos el poder llevarlo a cabo.

Porque, aunque muchas veces nos hagan creer otra cosa, fomentar los derechos humanos y salvaguardar la casa común, es un derecho que todas tenemos y que queremos que se difunda y crezca cada vez con mayor fuerza.

Así, el temor lógico que tenemos ante la realidad de muerte y persecución en nuestra Amazonía, se pueda tornar colectivamente en fuerza y energía común que nos anime a seguir cuidando lo que es de todas las personas y de la naturaleza. Un Don del Tata Dios.

Calendario 2023: Guardianes del territorio

El Calendario “Mujeres de la Amazonía 2023: Guardianas del Territorio” confirma la sinodalidad y reflexiona sobre su misión como mujeres que defienden la vida y luchan por la garantía de los derechos para las generaciones futuras.

Este tema se expresa a través del arte de la fotografía con el testimonio de mujeres defensoras del territorio. Sus narrativas deben inspirarnos, generando espacios para compartir vida y acciones, y que estas generen vida y transformación.

Pulse aquí para acceder al Calendario 2023: Calendario 2023: Mujeres de la Amazonía, Guardianas del Territorio – REPAM

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Fuente: REPAM

04 Oct 2023

“Laudate Deum”, el grito del Papa para responder a la crisis climática

Publicada la exhortación apostólica de Francisco, que precisa y completa la encíclica de 2015: no estamos reaccionando lo suficiente, estamos cerca del punto de ruptura. Crítica a los negacionistas: indudable el origen humano del calentamiento global. El compromiso con el cuidado de la casa común brota de la fe cristiana.

«“Alaben a Dios” es el nombre de esta carta. Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo». Con estas palabras concluye la nueva exhortación apostólica del Papa Francisco, publicada el 4 de octubre, fiesta del Santo de Asís. Un texto en continuidad con la encíclica más amplia de 2015 Laudato si'. En 6 capítulos y 73 parágrafos, el Sucesor de Pedro se plantea precisar y completar lo ya afirmado en el texto anterior sobre ecología integral, y al mismo tiempo lanzar una voz de alarma y una llamada a la corresponsabilidad ante la emergencia del cambio climático, antes de que sea demasiado tarde. La exhortación mira en particular a la COP28 que se celebrará en Dubai a finales de noviembre y principios de diciembre. Escribe el Pontífice: «con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre» y «es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas» (2). Es uno «de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial» y «los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo» (3).

Los signos del cambio climático, cada vez más evidentes

El primer capítulo está dedicado a la crisis climática mundial. «Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes», explica el Papa. Que observa cómo «en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra», una «enfermedad silenciosa que nos afecta a todos». Además, Francisco afirma: «es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos». El Pontífice, tras recordar que si el aumento de la temperatura supera los 2 grados «se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, con enormes y gravísimas consecuencias para todos» (5), sobre los que minimizan el cambio climático, responde: «lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación —no siglos ni milenios— para constatarlo». «Probablemente en pocos años muchas poblaciones deberán trasladar sus hogares a causa de estos hechos» (6). Los fríos extremos también «expresiones alternativas de la misma causa» (7).

La culpa no es de los pobres

«Con la pretensión de simplificar la realidad -escribe Francisco-, no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres. ¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas?» (9) El Papa también cuestiona la postura de quienes afirman que los esfuerzos para mitigar el cambio climático reduciendo el uso de combustibles fósiles «provocará una reducción de los puestos de trabajo». Lo que está ocurriendo en realidad «es que millones de personas pierden su empleo debido a las diversas consecuencias del cambio climático: tanto el aumento del nivel del mar como las sequías y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva». Mientras «la transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada» es capaz «de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores. Esto requiere que los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello» (10).

Indudable origen humano

«Ya no se puede dudar del origen humano —“antrópico”— del cambio climático», afirma Francisco. «La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera… se mantuvo estable hasta el siglo XIX… En los últimos cincuenta años el aumento se aceleró notablemente» (11). Al mismo tiempo, la temperatura «aumentó con una velocidad inédita, sin precedentes en los últimos dos mil años. En este período la tendencia fue de un calentamiento de 0,15 grados centígrados por década, el doble de lo ocurrido en los últimos 150 años… A este ritmo, es posible que en diez años alcanzaremos el límite máximo global deseable de 1,5 grados centígrados» (12). Provocando la acidificación de los mares y el deshielo. La coincidencia entre estos acontecimientos y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero «no es posible ocultar… Una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima sostienen esta correlación y sólo un ínfimo porcentaje de ellos intenta negar esta evidencia». Por desgracia, observa amargamente el Pontífice, «la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda» (13).

Estamos justo a tiempo para evitar daños más dramáticos

«Me veo obligado -continua Francisco- a hacer estas precisiones, que pueden parecer obvias, debido a ciertas opiniones despectivas y poco racionales que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica. Pero ya no podemos dudar de que la razón de la inusual velocidad de estos peligrosos cambios es un hecho inocultable: las enormes novedades que tienen que ver con la desbocada intervención humana sobre la naturaleza» (14). Por desgracia, algunas manifestaciones de esta crisis climática ya son irreversibles durante al menos cientos de años, mientras que «el derretimiento de los polos no podrá revertirse por cientos de años» (16). Por tanto, estamos justo a tiempo de evitar daños aún más dramáticos. El Papa escribe que «ciertos diagnósticos apocalípticos suelen parecer poco racionales o insuficientemente fundados», pero «no podemos afirmar con certeza» qué sucederá (17). Por lo tanto, «urge una mirada más amplia… Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo» (18). Recordando la experiencia de la pandemia de Covid-19 Francisco repite «todo está conectado y nadie se salva solo» (19).

El paradigma tecnocrático: la idea de un ser humano sin límites

En el segundo capítulo, Francisco habla del paradigma tecnocrático que «consiste en pensar «como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico» (20) y «se retroalimenta monstruosamente» (21) basada en la idea de un ser humano sin límites. «Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo… Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad» (23). Por desgracia, como también enseña la bomba atómica, «el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia» (24). El Papa reitera que «el mundo que nos rodea no es un objeto de aprovechamiento, de uso desenfrenado, de ambición ilimitada» (25). Recuerde también que estamos incluidos en la naturaleza, y «esto mismo excluye la idea de que el ser humano sea un extraño, un factor externo sólo capaz de dañar el ambiente. Debe ser considerado como parte de la naturaleza» (26); «los grupos humanos muchas veces han “creado” ambiente» (27).

