Comunicadores de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) e instituciones aliadas se reunieron del 4 al 6 de noviembre en Bogotá, Colombia, para evaluar, reflexionar y dialogar sobre el proceso de comunicación en red, estableciendo las prioridades para sus próximas acciones.
Por Gabriela Peña – REPAM
Tejiendo con hilos de fraternidad, compañerismo y amor por la vida, más de 15 comunicadores de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) e instituciones aliadas se encontraron durante tres días en Bogotá, Colombia, para evaluar su Plan de Comunicaciones 2022-2024 y proyectar las prioridades de acción para el próximo año.
Los participantes, que conforman el Núcleo de Comunicaciones de la REPAM, se reunieron del 4 al 6 de noviembre en jornadas donde se presentaron las fortalezas, desafíos, impactos y horizontes en el trabajo comunicativo amazónico de cada país e institución que forma parte de esta red, así como de manera conjunta.
El Plan de Comunicaciones 2022-2024 de la REPAM tiene como objetivo la construcción de una “Iglesia con rostro amazónico”, reconociendo los desafíos y esperanzas en la Panamazonía. Este plan se alinea con los cambios y procesos que la Iglesia Católica ha emprendido en la última década, como el Sínodo para la Amazonía y la exhortación apostólica “Querida Amazonía” del Papa Francisco.
Evaluación
Hugo Ramírez, coordinador general de la Asociación Latinoamericana de Comunicación y Educación Popular (ALER), destacó la importancia del encuentro y la colaboración en el trabajo conjunto en la defensa y cuidado de la Casa Común. “Lo valioso de este encuentro es que nos ha servido para unir nuestros esfuerzos, articularlos mejor, y seguir avanzando y fortaleciendo el objetivo común”, sostuvo.
Entre los participantes que llegaron desde distintos países de la panamazonía están los comunicadores de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), Grupo COMUNICARTE, Red de Noticias de la Amazonía (RNA), la Red de Educación Intercultural Bilingüe Amazónica (REIBA) y las REPAM nacionales.
Por su parte, Ennymar Bello, secretaria ejecutiva de REPAM Venezuela resaltó la importancia de trabajar en red y conocer el trabajo de otras organizaciones. “Aprendí muchas cosas de los demás tanto como los que están en las REPAM de cada país, como las demás organizaciones que se articulan con la REPAM: qué están haciendo, cómo lo están haciendo. Y esa es una enseñanza muy grande”, expresó.
Después de tres días de encuentro, los participantes establecieron, en conjunto, las actividades a realizar durante el año 2024, a fin de cumplir con los objetivos del plan de comunicaciones en ejes como la formación, articulación y producción que se realizará a nivel nacional, regional y panamazónico; así como continuar dando pasos para lograr una comunicación que transforma.
La formación no solo busca ampliar el horizonte de conocimiento de los docentes, sino también equiparlos con las herramientas necesarias para analizar las interrelaciones entre los procesos socioculturales y ecológicos que viven en sus territorios.
Conscientes de la necesidad de formarse más allá de las aulas tradicionales, más de 100 maestros de cinco colegios del Vicariato Apostólico de Iquitos iniciaron un curso multidisciplinario para aprender sobre la Amazonía peruana. Durante ocho sesiones que se desarrollarán todos los miércoles hasta el 13 de diciembre, esta formación busca profundizar en temas como las culturas amazónicas, interculturalidad, ciudadanía y derechos humanos.
El curso es organizado por el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), la REPAM Perú y el Vicariato de Iquitos. Los objetivos, además de ahondar en las culturas amazónicas de la región desde un enfoque intercultural y del cuidado de la Casa Común, son descolonizar los saberes previos sobre la Amazonía, y dar una respuesta como Iglesia tras el Sínodo amazónico y la exhortación del Papa Francisco ‘Querida Amazonía”.
“Cuando decimos descolonizar nuestros saberes queremos respetar el sentido positivo, las diversas formas de conocimiento y de ver el mundo, porque los saberes de los pueblos indígenas no son inferiores. También conoceremos los aspectos económicos y culturales de la Amazonía y sus implicaciones en la vida de las personas”, mencionó Ismael Vega, coordinador de esta formación y docente de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
En ese sentido, la formación no solo busca ampliar el horizonte de conocimiento de los docentes, sino también equiparlos con las herramientas necesarias para analizar las interrelaciones entre los procesos socioculturales y ecológicos que viven en sus territorios. Además, se espera que los maestros, al profundizar en los temas que abarca este curso, puedan reforzar su propia identidad regional como base para una práctica pastoral con una perspectiva en la ecología humana.
La metodología de este curso se basa en las sesiones virtuales, exposiciones y una lectura crítica de la bibliografía seleccionada. Se alienta la participación de los docentes, fomentando el análisis de la realidad y sus aspectos más relevantes. Asimismo, enfatiza la responsabilidad de los participantes para identificar posibles acciones que contribuyan a encontrar soluciones, partiendo de sus capacidades, sentires, saberes y prácticas.
Los facilitadores para esta capacitación son el P. Jaime Regan, investigador del CAAAP, Verónica Shibuya, abogada y coordinadora de la oficina del CAAAP en Iquitos; Lauren De Veau, docente de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, e Ismael Vega, miembro del consejo directivo del CAAAP y coordinador del Diplomado de Interculturalidad y Pueblos Indígenas Amazónicos de la UARM.
Los temas a desarrollar durante las ocho sesiones que se brindarán a través de la plataforma Zoom son: “Historia de la Amazonía”, “Culturas: Identidad étnica y cosmovisiones de los pueblos indígenas de Loreto”, “Ciudadanía, Interculturalidad y globalización; “Organización social y económica de los pueblos indígenas de Loreto”; “Ciudadanía frente a los nuevos desafíos: Ética, ecología y socio cultural”; “Relaciones entre el Estado y los pueblos indígenas amazónicos”; “Derechos de los pueblos indígenas: Territorio y gobernanza territorial”, y “Organización y movimiento indígena amazónico”.
