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16 May 2022

Mons. Miguel Cabrejos: “Aparecida, 15 años de impulso misionero”

15 años de impulso misionero, así ha definido Mons. Miguel Cabrejos el camino recorrido desde la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, celebrada en el Santuario donde se venera a la patrona de Brasil, Nuestra Señora Aparecida.

Aparecida, un hito en la Iglesia de América Latina y del Caribe

Para conmemorar esos 15 años, se están realizando una serie de actos los días 12 y 13 de mayo en este Santuario, entre ellos el Rosario que recuerda el que rezó en aquel momento el Papa Benedicto XVI. Ha sido en este rezo en el que el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, que ya participó de la V Conferencia, se ha dirigido a las Iglesias del continente para recordar “este hito del caminar de la Iglesia de América Latina y del Caribe”.

En aquel momento, ha señalado Mons. Cabrejos, “pudimos constatar ‘cómo los obispos se sentían alentados, acompañados y en cierto sentido, inspirados por los miles de peregrinos que acudían cada día a confiar su vida a la Virgen’”, algo recordado por el Papa Francisco, relator general del Documento de Aparecida, en su visita al Santuario en 2013. Un Documento, siguiendo con palabras del actual pontífice, que “nació precisamente de este tejido entre el trabajo de los Pastores y la fe sencilla de los peregrinos, bajo la protección materna de María”.

Aparecida, un gran momento en la historia del continente

El presidente del Celam no ha dudado en definir Aparecida como “un gran momento para la Iglesia de este continente: un auténtico Kairós que generó un profundo impulso misionero”. En su opinión, “la dimensión misionera fue, ciertamente, uno de los ejes conductores de Aparecida, en continuidad con las cuatro Conferencias Generales que la precedieron”, teniendo como metodología “el ver-juzgar-actuar, y reafirmando la opción preferencial por los pobres y por el cuidado de la Creación”.

Citando el Documento, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana ha recordado que “la Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del Continente”, apelando también a la conversión pastoral, para “que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera”. Mons. Cabrejos ha recordado otros elementos destacados de Aparecida: ser discípulos misioneros, asumir la Misión Permanente como inaplazable.

Revitalizar los procesos pastorales

Todo ello desde un llamado a “encarnar y a revitalizar nuestros procesos pastorales en las más diversas latitudes y de cara a los ‘signos de los tiempos’, bajo el liderazgo y el fructífero aporte de nuestros hermanos en el episcopado, así como de miles de presbíteros, religiosas y religiosos, laicas y laicos de todos nuestros países”, insistió el presidente del Celam.

Ha sido un tiempo, resaltó el prelado peruano, en que Aparecida “ha permeado la naturaleza misionera y sinodal de nuestra Iglesia en América Latina y el Caribe”, también del Celam. Un Documento que nutre el actual proceso sinodal, en el que se busca “la implementación de los desafíos pastorales que emergieron de la Asamblea Eclesial”, que se nutre en Aparecida, y sobre lo que Mons. Cabrejos afirma que “¡De ello no tenemos ninguna duda!”.

Misión, comunión, colegialidad y sinodalidad

El presidente del Celam ha llamado a “reafirmar nuestra identidad de discípulos misioneros, de ser una Iglesia en salida, sinodal y misericordiosa, de llevar la Misión Permanente a los nuevos areópagos de nuestra historia y a las fronteras geográficas y existenciales donde reconocemos los rostros sufrientes de Cristo, y de asumir con decisión la conversión pastoral permanente a partir de nuestro encuentro con Jesucristo”. Algo que lleva a “fortalecer la misión, la comunión eclesial, la colegialidad y la sinodalidad”.

Desde ahí, “animados y enviados por Jesucristo, Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14,6) nos sentimos urgidos a asumir el Evangelio con coherencia y desborde, encarnando los valores del Reino y construyendo comunidades de vida que sean signos de evangelización y novedad, de profetismo y fidelidad al mandato misionero, para que en Jesucristo todos los pueblos tengan vida y vida en abundancia (cf. Jn 10,10)”, concluía Mons. Cabrejos.

aparecida

 

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Artículo publicado originalmente en la web de Prensa Celam. Se puede leer aquí.

