Av. Parque Gonzales Prada 626, Magdalena del Mar
Lun-Sab: 07:00 - 17:00
09 Nov 2021

La muerte de la misionera Emilia Kuche enluta a la Iglesia de la triple frontera

Aunque ha fallecido en Ecuador, la religiosa trabajó recientemente en la Misión de Islandia del Vicariato San José del Amazonas en Perú como parte de una iniciativa intercongregacional

 

El pasado 23 de octubre, en la misión de Roca Fuerte, Vicariato de Esmeraldas (Ecuador), falleció la religiosa Emilia Kuche, Misionera de Jesús Crucificado de nacionalidad brasileña. Así se informaba recientemente desde el Vicariato Apostólico San José del Amazonas, en la Amazonía de Perú, esta triste noticia. “La hermana Emilia llegó a nuestro Vicariato en marzo de 2017 formando parte de la comunidad intercongregacional que comenzaba su proyecto en Islandia, y permaneció allí hasta diciembre de 2020, fecha en que partió a su nueva misión en Ecuador, donde ha concluido su vida”, señalan en el escrito.

Según se indica la religiosa ha sido enterrada donde falleció, en Roca Fuerte, el pasado viernes 5 de noviembre, después de casi dos semanas de largos y complejos trámites burocráticos. “Deja entre nosotros un bonito recuerdo por su buen trato, su entusiasmo misionero, su sabiduría y sentido del humor. Ha sido un modelo de misionera y ha entregado su vida hasta el último aliento en plena misión, en la brecha, junto a los más pobres, como Jesús le pidió”, destacan sobre la figura de la hermana Emilia.

“Mons. José Javier Travieso, los misioneros de nuestro vicariato, el pueblo de Islandia y las comunidades indígenas y ribereñas del Yavarí y Bajo Amazonas agradecemos al Señor el don de haberla conocido y tenido entre nosotros. Enviamos nuestras condolencias y solidaridad a la familia de Emilia y a su congregación, con el deseo cierto de que estará ya gozando de la compañía de Dios en la eternidad”, concluye el comunicado.

Morir en la Misión

El vicario general de San José del Amazonas, P. César Caro, quien trabajó de forma muy cercana en los últimos años con la hermana Emilia, ha escrito unas bonitas líneas como homenaje. Líneas que compartimos a continuación de forma íntegra:

Estoy seguro de que si Emilia hubiera podido elegir las circunstancias de su muerte, habría escogido justo lo que ocurrió: falleció en la misión, es decir, todavía útil y trabajando, y de manera rápida, sin dar castigo ni ocasionar a nadie molestias por tener que asistirla. Quizás hasta habláramos de ello alguna vez. Pero eso no nos ahorra ni una sola lágrima a quienes tuvimos la fortuna de conocerla.

Conocerla, y vivir y misionar con ella, porque Emilia y yo estuvimos juntos en el equipo de Islandia los tres años que pasé allí. Precisamente escribo esto a bordo del ferry, durante mi viaje de regreso de Santa Rosa e Islandia, donde esta semana he acompañado la fiesta del Señor de los Milagros y celebrado la Confirmación respectivamente. Ha sido una visita extraña y triste, con noticias confusas acerca de las dificultades para dar sepultura al cuerpo de Emilia en Ecuador, donde vivía, problemas que han continuado hasta hoy 5 de noviembre, cuando finalmente ha sido enterrada casi dos semanas después.

De modo que Emilia ya reposa, y sus restos forman parte para siempre de la tierra ecuatoriana de Roca Fuerte, Vicariato de Esmeraldas, junto al mar. No podía ser de otra manera, porque ella fue una misionera de raza, de pura sangre, y ha entregado su vida hasta el último aliento donde Diosito la quiso enviar, en su misión, junto a los más humildes.

Nuestra querida casa de Islandia estaba estos días como transida de su presencia. Mi gata Chacha, que luego fue de Emilia, pasó el sábado 23 muy inquieta, extrañamente nerviosa, acaso sintiendo en la distancia el adiós de su dueña, que aconteció aquella tarde. La gente de la comunidad no quería creer la noticia, menos de un año después de darle las gracias y despedirla rumbo a su próximo destino (Ver "El deseo de lo ya vivido" - 3 de noviembre de 2020). La hemos recordado y hemos orado por ella como si transitáramos por una fea pesadilla.

