Pasar del deber hacer al hacer, para así aplicar el Sínodo en el territorio, ese es uno de los grandes desafíos para la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). El Papa Francisco en Querida Amazonía, como ha recordado el cardenal Hummes en un comunicado, llama a eso.
Por Luis Miguel Modino
El presidente de la CEAMA nos recuerda que el Papa nos dice: "Quiera Dios que toda la Iglesia se enriquezca y sea interpelada por este trabajo [del Sínodo], que los pastores, consagrados, consagradas y los fieles laicos de la Amazonía se empeñen en su aplicación". Eso ha llevado, en palabras del cardenal Hummes a realizar, virtualmente, momentos de reflexión y discernimiento sobre "lo que debemos hacer".
Según el cardenal Hummes, quedarse en lo que debemos hacer, aunque sea algo bueno, “no es suficiente”. Por eso ve necesario pasar al hacer, afirmando que se están haciendo muchas cosas, pero que hay que dar eso a conocer, buscando trabajar “en red y en sinodalidad”.
Ir al encuentro de las comunidades para construir juntos
Eso implica, según el cardenal Hummes, “ir a las comunidades, presentándoles los resultados del Sínodo, escuchándolas y construyendo con ellas ‘los nuevos caminos’, y luego comunicar a toda la red ‘lo que estamos haciendo’". Son pasos a ser dados “a la luz de la Palabra de Dios y con mucha oración. Es el Espíritu Santo quien debe guiarnos”, insiste el cardenal.
El texto, teniendo como base el número 15 del Instrumentum Laboris del Sínodo, relata algunas de las amenazas que se ciernen sobre la Amazonía: la criminalización y asesinato de líderes y defensores del territorio; la apropiación y privatización de los recursos naturales, como el agua; las concesiones legales de tala y por la entrada de empresas de tala ilegal; la caza y la pesca predatoria, especialmente en los ríos; los megaproyectos: hidroeléctricas, concesiones forestales, deforestación para producir monocultivos, carreteras y ferrocarriles, proyectos mineros y petroleros; la contaminación provocada por todas las industrias extractivas que causan problemas y enfermedades, especialmente a los niños, niñas y jóvenes; el narcotráfico; los consiguientes problemas sociales asociados a tales amenazas, como el alcoholismo, la violencia contra las mujeres, el trabajo sexual, la trata de personas, la pérdida de cultura e identidad original (lenguas, prácticas espirituales y costumbres) y todas las condiciones de pobreza a las que están condenados los pueblos de la Amazonía (Fr.PM).
Ministerios
Junto con eso, aborda cuestiones más centradas en la vida pastoral de la Iglesia, como son “las reiteradas peticiones del Papa Francisco en multiplicar el número de diáconos permanentes en la región amazónica”, y junto con ellos, “el número de ministros laicos y laicas de los distintos ministerios instituidos, especialmente los indígenas”.
Para eso propone algunos pasos, como son “la apertura de escuelas de diaconado permanente, de catequistas y líderes comunitarios, ya sean mujeres u hombres, agentes misioneros con práctica sinodal, así como la renovación sinodal de nuestro actual clero y de los religiosos-as”. Deben ser escuelas que “tendrán que innovar e inculturarse, tanto en la metodología como en el plan de estudios”.
CEAMA Y REPAM en el proceso sinodal
Reconociendo que son algunos aspectos entre otros muchos, pide que el Espíritu Santo “mantenga encendido el fuego sinodal en la Iglesia Panamazónica”, invitando a la REPAM a juntarse con la CEAMA para asumir este proceso sinodal. Finalmente llama a que cada jurisdicción eclesiástica a dar a compartir lo que está haciendo “en torno a la ejecución de los compromisos, que adquirimos en el documento final de la Asamblea sinodal”, buscando así “visibilizar, reconocer, aprender, socializar y agradecer en un espíritu sinodal”.
El Vicariato Apostólico de Iquitos en Perú recibió el domingo a su nuevo obispo. Misionero agustino con 25 años de labor pastoral en la zona, destaca por su humildad y paciencia expresada en hechos y por su acompañamiento permanente a las comunidades indígenas y ribereñas, así como a las periferias de la ciudad, en su búsqueda por una vida digna.
Por Beatriz García Blasco (REPAM-Perú) y Ginebra Peña Gimeno (fotografía)
“En el pueblo kukama el mundo está lleno de espíritus, de buenos y malos. El padre Miguel Ángel sabe bien cómo lo vemos nosotros, cómo le sentimos. Para nosotros el dueño del monte es el shapshico, que cuida los bosques y las plantas, para que no se deprede. Ahora, para nuestros ojos, para los ojos del pueblo indígena, el Padre es algo así como esa figura. Él cuida y protege todo lo que está dentro de la Amazonía”. Desde lo más profundo de su corazón Ribelino Ricopa, animador cristiano de la parroquia de Santa Rita de Castilla, en el río Marañón, nos regala esta reflexión.
También él, como cuidador, sostiene en brazos a su hijito de apenas medio año. Mientras el bebé juguetea con el micrófono Ribelino recuerda el sueño que tuvo meses atrás. Soñó que su amigo Miguel Ángel sería el próximo obispo. Y se lo contó. “Me dijo que cómo iba a ser eso, que no”, continúa, “pero mírale, ahora él está tomando posesión y le toca conducirnos”. Como gran conocedor de la cosmovisión kukama, el nuevo obispo de Iquitos, Mons. Miguel Ángel Cadenas, sabe la relevancia que los sueños tienen para los pueblos indígenas. “Son algo común de nuestra vida, por los sueños nos guiamos y conducimos”, prosigue el joven animador kukama. Él, como muchos a lo largo del Marañón y otros ríos de la zona, conoció al misionero agustino cuando llegó de España, a mediados de los 90. Ribelino era adolescente. Por más de diez años navegaron y conversaron juntos, siempre al ritmo que marcaba la selva, siempre movidos por la fe en Dios que se hace presente en cada rostro que se cruza en el camino. Su amistad permanece, pues tiene raíces profundas y se fortalece con los años. De hecho, el de Ribelino Ricopa ha sido uno de los nombres mencionados por Monseñor Miguel Ángel Cadenas luego de recibir la ordenación como nuevo obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos, en Loreto (Perú).
