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31 Oct 2022

Vicariato de Requena recibe a Mons. Alejandro Wiesse como su nuevo obispo

El domingo 30 de octubre se celebró la toma de posesión del nuevo obispo de esta jurisdicción eclesiástica. Una ceremonia que inició con un recorrido previo, en el que más de un centenar de personas acompañaron a su nuevo obispo desde la plaza de armas de Requena hasta la catedral.

"Quiero dar gracias al Señor por este Ministerio que me ha confiado. Y también a mi hermano Juan, por este tiempo de acompañamiento que tengo que continuar en nombre del Santo Padre Francisco, quien me ha designado y me ha dado esta parte del pueblo de Dios". Son las palabras de Mons. Alejandro Wiesse León, el nuevo obispo de Requena, durante su toma de posesión de este vicariato, celebrada el último domingo 30 de octubre en la Parroquia San Antonio de Padúa.

Mons. Wiesse se convierte así en el quinto obispo de esta jurisdicción eclesiástica, conformada por población, en su mayoría, descendiente del pueblo indígena kukama y shipibo-konibo. Una labor que asume por designación del Papa Francisco tras la renuncia del obispo emérito, Mons. Juan Oliver Climent, misionero español que estuvo al frente de este vicariato por más de 16 años.

La Eucaristía de la toma de posesión se realizó en la catedral de Requena, con la participación de Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato de Iquitos; Mons. José Javier Travieso, obispo del Vicariato de San José del Amazonas; el Padre César Caro, vicario general de San José del Amazonas, y autoridades locales. Previamente, más de un centenar de personas acompañaron el recorrido que realizó el obispo desde la plaza de armas de Requena hasta la catedral.

En la ceremonia, Mons. Oliver agradeció la presencia de los religiosos y religiosas que llegaron hasta Requena tras un largo viaje por río desde sus puestos de misión; para luego hacer la entrega del Vicariato de Requena. “Es una acción de gracias la que hacemos al señor, deseándole al nuevo obispo que sea un tiempo de gracia, y que todo el pueblo de Dios que camina en Requena también reciba la bendición y fortaleza que venga de él por medio del espíritu del señor Jesús”, sostuvo.

Administradores de la Iglesia

En su homilía, el nuevo obispo de Requena hizo un llamado a todas las personas a trabajar juntos para llevar el evangelio a los lugares más lejanos, y a convertirse en administradores de la Iglesia. “Les invito a todos ustedes hoy (...) Nuestro vicariato es grande. Todos están llamados a ayudar y ser administradores de esta Iglesia. A eso los convoco. Jóvenes, amas de casa, autoridades, religiosos, todos trabajemos para llevar el evangelio”, expresó Mons. Wiesse.

Al servicio de los pueblos

El obispo de Requena subrayó que algunas veces se tiene que dejar para encontrar caminos nuevos. En su caso, venir desde Lima para atender a los pueblos de la Amazonía peruana. “Lo sabemos: los recursos son pocos. Tocamos y tocamos las puertas. Necesitamos sacerdotes, religiosos, laicos. La respuesta a veces demora. Aun así, Juan ha estado aquí años, y los ha acompañado. Ha caminado con ustedes”, comentó.

Mons. Wiesse agradeció al obispo emérito por su labor misionera durante los últimos 17 años, reiterando que asume este compromiso en el vicariato con espíritu franciscano. Asimismo, hizo un llamado a la población y a los gobernantes de turno. “A las autoridades: sepan que estamos al servicio de ustedes. Porque tanto ustedes como nosotros queremos un mundo diferente, una sociedad distinta”, dijo.

Desafíos en el territorio

Entre las tareas que priorizará el obispo de Requena está la de tocar las puertas a las comunidades religiosas para que puedan llegar hasta el vicariato religiosos, religiosas y laicos que apoyen los puestos de misión. "Esto irá de la mano con la promoción de la pastoral vocacional para buscar jóvenes que puedan ir al seminario, estudiar la carrera, ordenarse como sacerdotes y ser incardinados de aquí para que puedan trabajar en el vicariato", indicó Ricardo Guerrero Curo, misionero del Vicariato Apostólico de Requena.