Decadencia ética del poder: marketing e información falsa

Hemos logrado «progresos tecnológicos, y no advertimos que al mismo tiempo nos convertimos en seres altamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia» (28). «La decadencia ética del poder real se disfraza gracias al marketing y la información falsa, mecanismos útiles en manos de quienes tienen mayores recursos para incidir en la opinión pública a través de ellos». Estos mecanismos convencen a los habitantes de las zonas donde se van a implantar proyectos contaminantes, engañándoles con que se generarán oportunidades económicas y de empleo, pero «no se les dice con claridad que detrás de ese emprendimiento» quedará «una tierra arrasada» (29) y condiciones de vida mucho más desfavorables. «La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad… extasiados frente a las promesas de tantos falsos profetas, a veces los mismos pobres caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos» (31). Existe «un dominio de los que nacieron con mejores condiciones de desarrollo» (32). Francisco les invita a preguntarse, ante «los hijos que pagarán el daño de sus acciones» cuál es el sentido de sus vidas (33).

Política internacional débil

En el siguiente capítulo de la exhortación, el Papa aborda la debilidad de la política internacional, insistiendo en la necesidad de favorecer «los acuerdos multilaterales entre los Estados» (34). Explica que «Cuando se habla de la posibilidad de alguna forma de autoridad mundial regulada por el derecho no necesariamente debe pensarse en una autoridad personal» sino de «organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria, y la defensa cierta de los derechos humanos elementales». Que «deben estar dotadas de autoridad real de manera que se pueda “asegurar” el cumplimiento de algunos objetivos irrenunciables» (35). Francisco deplora que «las crisis mundiales sean desaprovechadas cuando serían la ocasión para provocar cambios saludables. Es lo que ocurrió en la crisis financiera de 2007-2008 y ha vuelto a ocurrir en la crisis del covid-19», que han traído «más individualismo, a más desintegración, a más libertad para los verdaderos poderosos que siempre encuentran la manera de salir indemnes» (36). «Más que salvar el viejo multilateralismo, parece que el desafío actual está en reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial» (37) reconociendo que muchas agregaciones y organizaciones de la sociedad civil ayudan a compensar las debilidades de la Comunidad internacional. El Papa cita el proceso de Ottawa sobre minas antipersona, que muestra cómo la sociedad civil crea dinámicas eficaces que la ONU no consigue.

Las instituciones que preservan a los más fuertes son inútiles

La que propone Francisco es «un multilateralismo “desde abajo” y no simplemente decidido por las élites del poder… Es de esperar que esto ocurra con respecto a la crisis climática. Por eso reitero que «si los ciudadanos no controlan al poder político —nacional, regional y municipal—, tampoco es posible un control de los daños ambientales» (38). Tras reafirmar la primacía de la persona humana y la defensa de su dignidad por encima de cualquier circunstancia, Francisco explicó que «no se trata de reemplazar a la política, porque… las potencias emergentes se vuelven cada vez más relevantes». «Precisamente el hecho de que las respuestas a los problemas puedan venir de cualquier país, aunque sea pequeño, termina presentando al multilateralismo como un camino inevitable» (40). Por lo tanto, es necesario un «marco diferente de cooperación efectiva. No basta pensar en los equilibrios de poder sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales». Necesitamos «reglas globales y eficientes» (42). «Todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones»; necesitamos «espacios de conversación, de consulta, de arbitraje, de resolución de conflictos y de supervisión, y en definitiva una suerte de mayor “democratización” en el ámbito global para que se expresen e incorporen las variadas situaciones. Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos» (43).

Conferencias sobre el clima

En el siguiente capítulo, Francisco describe las distintas conferencias sobre el clima celebradas hasta la fecha. Recuerda la de París, cuyo acuerdo entró en vigor en noviembre de 2016, pero «si bien es un acuerdo vinculante, no todas las prescripciones son obligaciones en sentido estricto y algunas de ellas dan lugar a una amplia discrecionalidad» (47), no hay sanciones por incumplimiento y se carece de medios eficaces para hacer cumplir la ley, no prevé sanciones reales y no existen instrumentos eficaces para garantizar su cumplimiento. Y «todavía se está trabajando para consolidar prácticas concretas de monitorización y facilitar criterios generales que permitan comparar los objetivos de los distintos países» (48). El Papa menciona la decepción de la COP de Madrid y recuerda que la COP de Glasgow relanzó los objetivos de París, con muchas "exhortaciones", pero «las propuestas tendientes a asegurar una transición rápida y efectiva hacia formas alternativas de energía menos contaminantes no pudieron avanzar» (49). La COP27 en Egipto del 2022 «fue un ejemplo más de la dificultad de las negociaciones» y aunque produjo «al menos un avance en la consolidación del sistema de financiación por “las pérdidas y los daños” en los países más afectados por los desastres climáticos» (51) también en esto muchos puntos siguieron siendo "imprecisos". Negociaciones internacionales «no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global. Quienes sufrirán las consecuencias que nosotros intentamos disimular recordarán esta falta de conciencia y de responsabilidad» (52).

¿Qué se espera de la COP de Dubái?

Con respecto a la COP28, Francisco escribe que «decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático» (53). «No podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente. Esta Convención puede ser un punto de inflexión» (54). El Papa señala que «la transición que se necesita, hacia energías limpias… abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria. Por consiguiente, lo que se está haciendo corre el riesgo de interpretarse sólo como un juego para distraer» (55). No se puede buscar únicamente un remedio técnico a los problemas, «corremos el riesgo de quedarnos encerrados en la lógica de emparchar… mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando» (57).

Dejar de ridiculizar la cuestión medioambiental

Francisco pide que se ponga fin a «las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos. Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos. Por eso se requiere un acompañamiento de todos». En cuanto a las protestas de los grupos radicalizados, el Papa afirma que «ellos cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos» (58). El Pontífice espera que de la COP28 surjan «formas vinculantes de transición energética» que sean eficientes, «obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente» (59). «Ojalá quienes intervengan puedan ser estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas. Ojalá muestren así la nobleza de la política y no su vergüenza. A los poderosos me atrevo a repetirles esta pregunta: ¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?» (60).