Ajeno a esta charla, apenas dos metros más allá, el sacerdote al que hoy todos llaman monseñor -aunque aún no se acostumbra- está prácticamente ‘atrapado’ entre quienes desean tomarse una foto con él, la del recuerdo. El grupo es variado. Desde niños y jóvenes de las parroquias hasta familias que, con sus bebés en brazos, piden que la imagen se acompañe de su bendición. Los focos se cuentan por decenas, no se sabe a quién mirar. También está el coro, uniformado de un vibrante color rojo y que, bajo la dirección de Rita Ruck, ha cerrado la ceremonia de ordenación al son de ‘los hijos de la selva te alabamos, Señor’ cantado en castellano y kukama. Una de las últimas es la señora Ligia, con quien Cadenas se funde en un emotivo abrazo, de los que no pueden explicarse con palabras. Unas mil personas han estado presentes, por más de tres horas, en esta gran fiesta de la Iglesia de Iquitos celebrada en el patio central del colegio San Agustín.
Entre todos ellos también están Celia, Nolia y Blanca, tres fieles de la parroquia de La Inmaculada cuyas sonrisas traspasan la doble mascarilla que, obligatoriamente, todos hemos respetado. Celia dice que no tiene palabras para expresar la felicidad que siente y que “hasta las lágrimas” la brotaron “varias veces”; Noila destaca “las grandes enseñanzas” del nuevo obispo; y Blanca rescata, ante todo, “su paciencia y su amor, ese que ahora nosotras tratamos de replicar”. También aguarda todo el equipo de la radio del Vicariato, La Voz de la Selva. Cuando es su momento Cadenas les agradece el gran esfuerzo por transmitir en directo, vía Facebook Live, la ceremonia a pesar de que quince días atrás falleciera su director, Oraldo Reátegui, a quien todos imaginan correteando de un lado a otro comprobando que todo sale según lo previsto. Y es que no solo Iquitos, Loreto o Perú han podido así unirse en oración, sino que, en Laguna de Negrillos, el pueblo leonés donde nació, todos se han congregado para verle.
“Perdón por manchar los ríos con nuestros egoísmos”
Nunca Iquitos había congregado, posiblemente, tanta solemnidad a pesar de que, por precaución sanitaria, la ceremonia de ordenación no se celebre al interior de un templo. Entre los obispos presentes está el ordenante, Mons. Julián García Centeno, obispo emérito de Iquitos y una persona que siempre ha estado presente en la vida de Cadenas. No podía faltar y, desde España, ha viajado para la ocasión, pues años atrás fue quien le ordenó como diácono y como sacerdote. Como obispos concelebrantes está el también agustino Mons. Robert Prevost, obispo de Chiclayo, y el salesiano Mons. Martín Quijano, obispo de Pucallpa.
Incluso el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Mons. Miguel Cabrejos, ha acudido a la cita y, aunque el nuncio apostólico del Perú, Mons. Nicola Girasoli, no ha podido viajar envía un emotivo audio. Girasoli no solo alienta a Cadenas en esta nueva etapa, sino que agradece sinceramente al padre Miguel Fuertes su trabajo como administrador diocesano durante el tiempo que Iquitos ha estado, oficialmente, sin obispo desde que Monseñor Miguel Olaortúa falleciese en noviembre de 2019 de manera repentina.
Cadenas también está arropado por los obispos amazónicos del Perú. Desde el más veterano, el misionero franciscano Gerardo Zerdín, obispo de San Ramón, al último en ser nombrado, Mons. Jesús María Aristín, obispo de Yurimaguas. Mons. Alfredo Vizcarra, obispo de Jaén y presidente de REPAM-Perú; Mons. Javier Travieso, obispo de San José del Amazonas; y el ya mencionado obispo de Pucallpa están también ahí y, unidos en oración, le acompaña también Mons. Juan Oliver desde el Vicariato de Requena y Mons. David Martínez de Aguirre, obispo de Puerto Maldonado. Todo ello muestra, sin duda, de la unión y articulación que la Iglesia promueve a la luz del Sínodo Amazónico y la exhortación Querida Amazonía.
La ordenación se inicia con la siguiente petición de perdón, leída en castellano, kichwa y kukama y que nos recuerda cómo sufre la selva loretana, así como sus ríos y los pueblos que la habitan y a los que Cadenas trata de defender y acompañar siempre desde la escucha y el respeto:
“Perdón por no saber cuidar tu creación, por no aprender a respetar la belleza de los bosques, y exterminar áreas extensas de árboles. Perdón señor perdón”.
“Perdón por manchar los ríos con nuestros egoísmos y avaricias de querer ganar dinero sin tener en cuenta el sufrimiento de nuestros hermanos. Perdón señor perdón”.
“Perdón porque hemos convertido nuestra casa común en casa de muerte y desolación”.