El Vicariato Apostólico de Requena cuenta con un total de ocho parroquias, algunas sin atención permanente de algún misionero, y que son visitadas de forma esporádica para celebrar las fiestas patronales y los sacramentos de iniciación cristiana, indicóo Guerrero Curo. El único medio de transporte es a través de la vía fluvial, especialmente por los ríos Ucayali, Puinahua, Tapiche, entre otros.

La jurisdicción eclesiástica abarca las provincias de Requena y Ucayali, en el departamento de Loreto, con una extensión de 82, 000 km2 y una población de aproximadamente 150, 000 habitantes. Esta jurisdicción fue confiada por la Iglesia a la Orden Franciscana, en particular a la Provincia Franciscana Misionera de San Francisco Solano. El nuevo obispo es franciscano y miembro de esta Provincia.

 

28 Oct 2022

Fallece María del Sagrario Sanz, el “Ángel de la Amazonía”, tras 60 años de labor misionera en Loreto

Con 96 años, la religiosa dedicó más de la mitad de su vida al cuidado de los enfermos y a mejorar el nivel de la salud del pueblos indígenas y ribereños de la provincia de Datem del Marañón, en la región Loreto.

El pasado 26 de octubre, en la ciudad de Lima, falleció la Hna. María del Sagrario Sanz, de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, a los 96 años de edad. La religiosa del Vicariato Apostólico de Yurimaguas vivió durante años en la capital de la provincia de Datem del Marañón, acompañando en su labor pastoral a los pueblos indígenas amazónicos y ribereños de la región Loreto, a orillas del río Marañón.

Ella dedicó más de la mitad de su vida al cuidado de los enfermos y a mejorar el nivel de la salud de las poblaciones en la selva peruana.De allí surgió su merecido nombre, el “Ángel de la Amazonía”. Y es que la misionera, en colaboración siempre con sus hermanas de congregación, fue una de las principales impulsoras de promover la Pastoral de Salud del Vicariato y de ver terminada la obra del Hospital Santa Gemma de Yurimaguas.

Desde que llegó a la ciudad de San Lorenzo, hace 60 años, se destacó su trabajo constante y vocacional. "Visitó todos los ríos encomendados a esa misión: organizó a los promotores de salud (...) generó esperanza, acompañó a moribundos. Contagiaba la alegría de los niños. Enfermeras y doctores saben de su dedicación y buen hacer", recordó Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos.

Foto: Facebook Institución Educativa Yánkuam Jíntia

La religiosa también participó activamente en la creación de la primera posta de salud en San Lorenzo, destacándose de su misión su trabajo constante y vocacional. Una ardúa labor que fue reconocida en su momento con el Premio Mujer del Año en San Lorenzo y el Premio por la Paz, otorgado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

A pesar de que vivió muchas epidemias en la Amazonía, y las dificultades presentadas, nunca perdió la sonrisa, destaca Mons. Cadenas. "Para ella lo fundamental era defender a su gente de Datem del Marañón.Todo ello se sustentaba en su vida de oración y entrega incondicional a Dios. Dios ha pasado por San Lorenzo a través de ella. Hasta las benditas manos de Dios, Hna. Sagrario. Descansa en paz".

11 Ago 2022

“Sembrando juntos”: Iglesia de Iquitos impulsa campaña para sembrar 5 000 plantones

Con el fin de concientizar a la población sobre el cuidado del medio ambiente y la Casa Común, se repartió en las parroquias las semillas que serán sembradas a partir del próximo 4 de septiembre. Una iniciativa que nace a raíz de la creciente deforestación que sufre la capital de Loreto.

El Vicariato Apostólico de Iquitos, a través de su Equipo Vicarial de Animación Pastoral (EVAP), lanzó la campaña "Sembrando juntos", una actividad que busca que la población contribuya con el sembrado de 5000 plantones en la capital de la región Loreto. Para ello, la Iglesia ha entregado a distintas parroquias y grupos de personas las semillas y el abono que deberán utilizar para hacerlas germinar y, porsteriormente, poder sembrar los plantones el próximo 4 de septiembre.