Y hemos contado anécdotas con la voz ronca por la emoción. Recuerdo uno de los primeros recorridos por el Yavarí, en Dos de Mayo, una comunidad donde el salto del bote a tierra es medio complicadito por el desnivel y el barro; cuando Emilia, que tenía en aquel momento casi 70 años, intentó asir la mano que yo le tendía, resbaló y se cayó al río de pie, toda vertical y con su mano en alto, así que, en un movimiento reflejo, la agarré y la jalé rapidísimo hacia arriba para sacarla del agua. Salió mojada hasta la cintura y riendo.

Ella jugó un precioso papel en aquella comunidad religiosa intercongregacional naciente y en aquel equipo insólitamente variado que ellas formaban conmigo: era la serenidad, el ancla, la voz de la experiencia, la ponderación, el consejo oportuno, la sensatez. Cuántas veces, con una seña, me invitaba a salir a dar un paseo para conversar sobre algún asunto, ponerme sobre aviso o sugerirme, siempre con delicadeza, sabiduría y una paciencia adornada de sentido del humor genuinamente misionera.

Siempre me dio mucha seguridad en mis primeros pasos en la selva, y de ella aprendí cada día. Porque, a pesar de su edad y sus limitaciones físicas, era una cátedra viviente de vida misionera, de entusiasmo, de mística, de generosidad y de amor. Emilia siempre quería salir a las comunidades, hasta que debió modular su ritmo porque sus fuerzas le fallaban; incluso se empeñó en llegar hasta el lugar más lejano y más pobre, Nueva Esperanza en el remoto Mirim, un viaje inolvidable que tuve el privilegio de compartir con ella.

Jamás escuché a Emilia quejarse o rezongar, ya hubiera lluvia, zancudos, pan con pan para cenar, calor, ruido tremendo de los israelitas o tos seca. Reclamaba, como todos, pero lo soportaba con deportividad y nada le impidió realizar su misión, a su manera y siempre a manos llenas. Y sé yo que le gustaban mucho las galletas, como a mí.

A veces comentamos eso tan romántico de permanecer hasta el último día en la misión, y cómo los misioneros mayorcitos plantean el reto de atenderlos con eficacia y cariño cuando son ya dependientes. Se me ocurre ahora que morir con las botas puestas, en la brecha, es un honor reservado a los mejores, un premio con el que Dios distingue a los misioneros de pura cepa. Querida Emilia, tú sin duda, lo has merecido.

Descansa ahora en la eternidad y por favor cuídanos.

_________________________________________________

Texto elaborado por el P. César Caro, del Vicariato de San José del Amazonas, publicado originalmente en el blog Kpayo. Se puede leer aquí.

08 Nov 2021

Mons. Jorge Lozano: “La voracidad consumista se está llevando por delante la casa común”

La COP26, que está siendo realizada en Glasgow (Reino Unido), de 31 de octubre a 12 de noviembre, ha sido tema de reflexión para Mons. Jorge Eduardo Lozano. A la luz del trabajo realizado hace pocos días por la Alianza de Redes Eclesiales para la Ecología Integral, el Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), llamaba a reflexionar sobre la situación del Planeta.

 

Responsabilidad humana en el cambio climático

El arzobispo de San Juan de Cuyo recordaba las palabras del texto, donde señala que “Nuestro mundo está en llamas, se está derritiendo, inundando, sufriendo sequías extremas e impactos en múltiples ámbitos de la sociedad. La responsabilidad de la humanidad en el cambio climático de nuestro planeta es ahora un hecho. El sistema que sostiene nuestra forma de vida en la Tierra está enfermando a nuestro planeta”.

Ante esa situación, el prelado argentino ha insistido en que “no es cuestión de seguir echándole la culpa al termómetro. Es urgente establecer vínculos amigables entre la humanidad y el planeta. La voracidad consumista se está llevando por delante la casa común”. El secretario general del CELAM define la situación actual diciendo que “un atropello que lo invade todo y sólo busca rentabilidad a cualquier costo. Los más afectados, como siempre, son los pobres y las comunidades que viven en entornos aún naturales”.