Emocionante también el salmo, “el Señor es mi pastor, nada me falta”, cantado desde un sentimiento profundo por el joven kukama Golber Smith Pérez, en su propio idioma materno; así como escuchar, en medio del silencio reinante, el sonido del manguaré antes y después de la lectura del decreto apostólico de nombramiento; y los acordes del violín que, con delicadeza y dulzura, nos conduce a regalar un minuto de silencio por quienes la pandemia se llevó.
“La comunión no es estar todos de acuerdo”
Las palabras del nuevo obispo, en la parte final del evento, son las más esperadas. El reloj sobrepasa el mediodía y el sol golpea con fuerza. Pero nadie se mueve. El nuevo obispo toma el micrófono y se pone al frente del escenario. Luego de los agradecimientos, iniciando por Mons. Julián García Centeno por viajar desde España a pesar de su edad, y para la familia del anterior obispo, Mons. Miguel Olaortúa, Cadenas confiesa que su nombramiento le pilló “fuera de juego”. Sin embargo, poco a poco se fue reponiendo del “susto” inicial gracias al humor, los consejos y el cigarro de su mejor compañero, el padre y misionero agustino Manolo Berjón. Cuando lo cuenta una media sonrisa se intuye bajo la mascarilla y el público, que entiende el guiño, arranca un caluroso aplauso. Todos saben que ambos misioneros son una dupla, un equipo, pues son muchas las ocasiones en que Cadenas ha reconocido públicamente la gran inteligencia de Berjón y su inigualable aporte a la misión social y evangelizadora de ambos.
Y es desde ahí que nace su reflexión central y que pone énfasis en un verbo: tejer. “Las personas no somos aislados, estamos interconectados como dice el Papa Francisco en ‘Querida Amazonía’. O si no me permiten, utilizaré una imagen más amazónica. Estamos llamados a ser tejedores de comunión”, inicia. Hay múltiples contextos y dimensiones para hablar de tejidos. Desde el que se crea en el vientre materno, al de la sanación de una herida o al tejido que nace del trabajo, ya sea confeccionando una red o una tinaja de barro. Incluso en el mundo de hoy, ¿qué hacen las redes sociales sino tejer relaciones?
“Debemos buscar ese tejido más allá de los que piensan como nosotros, para fortalecer también los lazos en la Iglesia y los lazos de la sociedad”, pide Mons. Cadenas citando a San Pablo que dedicó su vida a formar comunidades cristianas. En esa línea, pide apertura al diálogo, que se propicie el encuentro y el entendimiento porque “la comunión no es estar todos de acuerdo, sino entrelazar y fortalecer los lazos por encima de las diferencias. No sólo evitar romper los hilos, sino tejerlos para hacerlos más fuertes”.
Al P. Miguel Fuertes: “Gracias por pilotar en medio de la tempestad”
Han pasado casi dos años desde el inesperado deceso de Mons. Olaortúa y, en ese tiempo, la labor del padre Miguel Fuertes, haciéndose cargo del Vicariato de Iquitos en los complicados meses de pandemia, no merece más que aplausos y agradecimiento. Y es aludiendo a esto que el nuevo obispo abrió las menciones especiales sobre las personas que “forman parte del tejido que Dios ha elegido para fortalecerme en la fe”.
“Al Padre Miguel le ha tocado pilotar esta Iglesia en medio de la tempestad provocada por el COVID-19. En el imaginario popular, el padre Miguel y el padre Raymundo Portelli, junto con miles de laicos cristianos, de acá de la ciudad y otras partes del Perú, han mostrado el rostro más compasivo y misericordioso de Dios, en medio de la tormenta y en medio de la oscuridad. Cuando imperaba el ‘sálvese quien pueda’. Ellos iniciaron una colecta para comprar la planta de oxígeno, que se convirtieron en cinco, y que terminaron tejiendo hilos muy fuertes que superan las dificultades”, recuerda y agradece. El auditorio enmudece y varias lágrimas se derraman al recordar aquellos meses que han marcado a todos los presentes con la pérdida de familiares y amigos.
El otro gran agradecimiento va para los Animadores Cristianos. Eso que Cadenas escribe con mayúsculas y sobre los que ha reflexionado varias veces. “Hacen un trabajo silencioso, pues presiden la comunidad cristiana y todos los domingos y fiestas realizan la Celebración de la Palabra de Dios. Ellos son claves en la vida de la Iglesia y en mi ejercicio ministerial”, recuerda. Pide perdón por no citar a todos, pero destaca a “Pedro Díaz, que murió ahogado en el río Marañón; a Antonio Vela, primer Animador Cristiano del pueblo indígena Urarina en el río Urituyacu; a Ligia Saboya y Sonia Caritimari, también del río Urituyacu; Ribelino Ricopa y a Pepe Alvez, de quienes tanto hemos aprendido; a Vidal Reátegui, de la comunidad de Nuevo Mundo en el río Amazonas; a Pancho Tello, en el río Chiriyacu; a Alejandro Uraco, uno de los primeros Animadores en la Parroquia de Nauta, todavía vivo; a Karina Guerrero, de la capilla de la Visitación, y a los responsables de las capillas de Masusa: Juan Manihuari, Héctor Moncada y Nancy Macahuachi”.
Buscando justicia desde la humildad
Hombre de pocas pero acertadas palabras, el padre Miguel Ángel se caracteriza por escuchar, analizar y encontrar sentido y explicación más allá de lo que se ve. Sobre su figura bastan dos citas leídas estos últimos días.