Un compromiso derivado de la fe cristiana

Por último, el Papa recuerda que la motivación de este compromiso nace de la fe cristiana, animando a «los hermanos y hermanas de otras religiones a que hagan lo mismo» (61). «La cosmovisión judeocristiana defiende el valor peculiar y central del ser humano en medio del concierto maravilloso de todos los seres». «Todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde» (67). «Esto no es producto de nuestra voluntad, tiene otro origen que está en la raíz de nuestro ser, ya que «Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea» (68). Lo importante, escribe Francisco, es recordar que «no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas» (70). «El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura. Este solo hecho de modificar los hábitos personales, familiares y comunitarios» contribuye «gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad» (71). El Pontífice concluye su exhortación recordando que «las emisiones per cápita en Estados Unidos son alrededor del doble de las de un habitante de China y cerca de siete veces más respecto a la media de los países más pobres». Y afirma que «un cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental tendría un impacto significativo a largo plazo. Así, junto con las indispensables decisiones políticas, estaríamos en la senda del cuidado mutuo» (72).

 

Infografía exhortación apostólico Ludate Deum

 

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Nota publicada originalmente en la web de Vatican News. Se puede leer aquí.

06 Jun 2023

Arte indígena del corazón de la Amazonía peruana llega al Vaticano como regalo al Papa Francisco

Yésica Patiachi, lideresa indígena Harakbut y vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), entregó al Santo Padre las dos obras elaboradas por el colectivo ‘Etochime Harakbut’, las cuales buscan mostrar, a través del arte, la resistencia de los pueblos indígenas frente a la crisis climática.

Artistas indígenas del Perú lograron llevar su arte hasta al Vaticano y entregarlo como un obsequio al Papa Francisco. Se trata de dos pinturas elaboradas por “Etochime Harakbut” (en castellano, ‘nuestras raíces’), un colectivo de creadores pertenecientes al pueblo Harakbut de la Amazonía peruana. Yésica Patiachi, lideresa, artista, escritora y docente, fue la encargada de presentarle, durante una audiencia privada con el Sumo Pontífice, las obras que fueron traídas desde la región Madre de Dios.

La obra principal presentada se titula “Papatone”, una pintura que muestra el rostro del Papa Francisco combinado con los característicos patrones y líneas artísticas del pueblo indígena Harakbut. La segunda pieza, de mayor dimensión, refleja la resistencia del bosque frente a la crisis climática afecta la Amazonía. Simboliza el presente, el pasado y el futuro de los pueblos indígenas, y lo que pasaría si es que no hacemos nada para frenar la destrucción del planeta, sostuvo Yésica Patiachi.

Foto: Vatican Media.
“Papatone” fue una de las obras entregadas al Papa Francisco. Foto: Vatican Media

“Más que llevar quejas, quisimos mostrarle al Papa Francisco que también existen iniciativas como Etochime que tratan de rescatar el arte indígena y las costumbres a través de este lenguaje. Queríamos decirle: ‘Querido abuelo, esto es lo que nosotros hacemos en una parte de la Amazonía. Es una iniciativa de artistas Harakbut para mostrar al mundo su cultura, manifestar sus costumbres y protestar. Es una forma también para mostrar resistencia frente a los problemas que estamos pasando‘”, explicó.

Protagonistas de su historia

La lideresa indígena y vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) recordó las palabras del Papa Francisco durante su encuentro en la ciudad de Puerto Maldonado, en 2018, cuando les pidió a los pueblos indígenas que sean protagonistas de su propia historia y que empiecen a escribirla. Esas palabras impulsaron la creación de ‘Etochime Harakbut’, así como la publicación de los primeros libros escritos por indígenas Harakbut que rescatan la historia y cultura de este pueblo amazónico.

Etochime Harakbut’ se formó tras la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado. Foto: cedida.

“El Papa Francisco se alegró de saber que en la Amazonía hay iniciativas hermosas. Nuestra propuesta quiere recordar que en los pueblos indígenas existen artistas y personas demostrando que nosotros mismos podemos crear obras de arte. El arte como una muestra de resistencia, pintar para no olvidar nuestra historia y cultura y que nos recuerden las generaciones venideras. Por esa razón escogimos como colectivo los dos cuadros”, mencionó la lideresa indígena.

Desde la Amazonía al Vaticano

Junto a Yésica Patiachi, las lideresas indígenas Patricia Gualinga y la Hermana Laura Vicuña entregaron una serie de regalos al Santo Padre que las poblaciones de la Amazonía les enviaron desde el territorio. Esta delegación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y de la REPAM fue recibida en el Palacio Apostólico Vaticano, donde sostuvieron una conversación de mucha confianza con el Sumo Pontífice acerca de la labor de las mujeres de la Iglesia en el territorio, el reconocimiento de la estructura eclesiástica de ese trabajo, la realidad de los pueblos indígenas y la educación.

Las lideres indígenas representantes de la CEAMA y REPAM. Foto: Vatican Media

Etochime Harakbut: Nuestras raíces

Los integrantes de Etochime Harakbut pertenecen a las comunidades de Puerto Luz y Shintuya. Son Anelice Cáceres Patiachi, Yesica Patiachi Tayori, Percy Tayori Keddero, Luis Tayori Keddero, Francis Quique Álvarez, Fermín Chimatani Tayori, Nakeyo Chimatani Tayori, Joao Rayner Mikiri Sihui, Brandon Moqui Yamo, y Guadalupe Patiachi Tayori. Ellos son acompañados por las Hermanas Misioneras Dominicas del Rosario y cuentan con el apoyo del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP).

Desde su creación hace más de cuatro años, Etochime Harakbut está comprometido con dar a conocer la historia, cosmovisión, cultura e historias del pueblo indígena Harakbut a través del arte. Este esfuerzo colectivo involucra a cada uno de los artistas, quienes, desde sus propias perspectivas, miradas y generaciones, se esfuerzan por evocar y preservar sus conocimientos y saberes ancestrales para evitar que se pierdan con el tiempo, especialmente, entre los más jóvenes.