La trata de personas se ha revelado como una de las formas más bárbaras de abuso y violencia contra la dignidad humana, tanto dentro como fuera del país. Grandes organizaciones criminales actúan de manera transnacional para perpetuar la explotación económica, utilizando todas las formas y prácticas ofensivas a la dignidad de la vida humana.
Por Míkula Reis/Raianea Garcia
La trata de seres humanos es una actividad transnacional altamente lucrativa, que mueve 117.000 millones de euros al año (datos del 09 de enero de 2021). Sus víctimas son hombres, mujeres, niños y adolescentes en diversas realidades de la vida social.
La Campaña de Fraternidad 2014 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), trajo el tema “Fraternidad y Trata de Personas” y el lema “Es para la libertad que Cristo nos liberó”. Ella ha servido como fuente de inspiración para entender cómo estas prácticas criminales realmente suceden. También en la Convención de Ginebra de 1949, el tema entró más explícitamente en la perspectiva de los derechos humanos, haciendo hincapié en la dignidad de la persona humana, dejando claro que la víctima puede ser cualquier persona, independientemente de su sexo y edad.
Por “trata de personas” se entiende la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, como el rapto, el fraude, el engaño, el abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.
La frontera se clasifica como una zona de relación entre distintos dominios territoriales, debido a sistemas jurídicos y económicos diferentes. Las zonas fronterizas pueden presentar un significado ambiguo en la medida en que, por un lado, pueden potenciar conflictos y, por otro, posibilitar intercambios entre culturas heterogéneas pero complementarias. La triple frontera se sitúa en el centro de la selva amazónica y, en este escenario, todas las formas de ver esta dinámica son tan singulares. Mirando la realidad de la Triple Frontera entre Brasil, Perú y Colombia, la puerta de entrada de las personas víctimas del tráfico de personas se encuentra entre los municipios de Atalaia do Norte, Benjamin Constant y Tabatinga, en Alto Solimões, en el Estado de Amazonas, Brasil; Leticia, en el Departamento de Amazonas, en Colombia; Islandia y Santa Rosa de Yavari, que es una isla situada en el Departamento de Loreto, en Perú.
Víctimas
La mayoría de las víctimas son niños, adolescentes y mujeres en situación de vulnerabilidad social por ser pobres, sin instrucción, indígenas, ribereños y extranjeros, además del abandono por parte del Estado que no se preocupa por la entrada y salida en las fronteras, donde el paso es libre para el narcotráfico, la trata de personas, la minería ilegal y la explotación del bioma. Todo esto ocurre muchas veces porque las leyes están debilitadas y no hay vigilancia en las fronteras por la negligencia de los gobiernos locales, además de la desprotección familiar y la falta de políticas públicas.
El silencio para la mayoría de las víctimas es el miedo de denunciar, aunque estén lejos, porque se sienten vigiladas y temen por su vida y la de sus familias, así como la entrada y salida de personas por la falta de control en la venta de billetes, donde no se exigen documentos para su identificación. Por este motivo, se dificulta la labor de investigación policial.
Sin embargo, cabe destacar que los mayores índices de violencia sexual contra niños y adolescentes son cometidos por familiares, parientes, amigos o conocidos, que además facilitan el contacto de la víctima con terceros.
Prevención
Para prevenir el tráfico de niños y adolescentes, los Consejos Tutelares locales, la Red de Confrontación, junto con entidades religiosas, instituciones y la sociedad civil, realizan campañas preventivas durante todo el año, especialmente en fechas específicas alusivas al día del combate. La mayoría de los casos de abuso y explotación sexual son denunciados al Consejo Tutelar, que es el órgano encargado por la sociedad civil de velar por el cumplimiento de los derechos de los niños y adolescentes.
En los últimos años, el tema de la trata internacional de niños, niñas y adolescentes ha ganado espacio en la agenda política de varios países y desde diversas perspectivas, con el propósito de identificar las rutas, los mecanismos utilizados para tales prácticas, las causas más profundas que, en gran parte, están vinculadas a las exclusiones (sociales, económicas, políticas, entre otras) por las que atraviesan las víctimas, a fin de posibilitar la construcción de políticas públicas capaces de enfrentar, tanto a través de la prevención como de la represión, tal crimen. Los desafíos son enormes, especialmente en una zona fronteriza, pero nos hemos organizado para hacer frente y garantizar políticas públicas de protección y prevención de la trata de personas y otras violaciones de los derechos humanos.
Calendario 2023: Guardianes del Territorio
El Calendario “Mujeres de la Amazonía 2023: Guardianas del Territorio” confirma la sinodalidad y reflexiona sobre su misión como mujeres que defienden la vida y luchan por la garantía de los derechos para las generaciones futuras.
Este tema se expresa a través del arte de la fotografía con el testimonio de mujeres defensoras del territorio. Sus narrativas deben inspirarnos, generando espacios para compartir vida y acciones, y que estas generen vida y transformación.
Después de una década de la siembra de esta semilla, en Puyo, Ecuador, no podemos dejar pasar esta fecha para compartir la trascendencia de aquel acontecimiento que dio lugar a la Red Eclesial más importante en la defensa de la naturaleza, de la Amazonía y de los derechos de los pueblos que viven en ella.
Por Mons. Rafael Cob*
A veces hay hechos históricos que pueden pasar inadvertidos, pero después, tienen una trascendencia que ultrapasa fronteras y no nos imaginamos la fuerza e incidencia que realizan en bien de la humanidad. Uno de estos hechos fue la que celebramos en Puyo.
