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03 Ago 2022

Alimentación saludable en el Putumayo: una difícil misión, pero no imposible

La lejanía y excesiva dependencia de Iquitos, con lanchas que demoran 10 a 15 días y alimentos como huevos y verduras que deben enviarse en avioneta, y el auge del narcotráfico, la minería y la extracción de madera se suman al desconocimiento general sobre la importancia del cultivo y consumo del producto que la tierra amazónica proporciona.

“Hay esperanza”. Son las últimas palabras que pronuncia Bea Prusinowska, misionera laica, natural de Polonia, del Vicariato de San José del Amazonas, tras una larga conversación sobre su visión sobre la situación alimentaria en donde vive desde hace más de una década. La provincia del Putumayo, bañada por el río del mismo nombre y con capital en El Estrecho, es una zona compleja. Fronteriza con Colombia y cercana a Brasil, pero sobre todo lejana, muy lejana. Y esa distancia, unida al auge del extractivismo voraz (desde 2020 el incremento de la actividad maderera y el aumento de dragas mineras procedentes de Colombia está a la vista de todos) y el narcotráfico determina en buena medida qué productos consumen las familias.

Boras, murui, maijunas, secoyas, kichwas, yaguas, ticunas y ocainas comparten un vasto territorio en el que el río Putumayo serpentea a lo largo de 1.300 kilómetros (solo en la parte peruana, su extensión total supera los 1.800). Se organizan en 74 comunidades donde viven solo 11.000 personas. La baja densidad garantiza, todavía, buena cantidad de recursos alimenticios. Pescado, taricaya, motelo, paiche, venado, huangana o majás se encuentran aún con cierta facilidad, pero el comentario que en zonas como el Bajo Urubamba o Alto Amazonas se escucha desde hace una o dos décadas empieza a oírse, cada vez con más fuerza, en el Putumayo. “Hay animales para cazar y pescar, pero ya comentan eso de que antes era más fácil, estaban más cerca, y ahora deben adentrarse más en el bosque y en las quebradas”, afirma la misionera. Mientras las actividades ilegales prosperan, los animales huyen.

Sin embargo, factores culturales y la geografía entran también en escena. Los primeros meses de pandemia hicieron visible la realidad: “Dependemos muchísimo de los centros urbanos y, en concreto, de Iquitos”. De ahí llegan los víveres. Grandes lanchas que, en el mejor de los casos, tardan 10 a 15 días en cubrir la ruta navegando también por zona colombiana y brasileña. “Verduras como la cebolla, la papa o el ajo aguanta un largo viaje, pero otras se malograrían en el camino, por eso las traen en avionetas con los huevos y los panes, por no hablar de los accidentes que hay en la boca del Putumayo”, relata Prusinowska. Con esta situación, no es extraño que las verduras sean escasas, caras y poco atractivas para una población cada vez más habituada al tallarín, el atún enlatado, el arroz y las bebidas azucaradas.

“No todo es negativo, hay fruta en abundancia como el camu-camu y el aguaje, pero cuando converso con la gente ves que cada vez hay menos hábito de ‘hacer la chacra’ y desde el centro de salud los doctores insisten: los índices de desnutrición siguen altos”, comenta la misionera, “la dieta es muy poco variada”. Y es que en el Putumayo se respira, en parte, desencanto hacia ciertas propuestas alternativas y, sobre todo, sostenibles. Pequeños proyectos de plantación de cacao o caña de azúcar no han tenido éxito, pues el mercado para la venta queda lejos. Falta de organización, altos costes del transporte y definición concreta de a quién y cómo comercializar el producto son, a día de hoy, algunos ‘hándicaps’. Además, puede incluso afirmarse que gran parte de la población se ha ‘rendido’, al punto de que hay zonas completamente dedicadas al narcotráfico donde la producción agrícola es prácticamente nula. “Por el Alto Putumayo, en Soplín Vargas, no encuentras casi nada de verduras, a lo sumo yuca y poco más”, lamenta la misionera.

Misionera que encuentra, entre la dura realidad, signos de ilusión como las ferias gastronómicas que se han realizado tanto en el Estrecho como en Mairidicai, una comunidad indígena cercana. “Se pudo probar comida murui, bora, maijuna, kichwa, secoya… en eventos así nos damos cuenta de qué calidad de comida existe, cómo se cocinan verdaderas delicias con algunas frutas y verduras que no se ven en el día a día”, detalla y lanza una pregunta para la reflexión, “¿por qué teniendo esa riqueza en la tierra, muchas veces, nos dejamos llevar por todo lo que, creemos, significa modernidad?”.