01 Jun 2023

Pueblos de la Amazonía agradecen al Papa Francisco por los frutos sembrados en sus territorios

En una emotiva carta que lleva las voces de las comunidades indígenas y ribereñas, mujeres, hombres y jóvenes de la Amazonía, la REPAM y la CEAMA compartieron con el “abuelo Francisco” los desafíos, procesos y propuestas para continuar caminando juntos como Iglesia en la defensa de la vida y los territorios.

“Estos son tiempos de iluminación e inspiración de la Ruah Divina en medio de nosotros, después de 4 años de post-Sínodo de la Amazonía, un tiempo de esperanza, amado Abuelo. Con ternura queremos agradecerte por los pasos y frutos sembrados en
nuestros territorios”. Los pueblos indígenas y comunidades tradicionales de la Amazonía saludan y dan las gracias así al Papa Francisco por el tiempo vivido desde el inicio de su pontificado.

Yésica Patiachi, Hna. Laura Vicuña Manso y Patricia Gualinga Sarayakue, mujeres indígenas y vicepresidentas de la Red Eclesial Pan Amazónica (REPAM) y de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), fueron las representantes elegidas para entregar esta carta al Santo Padre durante su encuentro el último jueves 1 de junio. Un escrito donde se recogen los pasos dados por la Iglesia Católica en la defensa de la vida y los territorios de la cuenca amazónica.

En el documento además se comparten los desafíos que han enfrentado en los últimos años los pueblos y comunidades amazónicas, como la imposición del modelo extractivista, la falta de compromiso de los gobiernos locales, la violencia doméstica y sexual, la situación de miseria de los jóvenes indígenas en las ciudades, la exclusión de los pueblos originarios en la Iglesia y la sociedad, entre otros.

A pesar de estos desafíos, los pueblos indígenas reconocen en esta carta los avances logrados en los últimos años, como la mayor presencia indígena en experiencias de economías ecológicas y solidarias, el fortalecimiento del aspecto ministerial y los derechos de las mujeres, y la formación para una vida consagrada comprometida con la inculturación y la interculturalidad.

En este sentido, manifiestan que, siguiendo las enseñanzas de la exhortación apostólica “Querida Amazonía”, se establezcan procesos concretos para apoyar y promover alianzas con los pueblos indígenas y comunidades, enfocándose en la demarcación de tierras, la participación e incidencia social en la Cumbre de Presidentes de la Amazonía; y en insistir en políticas de protección a los defensores de los derechos de los pueblos y territorios.

A continuación, lee la carta de forma íntegra:

Carta ao Papa 1 de junho 2023 espanho 2l
31 May 2023

El Papa Francisco recibe a mujeres indígenas de la Amazonía

En audiencia histórica para la Iglesia en la Amazonia, las indígenas Patricia Gualinga, Hna. Laura Vicuña y Yesica Patiachi, mujeres reconocidas por su liderazgo eclesial y sociocultural, serán recibidas por el Papa Francisco en la mañana del 1 de junio.

Por Vanessa Xisto e Júlio Caldeira / Comunicación REPAM

Tres mujeres indígenas, Patricia Gualinga y hermana Laura Vicuña, vicepresidentas de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y Yesica Patiachi, vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) serán recibidas en audiencia por el Papa Francisco el jueves 1 de junio.

A principios de marzo, las tres indígenas amazónicas enviaron una carta, entregada personalmente al “Abuelo Francisco” por el cardenal Pedro Barreto, presidente de la CEAMA. En ella pedían un diálogo presencial entre las tres representantes indígenas y el Papa, para fortalecer los caminos de comunión y unidad.

Tres días después, la Prefectura de la Casa Pontificia envió a la Hna. Laura, Patricia y Yesica la confirmación de que serán recibidas por el Papa Francisco en audiencia privada el 1 de junio de 2023.

Caminos de comunión y nuevos caminos

Este encuentro, para ellas y a quienes representan, es una señal de que se da un paso significativo, incluyendo mujeres y laicos hacia nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en las comunidades eclesiales amazónicas.

“Sin duda, las mujeres estamos presentes en innumerables comunidades, animando y motivando a las personas a no perder la fe y el sentido de la vida. Pero el servicio que prestamos a la Iglesia no es reconocido, generando tensiones que podrían ser superadas con el reconocimiento de nuevos ministerios para las mujeres de acuerdo con la urgencia de la realidad socio-pastoral de la Iglesia en la Amazonía”.

A partir de un hermoso proceso de escucha personal y colectiva, las mujeres llevan al Papa Francisco una carta, fruto del compartir y clamores que los pueblos indígenas y la Iglesia amazónica han vivido en los últimos años, en la siembra de una Iglesia sinodal y ministerial, y en la defensa de la vida de los pueblos y sus territorios.

Como CEAMA y REPAM celebramos este encuentro, que seguirá fortaleciendo las raíces sembradas por el Sínodo de la Amazonía en 2019, para una Iglesia en salida, samaritana y servidora, como pidió el Papa, al celebrar sus 10 años de Pontificado.

Conozca quiénes son las mujeres que serán recibidas por el Papa Francisco:

Yesica Patiachi

Escritora, investigadora, pintora y educadora del pueblo Harakbut, Yesica Patiachi Tayori nació en la comunidad indígena de San José del Karene, en el departamento de Madre de Dios, Perú.

Es licenciada en Educación por el Instituto Superior Pedagógico Público de Puerto Maldonado. En 2015 el Ministerio de Educación publicó su libro “Relatos Orales Harakbut” y en 2019 “El gallinazo y el jaguar”. Ambos son textos bilingües, en harakbut y castellano, siendo las primeras publicaciones escritas en esta lengua por una mujer indígena del mismo pueblo, y traducidas al castellano por ella misma.

Ha participado en la elaboración de cuadernos de trabajo en harakbut para el Ministerio de Educación para alumnos hablantes de esta lengua. Ha estado como especialista en Educación Intercultural Bilingüe (EIB) en la Junta Regional de Educación del Departamento de Madre de Dios, y Coordinadora Regional de Calidad de la Gestión Escolar para el Ministerio de Educación.