Fue un 24 de abril del 2013 cuando la Iglesia de Puyo, a través de la acción de Cáritas del Ecuador, convocaba a una gran Asamblea con la participación internacional de doce países y de 146 participantes. Ahí se concibió y sembró la semilla de una red, la cual después de un “cuidadoso embarazo” daría lugar al nacimiento de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), en Brasilia, el 14 de septiembre del 2014.
Como grano de mostaza en la Amazonía
El texto de la siembra de la semilla de la red en Puyo nos dice: “Como Iglesia queremos seguir anunciando al Dios Creador y Salvador, garante de la vida de todos los pueblos que bendice a los constructores de la paz en este complejo contexto amazónico. Aspiramos a que esta acción coordinadora que comienza a florecer en Ecuador acompañada por agentes de pastoral de otros países hermanos, pueda pronto articularse en una red eclesial panamazónica que poco a poco, busque su propio lenguaje y sea capaz de definir desde la inspiración evangélica propuestas alternativas a los actuales modelos de desarrollo en Latinoamérica”.
Y esa semilla, como grano de mostaza, se convertiría en el árbol fuerte y frondoso para acoger y cobijar los sueños de tantos hermanos y hermanas que luchan por la justicia y siembran esperanza y paz en la Panamazonía.
El trabajo de escucha en los territorios, pronto se iría transformando en el tejer de esa red, articulando los testimonios y mensajes de sus habitantes, de los ancianos y las mujeres de esta selva, donde los ríos y los árboles también hablan. Donde la sabiduría ancestral se revela en la profundidad del misterio, en la sencillez del niño o la simplicidad de una flor, flora y fauna son la vida de estos pueblos guardianes de este gran tesoro. Ahí una biodiversidad ecológica que vive en armonía, enseñándonos la gran lección de la unidad en la diversidad, del mutuo respeto y de la reciprocidad en la entrega generosa que se comparte.
Al servicio de la vida en la Amazonía
La Red fue fortaleciéndose en el tiempo a lo largo y a lo ancho de la cuenca Panamazónica, fue convirtiéndose en compañera de camino en la defensa de los derechos de esta tierra y de sus pueblos desprotegidos, tanto tiempo olvidados marginados y explotados.
El Papa Francisco recordará que la Conferencia episcopal Latinoamericana en Aparecida habló de preocuparse de La Amazonía, como referente mundial y clave en el equilibrio climático del planeta. Así, esta red pasaría a caminar desde la periferia hasta la cima de las más grandes esferas internacionales, para denunciar ante ellas la vulneración de los derechos humanos en esta tierra.
Ha pasado una década desde aquella siembra que llevaría, un año después, a la fundación de la REPAM, concebida para ser fuente de vida en el corazón de la Iglesia. Esta red fue el brazo derecho para llevar a cabo el Sínodo Amazónico que se realizó en Roma, en 2019, como una bendición para la Amazonía y para toda la Iglesia.
¡Alabado seas, mi Señor!
Acudimos a Dios creador para agradecerle por lo contemplado en la creación y vivido en estos diez años. Por haber visibilizado la realidad que sufren estos pueblos y esta tierra llena de vida exuberante y de una sabiduría ancestral que debemos escuchar y respetar.
Como San Francisco, hoy decimos “Laudato Si, mi Signore” (Alabado seas, mi Señor). ¡Que viva la REPAM! Volvemos hoy a sus raíces, volvemos como los discípulos a Galilea, donde todo comenzó, en aquella llamada de Jesús a los apóstoles: ¡Síganme! Hoy también Él nos llama a cuidar de su creación y ser una Iglesia en salida.
Puyo se convirtió en antorcha, desde la periferia, para convertirse en luz central. Esta luz no se apagará mientras esta Red siga siendo el fuego que ilumina y calienta el corazón inquieto que despierta el amor y la esperanza con espíritu maternal para nuestra humanidad tan necesitada.
*Mons. Rafael Cob, obispo de Puyo, es presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).
Hoy, 22 de abril se celebra El Día Internacional de la Madre Tierra. En este día queremos compartir el grito de la tierra desde la voz de nuestras compañeras indígenas de la Panamazonía y Mesoamérica, remarcando el papel fundamental de los pueblos indígenas para la conservación de la vida en el planeta.
Por: Núcleos Mujeres y DDHH e Incidencia Internacional
Existe un consenso científico muy sólido sobre el calentamiento global y la crisis ambiental. Las sequías, la pérdida de alimentos, plagas y demás acontecimientos que están afectando gravemente la vida en el planeta es preocupante. Ante este escenario se nos pide desde Naciones Unidas y desde los expertos en Cambio Climático que nuestro mundo necesita acciones en todos los frentes: todas, a la vez, y en todas partes”. Al respecto, Mauge Carrizo, desde la Amazonía Boliviana, remarca que:
“los pueblos indígenas tienen la posibilidad de hacernos recordar como ellos con su vida, con su forma de estar, hacer y ser en la naturaleza es un ejemplo para mantener los equilibrios, sintiéndose uno más de todo lo que hay. No como la parte esencial y único”.