Invertir esos falsos mitos, revalorar lo propio y, sobre todo, apoyar y acompañar alternativas de vida y alimentación más equilibradas para las familias amazónicas debe ser uno de los principales retos a corto plazo. Una alimentación que garantice la seguridad alimentaria en toda la amplitud del término, desde la ‘cantidad’ hasta la ‘calidad’ de lo que se sirve en la mesa. Aportar un granito de arena, tanto desde la Iglesia como desde instituciones públicas, privadas y Ongs es un imperativo moral. Por las familias y por esta ‘tierra bendecida’ llamada Amazonía.

02 Ago 2022

Yésica Patiachi: «La REPAM es una muestra de inclusión, de querer caminar juntos por el bien de la Amazonía»

La representante del pueblo Harakbut de Madre de Dios, recientemente escogida como una de las vicepresidentas de la Red Eclesial Panamazónica - REPAM, sostuvo que su designación constituye un ejemplo para que otras mujeres indígenas pueden asumir este reto en las estructuras importantes dentro de la Iglesia.

"Soy consciente de que los cargos no son eternos, pero esto marca un hecho histórico porque es una referencia para que otros indígenas pueden asumir este reto, sobre todo las mujeres, porque era un sueño lejano que puedan estar en estas estructuras importantes dentro de la Iglesia. Es una muestra de querer cambiar juntos con los pueblos indígenas, con las mujeres, laicos y no laicos, pero con un punto en común: el buscar el bien común de la Amazonía". Son las palabras de Yésica Patiachi, la primera mujer indígena que asumirá la vicepresidencia de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).

Ella fue escogida tras un minucioso proceso de consulta realizado entre mayo y junio de 2022 con los representantes de las organizaciones fundadoras de la Red. Junto a Yésica, Mons. David Martínez de Aguirre, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, y la Hna. María Carmelita de Lima, actual consejera de la presidencia de la REPAM, conformarán la vicepresidencia, en la nueva forma de configuración que tendrá esta directiva que será presidida por Mons. Rafael Cob García, obispo del Vicariato de Puyo (Ecuador) y aún vicepresidente de la REPAM.

Yésica Patiachi es escritora, investigadora, pintora y educadora perteneciente al pueblo Harakbut, en el departamento de Madre de Dios, Perú. Asumirá el cargo con la nueva directiva el próximo jueves 4 de agosto, durante la reunión del Comité Ampliado de la REPAM. La noticia de su designación, cuenta, la recibe con humildad. "La red la conformamos todos, desde sus creadores y organizaciones dispuestas a sumarse (...) Debemos seguir apoyando y contribuir en lo que se puede, y buscar más la participación de hermanos indígenas para que se involucren en los temas que ve la REPAM", asegura.

Ante la amenaza que enfrenta la Panamazonía por los intereses económicos que existen ligados a actividades extractivas -como la minería y la tala ilegal-, y el narcotráfico, la educadora Harakbut señala que aún hay instituciones que todavía tienen ese sentido de humanidad, y respetan la mirada y la cosmovisión de los pueblos indígenas. "Instituciones como la REPAM todavía apuestan por el cuidado de la casa común y la preservación de los bosques amazónicos. Creo que si todos ponemos nuestro granito de arena podemos hacer incidencia. No tenemos la solución inmediata pero sí podemos ser un brazo fuerte para alzar nuestra voz de protesta de los problemas que existen en la Amazonía".

Recordando al Card. Cláudio Hummes 

“El Cardenal Cláudio Hummes lleva la propuesta de la REPAM al Papa Francisco para sus inicios hace ocho años. Fue difícil para mí asimilar su muerte, porque está dejando un espacio vacío en la Amazonia. Ha sido un personaje muy significativo para los pueblos indígenas", comenta Yésica. Y es que, es a raíz de la partida del primer presidente de la Red Eclesial Panamazónica que se impulsa la inclusión de representantes indígenas en la institución, explica. "Creo que uno de sus sueños también era que poco a poco se incorporen mujeres y personas indígenas en estas estructuras que son muy importantes".

Con voz firme, la representante indígena asegura que este legado debe continuar por el bien de la Amazonía y de sus pueblos. "Siento que él no ha muerto. Su espíritu prevalece en su trabajo, en cada una de las personas que han confiado en su accionar". Un camino que viene marcado por sus iniciativas y las del Cardenal Pedro Barreto. "Él ha dejado la balsa hecha. Ha puesto los insumos para que pueda andar. Si bien se siente un espacio vacío, la Red continúa. Nosotros como miembros de la presidencia y los otros aliados más, debemos seguir impulsándola", apunta.

01 Ago 2022

Internados de hambre

Este año el gobierno peruano ha retirado el presupuesto para alimentación de los internados rurales, que posibilitan el acceso a la educación secundaria a los adolescentes procedentes de las zonas más alejadas y pobres... justo aquellos que, durante la pandemia, no pudieron estudiar por no tener conectividad

Por: P. César Luis Caro, vicario general de San José del Amazonas

Cuando vi salir al chibolo a patear el penal decisivo, lo presentí: “Ya fuimos” – dije, mientras el arquero australiano hacía molinos con sus brazos. Mirábamos el repechaje al mundial en el internado de Estrecho, con los diez o doce chicos y chicas residentes, entre risas adolescentes y comiendo canchita. “No quiero verlo” - dijo Yanitza, y se fue.