La primera, del periodista local Jaime Vásquez Valcárcelen el diario local ‘Pro y Contra’ dice así: “Si me pidieran una descripción de su rostro y de su hablar no dudaría en decir que en sus pupilas siempre está dibujado el dolor, la solidaridad con los que quieren mejorar un poco su condición de vida. No es retórica. No necesita de cumplidos. De todos los curas que conozco -y vaya que son muchos- es uno de los pocos que no habla de humildad, sino que la practica cotidianamente. Es lo más alejado de las poses y, a pesar que desde su nombramiento ha sido acosado por los periodistas, recibe con igual respeto a quienes le buscan por el puesto que estrena como a quienes le han buscado siempre. Porque él -junto con su ikarador Manolo Berjón- siempre ha estado vinculado a los grupos que buscan justicia”.
La segunda, hallada en el apartado de comentarios del blog ‘La Candela en el Ojo’ que escribe el propio Cadenas junto al padre Manolo Berjón, y firmada por Adolfo Ramírez, le define así: “Interesante itinerario de un cura misionero que vino de España con toda la carga de formación ortodoxa que recibe todo sacerdote Agustino pero que en la Praxis pastoral fue descubriendo la verdadera revelación de Dios en los hermanos nativos, en el rostro del Dios indígena amazónico. En estas tierras de la yuca brava fue reenvangelizado desde los pobres. Esperemos que su doxa y su praxis pastoral como obispo de la selva continúe y se enriquezca. Sentimos que es de los nuestros. Amén”.
DATOS INTERESANTES
Primera ordenación en Iquitos. Es la primera vez que un obispo es ordenado en la capital loretana. Anteriormente los obispos llegaban ordenados desde sus países de origen y tomaban posesión a su llegada.
Primer obispo de Iquitos con trabajo previo en el Vicariato. La elección del Papa Francisco tiene un significado muy profundo pues Mons. Miguel Ángel no es solo un misionero con experiencia previa en el Vicariato, sino alguien muy unido y sensibilizado con la problemática ecológica de la región Loreto y cercano a los pueblos indígenas.
Lema: Den razón de su esperanza. Tomado de la Carta Primera de Pedro, con este lema Mons. Cadenas quiere recordar que, aunque “la evangelización está en el ADN de la Iglesia, evangelizar no es adoctrinar. Debemos renunciar al proselitismo, nos recuerda el Papa Francisco, para poder ofrecer la Buena Nueva de Jesús. Esperanza, no solo futuro o utopía, esperanza cristiana: compañía de Dios en esta vida y recibimiento por Dios en el cielo para los difuntos. No debemos tener miedo, evangelizar es nuestra principal tarea”.
Se espera que el documental se estrene a finales de septiembre, antes de la ceremonia de beatificación de Aguchita. La religiosa peruana desarrollaba su misión pastoral en un pueblo asháninka de la selva central, cuando fue asesinada por un grupo subversivo.
“Soy de la congregación del Buen Pastor y el Buen Pastor nunca abandona a las ovejas”. Con esas palabras, la misionera María Agustina Rivas, más conocida como ‘Aguchita’, emprendió su viaje a la selva central para servir a los más necesitados, en medio de una época de alta violencia social. Tres años después, en 1990, Aguchita fue asesinada por Sendero Luminoso.
El documental que narrará su historia ya empezó a filmarse, yformará parte del séptimo capítulo de ‘La Vida por la Amazonía’, una serie que narra el testimonio de hombres y mujeres que entregaron su vida en defensa de los pueblos indígenas amazónicos y sus ecosistemas.
Sor Aguchita nació el 13 de junio de 1920 al sur de Ayacucho, en la ciudad de Coracora, capital de la provincia Parinacochas. Desde muy joven creó un vínculo especial con la naturaleza y con las personas más humildes. Eso la llevó a unirse, con 22 años, a la Congregación Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, en la ciudad de Lima. Tres años después, pronunció sus votos y entregó su vida a Jesucristo.
En 1987, la misionera emprendió un viaje a la selva central para servir a los más necesitados en La Florida, una zona altamente azotada por el terrorismo, ubicada en la provincia de Chanchamayo, región Junín. Pese a que varias hermanas intentaron persuadirla para quedarse, Aguchita estaba decidida.
María Agustina Rivas López, conocida como ‘Aguchita’. (FOTO: Causa Aguchita)
“Decidió ir a la selva en un viaje bastante difícil, y no solo eso, sino que estamos hablando de un período de guerra interna, así que ese tipo de viajes es extremadamente peligroso (…) Sin embargo, la hermana Agustina tenía ese sueño de ir a la selva alguna vez, a pesar de su edad de casi 70 años”, relató Fernando Valdivia, responsable de la filmación del mediometraje.
El documental recogerá los testimonios de quienes conocieron a Sor Aguchita en los tres principales lugares donde vivió. En Lima, con las religiosas del Buen Pastor, en Coracora, su ciudad natal, para conocer el contexto donde nació e inició su vínculo con la Iglesia, y también en la selva central, donde dedicó sus últimos años a la educación de los jóvenes asháninkas y a apoyar a las mujeres del campo.
“Por parte de la familia hemos entrevistado a Ana Cecilia, Cecilia Rivas, y Teresa Chuquizuta, que son sobrinas de ella y nos han brindado su testimonio de vida. Ellas eran muy jóvenes en esa época; sin embargo, pudieron ver el cariño, la forma en que la hermana entregaba amor, no solo a su familia sino también a las demás personas”, mencionó Valdivia.
Rodaje del séptimo capítulo de la 'Vida por la Amazonía' de Sor Aguchita
Un documental para inspirar
El pasado 22 de mayo, el Papa Francisco aprobó la beatificación de Aguchita por dedicar su vida a servir a Dios y ayudar a los más pobres durante una época de guerra interna y violencia social. En ese contexto, se espera que el documental se estrene a fines de septiembre de este año, antes de que llegue el día de su beatificación. “Va a ser una gran oportunidad para contar con un material audiovisual que relate la vida de una ciudadana peruana que, desde su acción en la Iglesia, desde su vocación de fe, nos ha dado la esperanza para construir un país de paz”, relató Valdivia.