Yesica recibe al papa Francisco en Puerto Maldonado en 2018 – Foto: Vatican Media

En enero de 2018, durante la visita del Papa Francisco a la ciudad de Puerto Maldonado, pronunció el discurso a favor de los pueblos indígenas, hablando de la dura realidad socioambiental que afronta la Amazonía y sus pueblos. En octubre de 2019 participó activamente en el Sínodo Amazónico como auditora.

Actualmente trabaja como profesora de secundaria en Puerto Maldonado y es una de las vicepresidentas de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).

Hna. Laura Vicuña

Laura Vicuña Pereira Manso, indígena del pueblo Kariri, nació en Porto Velho, Rodesia. Es hija de padres emigrantes y viene de un significativo proceso de autoafirmación de su identidad indígena. Miembro de la Congregación de las Hermanas Catequistas Franciscanas, es licenciada en antropología, especialista en psicología social y máster en lingüística indígena.

Ha trabajado pastoralmente con diversas comunidades de la Amazonia brasileña y peruana. Actualmente actúa en el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), en defensa de la Amazonia, de sus pueblos y de nuestra casa común, especialmente con el pueblo Karipuna. Participó en el Sínodo de la Amazonía en 2019 y es vicepresidenta de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA).

Miembros de Cimi en Rondonia – Fray Volmir, Hna. Laura Vicuña, Mons. Roque y Emilia Altini – Foto: Jürgen Escher/Adveniat

Ha estado en varios espacios de la ONU en Nueva York y Ginebra, Foro Permanente de los Pueblos Indígenas, para incidir y denunciar directamente la violación de los derechos indígenas y de la Amazonía.

Contribuyó con informes antropológicos para la identificación étnica y demarcación territorial de los pueblos Guarasugwe y Cassupá. Ha realizado estudios lingüísticos con sabios y abuelas indígenas de las lenguas Sabanê, Kwazá y Guarasugwe y ha publicado varios artículos sobre la Amazonia y el Servicio de la Mujer en la Amazonia.

Patricia Gualinga

Patricia Gualinga Montalvo, proveniente del Pueblo Kichwa de Sarayaku, de la Amazonia Ecuatoriana, es una reconocida defensora de los derechos humanos y de la casa común.

A lo largo de su vida, Patricia se ha dedicado, a ejemplo de sus papás y sabios, a proteger a su comunidad de las violaciones de derechos humanos causados principalmente por la exploración petrolera y la militarización.

En 2012 fue testigo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de un caso histórico presentado en 2002 sobre los impactos de la explotación petrolera en su comunidad, el cual concluyó con la corte pronunciándose a favor del pueblo de Sarayaku.

Patricia con el obispo Rafael Cob en el Sínodo de Amazonia – Foto: arquivo pessoal

Participante en diversos espacios nacionales e internacionales de incidencia, recibió importantes reconocimientos a nivel internacional, entre ellos: en 2019, el Premio Brote Activismo Medioambiental en España: en octubre 2021 el premio a la valentia y liderazgo ALNOBA en EEUU; en diciembre 2021 el premio de Derechos Humanos Al Moumin; y recientemente el Premio Olof Palme de Derechos Humanos, en 2022, por su liderazgo en la lucha por mejorar las condiciones de vida indígenas.

Actualmente, apoya y lidera el colectivo Mujeres Amazónicas dedicado a la protección del medio ambiente, pueblos indígenas, derechos de las mujeres y de la tierra. Participó activamente del Sínodo Amazónico y es vicepresidenta de la CEAMA – Conferencia Eclesial de la Amazonía.

15 Mar 2023

10 contribuciones del Papa Francisco a la Amazonía

Francisco es reconocido como el papa de la querida Amazonía. Sistematizamos aquí diez contribuciones iniciales de su Pontificado a la Amazonía e invitamos a que hagan el ejercicio de comentarlas y enriquecerlas en sus comunidades. ¿Qué balance queda para la Amazonía al cabo de esta primera década del pontificado del papa Francisco? ¿Qué es aquello en lo que debemos seguir perseverando para que amanezca la palabra y los sueños se hagan realidad?  

Por Alirio Cáceres *

Se cumplen diez años de aquel inolvidable momento en que el nuevo Obispo de Roma pidió a los feligreses apostados en la Plaza de San Pedro que oraran por él, antes de impartir su bendición a la ciudad y al mundo.

Un Papa argentino, jesuita y con el nombre de Francisco de Asís. El Pontífice de las “primeras veces”, de las innovaciones y las sorpresas. El de la invitación a “hacer lío”, la primavera pontificia y la renovación eclesial.

El esfuerzo de sintetizar el rico Magisterio de Francisco no se agota en la disertación de una sola persona, pues su ya legendario legado, implica siempre un ejercicio de colegialidad. Hablar del Papa es tejer un “nosotros” como la fibra que se va entrelazando para dar forma a un canasto en donde todos cabemos en hermandad.

Balance inicial

¿Qué balance queda para la Amazonia al cabo de esta primera década de pontificado? Es una pregunta para que naveguemos en los meandros de la memoria y dejemos que la sabiduría fluya en los círculos de la palabra que amanece en una nueva realidad de la Iglesia en la Amazonia y la Amazonia en la Iglesia.

¿Qué es lo que ha cambiado entre 2013 y 2023 respecto a la evangelización en esta selva que es garante de la vida de nuestra gran Casa Común? Aquí van diez ideas iniciales para que las comentemos y enriquezcamos en nuestras diferentes comunidades:

1. Nuevos caminos

La Amazonía no es sólo el corazón biológico del Planeta. Es también el corazón eclesial de una experiencia piloto, un laboratorio vivencial en el que se cocinan en el fuego sagrado del Evangelio, nuevas maneras para encarnar  la Buena Nueva del Reino de Dios y transitar hacia una Ecología Integral, tal como se planteó en la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica.

Es decir, la dimensión local y regional del proceso de caminar juntos en la Amazonia ha tenido (y tendrá) profundas implicaciones universales para propiciar una conversión a Jesucristo desde las dimensiones pastoral, cultural, ecológica y sinodal en “otras amazonías” de nuestro Planeta Azul.

2. Cultura del encuentro

En coherencia con el planteamiento de una Iglesia misionera, en salida, no autorreferencial,más parecida a un hospital en medio de la guerra que a un castillo medieval, el Papa ha optado por las personas más frágiles y vulnerables, habitantes de uno de los biomas más amenazados de la Tierra.

