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12 Nov 2021

Diaconía de la mujer en la Iglesia: “Servicio y sinodalidad van de la mano”

Comisión de Diaconado y Nuevos Ministerios de la REPAM y Discerning Deacons viajaron a Roma para dialogar y profundizar el tema de la “diakonia” y el ministerio de la mujer en la Iglesia

Por: Núcleo Mujeres REPAM

En el marco de la apertura del Sínodo sobre la sinodalidad, “por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión”, una delegación de seis mujeres estuvo en Roma del 7 al 14 de octubre para dialogar y profundizar el tema de la “diakonia” y el ministerio de la mujer en la Iglesia. Provenientes de Canadá, EEUU, Bolivia y Brasil, recibieron la exquisita hospitalidad de las hermanas de las hermanas del Sagrado Corazón de María en su casa general.

Conformaban el grupo Ellie Hidalgo, Casey Stanton y Lisa Amman, del grupo de Discerning Deacons (Discerniendo Diaconados), organización eclesial de la parroquia de San Thomas More, de la Arquidiócesis de San Paul e Minneapolis, que busca animar el diálogo para el discernimiento sobre la posibilidad de la admisión al diaconado de la mujer. Sus encuentros incluyen oración, escucha y reflexión de la Palabra de Dios, el magisterio de la Iglesia, fundamentos teológicos, y testimonio de mujeres y hombres en misión y ejerciendo liderazgo en la comunidad.

Del Núcleo Mujeres de la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, participaron Dorismeire A. de Vasconcelos, Ciria Mees y Mariángel Marco. Esta comisión tiene la misión de reflexionar sobre el diaconado y los nuevos ministerios, a la luz del proceso sinodal y de la misión de la mujer en la Iglesia: Documento Final del Sínodo Amazónico numerales 99-103 e Exhortación Apostólica “Querida Amazonía” también en los numerales 99-103.

Servicio

Los ocho días de encuentro tuvieron el objetivo de poner en la mesa de diálogo el tema de la diaconía de las mujeres, que urge a entablar una amplia conversación sobre el servicio, la participación y el liderazgo femenino en la Iglesia.

“Nos puso en camino el amor a la Iglesia, la escucha y la fuerza del testimonio de tantísimas mujeres que sirven generosamente en Iglesia, y el deseo de contribuir al momento eclesial actual que nos llama a la conversión”, afirman Doris, Ciria y Mariángel.

Ellas rescatan el gran esfuerzo que se viene realizando y la esperanza de muchas mujeres de sus regiones en este camino de sinodalidad: “Con nosotras traíamos las esperanzas de muchas mujeres que nos hacían sentir enviadas, y el encuentro entre nosotras fue fructífero, multiplicador. Nuestros propios dolores y esperanzas nos unían; nuestra urgencia de ser voz de tantas se reforzaba”. Llevaron las voces de muchas mujeres que esperan ser escuchadas, “porque en eso está en déficit la Iglesia”.

Tejiendo caminos

El camino de reflexión de las dos comisiones se entreteje con la realización de reuniones y foros temáticos, como los que fueron realizados en los meses de junio y agosto, en el marco de la escucha para la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe.

Para el encuentro, la comisión de “Discerning Deacons” aportaba dos estudios. El primero titulado Llamadas a contribuir: Resultados de un estudio a fondo sobre las mujeres católicas de Estados Unidos y el diaconado”, dirigido por la doctora Tricia C. Bruce, que muestra que hay una desconexión entre los dones y las oportunidades, y que las mujeres ejercen su servicio ministerial en desventaja pagando un precio emocional, profesional y económico.

El otro estudio, “Recogiendo los Frutos” muestra el sentir del alrededor de 1500 personas que durante le verano pasado se reunieron para orar y dialogar sobre el servicio diaconal de las mujeres en la Iglesia, nombrando las necesidades de las iglesias locales y los servicios que las mujeres están haciendo.

Por su parte, la Comisión de Diaconado del Núcleo Mujeres de la REPAM compartió una síntesis de dos foros temáticos que organizaron en el contexto del proceso de escucha de la próxima Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, animada por el CELAM, en los que se habló sobre la mujer y el diaconado.

Papa Francisco

Las mujeres participaron de dos importantes eventos con el Papa Francisco. La celebración de apertura del proceso sinodal el domingo, 10 de octubre, y de la audiencia pública del miércoles, 13.

En la celebración, el Papa Francisco destacaba tres palabras claves para este camino sinodal: encuentro, escucha y discernimiento. Dijo, en su homilía, que cuando escuchamos con el corazón, el otro no se siente juzgado; así, la actitud de escucha es amor. Y nos invitaba a no blindarnos en nuestras certezas.