El documental, producido por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), en coordinación con la Asociación Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (SIGNIS ALC), tendrá una extensión de 20 minutos. Será publicado a través de las redes sociales; no obstante, se espera que también pueda difundirse en televisión nacional.
Tres cuartos de siglo han pasado desde que, oficialmente, el Papa Pío XII crease la Prefectura Apostólica de San Francisco Javier del Marañón, confiándola a los religiosos de la Compañía de Jesús (Jesuitas). Era el año 1946 y, desde dos años antes, ya los primeros misioneros habían comenzado a llegar. “El primero fue el padre Palacios. Era un misionero en la India a quien se le confío venir a inspeccionar o a revisar y confirmar el territorio”, recuerda Monseñor Alfredo Vizcarra, actual obispo, haciendo un poco de historia, “y eso fue lo que hizo, llegó en el año 1944 acá. Al llegar a Bellavista, celebró la primera misa”. Ahora el obispo pide a todos los fieles que el recuerdo sea, en especial, para los catequistas que tanto han aportado en la historia social del territorio vicarial, por ejemplo, en el surgimiento de las rondas campesinas o en el cuidado de los bosques.
En recuerdo de aquellos pioneros, y en el de tantos misioneros, misioneras, laicos, laicas y agentes pastorales que han dejado buena parte de su vida al servicio de las comunidades cristianas de todo el Vicariato Apostólico de Jaén es que el pasado 29 de julio se recordó esa primera eucaristía con una celebración de gala en ese mismo lugar, en Bellavista. Fue uno de los primeros eventos en conmemoración de los 75 años de este vicariato que cuenta, en la actualidad, con un territorio es de 32,572 km2.
No sería hasta 1971 que se elevase la Prefectura Apostólica de San Francisco Javier, a Vicariato Apostólico, designando a Monseñor Antonio de Hornedo Correa SJ., como primer Obispo Vicario Apostólico.
Involucrar a todos y rescatar la historia
El diseño de un logotipo, la elección de un lema y la composición de un himno conmemorativo son solo tres de los concursos programados. Los dos primeros ya se realizaron, como lema se escogió ’75 años en caridad y al servicio del prójimo’y, en este mes de julio, la feligresía está esperando saber cuál es el himno ganador. Una melodía cuya letra podrá, si así se desea, sonar en cualquiera de los tres idiomas presentes en el Vicariato: castellano, awajún o wampís. El 31 de julio se conocerá la letra y música escogidas.
El padre Ramiro Vega, director del Centro Pastoral del Vicariato San Francisco Javier de Jaén y encargado de la coordinación de las actividades por el aniversario, comenta que también habrá un concurso de coreografía, en agosto, y una exposición fotográfica, en septiembre. De la evolución de la pandemia dependerá si esta es virtual o presencial.
Sin embargo, uno de los principales propósitos y quehaceres que tendrán los párrocos será rescatar la historia. “Aunque tenemos libros del padre Martín Cuesta y del padre Guallar sobre la historia, todavía se cuenta con fuentes orales de aquellas primeras décadas que son muy valiosas. Por eso queremos que cada sacerdote se dé el tiempo de recabarlas para que eso se sistematice y se obtenga una línea del tiempo mucho más rica, que nazca de la gente”, reflexiona Vega.
En ese camino es que en el mes de noviembre cada parroquia celebrará sus propios foros con la población de cada lugar porque “tenemos agentes pastorales que conocen muy bien la historia y la pueden transmitir desde otra visión muy interesante”.
Fechas clave en estos meses serán el 31 de julio, San Ignacio de Loyola, el 14 de septiembre, que es el Señor de Huamantanga como patrón de Jaén, y el 3 de diciembre, cuando se festeja San Francisco Javier y se culminarán los eventos de celebración.
Palabras de Mons. Vizcarra
Luego de la eucaristía del 29 de junio, celebración de San Pedro y San Pablo, realizada en Bellavista, Mons. Alfredo Vizcarra rescataba ante los micrófonos de Radio Marañón de Jaén parte de la historia del Vicariato. Estas fueron sus palabras:
“Hoy hemos querido significar el inicio de algo que ya estamos haciendo, que es recordar que este año se cumplen 75 años de la erección de una nueva jurisdicción eclesiástica, porque todo ese territorio pertenecía al obispado de Cajamarca y había sacerdotes diocesanos por acá. No muchos, pero había. Era un territorio muy grande. Entonces, a pedido del gobierno peruano, la iglesia invita a la compañía de Jesús a los padres Jesuitas para que se ocupen de este territorio como un territorio de Misión por estar en la frontera, y por tener una población indígena awajún y wampís. Incluso, la historia pues muestra que había otros grupos indígenas también en esta zona, en la parte de San Ignacio, yéndose hacia la selva.
Quien llegó primero fue el padre Palacios. Era un misionero en la India, a quién se le confío el venir a inspeccionar o a revisar y confirmar efectivamente el territorio. Y eso fue lo que hizo, llegó en el año 44. Al llegar a Bellavista, porque es por acá por donde se llegaba desde la costa Chiclayo, celebra la primera misa aquí.
Más tarde, en el 45, viene el Padre Martín Cuestas. Y recuerda que quien lo recibió fue una familia que tenía un fundo aquí, y ahí estuvo durante unos días esperando poder continuar el viaje hacia lo que va a ser la sede de la nueva jurisdicción eclesiástica: la Prefectura Apostólica San Francisco Javier del Marañón.