¿Por qué tan pocos muchachos en un internado que normalmente recibe a más de 80 estudiantes de secundaria? Porque este año el gobierno no ha dado el presupuesto habitual para alimentación, sino que ha decidido que los alumnos coman con lo que llega por Qali Warma. Algunas someras explicaciones bastarán para entender la dimensión de esta barbaridad e injusticia.

En todo el Perú los internados están ubicados en ciudades o cabeceras de distrito, y reciben chicos y chicas de entre 11 y 17 años de zonas rurales pobres y alejadas, a quienes así se les posibilita estudiar la secundaria. El Estado proporciona hospedaje, manutención, reforzamiento escolar y asistencia, garantizando así el derecho a la educación de los jóvenes con menos oportunidades. Hay una partida para alimentos, otra para sueldos de los profesores y cuidadores, para mantenimiento de los edificios, etc.

En 2020 y 2021 los internados estuvieron cerrados por pandemia; la enseñanza fue virtual casi todo ese tiempo. Los alumnos de ríos y quebradas remotos, en comunidades donde no hay conectividad, sencillamente no pudieron estudiar; no tenían whatsapp, ni radio, ni tele… Dos años escolares perdidos para los muchachos más pobres. Justo el año siguiente, este 2022, el gobierno, en lugar de apostar fuerte por ayudar a estos rezagados a igualarse en nivel académico… quita a los internados la dotación para comida. Así de fuerte.

Pero no hay problema, porque se alimentan con Qali Warma. Según su web institucional, El Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma “garantiza la alimentación de los estudiantes de colegios públicos del país durante el año escolar, de acuerdo con sus características y las zonas donde viven. Contribuimos a mejorar la atención de los estudiantes durante las horas de clases, el aprendizaje, la asistencia escolar y los hábitos alimenticios, así como a promover la participación y la corresponsabilidad de la comunidad local”.

Bellas teorías, pero vamos a la realidad. Ahora estamos en el internado de Islandia, río Yavarí, sacando fotos de los víveres de los que disponen gracias a Qali Warma: arroz, alverjas, conservas de atún y de pavo, fideos, avena, algún frejol… Lo mismo que una familia lleva a la casa por su hijo colegial, lo recibe el internado por cada uno de sus alumnos. Es decir, nada de productos frescos: nada de huevos, pollo, verduras, carne de res, pescado, fruta… Se tienen que apañar solo con alimentos envasados y secos.

La señora Juanita, la cocinera, me cuenta que se ven obligadas a tratar de vender algunas cosas para comprar al menos tomate o papas; o cambiar en las bodegas paquetes de lentejas o galletas por ají dulce, culantro… o sal. ¡No tienen condimentos, ni siquiera sal para preparar la comida! Las toronjas que se ven en la imagen las ha traído un papá de las comunidades.

En la noche, cuando pregunto a los chicos qué tal les va en el internado, la respuesta es unánime: “Bien, solamente lo más peor la comida”. No se puede comer todos los días lo mismo, aunque el ingenio de las cocineras sea incalculable. Es un insulto pretender que estos muchachones estudien y crezcan sin carne, pescado, fruta o huevos. Tampoco tienen agua, se van a bañar al río… pero ese es otro rubro.

“Visión: Ser un programa eficiente, eficaz y articulado, que fomenta el desarrollo humano a través del servicio alimentario de calidad, en gestión conjunta con la comunidad local”. Vaya chiste en Loreto, donde el dato de anemia y desnutrición infantil rebasa la escalofriante cifra del 50%. Pero no hay miedo, porque cuentan con leche evaporada marca Gloria… supongo que saben que en la Amazonía hay mucha intolerancia a la lactosa, que la leche está ausente de su dieta desde la noche de los tiempos, pero les da igual, con tal que la empresa correspondiente haga el negociazo de vender toneladas de leche al Estado para Qali Warma.

Escribo esto el 28 de julio, día de fiestas patrias. Felicidades Perú, país paradójico donde la desigualdad es una herida abierta por la que te desangras en tus jóvenes. Siento rabia e impotencia, y una tristeza mucho más sólida que cuando aquel marró el penalty. Estamos fuera del mundial, aunque lo peor es que, con estos mimbres, estamos lejos del futuro.

31 Jul 2022

Mártires amazónicos son recordados en acto interreligioso en el X FOSPA en Brasil

Símbolos religiosos y mucha mística hicieron del acto interreligioso ‘Mártires de la Selva Amazónica’, realizado este viernes 29, un encuentro ecuménico rico en diversidad.