Mauge Carrizo
Nuestra compañera Glagys Monetesinos, desde el Foro Permanente para las cuestiones Indígenas de Nueva York, representando a las comunidades indígenas de Bolivia, nos traslada el grito profundo desde las entrañas de nuestra pacha mama que “grita respeto, protección, justicia, dignidad ante tanta devastación ambiental”. Nos recuerda que la tierra está siendo:
“concebida como una mercancía o como un fin económico, quienes las destruyen se sienten dueños de un bien común. La tierra somos todos: somo tu y yo, somos hijos e hijas de la tierra. Vamos por caminos de autodestrucción pero es el momento de actuar ahora y no solo de tomar conciencia. Por amor a la vida y por respeto de lo que hemos recibido gratuitamente. La armonía, el equilibrio y la comunión en todos y todas es ahora. Por eso los lideres del mundo deben asumir su responsabilidad nacional, internacional por los daños que ocasionan, sacrificando territorios ancestrales bajo el discurso del desarrollo. La tierra y la vida no se negocian”
Glagys Monetesinos – Foto: Tadeu Rocha
La primera celebración por el día de tierra fue en 1970, una fecha marcada en el calendario como el primer hito medioambiental para el planeta. Según las noticas de la época, más de 20 millones de personas tomaron las calles para concienciar sobre el impacto de la actividad humana en el medio ambiente. Desde entonces, nuestra actitud consumista ha estado desmantelando nuestro planeta.
“La tierra es como una madre. La defendemos porque le están sacando los órganos por partes… Si seguimos permitiendo que sigan apoderándose de nuestro territorio para que sigan desmembrando la tierra las repercusiones van a ser …”, sostiene Yanelis Medina, de la Guajira- Colombia, defensora de los derechos humanos, territorio y de la tierra.
Desafío
En este día, desde los Núcleos: Mujeres y DD HH e Incidencia Internacional queremos recordarles que tenemos un gran desafío: escuchar a nuestro planeta, a sus verdaderos custodios y reflexionar los mensajes que nos manda sobre las enormes transformaciones que está sufriendo. Es momento que todos y todas, especialmente nuestros gobiernos y los estados actúen y tomen medidas drásticas encaminadas a proteger nuestro planeta.
Gladys nos insta a que no seamos como “el sacerdote y el levita”, que no solo movamos la cabeza y nos lamentemos de lo que veamos y lo que pasa en nuestro entorno. “Seamos prójimos de la tierra”. En ella está su belleza, la vida que fluye a cada instante y en lo que acontece a cada momento.
El nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) nos advierte que “más de un siglo” de quema de combustibles fósiles y el uso “insostenible” de energía y territorio ha llevado a un calentamiento global de 1,1ºC por encima de los niveles preindustriales. Desde los expertos se nos dice que para hacer frente a todo nuestro desastre, los planes actuales son “insuficientes”. Esto es así ya que, desde la Panamazonía y la Mesoamérica, nuestros pueblos indígenas nos advierten de que nuestra casa común, nuestro hogar está con fiebre y enferma. Aunque los pueblos indígenas son los que menos han contribuido en este desastre, sin embargo, son los que más están sufriendo las consecuencias.
María Felicitas, defensora de derechos humanos y ambientales, desde Honduras nos recuerda que:
“El planeta no necesita de nosotras. Nosotros si la necesitamos de ella. La madre tierra es como una madre que nos da de comer, de beber, nos cobija y nos acuerpa con todo lo que tiene”.
“El planeta es una inmensa red de redes. Si alguna de las redes colapsa, colapsamos todos. Es un día para hacernos consientes de la necesidad de mantearnos en contacto, en encuentro, en vínculo con la naturaleza…con todos los ecosistemas en general”, nos comenta Mauge.
Desde los saberes ancestrales de nuestros pueblos, podemos asegurar un futuro sostenible y habitable para todos. Con toda la tecnología a disposición pero sobre todo, con el gran sentido de responsabilidad y el amor por la vida, a poner el hombro todos y todas.
Desde la Amazonía, Mariluz Canaquiri (Kukama, Perú), Alex Villaca (Uchupiomona, Bolivia) y Gilberto Nenquimo (Waorani, Ecuador), y desde Norteamérica, Oralia Maceda Méndez (Zapoteca, México-Estados Unidos) convocan para la defensa del territorio y cuidado de la madre tierra.
Por Comunicaciones REPAM
En el marco de la 22da sesión del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, fue realizado un conversatorio oficial paralelo online con cuatro líderes y lideresas indígenas del norte y sur del continente americano. El evento oficial paralelo fue organizado por NGO Committe y NGO Mining Working Group, con la participación de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y del Programa Universitario Amazónico (PUAM).
Defender el agua es defender la vida
Mariluz Muryayari, del pueblo kukama del río Marañón, presidenta de la Federación de mujeres “Huaynakana Kamatawara Kana” de la Amazonía peruana, ha relatado su preocupación, como defensora del río y del territorio tradicional, del daño causado a los ríos y al agua.
Enfrentando las limitaciones por la dificil conexión con la internet que es una situación recurriente en la Amazonía, Muryayari explica que “nuestra madre naturaleza está enferma por las contaminaciones de las empresas extractivas petroleras, mineras y madereras que vienen explotando nuestros territorios, bien como otros peligros causados por los despojos territoriales por las concesiones realizadas por el Gobierno”.
Mariluz Muryayari en la III Escuela de DD.HH. de la REPAM – Foto: Tadeu Rocha/REPAM
Ante esta situación, el pueblo kukama pide “que el río Marañón sea considerado sujeto de derecho, porque vivimos de él y el agua es fundamental. Nosotros consumimos agua todos los días, como hace toda la humanidad y seres vivientes. Por ello, hemos tomado el primer paso que considere el río Marañón como sujeto de derecho, que no sea contaminado por la reactivación de los pozos petroleros sin haber hecho la reparación de los daños de casi 50 años. Con esto sufrimos amenazas constantes”.
Por ello pedimos que se exija al Gobierno peruana que se respete la madre naturaleza y el derecho de los seres que existimos, que haya una Ley para defenderlos. ¿Qué vamos a dejar a las futuras generaciones?”, cuestina la lideresa kukama.