 

Inequidad entre los ricos y quien busca el bien común

Basándose en la encíclica Laudato Si´, escrita por el Papa Francisco en 2015, hizo ver que “como contrapartida al maltrato del ambiente, hay muchas personas y organizaciones que están realizando esfuerzos enormes por salvar al planeta y a la humanidad que lo habita. Pero la disparidad de fuerzas y recursos es enorme. Hay una gran inequidad entre los pocos que concentran riqueza y poder, y los que buscan el bien común, la justicia y la solidaridad”.

Para encontrar una solución ante esa acuciante realidad, “no alcanza con unos cuantos parches. Hace falta un cambio de paradigma en los estilos de vida y de producción”, reconoció el arzobispo. Según él, “el cambio climático produce calentamiento global. Y con este aumento paulatino de la temperatura se derriten los glaciares, aumenta el nivel de los océanos, se contamina el aire, no hay posibilidades de vida para unas cuantas especies”.

Sin mucha esperanza ante lo que se avecina, pues las probabilidades de lograr acuerdos eficaces en la COP26 “son todavía inciertas”, Mons. Lozano recordó las palabras del Santo Padre a los participantes de la cumbre, en el que pedía acompañarla con la oración y demanda de justicia”. Ante esa realidad, advirtió que “se está comprometiendo el presente y el futuro del planeta, que es único. No hay otro al cual mudarnos cuando este no soporte más. Cuidemos la casa que es de todos”.

_____________________________________________________________________________

Nota publicada originalmente en la página web de CELAM.   Con informaciones de AICA.

 

05 Nov 2021

Iglesia de la Amazonía envía carta a líderes en la cumbre de la COP26: «No podemos esperar más»

La Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA) y la Red Eclesial Amazónica (REPAM), entidades que representan a la Iglesia Católica en el territorio amazónico, se manifiestan públicamente ante los líderes y lideresas presentes en la COP26 sobre la importancia de tomar decisiones en favor del planeta.

La Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA) y la Red Eclesial Amazónica (REPAM) hicieron un llamado urgente para luchar contra toda degradación que se vive en el bioma amazónico. A través de una misiva, las entidades que conforman la Iglesia Católica en territorio amazónico expresaron a los líderes y lideresas presentes en la COP26, en Glasgow, Escocia, su sentimiento «de desconcierto y a la vez de impotencia», al contemplar y experimentar el caos que vive el planeta, entre otras cosas, «a causa del cambio climático y sus consecuencias catastróficas para la humanidad y para la casa común».

«La Amazonia es una región amenazada por diversos motivos: políticas socioambientales de gobiernos insensibles e intransigentes, el modelo extractivista que impera, la desertificación que avanza, el uso del suelo inapropiado y su sobrexplotación, la deforestación y menoscabo de nuestros bosques, las quemas indiscriminadas y en aumento, la contaminación de las aguas y muchos otros (…) Necesitamos cuidar de nuestra casa común y tomar medidas de extrema urgencia ante la afectación que sufren los territorios y los pueblos amazónicos y sus culturas. Los impactos son inmensos y todos sufrimos las consecuencias», señalaron en la carta.

Agregaron que ya no sirve de nada los «paños tibios, las promesas incumplidas, los compromisos no asumidos, ni las medidas que no sean radicales en la emisión de gases y en otras complementarias», pues el mundo actual está «roto» y se debe empezar a actuar de manera integral para responder a toda la «realidad infernal», ratificando el acuerdo de París y lo que ello implica.  Asimismo, mencionaron que «todos y todas somos parte del problema, pero también de la solución» y, en ese sentido, «no podemos esperar más, quisiéramos tener resultados palpables y que lleven a cambios de rumbo de una vez por todas».

A continuación, lee la carta dirigida a los  líderes la cumbre de la COP26 de forma íntegra:

2021.11.04 ES CARTA DE CEAMA Y REPAM A COP26

 

04 Nov 2021

Pueblos indígenas amazónicos en la COP26 alzan la voz por soluciones reales para proteger la Amazonía y el planeta

 Los pueblos indígenas de la cuenca amazónica son protagonistas de diversos foros, paneles y mesas de trabajo durante la COP26 en Glasgow, Escocia. En estos espacios buscan acentuar su posición de proteger el 80% de la Amazonía hasta el 2025, y de esta manera defender la vida en toda la Tierra.