Por: Paulo Santiago/REPAM-Brasil

El auditorio del Centro de Eventos Benedito Nunes, de la Universidad Federal de Pará (UFPA), en Belém (Brasil), fue el espacio elegido para recibir a cientos de personas de diversas creencias y también a quienes no profesan ninguna fe, pero comparten los ideales de los hombres y mujeres que murieron (fueron asesinados) en defensa de la vida de la región.

Promovido durante la décima edición del Foro Social Panamazónico (Fospa), el acto adoptó un carácter festivo para recordar los nombres de los mártires y las causas por las que dieron su vida, además de recordar a las personas que murieron a causa de la pandemia de Covid-19.

Entre cantos de iglesias indígenas, africanas y cristianas, agentes de movimientos sociales y eclesiales entraron en la procesión, sosteniendo pancartas con los nombres de los que murieron por defender la selva y sus pueblos nativos y tradicionales.

Legado de los Mártires

Dorismeire Vasconcelos, articuladora de la Red Eclesial Panamazónica (Repam-Brasil), destaca el ejemplo de los mártires para las nuevas generaciones de defensores de la Amazonia.

“Ellos son para nosotros, los pueblos amazónicos, testigos de la fe y de la vida, de la garantía de los derechos humanos y de la naturaleza, y nos enseñan en todo momento, con su testimonio, a salvaguardar la creación, la Amazonía, la casa común”, señala la representante de la Red.

Para el padre Darío Bossi, asesor de la REPAM, el encuentro fue una oportunidad para, como los mártires, reunir a los pueblos y culturas que creen en la selva en pie.

“Los mártires nos enseñan muchas cosas, entre ellas la indignación. […] Nos llaman a indignarnos contra un sistema que está condenando a la Amazonia y a sus pueblos a la muerte. Nos muestran que la manera de transformar esta violencia no es con más violencia, sino con amor, con el don total de la vida. Es el camino que planta las semillas de justicia y paz que Jesús nos prometió”.

El programa del Fospa continúa hasta el domingo 31, con debates y presentaciones culturales en las carpas del evento. La entrada es gratuita y la participación es libre para las personas inscritas o no en el Foro. Consulta las actividades en las redes sociales y en el sitio web: @fospaoficial y fospabelem.com.br.

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Artículo publicado origiinalmente en la web de la REPAM. Se puede leer aquí.

30 Jul 2022

Acceso al agua: una mirada desde Loreto

Por: Mons. Miguel Ángel Cadenas y P. Manolo Berjón (Vicariato Apostólico de Iquitos)

En Loreto, prácticamente, una de cada dos personas carece de acceso al agua potable por red pública. Es el departamento con peores índices en Perú. Según el INEI 2019 en Loreto consumen agua proveniente de una red pública el 56.3%. El siguiente departamento con peor acceso al agua es Puno, con el 71.6%. En los primeros puestos están Lima provincia y Arequipa: 96.8%, Apurimac: 96.9%, Callao: 97.6%, Tacna: 97.8% y Moquegua 97.9%[1].

La carencia de agua potable acarrea enfermedades respiratorias agudas, neumonía, diarrea, desnutrición, cólera, dermatitis… En fin, en plena pandemia de covid-19, cuando las recomendaciones del Ministerio de Salud indican la necesidad de lavarse continuamente las manos, la mitad de los loretanos carecen de este servicio. Esto supone que los más pobres tienen que comprar el agua a privados, más cara. Con un claro componente de género: las mujeres son las encargadas habituales de transportar, cuidar y administrar el agua. Otro aspecto más de la feminización de la pobreza.

El 2015 el Papa Francisco publicó Laudato Si. En su número 30 señala: “… el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte con más aportes económicos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres”.

El párrafo anterior no necesita mayores comentarios. Quebrantar el derecho al agua potable implica la violación de otros derechos como el derecho a un medio ambiente sano, la salud, la alimentación, el territorio y la cultura[2].

Conviene recordar que el “circuito petrolero” carece de este servicio. Baste un botón sobre el lote 8 para corroborar lo que decimos: “El MINSA. Mediante el informe N° 176-2018, también comunicó que el agua de consumo humano en San José de Nueva Esperanza y Belén de Plantayanacu en la cuenca del río Corrientes tenía niveles de hidrocarburos totales por encima del límite permitido (0.01 mg/L) en el 2017. Esto supone una potencial contaminación aguda de la población por hidrocarburos. El acceso al agua en las cuatro cuencas ha sido considerado crítico. También se ha reportado contaminación por metales en el agua para consumo proveniente de las plantas de tratamiento ubicadas en las cuencas del Marañón, el Samiria y el Corrientes. La mayoría de comunidades no tienen acceso a agua potable”[3]. Los límites máximos permitidos de contaminantes no toman en cuenta que para estas comunidades el río es la principal fuente de agua.