Saludo del papa Francisco a las mujeres del Núcleo – Fotos: archivo personal del Núcleo de Mujeres REPAM

El miércoles tuvieron la oportunidad de saludarle personalmente. En esa ocasión, el Papa expresó que “debemos renunciar, no a la tradición, sino a aquello que contradice el Evangelio”. Francisco insistió que “debemos tener una visión dinámica de la tradición”.

Encuentros

Durante la semana de estancia, realizaron diversas visitas de diálogo sobre la temática del diaconado.

La primera fue con la UISG (Unión Internacional de Superioras Generales), que fueron quienes en el 2016 preguntaron al Papa Francisco sobre el diaconado de la mujer, lo que derivó en la convocatoria de la primera comisión de estudio. “Reconocen que el diaconado de la mujer ya se está ejerciendo. Consideran que lo importante es generar espacios para el diálogo sobre el tema de la mujer en la Iglesia, tejer alianzas. En la sinodalidad, se debe partir de un diálogo sin condiciones. El camino sinodal tiene sentido en sí mismo. Es importante desencadenar procesos. Nos compartían como es importante nombrar los miedos, pues estos nos impiden avanzar, y muchas veces son miedos falsos”, destacan las mujeres presentes en el encuentro.

La comisión visitó el Dicasterio para la Unidad de los Cristianos, donde las motivaron a seguir promoviendo el diálogo sobre este tema. “Cuando comentábamos que el solo nombrar el tema del rol de la mujer en la Iglesia provocaba tensión en muchos espacios, nos animaban a no desistir aunque recibiéramos malas caras, pues es verdad que nos ponemos nerviosos cuando no tenemos respuestas, pero es un tema que necesita ser hablado. Promoverlo es un gran servicio a la Iglesia y a la humanidad”.

En sus relatos, también resaltaban los encuentros significativos que tuvieron con la teóloga Serena Noceti, que de hecho forma parte de la comisión de diaconado de REPAM, con Helena Jeppensen, de Caritas Suiza, y con la teóloga Marinella Perroni, fundadora de la asociación de teólogas italianas.

Diálogo

Este estrechar lazos de relación entre el Núcleo de Mujeres y Discerning Deacons, abre puertas al diálogo y al trabajo conjunto para estudiar este tema tan actual. “Desde su visión, existe una amplia evidencia literaria, epigráfica e histórica de que las mujeres diáconos ejercieron su ministerio en occidente hasta el S. XII. Son funciones diaconales la Palabra, la liturgia y la caridad. La constitución dogmática Lumen Gentium deja claro que la ordenación al diaconado es para el ministerio, no para el sacerdocio. No hay ninguna actividad nombrada en Lumen Gentium que una mujer no haya realizado o no pueda realizar”.

Es importante seguir profundizando sobre la misión, el servicio y el carisma de la mujer, profundizar en la importancia de la Diaconía y de los nuevos Ministerios, en vista a responder a las necesidades pastorales para la evangelización en los diversos territorios eclesiales, en comunión con toda la Iglesia universal.

En este sentido, Ciria, Doris y Mariángel destacan que todo lo vivido en estos días “nos urge a dialogar juntos sobre el servicio, participación y el liderazgo de las mujeres en la Iglesia, donde el tema del diaconado es, sin duda, cuestión a tener en cuenta. Servicio y sinodalidad van de la mano. Cuenten con nosotras”.

Como el documento preparatorio del Sínodo recoge, “la Iglesia podrá aprender a partir de lo que irá experimentando, cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación, y a abrirse a la misión” (n. 1).

El Núcleo de Mujeres de REPAM

Nuestra misión, desde el trabajo de la red, es consolidar un espacio de reflexión, articulación y acción de las mujeres de la Panamazonía, que dé respuestas a las principales preocupaciones que amenazan la vida y subsistencia de las mujeres; a su vez, que desde la experiencia y diversidad de responsabilidades, misiones y servicios, que aporten a los compromisos del Sínodo y de los pedidos que surgieron durante la escucha sinodal, fortaleciendo los servicios y misiones que las mujeres realizan en la Iglesia y en la sociedad. Acogemos la invitación del Papa Francisco a trabajar con creatividad.