Así es como se llamaba en aquella época. Y mientras esperaba, hasta que ya pudo encaminarse, se fue a Chirinos, por donde ya había pasado el padre Palacios. Al Padre Palacios lo recuerdan ahí porque fue dejando como tareas para la población como la construcción de un convento, la construcción de una iglesia… y cuando pasa por ahí el Padre Martín Cuestas, efectivamente, se encuentra con esas obras iniciadas, para que justamente los misioneros que iban a llegar pudieran establecerse en esos lugares en su visita. Entonces hemos querido hoy, porque es la fiesta de San Pedro y San Pablo, la solemnidad eclesial. Es el inicio de la Iglesia, también de esta nueva jurisdicción eclesiástica.
Han pasado 75 años y es importante recordar a nuestros fundadores. Una de las cosas que Martín Cuestas recuerda en sus escritos es la devoción que existía en la población por donde él iba pasando. En San José de Lourdes Namballe, Tabaconas, Chirinos… todos esos lugares que eran, además, un solo distrito, el distrito de Chirinos por un lado, y el distrito de San Ignacio.
Y eso ha sido el germen de la labor posterior, cómo ha sido el trabajo de los catequistas. Todos somos muy conscientes de la importancia que han tenido los catequistas, después incluso la influencia que ellos han tenido en el trabajo de las rondas campesinas, en el trabajo del cuidado de los bosques. Gente que han entregado sus vidas por defender estos espacios, estos terrenos para que se pudiera conservar la naturaleza y el medio en el que se vive aquí.
He invitado durante la misa aquí, en todas partes el vicariato, recordemos, recuperemos la memoria de todas estas personas, sacerdotes, religiosas, catequistas, u otras personas miembros de la comunidad, que se han caracterizado porque han sido muy queridos, por haber querido tanto, por haberse preocupado tanto de su propia población, de sus hermanos, del cuidado del bosque”.
En respuesta al llamado del Papa Francisco, de seguir construyendo una Iglesia en salida, participativa, inclusiva y sinodal, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ha lanzado su nueva página webdedicada a la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. Este importante evento es organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y se realizará de forma presencial y virtual en el mes de noviembre de 2021, en México.
Esta plataforma digital, creada por la Oficina de Prensa de la CEP, tiene como fin dar a conocer la importancia de esta Asamblea Eclesial para la Iglesia del Perú y de Latinoamericana, y animar a todos los fieles del país y público en general a participar en este tiempo de reflexión para discernir sobre los nuevos desafíos de la Iglesia.
Se trata de una página intuitiva y de fácil consulta, con acceso a todo el material proporcionado por el CELAM para profundizar en el Proceso de Escucha, primera etapa de esta Asamblea Eclesial, que tiene como objetivo contemplar y profundizar en la realidad de nuestros pueblos, principalmente en el contexto de la pandemia de la COVID-19, reavivando nuestros compromisos pastorales a la luz del Documento final de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Aparecida, Brasil, en el 2007.
También se encuentran los documentos preparados especialmente por el Comité de Animación de la Conferencia Episcopal Peruana, que tiene el rol de promover la Asamblea Eclesial en el país: Hoja de Ruta para el Proceso de Escucha en el Perú y la Reflexión Grupal Temática, entre otros subsidios pastorales.
Además, el usuario tendrá a su alcance las últimas noticias relacionadas a la Asamblea Eclesial en el Perú y videos de los últimos lanzamientos realizados en las distintas jurisdicciones eclesiásticas, así como diversos contenidos producidos por las mismas para este proceso de reflexión.
Asamblea Eclesial para las redes sociales y radios
Por otro lado, con el objetivo de promover la Asamblea Eclesial en todos los rincones del país, el Episcopado Peruano ha preparado dos materiales radiofónicos para difundir este evento a través de las redes de emisoras católicas, comunitarias y locales.
El primer spot radialexplica brevemente el significado y la importancia de la Asamblea; mientras que el segundo spot radial es una invitación a los fieles para que se animen a ser parte de este acontecimiento inédito de la Iglesia Católica por medio del Proceso de Escucha.
La Red de Educación Intercultural Bilingüe Amazónica (REIBA) es un proyecto educativo de la Iglesia católica que quiere fortalecer la educación de los estudiantes de los centros educativos de las comunidades indígenas de la región amazónica, con la ayuda de educadores voluntarios. Ellos no reemplazan a los maestros o profesores titulares, sino que son colaboradores, y ayudan en la formación de los estudiantes dentro y fuera del centro educativo.
En ese sentido, desde REIBA se viene invitado a quienes cuenten con vocación de servicio y deseen aportar sus conocimientos en educación para el desarrollo de la Amazonía a participar en su programa de voluntariado. Este voluntariado REIBA se realiza en centros educativos de comunidades indígenas que se encuentran en las diócesis o vicariatos de siete países con territorio amazónico, como son: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Venezuela.
Para inscribirse en este voluntariado, es necesario cumplir los siguientes requisitos:
Pueden ser laicas(os), religiosas(os), solteros o casados, católicos, dispuestos a servir en su propia región del Amazonas o en otro país amazónico.
Disponibilidad para servir uno o dos años.
Tener entre 22 y 55 años de edad.
Poseer la capacidad de escuchar y aprender de culturas diferentes
Deseo de aprender la lengua, las costumbres y las tradiciones de los pueblos indígenas
Ser capaz de contribuir a una educación pertinente y contextualizada en la Amazonía.