Los pueblos amazónicos están en grave riesgo de extinción por causa del cambio climático y la colonización que los convierte en víctimas del extractivismo, la discriminación y la exclusión.

Justamente con estas comunidades ancestrales, el Papa ha establecido un canal de diálogo, valorando su sabiduría, reconociendo su dignidad, y promoviendo escenarios para visibilizar sus cosmovisiones que nutren el rescate del humanismo que posibilita vivir y convivir como familia de Dios en nuestra preciosa maloca común.

3. Escucha de la biodiversidad

El famoso método pastoral “ver, juzgar, actuar” ha dado un giro para realzar la dinámica “escuchar, discernir, responder”, justamente porque el sentido del sínodo es “caminar en compañía”, hasta los umbrales, esas periferias geográficas y existenciales del lugar que habitamos juntos.

En el caso ejemplar de la Amazonia, la contemplación del Creador en las maravillas de su creación está interligada con la escucha amorosa de las diversas etnias en las que Dios también se complace y se revela, tal como lo recuerda en Catecismo a partir del numeral 340. “…escucha de Dios, hasta escuchar con Él el clamor del pueblo; escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama” (Episcopalis Communio, N° 6)

4. Territorios que hablan

Por eso mismo, la Amazonia no es una bodega de “recursos naturales”, ni una despensa para proveer el enfermizo consumo de las sociedades industrializadas.  Tampoco es “naturaleza” compuesta de madera y agua sin alma, o masa boscosa que cumple la función de mitigar el impacto de los gases de efecto invernadero.

Gracias a la gestión del Papa, quien potenció esfuerzos eclesiales de varias décadas atrás, la Amazonia en diez años pasó de ser “periferia” a ser “centro” no sólo en el plano socioeconómico y político, sino en la perspectiva espiritual y teológica. Dios, uno y trino, comunidad preciosa de amor infinito (LS 246) navega, anda, habita la selva. En Él vivimos, nos movemos y existimos.

Ya no basta conservar el bosque húmedo tropical, es imprescindible cuidar la selva y sus guardianes en todas sus relaciones vitales. La Amazonía es santuario, catedral, basílica, en ella también cada Eucaristía se celebra sobre el altar del mundo y la historia se resignifica con el sentido eucarístico del compartir la mandioca, la fauna, la flora, los sueños, el cielo, el suelo.

5. Cuatro grandes sueños

Jorge Mario Bergoglio ha popularizado la devoción a San José dormido. Los sueños de San José son los sueños del Dios que custodia la vida, le da nombre a la salvación, libera de todo mal y peligro. Cuando el Papa propone sus sueños en Querida Amazonia, no sólo utiliza un lenguaje técnico, sino que acude a la poesía y a los imaginarios simbólicos, para plantear que el sueño eclesial siempre va de la mano con los sueños social, cultural, ecológico.

Una Iglesia con rostro amazónico sólo será posible mediante la vivencia de la ecología integral. Los ritos en sintonía con los mitos, la ciencia con la conciencia, la creencia con la coherencia, para “exportar” una visión sagrada del territorio, de manera que los cuatro sueños no se agoten en la dimensión geográfica de la Panamazonía, sino que se extiendan, tal como lo intuyó la Asamblea Eclesial, a toda América Latina y el Caribe.

6. Lo que se ama

Del Sínodo Amazónico, no sólo quedó un producto sino un proceso en el que el rescate de la relación afectiva con el territorio es trascendental.  Llamar “querida” a la Amazonía, impulsar una histórica Conferencia “eclesial” cuyo nombre resuena tan bellamente. La CEAMA, lucha, defiende lo que se ama y en articulación con la REPAM, en red dándose, contribuye a “amazonizar” la Iglesia, la sociedad, el Estado.

Por supuesto, no se trata de asumir una identidad amazónica sabiendo que hay muchas otras culturas, pero si aprender a vivir sobriamente, en armonía, sin destruir el hábitat y descubriendo en él, la presencia sagrada.

La Amazonía no es objeto sino sujeto. no es algo sino alguien y por eso, danzar “todo está interligado como si fuésemos uno, todo está interligado, en nuestra casa común” no es sólo un estribillo de moda sino un proyecto de amor,

7. Un arca multicolor

Como pionera de la Redes Eclesiales Territoriales de Ecología Integral (RETEI), la Amazonia nos ha inspirado una mística que conecta profundamente con la Santísima Trinidad y nos conduce a vivir sinodalmente la misión evangelizadora de la Iglesia.

La REPAM es la hermana mayor, la precursora de esta mirada integral e integradora de la acción pastoral y junto a la REMAM (Red Eclesial Ecológica Mesoamericana) y la REGCHAG (Red Eclesial del Gran Chaco y el Acuífero Guaraní), en nuestro continente; la REBAC en la cuenca del Congo y la RAOEN,en las aguas de Asia y Oceanía nos muestran una forma de salvaguardar la creación como si fueran una nueva versión del arca de Noé ante la inclemencia del diluvio consumista, extractivista y depredador.

8. Narrativa personal de conversión

Si evangelizar hoy implica “laudatosificar”, no hay manera de alabar al Señor sin “amazonizar” y “fratellituttizar”. Dicho de otro modo, el testimonio cristiano se basa en una cultura del cuidado consigo mismo, los demás seres humanos y el resto de creaturas que son nuestras hermanas por provenir de la mano amorosa del Creador.

El mismo Papa Francisco confesó que durante la Conferencia del Episcopado de América Latina y el Caribe, en  Aparecida (2007), le era difícil entender porque los obispos brasileños insistían tanto con la Amazonía, hasta que los científicos que lo asesoraron para escribir Laudato si´ y la misma experiencia de contacto con la sabiduría de los pueblos originarios le hizo comprender con el corazón, lo valioso del bioma amazónico y la propuesta del buen vivir que, por siglos, han asumido los guardianes de la selva amazónica.

9. Desafíos al diálogo

La convivencia en un territorio común también marca la pauta de prácticas que conducen a la paz y la no-violencia. De manera similar a como San Francisco de Asís buscó en su tiempo al sultán musulmán Al Kamil, Francisco, el Obispo de Roma ha buscado el diálogo con otras confesiones y espiritualidades.