El objetivo es sensibilizar a la ciudadanía para que se puedan sumar a esta iniciativa para el cuidado del medio ambiente, independientemente de sus creencias religiosas, y participar también a través de las redes sociales, compartiendo imágenes del sembrado de cada planta con el hashtag #SembremosJuntosEnLoreto. "Nuestra Casa Común nos está pidendo que intervengamos. En este caso, la Iglesia Católica está planteándoles a todos a sembrar con nosotros", señaló la bióloga Tania Lay, integrante del EVAP.

Esta iniciativa responde a la creciente deforestación que se vive en la ciudades amazónicas como Iquitos. Problema que viene agravando la situación del planeta debido al cambio climático. "Esta planta, al crecer, va a hacer posible que tengamos flores que serán polinizadas por las abejas, aparecerán aves cuando lleguen los frutos, van a tener un lugar y un ecosistema agradable. Y por supuesto nosotros nos beneficiamos con la sombra y el oxígeno", resaltó la representante del Equipo Vicarial de Animación Pastoral.

Finalmente, Lay invitó a la población a sumarse a esta actividad, señalando que todas y todos tienen las puertas abiebrtas. Los que tengan una semilla pueden sumarse, no es necesario tener una huerta para participar, pues con envases de plástico también se pueden germinar estos plantones. "La intención es de que todos a nivel mundial sepan que estamos en la Amazonía sembrando juntos, sembrando vida", puntualizó.

03 Ago 2022

Alimentación saludable en el Putumayo: una difícil misión, pero no imposible

La lejanía y excesiva dependencia de Iquitos, con lanchas que demoran 10 a 15 días y alimentos como huevos y verduras que deben enviarse en avioneta, y el auge del narcotráfico, la minería y la extracción de madera se suman al desconocimiento general sobre la importancia del cultivo y consumo del producto que la tierra amazónica proporciona.

“Hay esperanza”. Son las últimas palabras que pronuncia Bea Prusinowska, misionera laica, natural de Polonia, del Vicariato de San José del Amazonas, tras una larga conversación sobre su visión sobre la situación alimentaria en donde vive desde hace más de una década. La provincia del Putumayo, bañada por el río del mismo nombre y con capital en El Estrecho, es una zona compleja. Fronteriza con Colombia y cercana a Brasil, pero sobre todo lejana, muy lejana. Y esa distancia, unida al auge del extractivismo voraz (desde 2020 el incremento de la actividad maderera y el aumento de dragas mineras procedentes de Colombia está a la vista de todos) y el narcotráfico determina en buena medida qué productos consumen las familias.

Boras, murui, maijunas, secoyas, kichwas, yaguas, ticunas y ocainas comparten un vasto territorio en el que el río Putumayo serpentea a lo largo de 1.300 kilómetros (solo en la parte peruana, su extensión total supera los 1.800). Se organizan en 74 comunidades donde viven solo 11.000 personas. La baja densidad garantiza, todavía, buena cantidad de recursos alimenticios. Pescado, taricaya, motelo, paiche, venado, huangana o majás se encuentran aún con cierta facilidad, pero el comentario que en zonas como el Bajo Urubamba o Alto Amazonas se escucha desde hace una o dos décadas empieza a oírse, cada vez con más fuerza, en el Putumayo. “Hay animales para cazar y pescar, pero ya comentan eso de que antes era más fácil, estaban más cerca, y ahora deben adentrarse más en el bosque y en las quebradas”, afirma la misionera. Mientras las actividades ilegales prosperan, los animales huyen.

Sin embargo, factores culturales y la geografía entran también en escena. Los primeros meses de pandemia hicieron visible la realidad: “Dependemos muchísimo de los centros urbanos y, en concreto, de Iquitos”. De ahí llegan los víveres. Grandes lanchas que, en el mejor de los casos, tardan 10 a 15 días en cubrir la ruta navegando también por zona colombiana y brasileña. “Verduras como la cebolla, la papa o el ajo aguanta un largo viaje, pero otras se malograrían en el camino, por eso las traen en avionetas con los huevos y los panes, por no hablar de los accidentes que hay en la boca del Putumayo”, relata Prusinowska. Con esta situación, no es extraño que las verduras sean escasas, caras y poco atractivas para una población cada vez más habituada al tallarín, el atún enlatado, el arroz y las bebidas azucaradas.