Los datos del comienzo reflejan una gran desigualdad. Conviene recordar que la actividad petrolera aportó a las arcas públicas unos $ 35,000 millones en los últimos 50 años. Dinero parece que ha habido. Por tanto, hay que buscar las causas en otros lados: falta de imaginación, corrupción e inconducta funcional, una clase política que no se preocupa por el bien común y una ciudadanía que no presiona lo suficiente.

Falta imaginación. Ciertamente Loreto es un departamento inundable. Esto genera ciertas complicaciones, pero no imposibilita nada. Cuando los humanos utilizamos nuestra inteligencia al servicio del bien común estamos colaborando con la creación de Dios. Se necesita investigación y voluntad política para resolver los problemas comunes, en este caso el agua.

Sobre corrupción e inconducta funcional copiamos un párrafo certero tomado de la Contraloría General de la República: “Para el caso de la región Loreto, podemos ver que, con los montos estimados de perjuicio económico a nivel subnacional, se podría haber instalado 11 centros de salud (infraestructura y equipamiento) durante la pandemia o 136 plantas de oxígeno que podrían haberse empleado para mitigar los impactos de la pandemia… Respecto a las conexiones de agua potable, con el monto extrapolado se hubiese podido conectar a 48 592 personas del ámbito urbano y 21 351 del rural…”[4].

Apelamos a la clase política que privilegie el bien común por encima de los particulares. De nuevo, el Papa Francisco hablando de la caridad cristiana nos dice: “Esta caridad, corazón del espíritu de la política, es siempre un amor preferencial por los últimos, que está detrás de todas las acciones que se realicen a su favor” (Fratelli Tutti, n° 187). Invitamos a nuestros políticos, que más allá de las argollas de la “colonidalidad del poder” que los unen a poderes nacionales y transnacionales en intereses ajenos a la Amazonía, se dejen imbuir de esta caridad política que afronta las desigualdades y crea condiciones dignas de vida. El tema del agua en Loreto es urgente.  Asimismo, apelamos a la sociedad civil que exija su derecho al agua potable (derecho eje) como condición de posibilidad de la vivencia de los demás derechos.

Concluimos con unas palabras esperanzadas del mismo Jesús para que mueva nuestros corazones: “… tuve sed, y me dieron de beber…” (Mt 25, 35). Proveer agua a los sedientos, dice Jesús, es proporcionársela a Él.

Post Data: Dos Juntas Vecinales en el distrito de Punchana – Iquitos interpusieron una demanda constitucional por el derecho al agua y al saneamiento básico. Ganamos en primera instancia y apelaron quienes tienen obligación de velar por el bien común. Perdimos en segunda instancia y estamos a la espera del dictamen del Tribunal Constitucional. Miles de familias siguen esperando. Y nosotros, entre la urgencia del caso y la paciencia geológica, acompañándoles.

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[1] https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/boletin_agua_junio2020.pdf, p. 13, también puede verse: https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2021/02/Informe-002-Bolet%C3%ADn-sobre-la-cobertura-del-agua-en-Loreto.pdf, p. 6.

[2] URTEAGA, Patricia, SEGURA, Frida y SANCHEZ, Mayra (2019), Derecho humano al agua, los pueblos indígenas y el petróleo, PUCP, Lima, pp. 45-72.

[3] PNUD (2022), Estudio técnico independiente del lote 8, p. 199. Se puede descargar en la siguiente página: https://www.undp.org/es/peru/publications/estudio-tecnico-independiente-del-lote-8, p. 199.

[4] https://doc.contraloria.gob.pe/estudios-especiales/documento_trabajo/2021/INCIDENCIA_DE_LA_CORRUPCION_Y_LA_INCONDUCTA_FUNCIONAL_2020.pdf, p. 72.

30 Jul 2022

Lideresa indígena Harakbut, Yésica Patiachi, es elegida vicepresidenta de la REPAM

Mons. Rafael Cob García, obispo del Vicariato de Puyo y vicepresidente de la REPAM, asumirá el cargo de presidente; mientras que las actuales consejeras de la presidencia, Hna. María Carmelita y Yessica Patiachi, integrarán la vicepresidencia junto a Mons. David Martínez de Aguirre, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.

Agradeciendo el legado del cardenal Claudio Hummes (in memoriam) y del cardenal Pedro Barreto, en los ocho primeros años de su existencia, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) anunció la conformación de su nueva presidencia, la cual incluye por primera vez a una lideresa indígena del pueblo Harakbut. Se trata de Yésica Patiachi, quien hasta ahora se desempeña como consejera de la presidencia, junto a la Hna. María Carmelita.