Por Carmen Julia Lujan C.

Desde los 9 países de la cuenca amazónica llegaron a Glasgow, Escocia, sede de la COP26, los líderes y lideresas de los pueblos indígenas, una delegación que tiene  la misión de alzar la voz llevando el grito de la selva para  demandar  soluciones reales para la protección de la Amazonía y la vida del planeta.

Los representantes indígenas buscan posicionar sus demandas ante los Estados del mundo a través de diferentes espacios como foros, paneles y mesas de trabajo en la COP26 que tiene lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre.

El 3 de noviembre la delegación de la cuenca amazónica en la COP26 fue protagonista en el Foro “Rol de los pueblos indígenas y las soluciones basadas en la naturaleza”, donde se enfatizó la importancia de salvar la Amazonía para proteger el 20% de agua dulce del planeta 140 toneladas métricas de  carbono que garantizan la vida en la tierra.

En el evento se puso en relieve que  la protección de la Amazonía, no solo beneficia a los pueblos originarios y a las comunidades locales, sino a toda la humanidad.

“Queremos hablarles como solución de los territorios una propuesta desde la COICA que está diciendo Amazonía por la vida, por la vida no de nosotros solamente, sino de ustedes también”, afirmó Gregorio Díaz Mirabal, coordinador de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, COICA.

En otra participación, la delegación formó parte del panel “Una nueva visión de la financiación climática de pueblos indígenas y comunidades locales”,  sobre financiamiento directo para los pueblos originarios y comunidades locales como estrategia para mitigar la crisis climática y la conservación de bosques.

“Los mecanismos financieros han tenido muchos problemas para llegar a terreno al territorio hay estudios que dicen que menos del 1% llegan a las comunidades, los más generosos dicen que el 5% llega a las comunidades, en  general no vemos un resultado, un impacto en el territorio “, Tuntiak Katan Jua, vicecoordiandor de la COICA

Asimismo, recalcó que “es importante generar un mecanismo que elimine la burocracia, los aspectos políticos en cada país y las dificultades de acceso, con el fin de que los pueblos indígenas y comunidades locales, accedan de manera directa al financiamiento climático”.

Por su parte, Tabea Casique, coordinadora de educación de COICA en su intervención resaltó que es urgente la implementación de acciones eficientes para evitar la deforestación y degradación de nuestra Amazonía, y que para ello se debe garantizar el financiamiento directo al territorio.

“Con la implementación de varias iniciativas propias desde la COICA, hemos demostrado que como organizaciones indígenas podemos manejar fondos climáticos y garantizar la efectiva participación de los pueblos indígenas para la protección de la Amazonía”, concluyó.

De esta forma se va desarrollando la agenda  de participación de los pueblos indígenas en la COP26 que es organizada por la ONU en Glasgow, Escocia, y que se inauguró el 31 de octubre  bajo la premisa de que esta cita es la “última oportunidad para mitigar la cambio climático y salvar el planeta”.

_________________________________________________________________________

Artículo publicado originalmente en la web de la REPAM Perú, con información y fotografía de la COICA

03 Nov 2021

Jóvenes se reunirán para construir nuevos caminos hacia una sociedad más justa en la Primera Jornada Nacional de la Juventud

Bajo el lema “Joven, ¡levántate! ¡Tú eres profeta del Bicentenario!”, este evento tiene como propósito reflexionar y reconocer la importancia de la juventud del país, en el marco del Bicentenario de la Independencia del Perú. Para ello, se espera la participación de al menos 3 000 personas, de forma presencial y virtual, en las tres fechas de esta jornada, que se realizará el próximo 19, 20 y 21 de noviembre.

“Vamos a poder vivir la Sinodalidad, pero, sobre todo, construir los nuevos caminos para una sociedad más justa e igualitaria en este Bicentenario de la Independencia. Esperamos que este encuentro nos ayude a levantarnos en este tiempo difícil de pandemia, de tanto dolor, de tanta pérdida, y tanto duelo”. Con estos objetivos, el secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos, Álvaro Salazar, señaló que se realizará la primera Jornada Nacional de la Juventud 2021, el próximo 19, 20 y 21 de noviembre.