Para ello, nos organizamos en comisiones internas de reflexión, articulación y acción:

  • Post Pandemia y Post Sínodo
  • Violencias
  • Teología y Espiritualidad
  • Diaconado y Ministerios
  • Formación Sociopolítica Pastoral
10 Nov 2021

Card. Barreto: “la Iglesia comparte los dolores y luchas por el derecho de vivir en nuestra Querida Amazonía”

En su  discurso durante la Asamblea Mundial sobre la Amazonía y la Crisis Climática, en el marco de la COP-26, en Glasgow, el Cardenal Pedro Barreto S.J., presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), hizo un llamado a todos y todas a caminar juntos, tejiendo redes con iniciativas de fortaleza y esperanza ante la adversidad e indiferencia.

El Cardenal Pedro Barreto S.J., presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), envió un mensaje por el derecho de vivir en la "Querida Amazonía" a los líderes mundiales, pueblos indígenas y organizaciones sociales durante la Asamblea Mundial sobre la Amazonía y la Crisis Climática, en el marco de la COP-26, en Glasgow. El Cardenal expresó que explicó las acciones que, desde la REPAM, se impulsan para la defensa de la vida de los pueblos amazónicos, y sostuvo que este camino no sería posible sin el apoyo y cercanía del Papa Francisco en todo el proceso.

A continuación, el discurso del Cardenal Pedro Barreto S.J. de forma íntegra:

 

Estimados amigos y amigas que se reúnen en la COP 26

Saludo, desde el Perú, a las personas que están participando virtualmente en este evento y se sienten en plena comunión con los movimientos sociales, los jóvenes, las mujeres, los religiosos y equipos pastorales. Y a todos los que están presentes en Glasgow.

La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) es un proceso de escucha, de reflexión, de fraternidad y de experiencias de solidaridad encarnada en el territorio amazónico e inculturada en la diversidad de culturas ancestrales, a la luz del Evangelio de Jesús. La REPAM está al servicio de los pueblos y del bioma amazónico, en defensa de la vida, don de Dios, y de nuestro entorno natural, seriamente amenazado.

Permítanme expresarles tres sentimientos que nos embargan a los que estamos comprometidos en la Red Eclesial Panamazónica:  indignación, fortaleza y esperanza.

  • Indignación, porque son muchos los líderes indígenas asesinados por defender la Amazonía ante la explotación irracional de los recursos naturales y la deforestación. Un dato elocuente es que en promedio el año 2020, en plena pandemia, cada dos días era asesinado un líder indígena. Y en lo que va del año 2021 se mantiene esta terrible situación. Desde esta indignación gritamos con fuerza al mundo que ¡a vida humana está amenazada y la Amazonia dilapidada por mezquinos intereses de grupo. ¡Reafirmamos que la Amazonía es esencial para el presente y el futuro de la humanidad!
  • Fortaleza porque desde su fundación, la REPAM eligió a los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales, como principales interlocutores y sujetos de acción en el territorio. Ellos son los guardianes de la Amazonía. Y actuamos junto con ellos en defensa de los derechos humanos y de la naturaleza, en búsqueda del Buen Vivir y de la Justicia Socioambiental.
  • Esperanza porque recordamos con alegría todo el proceso vivido hace dos años en el Sínodo para la Amazonía (Ciudad del Vaticano, octubre 2019). Sin duda, el proceso sinodal colocó la Amazonía y a los pueblos originarios en el centro de la atención de la Iglesia Católica y, también, de una parte, significativa de la opinión pública global.

Cercanía del papa Francisco

Tenemos que reconocer que este camino no sería posible la esperanza sin el apoyo y cercanía del Papa Francisco en todo el proceso. Estamos seguros que la Iglesia comparte los dolores y luchas por el derecho de vivir en nuestra Querida Amazonía.

Como Iglesia, desde la Amazonía nos sentimos en pleno camino con el compromiso del cuidado del planeta, nuestra casa común. El Papa Francisco publicó la encíclica Laudato Si’, en mayo del 2015, antes de la COP21 de Paris. Hoy, se nos pide a nosotros alzar la voz de la Amazonía y el sentir de los pueblos originarios, con la fuerza, radicalidad y actitud profética en la COP26. ¡Ya no hay más tiempo que perder! ¡Nuestra casa común no puede esperar más!

A la crisis de la Amazonía, de la pandemia y del clima solo se puede responder con un cambio del modelo de desarrollo global, fruto de una radical conversión, una revolución cultural, como dice Laudato Si’. Por eso a los países miembros de la COP 26 repetimos con el Papa Francisco:

“No basta conciliar, en un térmi­no medio, el cuidado de la naturaleza con la ren­ta financiera, o la preservación del ambiente con el progreso. En este tema los términos medios son sólo una pequeña demora en el derrumbe. Simplemente se trata de redefinir el progreso. Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integral­mente superior no puede considerarse progreso” (LS 194).