Estar disponible para participar del ritmo normal de la comunidad: visitas a las familias, participación en las asambleas, ceremonias, rituales y otras actividades.
Estar disponible a colaborar con las congregaciones religiosas o párrocos en el trabajo pastoral y social.
Acompañamiento e inscripciones
REIBA ofrece un acompañamiento a los voluntarios desde el momento de su incorporación hasta el final de su misión. De igual manera, se les garantiza hospedaje, alimentación, transporte dentro de la misión, y un estipendio para sus gastos personales durante todo el tiempo que dure su misión.
Las inscripciones serán durante todo el mes de julio. Los inscritos recibirán una formación virtual de agosto a diciembre mediante dos sesiones por semana. El envío a la misión será entre los meses de febrero y marzo del 2022.
Comunicación
Los interesados pueden comunicarse con:
Pablo Mora, SJ (Coordinador REIBA): pamome2009@hotmail.com / Whatsapp: +(55) 9299458-5306
La primera ordenación episcopal que tiene como escenario la capital de Loreto se desarrollará el domingo 18 en el estadio Max Augustín a fin de garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias. La ceremonia estará presidida por el obispo emérito Julián García Centeno y se ha confirmado la presencia de varios obispos amazónicos y de otros puntos del Perú, el Nuncio Apostólico y el presidente del CELAM, entre otros.
Luego de que el 15 de mayo desde Roma se anunciase que el Papa Francisco había designado como nuevo obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos al misionero agustino Miguel Ángel Cadenas Cardo OSA, los fieles de Loreto esperan desde entonces la ceremonia de ordenación oficial. No es para menos, pues en los más de 100 años de historia del Vicariato será la primera vez que una ordenación episcopal se desarrolle en la ciudad amazónica ya que antaño los obispos eran ordenados en Europa.
A eso se suma, también como un dato histórico, que Mons. Cadenas será el primer obispo de Iquitos que, al acceder a esta nueva responsabilidad, aporte un extenso trabajo en el territorio amazónico tras más de 25 años de labor pastoral en el Vicariato, especialmente con el pueblo kukama del río Marañón.
La ceremonia se celebrará este próximo 18 de julio y, dado el contexto sanitario, se desarrollará en el Estadio Max Augustín de la ciudad de Iquitos. Así se ha decidido para cumplir las medidas de prevención contra la Covid-19 y evitar aglomeraciones. Además, será transmitida por radio La Voz de la Selva y la cuenta de Facebook del Vicariato Apostólico de Iquitos.
Desde la organización se ha informado que la imposición de manos estará a cargo del obispo emérito Mons. Julián García Centeno, quien llegará desde España para la ocasión, Mons. Roberto Prevost, OSA, obispo de Chiclayo y Mons. Martín Quijano, obispo de Pucallpa. También se ha confirmado la presencia del Nuncio Apostólico en el Perú, Mons. Nicola Girasoli, y del presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y del Consejo Episcopal Latinoamericano, Mons. Miguel Cabrejos.
La iglesia amazónica también estará presente a través de Mons. Alfredo Vizcarra, obispo de Jaén, Mons. Gerardo Zerdín, obispo de San Ramón, Mons. Javier Travieso, obispo de San José del Amazonas, y Mons. Jesús María Aristín, obispo de Yurimaguas, además del ya mencionado Mons. Martín Quijano, obispo de Pucallpa.
Desde otras regiones del Perú llegarán también a Iquitos el obispo de Huacho, Mons. Antonio Santarsiero, el obispo auxiliar de la Diócesis de Cusco, Mons. Lizardo Estrada, el obispo de la Prelatura de Chuquibambilla, Mons. Edison Farfán, y el obispo de la Prelatura de Caravelí, Mons. Reinaldo Nann.
Desde Roma y España también se espera la llegada del Prior General de los Agustinos, P. Alejandro Moral, y de un representante de la Provincia Agustiniana San Juan de Sahagún, P. Jesús Torres.
De forma participativa los jóvenes y sabios han elaborado dos cortometrajes y dos manuales sobre plantas medicinales, cuentos y relatos bilingües con el acompañamiento en el camino de Cáritas Selva Central. Monseñor Gerardo Zerdín, obispo del Vicariato de San Ramón, defiende la educación, cultura e identidad como ejes centrales para el desarrollo integral de los pueblos indígenas, la igualdad y la justicia social.
“Para utilizar cada planta hay que pedir a Dios. Tienen su canción. Todas las plantas fueron seres humanos en la otra vida por lo que se requiere un permiso”. Son las líneas finales del Manual de Plantas Medicinales elaborado conjuntamente entre el pueblo yánesha, ubicado en la selva central, y el Vicariato de San Ramón. Un manual que forma parte de uno de los cuatro insumos que recientemente han sido entregados como parte del compromiso de conservación de la sabiduría y la cultura ancestral de este pueblo que, según datos oficiales, cuenta con menos de 5.000 personas que se autoidentifican y reconocen como parte de él.
El yánesha es uno de los 51 pueblos indígenas amazónicos reconocidos oficialmente en el Perú. Aunque numéricamente es un pueblo pequeño, sus miembros tienen todo el ánimo por mantener viva su cultura y tradiciones, sin olvidar el legado de sus antepasados. A su lado tienen, desde hace años, a la Iglesia local y sus instituciones que, con monseñor Gerardo Zerdín a la cabeza, prioriza la educación, la cultura y la identidad como pilares fundamentales de la evangelización en la Amazonía.