Tras la aprobación de una nueva configuración en la presidencia, ambas pasarán a ser vicepresidentas, al igua que Mons. David Martínez de Aguirre, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado. Por otro lado, Mons. Rafael Cob García, obispo del Vicariato de Puyo (Ecuador) y actual vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica fue nombrado presidente. La toma de posesión de esta nueva directiva se concretará el próximo jueves 4 de agosto, durante la reunión del Comité Ampliado de la REPAM.

Estas designaciones se dan tras un minucioso proceso de consulta realizado en mayo y junio de 2022, donde la actual presidencia de la REPAM se reunió virtualmente con los y las presidentes de las organizaciones fundadoras de la Red el 19 de julio. El encuentro, de
profundo diálogo y conexión espiritual para compartir las intuiciones manifestadas en el proceso de escucha y discernimiento, culminó con el nombramiento del nuevo presidente y la afirmación de una nueva forma de configuración de la presidencia.

¿Quién es Yésica Patiachi?

Aunque su rostro y su voz están, inevitablemente, ligados en lo mediático al discurso que de los pueblos indígenas al Papa Francisco durante su visita a Puerto Maldonado en enero de 2018, desde muy niña Patiachi Tayori viene aportando a la preservación cultural y reconocimiento público del pueblo indígena Harakbut. Nacida en la comunidad San José de Karené, pero criada en Puerto Luz, su vida profesional está vinculada a la docencia en la ciudad de Puerto Maldonado. La literatura y la pintura son sus dos grandes pasiones y, a través de ambas, busca rescatar la tradición oral de sus ancestros.

21 Jul 2022

Lanzan curso virtual de ecología integral: Hacia un desarrollo sostenible y una cultura del cuidado

Este espacio de aprendizaje, que se desarrollará durante cuatro sesiones, está dirigido a personas que buscan herramientas para tratar temas socio-ambientales con comunidades educativas u organizaciones sociales, e interesados en reflexionar sobre la intersección de fe y ecología.

Con la finalidad de reflexionar sobre las implicancias políticas, éticas y espirituales del modelo de una ecología integral y examinar su relevancia para forjar un desarrollo humano sostenible en el contexto peruano, se llevará a cabo desde el jueves 4 de agosto el curso de ecología integral: "Hacia un desarrollo sostenible y una cultura del cuidado". Esta capacitación, impulsada por la Comisión Episcopal para Jóvenes y Laicos Perú, tendrá un total de cuatro sesiones que se desarrollarán de manera virtual.

Durante las clases se busca además que los participantes puedan conocer las “buenas prácticas” que apliquen el modelo de ecología integral y proponer iniciativas para concretizarlo en su entorno de acción. Cada sesión contará con una hora de exposición de los especialistas, donde los participantes podrán efectuar preguntas y discusiones, mientras que en la segunda hora se harán ejercicios de reflexión y aplicación. Las clases se desarrollarán todos los jueves hasta el 1 de septiembre en la noche, de 7:30 p. m. a 9:30 p. m.

Los docentes a cargo son Augusto Castro, exdirector del Instituto de la Naturaleza, Tierra y Energía (INTE-PUCP); Silvia Cáceres, teóloga y miembro del equipo teológico del Instituto Bartolomé de las Casas; Silvana Vargas, exministra de Desarrollo e Inclusión Social y directora académica de Responsabilidad Social de la PUCP; y Alirio Cáceres, diácono permanente colombiano miembro del equipo Ecología Integral de la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR) y colaborador del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM).

Cabe resaltar que el curso está dirigido a docentes y otros profesionales que se encuentren buscando herramientas para tratar temas socio-ambientales con comunidades educativas u organizaciones sociales; e invita a creyentes de diversas confesiones interesados en meditar sobre la intersección de unfe y ecología. Además, cuenta con el apoyo de organizaciones como el Centro de Asesoría Pastoral Universitaria CAPU - PUCP,  el Centro Amazonico de Anropología y Aplicación Practica - CAAAP y la Red Eclesial Panamazonica - REPAM.

Para unirse y participar, los interesados deberán llenar el formulario de inscripción y hacer el pago simbólico de S/40.00. Los asistentes recibirán un certificado de participación tras presentar un ensayo de reflexión o proponer un proyecto práctico relacionado con los temas tratados en el curso.

 

 

 

18 Jul 2022

La Amazonía se deja soñar

Por: P. César Caro, vicario general de San José  del Amazonas

Esta frase me desafió apenas la vi. Estaba decorando el frontal de la maloka de Indiana al llegar al encuentro vicarial de animadores y animadoras; hasta ahora me hace pensar. Esta tierra, aunque explotada y maltratada por décadas, es virgen en muchos aspectos, y en ella es posible soñar y sembrar.

Hemos trabajado fundamentalmente sobre el documento Querida Amazonía dedicando un día a cada uno de los cuatro sueños del Papa. Acá en la selva, cuando alguien te sueña es que algo va a suceder, y los rukus (abuelos, sabios) son capaces de interpretar los sueños para que conozcas y te prepares.