Esta actitud es un reto enorme para mejorar la comunicación entre las congregaciones misioneras, el clero, las otras denominaciones cristianas, los gobernantes, los pueblos que permanecen ocultos en aislamiento voluntario, los científicos y académicos. En fin, el proceso sinodal en la Amazonia ha aterrizado este ejercicio de escucha asertiva como base de la vivencia comunitaria. Con crudo realismo, debemos asumir que la Doctrina Social de la Iglesia, por sí sola, no transforma la realidad. Se requieren procesos pastorales inculturados que se evidencien en comunidades repletas de vida.

10. Desborde de misericordia

El abuelo blanco, como algunas personas de la Amazonia llaman al Papa Francisco, ha tendido un puente de diálogo entre las generaciones.  Como buen pontífice – esto es. constructor de puentes – se ha preocupado de reivindicar el valor de las personas mayores, tan marginadas en la civilización occidental.

Esto es especialmente significativo para las culturas amazónicas pues valida un estilo de vida y propone un cambio de paradigma en las relaciones interpersonales. En la raíz de esta forma de percibir el mundo está la experiencia de un Dios que es misericordia, un Dios que se desborda por puro amor y nos invita a desbordarnos creativamente para restaurar los vínculos sagrados de la hermandad. Un Dios que desborda la alegría y nos convoca a la alegría de la comunidad.

Reflexionemos juntos

Al leer estas diez ideas iniciales, le invitamos a que hagan el ejercicio de comentarlas y enriquecerlas en sus comunidades:

¿Qué balance queda para la Amazonia al cabo de esta primera década de pontificado? ¿Qué es lo que ha cambiado entre 2013 y 2023 respecto a la evangelización en esta selva que es garante de la vida de nuestra gran Casa Común? pero, sobre todo: ¿Qué es aquello en lo que debemos seguir perseverando para que amanezca la palabra y los sueños se hagan realidad?

La Plataforma de Acción Laudato Si´, la tarea del movimiento de Economía de Clara y Francisco de Asís. el profetismo de la Red Iglesias y Minería, las denuncias de la Iglesia constituida en sujeto político para proteger los DD.HH y pedir medidas cautelares ante la CIDH, la memoria siempre viva de los mártires que desbordaron su discipulado misionero hasta el bautismo de sangre, indican que esta década del Papa Francisco no puede medirse sólo por los frutos como el Sínodo, la exhortación Querida Amazonia, o la CEAMA.

Las semillas que ha esparcido, y que el “sueño hecho de agua” hará que en las chacras florezca la abundancia. Las palabras en Puerto Maldonado, al dar el primer paso sinodal, siguen teniendo una impactante vigencia:

Amen esta tierra, siéntanla suya. Huélanla, escúchenla, maravíllense de ella. Enamórense de esta tierra Madre de Dios, y comprométanse y cuídenla, defiéndanla. No la usen como un simple objeto descartable, sino como un verdadero tesoro para disfrutar, hacer crecer y transmitirlo a los hijos. A María, Madre de Dios y Madre Nuestra nos encomendamos, nos ponemos bajo su protección. Y por favor, no se olviden de rezar por mí y los invito a todos a rezar a la Madre de Dios. Dios te salve, María… Los bendiga Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Hasta la vista”.

* Alirio Cáceres Aguirre es diácono permanente, ecoteólogo, gestor ambiental y educador.

 

Fuente: REPAM

14 Mar 2023

Década de un Papa que desconcierta

Hoy, 13 de marzo, el Papa Francisco recibirá muchas felicitaciones por sus 10 años de su pontificado. Francisco, estamos contigo, remamos contigo hacia aguas más profundas. Que Dios te bendiga siempre.

Por Rafael Cob *

El 13 de marzo del 2013 fue un día especial, y no un juego de números. Recordamos aquel saludo desde la humildad de su corazón que pedía al pueblo que le bendijera; su saludo ciertamente desconcertó a muchos y ha seguido desconcertando con sus palabras y con su actuar.

Francisco es el amigo de los pobres, como lo fue San Francisco de Asís, cuyo nombre escogió para su pontificado, porque sabe que en ellos se hace presente Jesús, y en ellos nos espera el siempre lanzándonos al mar adentro, para encontrarnos con el Espíritu. Su invitación es ir a las periferias y trayendo las periferias al centro, como lo hizo con el Sínodo Amazónico, donde los pueblos olvidados en la selva amazónica vinieron a ser la luz en el candelero de Roma, en el centro de la Iglesia, para aprender la sabiduría de los pobres en el cuidado de ese hogar común para todos.

Gracias Papa Francisco

Gracias Papa Francisco, por ser un profeta para estos tiempos, tan escaso de profetas en la Iglesia. Eres la voz profética que anuncia y denuncia. Por tener el coraje y la valentía de levantar tu voz en favor de los derechos de los pobres, de los pueblos mas olvidados. Porque no tuviste miedo para afrontar la oposición ante los grandes desafíos de una Iglesia que necesita ser renovada.

Gracias Papa Francisco, por tu amor misionero a la Iglesia de Cristo, abriéndola a los nuevos caminos de evangelización, como una Iglesia misionera en salida, como nos dices en tu primera encíclica “Evangelium Gaudium”.

Gracias Papa Francisco, por invitarnos a vivir la armonía, contemplando y defendiendo la creación que Dios nos dejó. Porque a través de tu palabra, como en la encíclica “Laudato si”, has sido el maestro que encendiste las alarmas ante la devastación de nuestra tierra y diste la clave para que, mediante una ecología integral, demos respuesta a los problemas más graves de nuestro planeta.

Gracias Papa Francisco, por ser además de profeta, pastor con olor de oveja, que camina con las ovejas, que las escucha y las alimenta con tu amor y tu esperanza.

Gracias Papa Francisco, porque nos has enseñado a ser soñadores de un futuro donde se armonice lo social, lo cultural, lo ecológico y lo eclesial, soñando juntos.

Remamos contigo

Que el mundo de hoy sepa leer los signos de los tiempos que Jesús pedía a sus discípulos y tu nos enseñas hoy. Que guiados por el Espíritu seamos ese pueblo que camina unido y se siente llamado a ser todos protagonistas y misioneros de una Iglesia sinodal.