En defensa de la vida y de los pueblos

Como REPAM, después del Sínodo, y en plena pandemia, estamos dando seguimiento a diversas acciones de formación e intercambio entre pueblos a la luz de las intuiciones del Sínodo Amazónico y de la Exhortación Apostólica Querida Amazonía. Del 12 de febrero 2020:

  • Colaboramos con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para presentar casos emblemáticos de violaciones de derechos humanos y de la Amazonía. Igualmente participamos activamente del Foro de los Pueblos Indígenas en la ONU.
  • Estamos preparando nuestra III Escuela de Derechos Humanos para lideres de los pueblos en la Amazonía.
  • Sistematizamos y publicamos cada quince días, un boletín informativo sobre las víctimas de Covid 19 en la Amazonía. Se está ejecutando un proyecto para la seguridad alimentaria de los pueblos amazónicos.
  • Como Red Eclesial Panamazónica, estamos en permanente interacción con otros grupos, organismos y movimientos que tienen el mismo objetivo: defender la vida de las personas, sus derechos y la protección del entorno natural.

Hermanos y hermanas:

Nuestra tierra clama, por el uso y abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella, más aún, si leemos el reciente VI Reporte del IPCC (agosto 2021), este clamor se torna en un grito tumultuoso que nos exige cambiar hacia un nuevo paradigma, el paradigma del cuidado, que nos pide una nueva manera de relacionarnos con la naturaleza que es nuestra casa común. Permítanme terminar citando la Sagrada Escritura donde leemos que Dios nos dice:  “Que los cielos y la tierra escuchen y recuerden lo que acabo de decir; te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia” (Deuteronomio 30,19).

Para que sea posible la vida debemos asumir el compromiso de vivir un estilo de vida sobrio; cuidando y respetando nuestra Casa Común para nosotros y las generaciones por venir. ¡Nuestro compromiso es ahora!

¡Caminemos juntos, tejiendo redes con iniciativas de fortaleza y esperanza ante la adversidad e indiferencia!

¡Dios nos bendiga!

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Mensaje publicado en la web de la REPAM. Se puede leer aquí.

09 Nov 2021

La muerte de la misionera Emilia Kuche enluta a la Iglesia de la triple frontera

Aunque ha fallecido en Ecuador, la religiosa trabajó recientemente en la Misión de Islandia del Vicariato San José del Amazonas en Perú como parte de una iniciativa intercongregacional

 

El pasado 23 de octubre, en la misión de Roca Fuerte, Vicariato de Esmeraldas (Ecuador), falleció la religiosa Emilia Kuche, Misionera de Jesús Crucificado de nacionalidad brasileña. Así se informaba recientemente desde el Vicariato Apostólico San José del Amazonas, en la Amazonía de Perú, esta triste noticia. “La hermana Emilia llegó a nuestro Vicariato en marzo de 2017 formando parte de la comunidad intercongregacional que comenzaba su proyecto en Islandia, y permaneció allí hasta diciembre de 2020, fecha en que partió a su nueva misión en Ecuador, donde ha concluido su vida”, señalan en el escrito.

Según se indica la religiosa ha sido enterrada donde falleció, en Roca Fuerte, el pasado viernes 5 de noviembre, después de casi dos semanas de largos y complejos trámites burocráticos. “Deja entre nosotros un bonito recuerdo por su buen trato, su entusiasmo misionero, su sabiduría y sentido del humor. Ha sido un modelo de misionera y ha entregado su vida hasta el último aliento en plena misión, en la brecha, junto a los más pobres, como Jesús le pidió”, destacan sobre la figura de la hermana Emilia.

“Mons. José Javier Travieso, los misioneros de nuestro vicariato, el pueblo de Islandia y las comunidades indígenas y ribereñas del Yavarí y Bajo Amazonas agradecemos al Señor el don de haberla conocido y tenido entre nosotros. Enviamos nuestras condolencias y solidaridad a la familia de Emilia y a su congregación, con el deseo cierto de que estará ya gozando de la compañía de Dios en la eternidad”, concluye el comunicado.

Morir en la Misión

El vicario general de San José del Amazonas, P. César Caro, quien trabajó de forma muy cercana en los últimos años con la hermana Emilia, ha escrito unas bonitas líneas como homenaje. Líneas que compartimos a continuación de forma íntegra:

Estoy seguro de que si Emilia hubiera podido elegir las circunstancias de su muerte, habría escogido justo lo que ocurrió: falleció en la misión, es decir, todavía útil y trabajando, y de manera rápida, sin dar castigo ni ocasionar a nadie molestias por tener que asistirla. Quizás hasta habláramos de ello alguna vez. Pero eso no nos ahorra ni una sola lágrima a quienes tuvimos la fortuna de conocerla.