“No todo es negativo, hay fruta en abundancia como el camu-camu y el aguaje, pero cuando converso con la gente ves que cada vez hay menos hábito de ‘hacer la chacra’ y desde el centro de salud los doctores insisten: los índices de desnutrición siguen altos”, comenta la misionera, “la dieta es muy poco variada”. Y es que en el Putumayo se respira, en parte, desencanto hacia ciertas propuestas alternativas y, sobre todo, sostenibles. Pequeños proyectos de plantación de cacao o caña de azúcar no han tenido éxito, pues el mercado para la venta queda lejos. Falta de organización, altos costes del transporte y definición concreta de a quién y cómo comercializar el producto son, a día de hoy, algunos ‘hándicaps’. Además, puede incluso afirmarse que gran parte de la población se ha ‘rendido’, al punto de que hay zonas completamente dedicadas al narcotráfico donde la producción agrícola es prácticamente nula. “Por el Alto Putumayo, en Soplín Vargas, no encuentras casi nada de verduras, a lo sumo yuca y poco más”, lamenta la misionera.

Misionera que encuentra, entre la dura realidad, signos de ilusión como las ferias gastronómicas que se han realizado tanto en el Estrecho como en Mairidicai, una comunidad indígena cercana. “Se pudo probar comida murui, bora, maijuna, kichwa, secoya… en eventos así nos damos cuenta de qué calidad de comida existe, cómo se cocinan verdaderas delicias con algunas frutas y verduras que no se ven en el día a día”, detalla y lanza una pregunta para la reflexión, “¿por qué teniendo esa riqueza en la tierra, muchas veces, nos dejamos llevar por todo lo que, creemos, significa modernidad?”.

Invertir esos falsos mitos, revalorar lo propio y, sobre todo, apoyar y acompañar alternativas de vida y alimentación más equilibradas para las familias amazónicas debe ser uno de los principales retos a corto plazo. Una alimentación que garantice la seguridad alimentaria en toda la amplitud del término, desde la ‘cantidad’ hasta la ‘calidad’ de lo que se sirve en la mesa. Aportar un granito de arena, tanto desde la Iglesia como desde instituciones públicas, privadas y Ongs es un imperativo moral. Por las familias y por esta ‘tierra bendecida’ llamada Amazonía.

30 Jul 2022

Acceso al agua: una mirada desde Loreto

Por: Mons. Miguel Ángel Cadenas y P. Manolo Berjón (Vicariato Apostólico de Iquitos)

En Loreto, prácticamente, una de cada dos personas carece de acceso al agua potable por red pública. Es el departamento con peores índices en Perú. Según el INEI 2019 en Loreto consumen agua proveniente de una red pública el 56.3%. El siguiente departamento con peor acceso al agua es Puno, con el 71.6%. En los primeros puestos están Lima provincia y Arequipa: 96.8%, Apurimac: 96.9%, Callao: 97.6%, Tacna: 97.8% y Moquegua 97.9%[1].

La carencia de agua potable acarrea enfermedades respiratorias agudas, neumonía, diarrea, desnutrición, cólera, dermatitis… En fin, en plena pandemia de covid-19, cuando las recomendaciones del Ministerio de Salud indican la necesidad de lavarse continuamente las manos, la mitad de los loretanos carecen de este servicio. Esto supone que los más pobres tienen que comprar el agua a privados, más cara. Con un claro componente de género: las mujeres son las encargadas habituales de transportar, cuidar y administrar el agua. Otro aspecto más de la feminización de la pobreza.

El 2015 el Papa Francisco publicó Laudato Si. En su número 30 señala: “… el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte con más aportes económicos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres”.

El párrafo anterior no necesita mayores comentarios. Quebrantar el derecho al agua potable implica la violación de otros derechos como el derecho a un medio ambiente sano, la salud, la alimentación, el territorio y la cultura[2].