Tejer redes de resistencia y lucha entre los pueblos
Para Alex Limoco, indígena Uchupiomona de la Amazonía Boliviana, defensor de los Derechos Indígenas y de la Madre Naturaleza, es importante “seguir tejiendo estas redes de resistencia y lucha entre los pueblos”.
Su relato parte de lo que vienen enfrentando en la cuenca del río Beni, en la Amazonía boliviana, donde “se ha intensificado la presión por parte del Gobierno y las grandes empresas en llevar a cabo grandes proyectos extractivistas y grandes estructuras, como el plan de construir dos centrales hidroeléctricas, que amenazan a los indígenas que viven en dos áreas protegidas”.
Limoco recuerda que “estos proyectos datan de muchos años y a lo largo de estos años se viven renovando este ideal, al costo de destruir nuestras áreas protegidas y condenarnos a una muerte silenciosa, agravada por el actual avance de la explotación minera aurífera, aprobadas por leyes del Gobierno. Estas están aumentando a cada año y llegado con más violencia, causando muchos conflictos y amenazas, como es la severa contaminación de gran parte de nuestros ríos con metales pesados. Como nuestros pueblos dependen bastante del consumo de peces, esa situación ha llevado a que la mayoría de los pobladores indígenas están contaminados por el mercurio”.
Alex Limoco en Nueva York, donde participa presencialmente del Foro de la ONU para las Cuestiones Indígenas – Foto: Sonia Olea/REPAM
Finalmente, el líder indígena afirma que “la unión entre las organizaciones indígenas y de la sociedad civil, como de la Iglesia, ayuda a comprender esta compleja problemática que tiene en riesgo nuestros territorios”. “Por ello estamos en este momento acá [en las Naciones Unidas], porque nuestros hermanos están siendo despojados de sus territorios ancestrales y el Estado no viene haciendo nada para protocolar el derecho de estos hermanos. Son otras personas que han migrado de otras tierras altas son los que están llegando a la Amazonía a quitarles el dominio ancestral del territorio a nuestros hermanos indígenas”.
Para Henry Ramírez, moderador del evento, “es visible ver que los proyectos extractivistas afectan directamente la salud física e integral de los territorios. No pensamos pensar solamente la salud individual, pensada por los occidentales, sino que debemos ver como las afectaciones extractivistas están afectando la salud integral de los territorios”.
“Hemos sido desplazados de nuestras tierras”
Oralia Maceda Méndez, indígena mixteca, perteneciente del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (México y Estados Unidos), que defiende los derechos de los pueblos indígenas que son migrantes en este momento.
Desde el Foro de Pueblos Indígenas en la ONU, recuerda que su pueblo mixteca “es el reflejo de muchos pueblos que viven lejos de nuestras tierras por todo lo que las empresas trasnacionales han estado haciendo en nuestros pueblos y la falta de atención de nuestros Gobiernos. Esta es la causa por la que hemos sido desplazados de nuestras tierras”. Esta situación, según Maceda, “ha sido por la falta de atención y porque las empresas se han apoderado de nuestros recursos y de nuestras tierras, provocando pobreza en nuestros pueblos. El desarrollo que tanto hablan ha provocado pobreza en el pueblo”.
En su emocionante relato, ha expresado que “nosotros como pueblos indígenas sabemos bien como cuidar y proteger nuestras tierras. Hemos sido desplazados de nuestras tierras, dañando mucho nuestra salud emocional, alejándonos de nuestras familias y tierras originarias. Necesitamos alzar nuestra voz y concientizar a nuestros pueblos para que tengan informaciones claras de los impactos provocados a largo plazo”.
Oralia Maceda, indígena mixteca, del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (México y Estados Unidos)
Como parte de su autoafirmación como indígena, mismo que no esté en su territorio originario, “como comunidad migrante desplazada, nada nos va a quitar nuestro ser indígena, pueblos originarios. Debemos unirnos para asegurar que los Gobiernos nos escuchen y respeten nuestros derechos”.
La denuncia de Oralia hace estar atentos a esta problemática para que muchos pueblos indígenas no sean obligados a migrar de la Amazonía, como sucedió con los mixtecas y tantos pueblos originarios por el mundo, viviendo en condiciones poco favorables y lejos de sus tierras.
Tomar conciencia de la dependencia creada a los indígenas
El indígena, Gilberto Mincaye Nenquimo Enqueri, de la Amazonía ecuatoriana, líder en la comunidad waorani Nemonpare y expresidente de la organización waorani del Ecuador, expuso sobre la dependencia creada por el Gobierno y la “cultura de la ciudad” en muchas comunidades.
“Los problemas que tenemos en nuestros territorios se dan por las plataformas petroleras y avance de carreteras y agrícolas, que afectan las comunidades directamente. Se irrespetan la consulta previa, libre e informada”. Ante esto, da el testimonio como como los modelos extractivistas colonizadores han generado ciertas dependencias. “Durante el periodo de la pandemia se ha notado la dependencia que se ha creado en las comunidades waorani de las cosas de la ciudad. Ya no somos como antes que vivíamos de yuca y plátano. Nosotros ya nos tornamos dependientes de algunos productos, como sal, jabón y vela para prender la noche, por ejemplo”.
Gilberto Mincaye Nenquimo, waorani de la Amazonía ecuatoriana
El líder waorani denuncia que “hay desnutrición infantil grande y cáncer en nuestros territorios. La dependencia creada nos hizo esperar mucho para que alguien nos traiga tratamiento o lleve a un centro de salud, que muchas veces solo nos dan paracetamol. El Estado ya no responde”.