Conocerla, y vivir y misionar con ella, porque Emilia y yo estuvimos juntos en el equipo de Islandia los tres años que pasé allí. Precisamente escribo esto a bordo del ferry, durante mi viaje de regreso de Santa Rosa e Islandia, donde esta semana he acompañado la fiesta del Señor de los Milagros y celebrado la Confirmación respectivamente. Ha sido una visita extraña y triste, con noticias confusas acerca de las dificultades para dar sepultura al cuerpo de Emilia en Ecuador, donde vivía, problemas que han continuado hasta hoy 5 de noviembre, cuando finalmente ha sido enterrada casi dos semanas después.

De modo que Emilia ya reposa, y sus restos forman parte para siempre de la tierra ecuatoriana de Roca Fuerte, Vicariato de Esmeraldas, junto al mar. No podía ser de otra manera, porque ella fue una misionera de raza, de pura sangre, y ha entregado su vida hasta el último aliento donde Diosito la quiso enviar, en su misión, junto a los más humildes.

Nuestra querida casa de Islandia estaba estos días como transida de su presencia. Mi gata Chacha, que luego fue de Emilia, pasó el sábado 23 muy inquieta, extrañamente nerviosa, acaso sintiendo en la distancia el adiós de su dueña, que aconteció aquella tarde. La gente de la comunidad no quería creer la noticia, menos de un año después de darle las gracias y despedirla rumbo a su próximo destino (Ver "El deseo de lo ya vivido" - 3 de noviembre de 2020). La hemos recordado y hemos orado por ella como si transitáramos por una fea pesadilla.

Y hemos contado anécdotas con la voz ronca por la emoción. Recuerdo uno de los primeros recorridos por el Yavarí, en Dos de Mayo, una comunidad donde el salto del bote a tierra es medio complicadito por el desnivel y el barro; cuando Emilia, que tenía en aquel momento casi 70 años, intentó asir la mano que yo le tendía, resbaló y se cayó al río de pie, toda vertical y con su mano en alto, así que, en un movimiento reflejo, la agarré y la jalé rapidísimo hacia arriba para sacarla del agua. Salió mojada hasta la cintura y riendo.

Ella jugó un precioso papel en aquella comunidad religiosa intercongregacional naciente y en aquel equipo insólitamente variado que ellas formaban conmigo: era la serenidad, el ancla, la voz de la experiencia, la ponderación, el consejo oportuno, la sensatez. Cuántas veces, con una seña, me invitaba a salir a dar un paseo para conversar sobre algún asunto, ponerme sobre aviso o sugerirme, siempre con delicadeza, sabiduría y una paciencia adornada de sentido del humor genuinamente misionera.

Siempre me dio mucha seguridad en mis primeros pasos en la selva, y de ella aprendí cada día. Porque, a pesar de su edad y sus limitaciones físicas, era una cátedra viviente de vida misionera, de entusiasmo, de mística, de generosidad y de amor. Emilia siempre quería salir a las comunidades, hasta que debió modular su ritmo porque sus fuerzas le fallaban; incluso se empeñó en llegar hasta el lugar más lejano y más pobre, Nueva Esperanza en el remoto Mirim, un viaje inolvidable que tuve el privilegio de compartir con ella.

Jamás escuché a Emilia quejarse o rezongar, ya hubiera lluvia, zancudos, pan con pan para cenar, calor, ruido tremendo de los israelitas o tos seca. Reclamaba, como todos, pero lo soportaba con deportividad y nada le impidió realizar su misión, a su manera y siempre a manos llenas. Y sé yo que le gustaban mucho las galletas, como a mí.

A veces comentamos eso tan romántico de permanecer hasta el último día en la misión, y cómo los misioneros mayorcitos plantean el reto de atenderlos con eficacia y cariño cuando son ya dependientes. Se me ocurre ahora que morir con las botas puestas, en la brecha, es un honor reservado a los mejores, un premio con el que Dios distingue a los misioneros de pura cepa. Querida Emilia, tú sin duda, lo has merecido.

Descansa ahora en la eternidad y por favor cuídanos.

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Texto elaborado por el P. César Caro, del Vicariato de San José del Amazonas, publicado originalmente en el blog Kpayo. Se puede leer aquí.

08 Nov 2021

Mons. Jorge Lozano: “La voracidad consumista se está llevando por delante la casa común”

La COP26, que está siendo realizada en Glasgow (Reino Unido), de 31 de octubre a 12 de noviembre, ha sido tema de reflexión para Mons. Jorge Eduardo Lozano. A la luz del trabajo realizado hace pocos días por la Alianza de Redes Eclesiales para la Ecología Integral, el Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), llamaba a reflexionar sobre la situación del Planeta.