Nos has desconcertado como Jesús también desconcertó en su tiempo, con tu actuar y tu pensar. Que el mundo despierte y se ponga en el camino que lleva a la vida en plenitud.

Francisco, estamos contigo, remamos contigo hacia aguas más profundas. Que Dios te bendiga siempre.

* Mons. Rafael Cob García, obispo de Puyo (Ecuador) y presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM)

13 Mar 2023

Papa Francisco recibirá vicepresidentas de CEAMA y REPAM para “buscar juntos caminos de comunión y de unidad”

El Papa Francisco es maestro de la escucha, alguien a quien le gusta conocer la realidad a partir de las voces de los territorios. A nadie se le escapa que, en estos 10 años de pontificado, la Amazonía se ha ido convirtiendo en una de sus pasiones. Por eso quiere seguir escuchando, esta vez a tres mujeres indígenas a quienes recibirá en audiencia privada el próximo 1 de junio.

Por Luis Miguel Modino

Una carta al “Querido Abuelo Francisco”

Se trata de Patricia Gualinga, la Hna. Laura Vicuña Manso Pereira y Yesica Patiachi, vicepresidentas de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que le escribieron una carta “desde el corazón de la Querida Amazonía” al “Querido abuelo Francisco”, mostrando una vez más que los pueblos de la Amazonía sienten su cariño y cuidado.

El escrito comienza recordando el tercer aniversario de la Exhortación Querida Amazonia, diciendo que “llegaste a nuestro corazón, utilizando el lenguaje de la ternura y de los sueños, que para nosotros son presagio de una nueva era para la Iglesia en el inmenso territorio amazónico con sus culturas ancestrales”. También recuerdan el hecho de que se sintieron invitadas a “ser Iglesia en salida, samaritana y servidora, para vivir verdaderamente la sinodalidad, recuperando los orígenes de las primeras comunidades y el soplo del Espíritu, que inspiró el Concilio Vaticano II”.

Gracias por hacernos soñar y creer

Según las líderes indígenas de Ecuador, Brasil y Perú, “Dios nunca olvida su creación y plantea nuevas posibilidades”, y por ello agradecen a Francisco “por hacernos soñar y creer que podemos ser una Iglesia pobre entre los pobres, sinodal y ministerial”. Desde ahí le quieren hacer llegar a través de su carta, “la Buena Noticia del camino que fue sembrado por miles de mujeres y hombres en la Amazonía y que aceptaste con prontitud y más que eso, nos desafiaste a ‘desbordar’. Lo hemos entendido como ver más allá de lo ya conocido, tener la creatividad para atrevernos a dar nuevos pasos para ‘moldear’ el rostro de la Iglesia en la Amazonía, a no tener miedo a equivocarnos y retomar el camino, en el proceso de ‘aprender – desaprender – reaprender ‘”.

Recordando que la CEAMA “nos permite vivir la sinodalidad, en una dinámica de animación colegiada, con la presencia de varios ministerios, hombres y mujeres, que nos ponemos al servicio del pueblo de Dios, en la misión de anunciar la Buena Noticia del Evangelio y denunciar las estructuras de muerte, que no nos permiten vivir en plenitud”, la carta muestra los avances dados “en la experiencia sinodal en la Iglesia”. Sin embargo, advierten que el momento actual, pide constancia y audacia en el Espíritu y discernimiento “para no perder la comunión y la unidad con la Iglesia universal, para vivir la eclesialidad, lo sinodal y la ministerialidad en las comunidades de la Amazonía, visibilizando así el protagonismo de la mujer en la Iglesia, que dio y sigue dando vida a este suelo amazónico”, citando el Documento Final del Sínodo donde aborda el papel de las mujeres.

CEAMA: Mujeres y laicos en espacios de decisión

Las tres mujeres indígenas reconocen en la CEAMA el paso significativo, “al incluir a mujeres y laicos en espacios de real y efectiva incidencia en la organización, en las decisiones más importantes que podemos tomar para dinamizar la vida de la Iglesia en la Amazonía”. Esto es visto como “caminos nuevos para la Iglesia y para una ecología integral en las comunidades eclesiales”. El texto recuerda la presencia femenina “en innumerables comunidades, estimulando y motivando para que las personas no pierdan la fe y el sentido de la vida”. Al mismo tiempo, se hacen eco de “tensiones, que podrían ser superadas, si se reconocieran los nuevos ministerios para la mujer dada la urgencia de la realidad socio-pastoral de la Iglesia en la Amazonía”.

En el escrito le relatan “innumerables experiencias en curso en la Amazonía, de comunidades y parroquias siendo dinamizadas por mujeres laicas y consagradas y que lo hacen a su manera, en comunión y unidad con la Iglesia, pero verdaderamente lamentamos cuando estas experiencias se interrumpen porque no hay un verdadero reconocimiento institucional de la Iglesia”.

Un encuentro presencial de diálogo

Ante ello le piden al querido Abuelo Francisco, “propiciar un encuentro presencial de diálogo contigo, con el fin de buscar juntos caminos de comunión y de unidad, para reflexionar sobre los nuevos ministerios de la mujer en la Iglesia”, algo que se llevará acabo el 1 de junio como recoge la carta enviada por la Prefectura de la Casa Pontificia. Un encuentro “en discernimiento con y en la misma Iglesia”. Desde ahí, las mujeres indígenas ven necesario “adentrarnos en aguas más profundas y reconocer el servicio que la mujer presta a la Iglesia, entendiendo este servicio como una salida a las periferias, donde se necesita el pan de la Palabra de Dios”.

Finalmente, ante estos nuevos caminos para la Iglesia que se están transitando en la Amazonía con la CEAMA, consideran “que el ‘desbordamiento’ solo puede darse cuando lo acogemos en comunión y unidad”, por lo que solicitan una audiencia “para reflexionar y seguir discerniendo de forma dinámica en la escucha atenta del Espíritu sobre este tema, que sabemos está en tu corazón de Pastor, preocupado por encontrar nuevos caminos de fidelidad a Jesucristo y a la tradición de la Iglesia, como respuesta creativa al Espíritu de Dios, que hace nuevas todas las cosas”, algo que ha tenido respuesta 5 días después. Son las ganas de Francisco de escuchar a las periferias.