Este primer encuentro, que espera congregar al menos a 3 000 asistentes, fue aplazado en 2020 debido a la pandemia, y ahora se realizará de forma presencial y virtual durante tres días. La jornada es impulsada por la Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos de la Conferencia Episcopal Peruana, con apoyo de la Arquidiócesis de Lima, la Diócesis de Carabayllo, la Congregación de las Franciscanas de la Inmaculada Concepción y el Ministerio de Salud.

El lema de este encuentro es “Joven, ¡levántate! ¡Tú eres profeta del Bicentenario!”, y combina dos de las tres dimensiones de la profecía que reciben todos los cristianos durante el bautismo: la de ser profetas, reyes y sacerdotes; explicó Álvaro Salazar. “El fin de esta primera jornada es justamente que podamos reflexionar sobre estas dimensiones de la profecía y terminar con un conjunto de acciones concretas para poder trabajar a futuro, en miras a poder resurgir en esta sociedad desde todo lo que ha dejado evidenciado la pandemia”.

El primer día del encuentro se realizará de forma presencial, con transmisiones en vivo en paralelo por las redes sociales de la Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos. De acuerdo a Salazar, se iniciará con una oración guiada en la Diócesis de Carabayllo que busca la reflexión sobre las vivencias durante la pandemia. Para el sábado 20 de noviembre se trabajará de forma virtual, a través de la plataforma Zoom, sobre la idea de ser profeta. Finalmente, el domingo 21 se cerrará el encuentro en la sede del Arzobispado de Lima con una eucaristía de clausura y envío que tocará el tema del Bicentenario del Perú.

 

Foto: Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos

En el marco de la preparación para este encuentro se elaboraron tres cartillas que fueron distribuidas entre agosto y octubre. Con el apoyo del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), este material se tradujo al asháninka, shipibo y otras lenguas originarias, para así integrar la participación de más jóvenes a lo largo del país.

“El evento será abierto a cualquiera que quiera participar. Habrá una reunión por Zoom para las reflexiones del sábado. Los cupos se les estaban dando a todas las jurisdicciones eclesiásticas, a los movimientos juveniles y a las congregaciones religiosas, pero todo aquel que no alcance uno puede participar mediante las redes sociales porque habrá moderadores para poder trabajar con las interacciones”, explicó Salazar. Agregó que, en total, son 46 jurisdicciones eclesiásticas las formarán parte de este evento, junto a los representantes de otras iglesias y religiones, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, y jóvenes líderes. Todos unidos para conversar sobre qué es lo que quiere transformar la juventud peruana para el futuro de la sociedad en este Bicentenario.

03 Nov 2021

Papa a la COP26: Deuda ecológica y deuda externa obstaculizan el desarrollo de los pueblos

El Papa Francisco advierte a los líderes mundiales reunidos en Glasgow que si existe una verdadera voluntad política es posible contrastar la crisis del cambio climático y de la post pandemia, aprendiendo de los errores del pasado y asignando recursos suficientes. No hay más tiempo que perder, dice, pues se trata de un cambio de época, un compromiso con los más vulnerables y con las jóvenes generaciones.

Por: Alina Tufani – Ciudad del Vaticano

“Actuar para preparar un futuro en el que la humanidad sea capaz de cuidarse a sí misma y a la naturaleza". Lo dice el Papa Francisco casi al final de su mensaje a los líderes mundiales reunidos en Glasgow, Escocia, en la Conferencia de los Estados Parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP26. Un discurso donde las palabras voluntad política, compromiso, responsabilidad se alternan a post pandemia, deuda ecológica, deuda externa, migrantes climáticos y desequilibrios comerciales o financieros. En síntesis, dice: "no hay más tiempo que perder".

 

“Hay demasiados rostros humanos que sufren esta crisis climática: además de sus impactos cada vez más frecuentes e intensos en la vida cotidiana de muchas personas, especialmente de las poblaciones más vulnerables, nos damos cuenta que también se ha convertido en una crisis de los derechos de los niños y que, en un futuro próximo, los migrantes por motivos medioambientales superarán a los refugiados por conflictos”

 

En su mensaje dirigido al presidente de la COP26, Alok Sharma y leído por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, ante los representantes de más de 200 países que hasta el 12 de noviembre debatirán sobre el calentamiento global, el Papa recalca la necesidad de “una acción urgente, valiente y responsable” si se quieren alcanzar los objetivos escritos en el Acuerdo de París de forma coordinada y responsable: “Son ambiciosos, pero no pueden retrasarse”.