 

02 Feb 2022

El CELAM saluda a religiosos y religiosas por la Jornada Mundial de la Vida Consagrada

A través de un mensaje, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), expresó su “fraternidad, cercanía y agradecimiento" a los fieles que en América Latina y el Caribe dan "la sal de la tierra y la luz del mundo".

En un mensaje firmado por el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Mons. Miguel Cabrejos, y el secretario general, Mons. Jorge Eduardo Lozano, la institución envió un saludo especial a aquellos religiosos y religiosas que en América Latina y el Caribe que "dan vida y siembran esperanza con sus carismas, mística, profetismo y compromiso"; visibilizando el rostro misericordioso de Jesús en medio de los más necesitados, "en cada gesto solidario con los más pobres, indefensos y excluidos".

En el escrito se resalta el rol de que los fieles son “la sal de la tierra y la luz del mundo”. En ese sentido, mencionaron que en este tiempo de escucha, diálogo, encuentro y discernimiento convocado por el Sínodo de la Sinodalidad, y los procesos y desafíos de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, "valoramos y agradecemos el testimonio de las religiosas y los religiosos de nuestro continente", expresado en su deseo de seguir apostando por una “vida religiosa con rostro intercongregacional, intercultural e itinerante, guiados por un amor siempre a estrenar". La misma, señalan, "transforma cotidianamente en discípulas y discípulos misioneros en salida".

También se subraya y agradece que el camino de renovación y reestructuración "no sería posible sin el decidido e invaluable aporte de las religiosas y los religiosos y de sus instancias de animación, articulación y transversalidad continental y nacional, a través de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR) y de las Conferencias de Religiosos de cada país".

A continuación, el mensaje de forma íntegra:

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24 Ene 2022

Día Internacional de la Educación: Presidente del CELAM pide mayor inversión y aprovechar las oportunidades de la digitalización

En el Día Internacional de la Educación, que se celebra este 24 de enero, Mons. Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y Presidente del Episcopado Peruano, hizo un llamado al Pueblo de Dios, a través de un mensaje, a reconocernos “humildemente discípulos del mayor educador, Jesús, el Maestro”.

Mons. Cabrejos mostró su preocupación por las cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ante diferentes situaciones que padecen millones de niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe, entre ellas la pobreza, la interrupción del proceso educativo como consecuencia de la pandemia, la brecha digital y el hecho de que 20 millones de jóvenes, ni trabajan, ni estudian.

Ante esa dura realidad, el presidente del CELAM, en nombre de la Iglesia latinoamericana y caribeña, “demanda mayor inversión en educación, mejorar las condiciones materiales, aprovechar el salto en digitalización, generar condiciones de escolarización diversa e inclusiva, además de establecer procesos de transición de la educación a empleos de mayor calidad”.

Asimismo, pide “asumir la responsabilidad compartida respecto de la educación, por parte de la sociedad, los medios de comunicación, la familia, los educadores y los educandos”.

A continuación, el Mensaje del Presidente del CELAM:

 

 

19 Nov 2021

Monseñor Miguel Cabrejos: “La Asamblea Eclesial será una ‘pirámide invertida’”

“La Asamblea Eclesial será una ‘pirámide invertida’, todo empieza y acaba con el Pueblo de Dios”. Utilizando esta imagen, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), Monseñor Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo (Perú) describió a la agencia SIR la lógica participativa y sinodal que mueve la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que se tendrá del 21 al 28 de noviembre, en la Ciudad de México.

Es el momento eclesial más importante para la Iglesia en el continente desde los tiempos de Aparecida, pero también, probablemente, el primer gran acontecimiento eclesial de la era post- covid-19, precisamente en el continente que por varios aspectos estuvo más marcado por la pandemia.

Las cifras son significativas: alrededor de mil personas: 200 obispos, 200 sacerdotes y diáconos, 200 religiosos y religiosas, 400 laicos y mujeres de diferentes orígenes, incluso personas que se encuentran en situaciones de exclusión. La mayoría participará de forma virtual y unas 50 personas estarán presentes en la sede  de Casa Lago, de la Conferencia Episcopal Mexicana.

La preparación del evento se desarrolló por varios meses y consistió en un proceso de escucha en profundidad, realizado en los distintos Países y diócesis.