Ante esta situación, muchas de estas comunidades se concientizan de estas dependencias y comienzas a luchar para recuperar sus valores ancestrales que los hizo sobrevivir y vivir siempre. “Estamos concientizando sobre lo nuestro propio, como es la medicina tradicional, con gran potencial. Debemos unir el conocimiento de los pueblos indígenas sobre el uso de las plantas y lo que han utilizado tradicionalmente. Esta unión va a ser muy importante para la sobrevivencia de nuestro pueblo”, concluye Nenquimo.
Foro para Cuestiones Indígenas de la ONU
Celebrada de forma presencial en Nueva York, del 17 al 28 de abril de 2022, la 22da sesión del Foro Permanente de Naciones Unidas para las cuestiones Indígenas 2023 tiene como tema especial para su agenda a los “Pueblos Indígenas, salud humana, salud del planeta y territorial y cambio climático: un enfoque basado en los derechos”.
Cada año, el Foro Permanente reúne, por diez días, a pueblos indígenas de todo el mundo. Este espacio se presenta como una oportunidad para que los pueblos interactúen directamente con los Estados miembros de las Naciones Unidas, incluyendo también a organismos especializados en derechos humanos e instituciones académicas.
El acompañamiento de la Iglesia Católica en los procesos de defensa y exigibilidad de derechos en la región amazónica ha permitido que la voz de los pueblos indígenas presentes en la región sea escuchada en espacios de incidencia internacional. En este año 2023 fueron realizados diversas actividades de incidencia con la presencia de los pueblos indígenas de la Amazonía, facilitados por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), el Programa Universitario Amazónico (PUAM), el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) y el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP).
Desde Iquitos, capital de la región Loreto, una religiosa de las Hermanas Catequistas de Jesús Crucificado narra los enormes desafíos de evangelizar una región geográficamente inhóspita, pero humanamente muy acogedora.
Soy Fátima Lay Martínez, religiosa de las Hermanas Catequistas de Jesús Crucificado, y quiero compartirles nuestra misión en la Amazonía Peruana que comenzó en 2017. En este rinconcito del mundo, que yo llamo "Regalo de Dios", las cosas no funcionan de la misma manera en que estábamos acostumbradas, lo que nos ha exigido mucha creatividad y tiempo para responder a lo que las personas necesitan, para conocerlas y amarlas.
Las religiosas de la Misión de las Hermanas Catequistas de Jesús Crucificado en Iquitos, Amazonia Peruana: Hna. Reyna, Hna. María de la Luz, Hna. Fátima y Hna. Sandra
Nosotras vivimos en Iquitos, la ciudad más grande de la Amazonia Peruana, rodeada de naturaleza y de grandes ríos. Pese a eso, aquí el agua potable está disponible solo unas cinco horas al día, la red eléctrica es inestable y el acceso a internet es lento. La gente llega desde lejanos caseríos y se instala a las orillas del río en situaciones muy precarias, trabajando en lo que se pueda y no siempre bien pagadas. Pero nada de esto evita que sean alegres y cercanas. Me encanta mirar a los niños que juegan y se mojan descalzos en las calles de tierra.
La hermana Fátima con algunos niños de la comunidad Independencia
La forma más común para moverse en la Amazonia es en transporte fluvial. Salvo una carretera que une Iquitos con la ciudad de Nauta, distante a cien kilómetros, el resto de los desplazamientos se hace en lancha, ferry o con los llamados “bongueros”, cuyas travesías pueden durar incluso días. De hecho, acá las distancias se miden más por tiempo que por kilometraje. Lima está a ocho días de travesía en lancha, mientras que, con ese mismo medio de transporte, solo toma un día llegar a la frontera con Brasil o Colombia.
La Evangelización en nuestro Vicariato
La Amazonía Peruana es una tierra de misión que depende del Papa y, por ende, su territorio se organiza en diversos Vicariatos Apostólicos confiados a congregaciones religiosas. Pero el número de misioneros es bajo en relación a las enormes extensiones de la selva. Por ejemplo, en nuestro Vicariato de Iquitos solo hay 33 sacerdotes, y por eso las religiosas y animadores jugamos un rol importante.
Mapa de las parroquias que forman parte del Vicariato de Iquitos.
A diferencia de los otros vicariatos de la Amazonia, aquí la mayoría de las parroquias está en la ciudad, donde hay cerca de medio millón de habitantes. Sin embargo, el trabajo de la Iglesia también alcanza hasta las lejanas comunidades de los caseríos, que se emplazan a lo largo de los ríos y hasta donde es difícil llegar dada la complejidad de la geografía y los altos costos del transporte. Cuando baja el nivel del agua de los ríos es imposible arribar a ciertos lugares o, al menos, es necesario caminar por el barro de la selva, protegiéndonos de animales e insectos.
Nuestra misión en una “tierra virgen”
En medio de este contexto nuestra labor es evangelizar y acompañar, sobre todo a quienes vienen desde los caseríos lejanos trayendo sueños, especialmente para sus hijos. Recuerdo un primer encuentro con la realidad pastoral que ocurrió durante una reunión para el sacramento del bautismo de unos niños. Para mí fue una gran sorpresa constatar que pocos de sus padres eran bautizados. Esto me desafió y debí cambiar la catequesis que había preparado. Así, me fui dando cuenta de que esta área es una “tierra virgen” para la evangelización, pues para muchos es la primera vez que toman una biblia en sus manos o que escuchan un pasaje de la Sagrada Escritura.
Visitando algunas comunidades en los ríos
Viviendo nuestro carisma como congregación, en estos seis años hemos colaborado en diversos servicios de catequesis y formación en distintas parroquias, además de haber sido encargadas de las Obras Misionales Pontificias. Todo esto nos ha permitido ir desde la ciudad hacia las periferias, y llegar así hasta las comunidades asentadas en los sectores de los ríos. Allí también hemos tenido la ocasión de encontrarnos y servir a los crucificados de hoy.