Conviene recordar que el “circuito petrolero” carece de este servicio. Baste un botón sobre el lote 8 para corroborar lo que decimos: “El MINSA. Mediante el informe N° 176-2018, también comunicó que el agua de consumo humano en San José de Nueva Esperanza y Belén de Plantayanacu en la cuenca del río Corrientes tenía niveles de hidrocarburos totales por encima del límite permitido (0.01 mg/L) en el 2017. Esto supone una potencial contaminación aguda de la población por hidrocarburos. El acceso al agua en las cuatro cuencas ha sido considerado crítico. También se ha reportado contaminación por metales en el agua para consumo proveniente de las plantas de tratamiento ubicadas en las cuencas del Marañón, el Samiria y el Corrientes. La mayoría de comunidades no tienen acceso a agua potable”[3]. Los límites máximos permitidos de contaminantes no toman en cuenta que para estas comunidades el río es la principal fuente de agua.

Los datos del comienzo reflejan una gran desigualdad. Conviene recordar que la actividad petrolera aportó a las arcas públicas unos $ 35,000 millones en los últimos 50 años. Dinero parece que ha habido. Por tanto, hay que buscar las causas en otros lados: falta de imaginación, corrupción e inconducta funcional, una clase política que no se preocupa por el bien común y una ciudadanía que no presiona lo suficiente.

Falta imaginación. Ciertamente Loreto es un departamento inundable. Esto genera ciertas complicaciones, pero no imposibilita nada. Cuando los humanos utilizamos nuestra inteligencia al servicio del bien común estamos colaborando con la creación de Dios. Se necesita investigación y voluntad política para resolver los problemas comunes, en este caso el agua.

Sobre corrupción e inconducta funcional copiamos un párrafo certero tomado de la Contraloría General de la República: “Para el caso de la región Loreto, podemos ver que, con los montos estimados de perjuicio económico a nivel subnacional, se podría haber instalado 11 centros de salud (infraestructura y equipamiento) durante la pandemia o 136 plantas de oxígeno que podrían haberse empleado para mitigar los impactos de la pandemia… Respecto a las conexiones de agua potable, con el monto extrapolado se hubiese podido conectar a 48 592 personas del ámbito urbano y 21 351 del rural…”[4].

Apelamos a la clase política que privilegie el bien común por encima de los particulares. De nuevo, el Papa Francisco hablando de la caridad cristiana nos dice: “Esta caridad, corazón del espíritu de la política, es siempre un amor preferencial por los últimos, que está detrás de todas las acciones que se realicen a su favor” (Fratelli Tutti, n° 187). Invitamos a nuestros políticos, que más allá de las argollas de la “colonidalidad del poder” que los unen a poderes nacionales y transnacionales en intereses ajenos a la Amazonía, se dejen imbuir de esta caridad política que afronta las desigualdades y crea condiciones dignas de vida. El tema del agua en Loreto es urgente.  Asimismo, apelamos a la sociedad civil que exija su derecho al agua potable (derecho eje) como condición de posibilidad de la vivencia de los demás derechos.

Concluimos con unas palabras esperanzadas del mismo Jesús para que mueva nuestros corazones: “… tuve sed, y me dieron de beber…” (Mt 25, 35). Proveer agua a los sedientos, dice Jesús, es proporcionársela a Él.

Post Data: Dos Juntas Vecinales en el distrito de Punchana – Iquitos interpusieron una demanda constitucional por el derecho al agua y al saneamiento básico. Ganamos en primera instancia y apelaron quienes tienen obligación de velar por el bien común. Perdimos en segunda instancia y estamos a la espera del dictamen del Tribunal Constitucional. Miles de familias siguen esperando. Y nosotros, entre la urgencia del caso y la paciencia geológica, acompañándoles.

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[1] https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/boletin_agua_junio2020.pdf, p. 13, también puede verse: https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2021/02/Informe-002-Bolet%C3%ADn-sobre-la-cobertura-del-agua-en-Loreto.pdf, p. 6.

[2] URTEAGA, Patricia, SEGURA, Frida y SANCHEZ, Mayra (2019), Derecho humano al agua, los pueblos indígenas y el petróleo, PUCP, Lima, pp. 45-72.

[3] PNUD (2022), Estudio técnico independiente del lote 8, p. 199. Se puede descargar en la siguiente página: https://www.undp.org/es/peru/publications/estudio-tecnico-independiente-del-lote-8, p. 199.

[4] https://doc.contraloria.gob.pe/estudios-especiales/documento_trabajo/2021/INCIDENCIA_DE_LA_CORRUPCION_Y_LA_INCONDUCTA_FUNCIONAL_2020.pdf, p. 72.