 

Responsabilidad humana en el cambio climático

El arzobispo de San Juan de Cuyo recordaba las palabras del texto, donde señala que “Nuestro mundo está en llamas, se está derritiendo, inundando, sufriendo sequías extremas e impactos en múltiples ámbitos de la sociedad. La responsabilidad de la humanidad en el cambio climático de nuestro planeta es ahora un hecho. El sistema que sostiene nuestra forma de vida en la Tierra está enfermando a nuestro planeta”.

Ante esa situación, el prelado argentino ha insistido en que “no es cuestión de seguir echándole la culpa al termómetro. Es urgente establecer vínculos amigables entre la humanidad y el planeta. La voracidad consumista se está llevando por delante la casa común”. El secretario general del CELAM define la situación actual diciendo que “un atropello que lo invade todo y sólo busca rentabilidad a cualquier costo. Los más afectados, como siempre, son los pobres y las comunidades que viven en entornos aún naturales”.

 

Inequidad entre los ricos y quien busca el bien común

Basándose en la encíclica Laudato Si´, escrita por el Papa Francisco en 2015, hizo ver que “como contrapartida al maltrato del ambiente, hay muchas personas y organizaciones que están realizando esfuerzos enormes por salvar al planeta y a la humanidad que lo habita. Pero la disparidad de fuerzas y recursos es enorme. Hay una gran inequidad entre los pocos que concentran riqueza y poder, y los que buscan el bien común, la justicia y la solidaridad”.

Para encontrar una solución ante esa acuciante realidad, “no alcanza con unos cuantos parches. Hace falta un cambio de paradigma en los estilos de vida y de producción”, reconoció el arzobispo. Según él, “el cambio climático produce calentamiento global. Y con este aumento paulatino de la temperatura se derriten los glaciares, aumenta el nivel de los océanos, se contamina el aire, no hay posibilidades de vida para unas cuantas especies”.

Sin mucha esperanza ante lo que se avecina, pues las probabilidades de lograr acuerdos eficaces en la COP26 “son todavía inciertas”, Mons. Lozano recordó las palabras del Santo Padre a los participantes de la cumbre, en el que pedía acompañarla con la oración y demanda de justicia”. Ante esa realidad, advirtió que “se está comprometiendo el presente y el futuro del planeta, que es único. No hay otro al cual mudarnos cuando este no soporte más. Cuidemos la casa que es de todos”.

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Nota publicada originalmente en la página web de CELAM.   Con informaciones de AICA.

 

03 Nov 2021

Jóvenes se reunirán para construir nuevos caminos hacia una sociedad más justa en la Primera Jornada Nacional de la Juventud

Bajo el lema “Joven, ¡levántate! ¡Tú eres profeta del Bicentenario!”, este evento tiene como propósito reflexionar y reconocer la importancia de la juventud del país, en el marco del Bicentenario de la Independencia del Perú. Para ello, se espera la participación de al menos 3 000 personas, de forma presencial y virtual, en las tres fechas de esta jornada, que se realizará el próximo 19, 20 y 21 de noviembre.

“Vamos a poder vivir la Sinodalidad, pero, sobre todo, construir los nuevos caminos para una sociedad más justa e igualitaria en este Bicentenario de la Independencia. Esperamos que este encuentro nos ayude a levantarnos en este tiempo difícil de pandemia, de tanto dolor, de tanta pérdida, y tanto duelo”. Con estos objetivos, el secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos, Álvaro Salazar, señaló que se realizará la primera Jornada Nacional de la Juventud 2021, el próximo 19, 20 y 21 de noviembre.

Este primer encuentro, que espera congregar al menos a 3 000 asistentes, fue aplazado en 2020 debido a la pandemia, y ahora se realizará de forma presencial y virtual durante tres días. La jornada es impulsada por la Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos de la Conferencia Episcopal Peruana, con apoyo de la Arquidiócesis de Lima, la Diócesis de Carabayllo, la Congregación de las Franciscanas de la Inmaculada Concepción y el Ministerio de Salud.

El lema de este encuentro es “Joven, ¡levántate! ¡Tú eres profeta del Bicentenario!”, y combina dos de las tres dimensiones de la profecía que reciben todos los cristianos durante el bautismo: la de ser profetas, reyes y sacerdotes; explicó Álvaro Salazar. “El fin de esta primera jornada es justamente que podamos reflexionar sobre estas dimensiones de la profecía y terminar con un conjunto de acciones concretas para poder trabajar a futuro, en miras a poder resurgir en esta sociedad desde todo lo que ha dejado evidenciado la pandemia”.