El encuentro con el Crucificado
Los miércoles llevamos la comunión a los enfermos, los acompañamos y escuchamos. Recuerdo cómo una vez, pese al asco que sentí humanamente, pude contemplar a Cristo en la Cruz al atender a una persona cubierta de llagas. Entonces todo cobró sentido. Durante la pandemia de Covid me tocó sufrir junto a ellos y llorar de impotencia al ver morir a tantas personas, pues en Iquitos la primera ola resultó devastadora.
La hermana Sandra Pérez en la comunidad de Santa Cruz, Nauta
Este encuentro con tantos crucificados también nos compromete a darles voz a los sin voz. Acá son muchas las empresas ilegales de tala de árboles y minería, se producen derrames de petróleo que contaminan los ríos y dejan a poblaciones sin agua para beber y sin poder pescar para comer. Ante estas situaciones el amor por el pueblo no nos deja indiferentes y nos impulsa a aportar nuestro granito de arena para transformar la situación. Esto fue lo que nos impulsó a crear la Cáritas en nuestra parroquia.
La hermana María de la Luz junto al grupo de la Cáritas parroquial que apoya a los más desfavorecidos
Estar en la selva es un regalo de Dios y, aunque el mundo no se dé cuenta de lo que hacemos, cada esfuerzo por caminar al lado de este pueblo, por ayudarlo a recuperar su dignidad, es ya un comienzo del Reino de Dios. Especialmente, el hacerlo caminando junto a mis hermanas de comunidad en estas búsquedas hacia lo que Dios quiere.
Celebrada de forma presencial en Nueva York, del 17 al 28 de abril, el 22° Foro Permanente de Naciones Unidas para las cuestiones Indígenas 2023 tiene como tema especial para su agenda a los “Pueblos Indígenas, salud humana, salud del planeta y territorial y cambio climático: un enfoque basado en los derechos”.
Cada año, el Foro Permanente reúne, por diez días, a pueblos indígenas de todo el mundo. Este espacio se presenta como una oportunidad para que los pueblos interactúen directamente con los Estados miembros de las Naciones Unidas, incluyendo también a organismos especializados en derechos humanos e instituciones académicas.
Con el resultado de los diálogos se elabora un informe de los temas prioritarios, así como recomendaciones a los Estados Miembros, al sistema de la Naciones Unidas y a los pueblos indígenas, para avanzar en la implementación efectiva de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Presencia de casos de vulneración de derechos en la Amazonía
El acompañamiento de la Iglesia Católica en los procesos de defensa y exigibilidad de derechos en la región amazónica ha permitido que la voz de los pueblos indígenas presentes en la región sea escuchada en espacios de incidencia internacional.
Foto: REPAM
Este año, los casos llevados al Foro son de Bolivia, Brasil, Perú y Ecuador: En Bolivia, la presencia de más de ciento treinta represas afecta y amenaza la vida y el territorio de los pueblos Tacanas, Lecos, Moseten, Tsiman, Uchupiamona y Esse Ejja. El caso, que es acompañado por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), será presentado por Alex Villca Limaco, indígena Uchupiamona, secretario de Comunicación de la Mancomunidad de Comunidades Indígenas de los Ríos Beni, Tuichi & Quiquibey y por Gladis Montesinos, misionera carmelita presente en el territorio.
En Perú, el proyecto de la Hidrovía Amazónica, la instalación de pozos petroleros sin consulta previa, así como los derrames del mismo, amenazan la vida de las comunidades nativas como San Pedro de Urarinas. Este caso es acompañado por el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica del Perú (CAAAP) y presentados por Nancy Verónica Shibuya, abogada con experiencia en derechos humanos y pueblos indígenas. Mientras, también en el departamento de Loreto, la enajenación de tierras ancestrales y las actividades extractivas en los ríos amenazan la vida de las comunidades indígenas Kukama. El caso es acompañado por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y presentado por Mariluz Canaquiri Murayari, mujer kukama, presidenta de la Federación de mujeres Huaynakana kamatawara kana y participante de la tercera Escuela de Promoción y Defensa de los DDHH de REPAM.
Foto: REPAM
En Brasil, la ocupación del territorio y el extractivismo indiscriminado de recursos en la región amazónica afecta la vida de los pueblos indígenas. El caso es acompañado por el Consejo Misionero Indigenista (por sus siglas en portugués CIMI), y presentado por Kora Kanamari, líder indígena perteneciente al pueblo Kanamari, Leila Rocha, del pueblo guaraní-ñandeva y miembro de la junta directiva de Aty Guasu Kaiowá y Guaraní, Lidia de Oliveira, misionera laica del CIMI que acompaña a los pueblos indígenas de Mato Grosso do Su, Carlos Stefanes, asesor del Equipo de Incidencia Internacional del CIMI y Güenter Loebens, misionero del CIMI y miembro del equipo de apoyo a los Pueblos Indígenas libres de la entidad.
En Ecuador, los territorios de la Nacionalidad Waorani se han visto gravemente afectados como efecto de las actividades extractivas en el país. La pandemia agudizó las desigualdades socioeconómicas presentes en la región, con una deficiente respuesta estatal a los casos de Covid-19 en las comunidades Waorani y a los niveles altos de desnutrición infantil. El caso es acompañado por el Instituto de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (ISP), y presentado por el líder indígena waoran Gilberto Nenquino.
La presencia de la delegación fue posible gracias al trabajo coordinado de las organizaciones acompañantes junto a Sonia Olea Ferreras, responsable de incidencia internacional de REPAM y miembro del Equipo de Incidencia de Cáritas Española
El documento busca fortalecer y articular la Pastoral Indígena a través de orientaciones en el servicio pastoral para una Iglesia “inculturada” y con rostro amazónico, desde la reflexión de los sueños del Papa Francisco en la Exhortación apostólica "Querida Amazonía".