Una evidencia del acompañamiento y cercanía con el pueblo yánesha es que este idioma es, a pesar de sus pocos hablantes, uno de los seis en los que los estudiantes pueden estudiar en la Universidad Católica Sede Sapientiae NOPOKI de Atalaya. Precisamente por eso, porque es una lengua que debe revitalizarse y fomentarse para salvarla del olvido.
Como parte de estas acciones es que hace pocos días el Vicariato, a través de Cáritas Selva Central, entregó en la comunidad San Francisco de Pichanaz, en el distrito de Villa Rica, provincia de Oxapampa (Pasco) dos cortometrajes y dos manuales impresos que rescatan diferentes cuestiones enraizadas en este pueblo.
Uno de esos manuales pone en valor la gran riqueza y conocimiento que el pueblo yánesha tiene de las plantas medicinales. “En la cosmovisión Yanesha, el conocimiento de las propiedades preventivas y curativas de las hojas, tallos y raíces del entorno, es baluarte que se debe preservar como parte de su cultura. Las y los sabios de cada comunidad mantienen aún estas tradiciones, que se transmiten de padres a hijos. Es por ello que consideramos importante difundir dichos conocimientos”, reza la introducción del manual. Se han identificado y detallado un total de 69 plantas.
El otro manual rescata cuentos, cantos e historias que, además, se presentan en formato bilingüe porque han sido traducidos a lengua yánesha e ilustrados con dibujos representativos de ellos mismos. ¿Quieres saber cómo entiende el pueblo yánesha el origen del sol y la luna? ¿O cuál es el origen de las plantas curativas para ellos y ellas? No se preocupe, al final de esta nota dejamos los enlaces para que puedan consultarlos de forma íntegra.
Según se informó desde Cáritas Selva Central, la comunidad Yánesha quedó muy satisfecha por haber participado activamente en la elaboración de estos importantes materiales que servirán para preservar y practicar su riqueza cultural. Asimismo, se agradeció y felicitó a los jóvenes, sabios, autoridades y colaboradores que los hicieron posibles.
Cabe mencionar que estas actividades se enmarcan dentro del Proyecto «Empoderamiento y Desarrollo Sostenible de las Comunidades Yanesha del Río Cacazu” que busca preservar y transmitir a las generaciones la riqueza de su cultura ancestral y fue desarrollado por Cáritas Selva Central con el apoyo del Ayuntamiento de Burgos y la ONG Persona Solidaridad de Burgos.
El evento tendrá lugar del 21 al 23 de julio de manera virtual, de 15:00 a 17:30 (Colombia) vía plataforma Zoom.
Por Carmen Julia Luján (REPAM)
La Red Itinerante, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), y la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) ponen a disposición un espacio de formación denominado “Avancen para aguas más profundas, y lancen la tarraya para pescar” .
El objetivo es ayudar a discernir la misión de la Red Itinerante desde un marco de visión panamazónica; desde la misión como la itinerancia en servicio complementario a los otros servicios institucionales e insertos en la misión de la Iglesia en esa región, y desde un cuerpo en Red, es decir, en sinodalidad.
Esta primera formación se la concibe como punto de partida que ayudará en el proceso de construcción de la Red Itinerante. También está destinada a nuevos participantes e instituciones interesadas en el servicio de itinerancia.
El evento tendrá lugar del 21 al 23 de julio de manera virtual, de 15:00 a 17:30h (Colombia) vía Plataforma Zoom.
Mons. Jesús María Aristín visitó el distrito de Balsapuerto para participar junto a los fieles de una sencilla, pero muy emotiva celebración con motivo de los 100 años de presencia de los misioneros pasionistas en la zona. Se inauguró un busto del padre Román Villa y se presentó al equipo parroquial.
Con el recuerdo presente del padre Román Villa, quien fuera párroco durante 25 años en la zona y que estuvo presente a través de la inauguración de un busto en su honor, Balsapuerto celebró este último fin de semana el Centenario del Vicariato de Yurimaguas con la presencia de su actual obispo, Mons. Jesús María Aristín. Con sencillez y profunda espiritualidad desde la Parroquia Santo Tomás se agradeció a Dios por estos últimos cien años de acompañamiento a la población local a través de decenas de misioneros y misioneras que han dedicado gran parte de su vida a ello.
“Terminando la bendición del busto en homenaje al padre Román tuvimos la Misa Jubilar en la que se dio gracias a Dios por los misioneros que tuvimos y, se presentó al equipo parroquial que hoy sigue la tarea evangelizadora”, explica desde Balsapuerto la hermana María Luisa Maduell, “hoy podemos decir que lo que iniciaron los Pasionistas hace tantas décadas ha dado frutos y hoy tenemos un equipo grande de evangelizadores”.
Este equipo, integrado por hombres y mujeres muy comprometidos, está conformado por animadores cristianos, catequistas, profesores, padres y madres de familia y jóvenes. “Ellos son hoy los que impulsan la evangelización anunciando a Cristo con su testimonio valiente, entregado y sincero”, opina Maduell.
Esta labor también fue reconocida y fortalecida con la presencia de Mons. Aristín, quien les dio palabras de aliento para continuar en este buen camino y servir a Dios a través del apoyo y el amor al prójimo. De hecho, una representación de todos ellos subió en un momento de la ceremonia al presbiterio para que Monseñor les conociera de cerca y les diera su bendición. Asimismo, les hizo entrega de un pequeño Crucifijo, símbolo del Centenario.
Además esta visita del máximo representante del vicariato coincidió con la celebración de Santo Tomás Apóstol, patrón de Balsapuerto, el 3 de junio, así como con la inauguración del nuevo colegio construido por el Gobierno Regional y que a partir de ahora brindará unas condiciones más dignas para la formación de más de 600 alumnos.