Francisco ha soñado, Dios nos ha soñado, y el sueño de Dios es como su Palabra, crea la realidad con suavidad y eficacia, escribiendo con renglones humanos pero firmes. La Amazonía es el más habitable entorno para el deseo de Diosito, para sus más hondas aspiraciones… para la Iglesia.

Buscamos caminar juntos para alinearnos con su sueño: se llama discernimiento. Y lo hemos hecho estos días con powerpoints, bajo chaparrones de números de QA, entre muchos diálogos de grupo y plenario, produciendo papelotes escritos con la torpe letra de la gente de nuestras chacras, pero preñados de sabiduría, realismo e ilusión.

Los animadores y animadoras resaltan la necesidad de cuidar las raíces (QA 33), de trabajar en la recuperación de las identidades culturales, porque las tradiciones y espiritualidades de nuestros pueblos indígenas son revelaciones del Evangelio. En la noche de fiesta, entre risas y disfraces, se expresó esta inquietud, que dota de contenido a la acción pastoral.

Se contaron muchas experiencias directas de tala ilegal, de dragas, de engaños, de contaminación, de depredación sin escrúpulos. Se habló del manejo sostenible de los recursos (QA 51), de la urgencia de un cambio de hábitos de vida y por supuesto del agua: “nacemos y vivimos en el río, nuestra vida está ligada al agua… pero no tenemos agua para beber”. Una paradoja que es una maldición cotidiana. Estamos obligados a aportar como Iglesia al cuidado y al crecimiento de la Amazonía (QA 60).

Es una entre tantas injusticias que claman al cielo, abusos tan recurrentes que, o bien los hemos naturalizado, o bien están sepultados bajo una losa de silencio por vergüenza o por miedo. Indignarse (QA 15) y alzar la voz: ¿cómo denunciar?, ¿cómo penetrar en esferas de incidencia política? ¿Cómo articular respuestas efectivas ante las violaciones de los derechos humanos (QA 75)? ¿Cómo potenciar la oficina central para que sea como un corazón que recibe, asesora, informa, apoya… pero que también bombea formación en los puestos, acompañamiento, materiales, estrategias…?

Hay un llamado a crecer como comunidades laicales (QA 94) y ministeriales, pasando del paradigma del “animador varón representante del párroco y responsable de todo” al equipo, al consejo de la comunidad, donde se diversifican los servicios y las funciones. De la navaja suiza a la orquesta, del personalismo a la corresponsabilidad. Lo trabajamos a través de dramas que ellos representaron, y en los que, a su manera divertida, evidenciaron la situación no siempre tan ideal de las pequeñas comunidades rurales.

Dar este giro implicará adentrarnos por quebradas desconocidas, tomar riesgos, revolucionar hábitos muy arraigados, transformar procesos formativos y estructuras organizativas… Y necesitamos incluir con determinación en el liderazgo oficial a las mujeres (QA 103), que llevan siglos moviendo todo, pero desde la retaguardia. Pues la Amazonía es femenina, y sin las mujeres la Iglesia no estaría en pie.

No será fácil, pero Dios sueña para que despertemos. La visión de Dios la intuimos al compartirla, la vamos descubriendo y desplegando mano con mano, haciéndonos uno, misioneros y pueblos nativos y ribereños. Es apasionante amanecer a una Iglesia más sinodal, más sencilla, samaritana y valiente. Una Iglesia descalza y con rasgos amazónicos, que sirve con alegría el masato del Buen Vivir -la vida plena (QA 71)- a todos.

13 Jul 2022

Aprende sobre el arte de la bisutería indígena con este taller gratuito en el Museo Metropolitano

Las instructoras a cargo son Jessica Silvano y Salomé Buenapico, artistas del pueblo shipibo-konibo pertenecientes a la comunidad de Cantagallo. En este tercer taller los participantes podrán aprender sobre el tejido con semillas y mostacillas tradicional.

El público general podrá aprender sobre el arte de la bisutería shipibo-konibo con el taller de iconografía indígena amazónica que se realizará este viernes 15 de julio en el Museo Metropolitano de Lima (MML), como parte de las actividades organizadas en el marco de la exposición «Puedo caminar, puedo volar. Artistas amazónicas contemporáneas y la defensa del buen vivir»,

Los participantes aprenderán nociones básicas sobre la cosmovisión y los diseños de este pueblo amazónico, aplicados al tejido con semillas y mostacillas tradicional. Para inscribirse y participar, los y las interesadas solo deberán llenar el formulario de inscripción y asistir ese viernes a las 11 de la mañana a la Galeria Limaq, ubicada al interior del MML (Av. 28 de julio 800, cercado de Lima).