Inspirados en el camino recorrido por los misioneros de la selva, la trayectoria de la Iglesia amazónica y las propuestas del Documento final del Sínodo para la Amazonía, la Comisión de Pastoral Indígena de los vicariatos de la selva del Perú decidió, en 2020, trazar una ruta para su labor pastoral.
Después de reflexionar y dialogar con los misioneros y agentes pastorales indígenas, se presenta el documento fruto de este trabajo, que recoge los elementos “irrenunciables” en el servicio pastoral para una Iglesia inculturada y con rostro amazónico, a través de los “Lineamientos de la pastoral indígena de los vicariatos de la Amazonía peruana”.
Comprometidos con el acompañamiento integral a los pueblos en la Amazonía, la Pastoral Indígena se propone en este escrito las orientaciones pastorales para guiar las acciones conjuntas en diálogo y escucha con las personas, realidades y contexto de sus territorios.
El objetivo de estos lineamientos es fortalecer y articular la Pastoral Indígena de los vicariatos de la Amazonía peruana desde la reflexión de los sueños social, cultural, ecológico y eclesial que el Papa Francisco plantea en la Exhortación apostólica postsinodal “Querida Amazonía”.
El Papa Francisco durante su visita a la Amazonía peruana en 2018. Foto: Pavel Martiarena.
Así también, se busca retomar y fortalecer la Pastoral Indígena específica, promover la escucha y acogida de la voz de Dios a través del diálogo con los pueblos indígenas, y fortalecer su acompañamiento en todas las dimensiones de la vida (económica, política, social, cultural).
Un proceso sinodal
Para construir este documento, a inicios de marzo del año 2021, por acuerdo de los obispos de los vicariatos de la Amazonía peruana, se empieza con la constitución de la Comisión de Pastoral Indígena, y se designa como encargados al vicario general de San José del Amazonas, César Caro, y al misionero del vicariato de Yurimaguas, Diego Clavijo.
Mientras tanto, los obispos elegirían una persona responsable de representar a cada vicariato en esta comisión para que, con el acompañamiento del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y la REPAM Perú, se elabore una propuesta de orientaciones para la Pastoral Indígena.
Encuentro de misioneros de la Amazonía peruana en 2023. Foto: REPAM Perú
"Seguíamos reuniones periódicas mensuales de la comisión, con la presencia de representantes de todos los vicariatos amazónicos, en algunas de estas reuniones participaron algunos de nuestros obispos, para identificar los irrenunciables que presenta Querida Amazonía y el Documento Final del Sínodo, para concretar acciones a tomar en cada una de ellos", explicó Ricardo Guerrero Curo, misionero del vicariato de Requena y coordinador actual de la Comisión de Pastoral Indígena.
La propuesta elaborada de forma colectiva, priorizó la escucha de todas las voces de la Iglesia amazónica, socializando sus avances durante los encuentros realizados cada año de misioneros de la Amazonía peruana. Durante todo este proceso y hasta la actualidad, se contó además con el acompañamiento de Mons. David Martínez de Aguirre, obispo del vicariato de Puerto Maldonado”.
“Esta propuesta se socializó con los misioneros y misioneras de los vicariatos de la selva en un encuentro virtual en diciembre de 2021, donde se recogió aportes y sugerencias que también enriquecieron el documento. Luego, fue entregado a los obispos en 2022. Finalmente, en 2023 se presentó el trabajo final”, añadió Guerrero Curo.
Con más 80 participantes provenientes de las cuencas del Putumayo, Napo, Yavarí y Amazonas, ha terminado el proceso para la elaboración del Plan Pastoral 2023-2028, iniciado hace tres años con el fin de ir plasmando una Iglesia con rostro y corazón amazónicos.
Después de tres años de espera, el camino iniciado para la elaboración del Plan Pastoral del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas, que empezó a recorrerse a mediados de marzo de 2020, culminó. Con la presencia y participación de más de 80 participantes entre misioneros, agentes pastorales y laicos, se terminó de trazar el documento que guiará la labor de este vicariato, -uno de los ocho que conforman la Amazonía peruana-, por los próximos cinco años.
El Plan Pastoral 2023 - 2028 no es solo un papel, sino una experiencia de convergencia a la luz del Sínodo de la Amazonía y de los sueños del Papa Francisco en “Querida Amazonía”. Se ha conformado luego de un largo proceso sinodal de discernimiento y decisión. El documento recoge además los aportes compartidos en la última Asamblea del Vicariato de San José del Amazonas, realizada el 15 al 21 de marzo en la localidad de Indiana, en la provincia de Maynas, Loreto.
Foto: Vicariato de San José del Amazonas
En una primera etapa se dibujó la situación social, económica, política, ambiental y religiosa del vicariato con el mayor realismo y rigor posibles para conformar el marco situacional. La navegación continuó reflexionando y discerniendo acerca de los elementos que debían integrar el propósito; y así, en la Asamblea Vicarial de 2022 quedaron definidos la misión, la misión y los valores: qué somos, qué hacemos, a dónde queremos llegar, qué se quiere lograr como Iglesia amazónica y con qué estilo.
Foto: Vicariato de San José del Amazonas
El estudio de los documentos, el debate, la escucha mutua y el diálogo para descubrir los puntos más relevantes y significativos para la Iglesia en la Amazonía peruana condujo a la composición del marco doctrinal, para finalmente plantear los objetivos estratégicos a donde se apuntarán durante los próximos cinco años, y dirigir la proa hacia los horizontes identificados y compartidos, e ir plasmando una Iglesia con rostro y shungo (corazón) amazónicos.