“Participaron unas 70 mil personas y el resultado fue un libro de 220 páginas”, dijo satisfecho Monseñor Cabrejos, a quien entrevistamos, con motivo de la reciente visita al Vaticano de la presidencia de Celam, junto con el primer vicepresidente, el cardenal Odilo Scherer, arzobispo de Sao Paulo (Brasil) y el secretario general, Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina).

El legado de Aparecida y la intuición del Papa

La Asamblea está estrechamente vinculada a la Quinta Conferencia General de Obispos Latinoamericanos de Aparecida (2007). El presidente de Celam explica: “Con motivo de la asamblea electiva de Celam, se dio el mandato a la nueva presidencia de pensar en una sexta Conferencia general”. Los tiempos parecían maduros, incluso con respecto al periodo transcurrido entre una y otra de las Conferencias anteriores (Río de Janeiro 1955, Medellín 1968, Puebla 1979, Santo Domingo 1992 y Aparecida 2007).

“Sin embargo, cuando hablé con el Papa Francisco al respecto, señaló que muchas de las ideas de Aparecida aún no se habían desarrollado y concretizado por completo. Aquí nació la idea de la Asamblea eclesial”, acotó.

Confirma el secretario general, Monseñor Lozano: “El Papa espera mucho de este evento, que es un ejemplo práctico de sinodalidad. Hay que dejar respirar el Espíritu y confiar en el Pueblo de Dios”.

Añade: ”Cuando yo era obispo auxiliar en Buenos Aires, un párroco le pidió al arzobispo Bergoglio que le diera un criterio para entender si era un buen párroco. Y el futuro Papa Francisco contestó: ‘Cuando la parroquia se sale de control, cuando no la controlas’. Creo que lo mismo debe decirse también de nosotros los obispos ”.

Por su parte, el cardenal Scherer agrega: “La Asamblea involucra a todos los miembros de la Iglesia, sentimos que se está produciendo un hecho nuevo. También en Brasil, la participación en la fase de escucha fue generalizada y muy positiva”.

Por una fe encarnada

Este acontecimiento eclesial, además, no es algo aislado: llega dos años después del Sínodo de la Amazonía, acompañado también de una gran escucha de las Iglesias locales, y pocos meses después de la culminación del proceso de renovación del Celam; además, coincide en la práctica con el inicio del Sínodo sobre la sinodalidad convocado por el Papa.

“La prioridad –agrega Mons. Cabrejos– es caminar juntos como Pueblo de Dios, profundizando y concretizando la colegialidad. Estoy seguro de que el Espíritu está soplando, y también lo he visto al respirar el clima de armonía que acompañó a la renovación del Celam”.

Otro aspecto importante, que surgió del camino de la escucha, es la necesidad de una fe encarnada, como también se originó del extenso camino preparatorio, o se convierte en algo intangible, porque “nuestra Iglesia es hija de la Conferencia de Medellín, que asume el Concilio y enfatiza la opción por los pobres. En los últimos años, a esto se le ha sumado el tema de la casa común”.

La perspectiva de una fe encarnada, además, está claramente presente en las ricas y densas 220 páginas resultantes del proceso de escucha. Son tratados temas eclesiales (desde el liderazgo de los laicos y los nuevos ministerios, desde la pastoral urbana hasta el “desafío” que representa el crecimiento de los movimientos neo-evangélicos), pero también muchas cuestiones sociales y económicas, partiendo de niveles inaceptables (especialmente en el Continente que acoge al mayor número de católicos del planeta) de pobreza, violencia, desigualdad, explotación de recursos naturales, delincuencia y narcotráfico.

Otro aspecto a destacar es la modalidad predominantemente virtual del evento, en un momento en el que la pandemia Covid-19, que tanto afectó a América Latina, aún está lejos de ser erradicada.

Dice el Presidente de Celam: “En estos casi dos años nuestra actividad no se ha paralizado. En preparación de la Asamblea (que se retrasó un año celebramos 200 reuniones. Algunos lo han criticado, pero la alternativa era parar, en lugar de dar esperanzas. En esta situación, el proceso de escucha fue un gran don del Espíritu”.

“El Espíritu sopla lentamente”

En esta perspectiva de esperanza, es legítimo preguntarse en qué, después de 15 años, la Conferencia de Aparecida, en la que el cardenal Bergoglio jugó un papel clave, sigue “inconclusa”.