 

Unidad frente al cambio climático y la post-pandemia

El Santo Padre se plantea si en la COP26 “realmente existe la voluntad política” de asignar con honestidad y responsabilidad, más recursos financieros y tecnológicos para mitigar los efectos negativos del cambio climático, así como para ayudar a las poblaciones más pobres y vulnerables, que son las que más sufren. Más aún cuando el mundo sigue enfrentando los estragos de una pandemia que azota a la humanidad desde hace casi dos años.

“La pandemia nos enseña que no tenemos alternativas: solo podremos vencerla si todos participamos en este desafío”, asegura el Pontífice al recordar que, así como la post-pandemia se debe enfrentar unidos, “siguiendo el ejemplo de los errores cometidos en el pasado”, es posible hacer lo mismo para contrarrestar la crisis global del cambio climático.  “No tenemos alternativas”, subraya el Papa a la COP26, hay que trabajar con una “profunda y solidaria colaboración entre todos los pueblos del mundo”.

 

Inversiones financieras en pos de un mundo sano y digno

A juicio del Santo Padre, la COP26 “puede y debe” contribuir activamente a la construcción de un futuro donde “los comportamientos cotidianos y las inversiones económico-financieras, puedan salvaguardar verdaderamente las condiciones “para una vida digna de la humanidad de hoy y de mañana en un planeta ‘sano’"

“Se trata – afirma - de un cambio de época, un desafío de civilización para el que es necesario el compromiso de todos y, en particular, de los países con mayores capacidades, que deben asumir un papel protagónico en el campo de las finanzas climáticas, la descarbonización del sistema económico y de la vida de las personas, la promoción de una economía circular y el apoyo a los países más vulnerables para adaptarse a los impactos del cambio climático y responder a las pérdidas y daños causados por este fenómeno.”

 

Deuda ecológica: explotación de recursos propios y ajenos

Más adelante, el Papa comparó las heridas causadas a la humanidad por la pandemia de Covid-19 y el fenómeno del cambio climático con un conflicto global, para recordar que, así como ocurrió tras la II Guerra Mundial, ahora “es necesario que toda la comunidad internacional dé prioridad a la implementación de acciones colectivas” y con visión de futuro.  “Necesitamos esperanza y valentía”, subraya Francisco al constatar que” la humanidad tiene los medios para afrontar esta transformación que requiere una conversión real, individual, pero también comunitaria”, una transición hacia un modelo de desarrollo más integral basado en la solidaridad.

“Hay que prestar especial atención a las poblaciones más vulnerables, con las que se ha acumulado una ‘deuda ecológica’ vinculada tanto a los desequilibrios comerciales con consecuencias medioambientales, como al uso desproporcionado de los recursos naturales propios y ajenos.  No lo podemos negar”, recalca el Pontífice.

Condonación de la deuda externa

La "deuda ecológica", insiste el Papa, remite en cierto modo a la cuestión de la deuda externa, “cuya presión suele obstaculizar el desarrollo de los pueblos”, y ahora más ante la crisis causada por la pandemia.

 

“La post-pandemia puede y debe ser un nuevo inicio teniendo en cuenta todos estos aspectos, relacionados también con la puesta en marcha de escrupulosas operaciones negociadas para la condonación de la deuda externa inscritas en una estructura económica más sostenible y justa, orientada a apoyar la emergencia climática.”

 

En este contexto, recuerda la necesidad de que los países desarrollados contribuyan a la solución de la “deuda ecológica” limitando significativamente el consumo de energía no renovable y aportando recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible.

“Lamentablemente, debemos señalar con amargura lo lejos que estamos de lograr los objetivos deseados para combatir el cambio climático. Hay que decirlo honestamente: ¡no nos lo podemos permitir!”, observa el Papa. Y señala, al final de su mensaje, que los jóvenes, que en los últimos años han estado pidiendo con insistencia que se actúe, no tendrán un planeta distinto al que dejemos o al que podrán recibir en función de las decisiones concretas que se tomen hoy. “Este – reclama el Papa – es el momento de tomar decisiones que les den motivos para confiar en el futuro”.