El primer día del encuentro se realizará de forma presencial, con transmisiones en vivo en paralelo por las redes sociales de la Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos. De acuerdo a Salazar, se iniciará con una oración guiada en la Diócesis de Carabayllo que busca la reflexión sobre las vivencias durante la pandemia. Para el sábado 20 de noviembre se trabajará de forma virtual, a través de la plataforma Zoom, sobre la idea de ser profeta. Finalmente, el domingo 21 se cerrará el encuentro en la sede del Arzobispado de Lima con una eucaristía de clausura y envío que tocará el tema del Bicentenario del Perú.

 

Foto: Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos

En el marco de la preparación para este encuentro se elaboraron tres cartillas que fueron distribuidas entre agosto y octubre. Con el apoyo del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), este material se tradujo al asháninka, shipibo y otras lenguas originarias, para así integrar la participación de más jóvenes a lo largo del país.

“El evento será abierto a cualquiera que quiera participar. Habrá una reunión por Zoom para las reflexiones del sábado. Los cupos se les estaban dando a todas las jurisdicciones eclesiásticas, a los movimientos juveniles y a las congregaciones religiosas, pero todo aquel que no alcance uno puede participar mediante las redes sociales porque habrá moderadores para poder trabajar con las interacciones”, explicó Salazar. Agregó que, en total, son 46 jurisdicciones eclesiásticas las formarán parte de este evento, junto a los representantes de otras iglesias y religiones, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, y jóvenes líderes. Todos unidos para conversar sobre qué es lo que quiere transformar la juventud peruana para el futuro de la sociedad en este Bicentenario.

03 Nov 2021

Papa a la COP26: Deuda ecológica y deuda externa obstaculizan el desarrollo de los pueblos

El Papa Francisco advierte a los líderes mundiales reunidos en Glasgow que si existe una verdadera voluntad política es posible contrastar la crisis del cambio climático y de la post pandemia, aprendiendo de los errores del pasado y asignando recursos suficientes. No hay más tiempo que perder, dice, pues se trata de un cambio de época, un compromiso con los más vulnerables y con las jóvenes generaciones.

Por: Alina Tufani – Ciudad del Vaticano

“Actuar para preparar un futuro en el que la humanidad sea capaz de cuidarse a sí misma y a la naturaleza". Lo dice el Papa Francisco casi al final de su mensaje a los líderes mundiales reunidos en Glasgow, Escocia, en la Conferencia de los Estados Parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP26. Un discurso donde las palabras voluntad política, compromiso, responsabilidad se alternan a post pandemia, deuda ecológica, deuda externa, migrantes climáticos y desequilibrios comerciales o financieros. En síntesis, dice: "no hay más tiempo que perder".

 

“Hay demasiados rostros humanos que sufren esta crisis climática: además de sus impactos cada vez más frecuentes e intensos en la vida cotidiana de muchas personas, especialmente de las poblaciones más vulnerables, nos damos cuenta que también se ha convertido en una crisis de los derechos de los niños y que, en un futuro próximo, los migrantes por motivos medioambientales superarán a los refugiados por conflictos”

 

En su mensaje dirigido al presidente de la COP26, Alok Sharma y leído por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, ante los representantes de más de 200 países que hasta el 12 de noviembre debatirán sobre el calentamiento global, el Papa recalca la necesidad de “una acción urgente, valiente y responsable” si se quieren alcanzar los objetivos escritos en el Acuerdo de París de forma coordinada y responsable: “Son ambiciosos, pero no pueden retrasarse”.

 

Unidad frente al cambio climático y la post-pandemia

El Santo Padre se plantea si en la COP26 “realmente existe la voluntad política” de asignar con honestidad y responsabilidad, más recursos financieros y tecnológicos para mitigar los efectos negativos del cambio climático, así como para ayudar a las poblaciones más pobres y vulnerables, que son las que más sufren. Más aún cuando el mundo sigue enfrentando los estragos de una pandemia que azota a la humanidad desde hace casi dos años.

“La pandemia nos enseña que no tenemos alternativas: solo podremos vencerla si todos participamos en este desafío”, asegura el Pontífice al recordar que, así como la post-pandemia se debe enfrentar unidos, “siguiendo el ejemplo de los errores cometidos en el pasado”, es posible hacer lo mismo para contrarrestar la crisis global del cambio climático.  “No tenemos alternativas”, subraya el Papa a la COP26, hay que trabajar con una “profunda y solidaria colaboración entre todos los pueblos del mundo”.