Las instructoras de este espacio serán Jessica Silvano y Salomé Buenapico, artistas de la comunidad shipibo-konibo de Cantagallo. Lo que se busca, a través de estos talleres, es sensibilizar a la ciudadanía en torno al conocimiento de la cosmovisión de los pueblos indígenas amazónicos, transmitidos a través de las obras de las artistas, así como acercar su arte al público en general y brindar una experiencia de aprendizaje significativa.

Cabe resaltar que este es el tercer taller organizado por el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), la Red Eclesial Panamazónica en Perú y la Municipalidad de Lima.

Para asistir es necesario inscribirse por medio de este formulario. Los cupos son limitados.

12 Jul 2022

III Escuela de Derechos Humanos reúne a líderes de la Panamazonía y llama la atención sobre la defensa de sus derechos

La tercera edición de la Escuela de Derechos Humanos comenzó el 4 de julio en Manaos, Brasil. Una iniciativa del Núcleo de Derechos Humanos de la Red Eclesial Panamazónica - REPAM.

Por Comunicaciones REPAM

Para este evento están reunidos 24 líderes que representan a seis países y las fronteras de la Pan-Amazonía. En un periodo de cuatro semanas tendrán una formación de los principales instrumentos de defensa de sus derechos.

Los módulos de los contenidos se elaboraron a partir de la escucha y desde las necesidades concretas de los territorios. Ellos son los protagonistas, los que marcan y construyen los caminos de la Escuela.

Durante la primera semana, los facilitadores del Equipo Itinerante, con toda su experiencia y metodología, contextualizaron la realidad Panamazónica desde la cosmovisión de los pueblos y los proyectos extractivos que imperan en estos territorios, reflexionando y discerniendo sus diversas problemáticas.

 

Compartir la lucha y la realidad

Dentro de la metodología de trabajo, se asignó a cada pareja la presentación de los casos de violaciones de los derechos humanos en sus territorios:

Bolivia: Presentó sobre la invasión de territorios indígenas por parte de grandes y pequeñas empresas extractivas.

Ecuador: Mostró la realidad de los ríos tras el vertido de crudo en el río Coca.

Colombia: Habló sobre la deforestación en la Amazonia colombiana y cómo afecta al bienestar de las comunidades.

Brasil: destacaron las luchas por mantener los territorios tradicionales de los afrodescendientes en Rondonia, por permanecer en el asentamiento de Jatobá, en Roraima, y los conflictos en las aldeas de Maraguap, Amazonas.

Perú: Hablaron sobre el proyecto de una hidrovía que impactará a la comunidad indígena Kocama y la lucha por el territorio de la comunidad de Puerto Novo.

Venezuela: Señaló la disputa por el control territorial, las amenazas de la minería y la tala ilegales en los territorios indígenas.

Triple Frontera: Presentó sobre la explotación y trata sexual de niños y adolescentes, un problema que ha sido observado en las regiones del Perú, Colombia y Brasil.

 

Las mujeres son la resistencia

Para concluir el primer módulo, el Núcleo de Mujeres de la REPAM, nos deja un mensaje, "la última frontera de resistencia son las mujeres", y añade:

"Somos territorio. Nada es fácil para una mujer en la comunidad. La voz es una burla. Nos expresamos bien o mal, pero nuestros sentimientos están ahí. La necesidad y el sufrimiento nos hizo organizarnos. Primero sin voz ni voto, sólo para escuchar.    Hemos empezado a sembrar como cuando uno siembra una semilla. Estamos germinando... nos animan los representantes peruanos".

Foto Tadeu Jr. - REPAM

La edición de este año de la Escuela contó con el mayor número de mujeres y entre ellas destacamos por primera vez una representante de comunidades afrodescendientes, quien a su vez nos dejó un mensaje de resistencia:

"Mis padres fueron esclavos, mi familia son descendientes de esclavos. Vivimos con más miedo.  Nosotros pasamos por eso también (por asesinatos). La gente tiene que resistir, luchar por sus derechos.  Nuestra lucha es por todos, por los que no tienen".

Frases que resuenan cuando relatan el proceso de lucha por la titulación (el reconocimiento legal de su territorio) de su comunidad a lo largo de 13 años.

Escuela de Derechos Humanos

El objetivo de la Escuela de Derechos Humanos es recoger todos los dolores, esperanzas y recomendaciones para seguir construyendo y luchando con los pueblos y comunidades.  Por ello se quiere compartir todas estas reflexiones e invitarles a formar parte de esta Red y a buscar alternativas de lucha a partir de sus propuestas.

Dentro de la Metodología de trabajo, en la primera semana, los grupos tuvieron la oportunidad de contextualizar y compartir la realidad de su territorio e identificar los principales problemas que agravan la situación de desigualdad y crisis en la Panamazonía.

Esta segunda semana es la Semana de los Derechos Humanos. Los territorios serán habilitados por los principales instrumentos internacionales y cómo pueden ser los caminos para la exigibilidad de los derechos vulnerados.