 

Santa Sede: emisión cero y educación

El Santo Padre no deja de mencionar en su mensaje el compromiso de la Santa Sede ante el cambio climático. En este sentido, se remite a la Cumbre Virtual de Alto Nivel sobre la Perspectiva  Climática del 12 de diciembre de 2020, donde anunció la adopción de una estrategia de reducción de emisiones netas a cero en dos direcciones:  el compromiso del Estado de la Ciudad del Vaticano para lograr este objetivo antes del 2050 y, al mismo tiempo, el compromiso de promover una educación en ecología integral, consciente de que las medidas políticas, técnicas y operativas deben combinarse con un proceso educativo, sobre todo entre los jóvenes, con el fin de buscar nuevos estilos de vida y fomentar un modelo cultural de desarrollo y sustentabilidad centrados en la fraternidad y la alianza entre el ser humano y el medio natural.

También, recuerda su encuentro del pasado 4 de octubre con varios líderes religiosos y científicos para firmar un llamamiento conjunto en vista de la COP-26. “Lo que se pudo percibir claramente – comparte el Papa - fue una fuerte convergencia de todos en comprometerse con la urgente necesidad de iniciar un cambio de rumbo capaz de pasar con decisión y convicción de la "cultura del descarte" imperante en nuestra sociedad a una "cultura del cuidado" de nuestra casa común y de quienes viven o vivirán allí”.

El Santo Padre concluye su mensaje acompañando a los participantes de la COP 26 con sus oraciones en estas importantes decisiones.

_____________________________________________________________

Artículo original publicado en la web de Vatican News. Se puede leer aquí.

 

 

02 Nov 2021

Recuerdo a Mons. Miguel Olaortúa en Iquitos, a dos años de su repentina pérdida

Sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos se reunieron este 1 de noviembre en la catedral de la ciudad para celebrar la misa por el eterno descanso de quien, durante ocho años, fue obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos.

“Un día como hoy amanecíamos con la noticia de la muerte de Monseñor Miguel Olaortúa. No nos podíamos imaginar esa situación, sabíamos que estaba enfermo, pero no entraba dentro del horizonte una muerte prematura. Sin embargo, Dios tenía planes distintos…”. Con estas palabras inició su homilía el obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos, Monseñor Miguel Ángel Cadenas, durante la misa celebrada este 1 de noviembre por el segundo aniversario del fallecimiento de Monseñor Miguel Olaortúa.

Monseñor Miguel Olaortúa Laspra fue obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos de 2011 a 2019. Falleció el 1 de noviembre de 2019, a los 56 años de edad, con 8 años de ministerio episcopal. La misa por su eterno descanso se celebró este lunes, Día de Todos los Santos, en la parroquia San Juan Bautista, Iglesia Matriz, ubicada la ciudad de Iquitos (Loreto); y estuvo presidida por Monseñor Miguel Ángel Cadenas y todos los sacerdotes del Vicariato, así como religiosos, religiosas y laicos que se hicieron presentes para recordarlo.

“Hoy recordamos a todos los cristianos que ya han partido de este mundo y están en la presencia de Dios. Y este Vicariato Apostólico de Iquitos recuerda a su obispo, Miguel Olaortúa, que estuvo al frente más o menos durante una década. Pero los cristianos tenemos la convicción, la certeza de nuestra fe, que la muerte no es la palabra definitiva. Sino que Dos nos recibe en sus benditas manos. Esto forma parte de la fe de los cristianos de todos los tiempos”, afirmó Monseñor Miguel Ángel.

Mons. Miguel Olaortúa fue obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos de 2011 a 2019.

En el ofertorio se presentaron un cirio encendido en señal de luz, unas huellas como símbolo del paso y el Plan Pastoral que ejecutó Monseñor en su ministerio a cargo del Vicariato. Al finalizar la acción de gracias, Monseñor Miguel Ángel Cadenas, junto con una familia, llevó un arreglo floral a la tumba de Monseñor Olaortúa, ubicada en el lado izquierdo del ingreso de la Catedral de Iquitos.