 

Inversiones financieras en pos de un mundo sano y digno

A juicio del Santo Padre, la COP26 “puede y debe” contribuir activamente a la construcción de un futuro donde “los comportamientos cotidianos y las inversiones económico-financieras, puedan salvaguardar verdaderamente las condiciones “para una vida digna de la humanidad de hoy y de mañana en un planeta ‘sano’"

“Se trata – afirma - de un cambio de época, un desafío de civilización para el que es necesario el compromiso de todos y, en particular, de los países con mayores capacidades, que deben asumir un papel protagónico en el campo de las finanzas climáticas, la descarbonización del sistema económico y de la vida de las personas, la promoción de una economía circular y el apoyo a los países más vulnerables para adaptarse a los impactos del cambio climático y responder a las pérdidas y daños causados por este fenómeno.”

 

Deuda ecológica: explotación de recursos propios y ajenos

Más adelante, el Papa comparó las heridas causadas a la humanidad por la pandemia de Covid-19 y el fenómeno del cambio climático con un conflicto global, para recordar que, así como ocurrió tras la II Guerra Mundial, ahora “es necesario que toda la comunidad internacional dé prioridad a la implementación de acciones colectivas” y con visión de futuro.  “Necesitamos esperanza y valentía”, subraya Francisco al constatar que” la humanidad tiene los medios para afrontar esta transformación que requiere una conversión real, individual, pero también comunitaria”, una transición hacia un modelo de desarrollo más integral basado en la solidaridad.

“Hay que prestar especial atención a las poblaciones más vulnerables, con las que se ha acumulado una ‘deuda ecológica’ vinculada tanto a los desequilibrios comerciales con consecuencias medioambientales, como al uso desproporcionado de los recursos naturales propios y ajenos.  No lo podemos negar”, recalca el Pontífice.

Condonación de la deuda externa

La "deuda ecológica", insiste el Papa, remite en cierto modo a la cuestión de la deuda externa, “cuya presión suele obstaculizar el desarrollo de los pueblos”, y ahora más ante la crisis causada por la pandemia.

 

“La post-pandemia puede y debe ser un nuevo inicio teniendo en cuenta todos estos aspectos, relacionados también con la puesta en marcha de escrupulosas operaciones negociadas para la condonación de la deuda externa inscritas en una estructura económica más sostenible y justa, orientada a apoyar la emergencia climática.”

 

En este contexto, recuerda la necesidad de que los países desarrollados contribuyan a la solución de la “deuda ecológica” limitando significativamente el consumo de energía no renovable y aportando recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible.

“Lamentablemente, debemos señalar con amargura lo lejos que estamos de lograr los objetivos deseados para combatir el cambio climático. Hay que decirlo honestamente: ¡no nos lo podemos permitir!”, observa el Papa. Y señala, al final de su mensaje, que los jóvenes, que en los últimos años han estado pidiendo con insistencia que se actúe, no tendrán un planeta distinto al que dejemos o al que podrán recibir en función de las decisiones concretas que se tomen hoy. “Este – reclama el Papa – es el momento de tomar decisiones que les den motivos para confiar en el futuro”.

 

Santa Sede: emisión cero y educación

El Santo Padre no deja de mencionar en su mensaje el compromiso de la Santa Sede ante el cambio climático. En este sentido, se remite a la Cumbre Virtual de Alto Nivel sobre la Perspectiva  Climática del 12 de diciembre de 2020, donde anunció la adopción de una estrategia de reducción de emisiones netas a cero en dos direcciones:  el compromiso del Estado de la Ciudad del Vaticano para lograr este objetivo antes del 2050 y, al mismo tiempo, el compromiso de promover una educación en ecología integral, consciente de que las medidas políticas, técnicas y operativas deben combinarse con un proceso educativo, sobre todo entre los jóvenes, con el fin de buscar nuevos estilos de vida y fomentar un modelo cultural de desarrollo y sustentabilidad centrados en la fraternidad y la alianza entre el ser humano y el medio natural.

También, recuerda su encuentro del pasado 4 de octubre con varios líderes religiosos y científicos para firmar un llamamiento conjunto en vista de la COP-26. “Lo que se pudo percibir claramente – comparte el Papa - fue una fuerte convergencia de todos en comprometerse con la urgente necesidad de iniciar un cambio de rumbo capaz de pasar con decisión y convicción de la "cultura del descarte" imperante en nuestra sociedad a una "cultura del cuidado" de nuestra casa común y de quienes viven o vivirán allí”.

El Santo Padre concluye su mensaje acompañando a los participantes de la COP 26 con sus oraciones en estas importantes decisiones.

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Artículo original publicado en la web de Vatican News. Se puede leer aquí.