El cardenal Scherer, que participó en ese encuentro como arzobispo de Sao Paulo, responde: “Fue un hecho extraordinario, lo recuerdo bien, y lo mismo puede decirse del documento final. La asamblea decidió dejar de lado el borrador preexistente del documento final, todo fue reescrito, partiendo de la dinámica de ser discípulos del Señor y misioneros. El Papa Benedicto XVI confirmó la idea clave de que la vida cristiana no parte de una gran idea, sino del encuentro con la persona de Jesús. Se nos sigue pidiendo una conversión pastoral, no pensar en una Iglesia autorreferencial. Aparecida puso mucho énfasis en el espíritu misionero y la relación entre la Iglesia y el mundo. Otro tema que sigue siendo central es el de la formación cristiana, un desafío enorme”.

Entre las iniciativas nacidas de Aparecida hay la de una misión continental, realmente lanzada pero sin grandes retornos. “Nos arriesgamos a entenderlo como un evento, no como un proceso de evangelización. Estamos llamados a una conversión integral y al mismo tiempo pastoral, y debemos recordar que los procesos son largos, el Espíritu sopla lentamente ”, concluye Monseñor Cabrejos.

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Nota publicada originalmente en la web de Celam. Se puede leer aquí.

08 Nov 2021

Mons. Jorge Lozano: “La voracidad consumista se está llevando por delante la casa común”

La COP26, que está siendo realizada en Glasgow (Reino Unido), de 31 de octubre a 12 de noviembre, ha sido tema de reflexión para Mons. Jorge Eduardo Lozano. A la luz del trabajo realizado hace pocos días por la Alianza de Redes Eclesiales para la Ecología Integral, el Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), llamaba a reflexionar sobre la situación del Planeta.

 

Responsabilidad humana en el cambio climático

El arzobispo de San Juan de Cuyo recordaba las palabras del texto, donde señala que “Nuestro mundo está en llamas, se está derritiendo, inundando, sufriendo sequías extremas e impactos en múltiples ámbitos de la sociedad. La responsabilidad de la humanidad en el cambio climático de nuestro planeta es ahora un hecho. El sistema que sostiene nuestra forma de vida en la Tierra está enfermando a nuestro planeta”.

Ante esa situación, el prelado argentino ha insistido en que “no es cuestión de seguir echándole la culpa al termómetro. Es urgente establecer vínculos amigables entre la humanidad y el planeta. La voracidad consumista se está llevando por delante la casa común”. El secretario general del CELAM define la situación actual diciendo que “un atropello que lo invade todo y sólo busca rentabilidad a cualquier costo. Los más afectados, como siempre, son los pobres y las comunidades que viven en entornos aún naturales”.

 

Inequidad entre los ricos y quien busca el bien común

Basándose en la encíclica Laudato Si´, escrita por el Papa Francisco en 2015, hizo ver que “como contrapartida al maltrato del ambiente, hay muchas personas y organizaciones que están realizando esfuerzos enormes por salvar al planeta y a la humanidad que lo habita. Pero la disparidad de fuerzas y recursos es enorme. Hay una gran inequidad entre los pocos que concentran riqueza y poder, y los que buscan el bien común, la justicia y la solidaridad”.

Para encontrar una solución ante esa acuciante realidad, “no alcanza con unos cuantos parches. Hace falta un cambio de paradigma en los estilos de vida y de producción”, reconoció el arzobispo. Según él, “el cambio climático produce calentamiento global. Y con este aumento paulatino de la temperatura se derriten los glaciares, aumenta el nivel de los océanos, se contamina el aire, no hay posibilidades de vida para unas cuantas especies”.

Sin mucha esperanza ante lo que se avecina, pues las probabilidades de lograr acuerdos eficaces en la COP26 “son todavía inciertas”, Mons. Lozano recordó las palabras del Santo Padre a los participantes de la cumbre, en el que pedía acompañarla con la oración y demanda de justicia”. Ante esa realidad, advirtió que “se está comprometiendo el presente y el futuro del planeta, que es único. No hay otro al cual mudarnos cuando este no soporte más. Cuidemos la casa que es de todos”.

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Nota publicada originalmente en la página web de CELAM.   Con informaciones de AICA.