07 Jun 2022

Kukamas del Perú, Brasil y Colombia intercambian experiencias en defensa de la vida, el territorio y cultura

El encuentro denominado ‘kukamkana Katupi’;  que en castellano quiere decir ‘Los Kukamas aparecen’, fue impulsado por Radio Ucamara de Loreto, y reunió a más de 30 hombres y mujeres de este pueblo indígena en la ciudad de Iquitos.

«Kukamkana Katupi», en castellano, «Los Kukamas aparecen”, es el nombre del encuentro que reunió, del 1 al 3 de junio, a cerca de 30 líderes y lideresas del pueblo indígena Kukama de Perú, Colombia y Brasil. Un espacio impulsado por la emisora del Vicariato Apostólico de Iquitos, Radio Ucamara; donde se compartieron las experiencias de cada país sobre la defensa de la vida, el territorio, los ríos, la cultura y la revitalización de la lengua.

“Queremos aprender y llevar sobre la recuperación de estos saberes para fortalecer a mi comunidad, a los niños porque de verdad tenemos dos personas que hablan la lengua, pero queremos superar ese número, como indígenas Kukama, como nativos”, señaló Gilberto Silvano, curaca (gobernador menor) de una comunidad colombiana.

Radio Ucamara, como emisora de la Iglesia Católica, viene impulsando desde hace varios años, a través de sus micrófonos, la revitalización de la lengua y la cultura Kukama desde la ciudad de Nauta, en Loreto. “En este encuentro reflexionamos juntos sobre nuestras problemáticas, para enriquecernos con la sabiduría de nuestros pueblos y a su vez pensar sobre lo que va a significar su futuro”, indicó Rita Muñoz, integrante del equipo de prensa de esta emisora.

Foto: Radio Ucamara

Y es que el objetivo final de este encuentro fue que el pueblo Kukama de Perú, Colombia y Brasil llegara a una conclusión para trabajar de manera conjunta en las problemáticas que enfrentan en sus comunidades. “Creemos que lo que ocurre en la Amazonía de Perú, ocurre en la Amazonía de Colombia y Brasil. Buscamos unificar, ser una nación grande sin fronteras, porque los problemas son comunes”, añadió Muñoz.

Participaron en este espacio de diálogo varias organizaciones indígenas de los tres países, entre ellas la Federación de mujeres Huaynakana Kamatahuara Kana, representantes de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Loreto, del Programa de Formación de Maestros Bilingües de la Amazonía, el obispo de Iquitos, Mons. Miguel Ángel Cadenas,  el padre Jaime Regan, del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica, entre otras.

Contra el dragado

En este encuentro también se socializó el ‘Mapa político – cultural’, trabajado por Radio Ucamara en los últimos siete años, que recoge el sentir de la población y muestra, a través de distintos puntos del río, el significado espiritual que tiene cada parte para el pueblo Kukama. El mapa se elaboró en el marco del proyecto Hidrovía Amazónica, con el fin de que sea una herramienta para la defensa de la vida, y se comprenda por qué este pueblo indígena está en contra del dragado de sus ríos.

 

06 Dic 2021

Se ordena un nuevo sacerdote en la Amazonía peruana

El pasado domingo 28 de noviembre, como colofón del encuentro de misioneros de los días previos, se celebró en la catedral de Indiana, en la provincia de Maynas, región Loreto, la ordenación presbiteral del diácono Jovino Arimuya Jaramillo. Se trata del cuarto sacerdote autóctono ordenado en el Vicariato San José del Amazonas en sus 75 años de historia.

El obispo vicario apostólico Mons. José Javier Travieso Martín confirió el orden sagrado a Jovino en presencia de familiares, amigos, un nutrido grupo de misioneros y fieles de la parroquia de Indiana. En su homilía destacó el carácter de servicio al Pueblo de Dios que tiene el ministerio presbiteral, y la alegría que supone para esta iglesia amazónica engendrar un nuevo sacerdote hijo de estas tierras.

Tras la Eucaristía, la celebración continuó en la maloka de la casa misión con un almuerzo festivo y un pequeño programa animado por los misioneros.

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Nota publicada originalmente en la web del Vicariato Apostólico San José del Amazonas. Se puede leer aquí.