El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), la Red Eclesial Panamazónica (Repam), la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR) y Cáritas Latinoamérica y el Caribe, lanzan desde este 06 de octubre la campaña “Frutos del Sínodo Amazónico” para celebrar tres años de camino a la luz del Documento final y la exhortación postsinodal Querida Amazonía.
Por: Ángel Morillo / ADN Celam
Para ello, se han recogido testimonios desde diversas instancias, núcleos temáticos y colectivos ligados con la Repam y la Ceama, en el que hablan sobre los avances de los cuatros sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía: social, cultural, ecológico y eclesial. Estos testimonios saldrán a lo largo de las próximas semanas por las redes sociales de las instituciones.
El árbol que da frutos
La identidad de esta campaña está centrada en un árbol, cuyos frutos (maduros, pintones y verdes) caen para formar el nombre “Frutos del sínodo amazónico” con el cual “se desea crear una identidad permanente para celebrar en adelante el aniversario de este Sínodo que comenzó con la visita del Papa Francisco a Perú”, explica el sacerdote de la Consolata Julio Caldeira, referente de comunicación de la REPAM.
Se trata de un arbol de chonta (chontaduro en algunas otras regiones) conocido en idioma shuar como uwi, que mide de 10 a 15 metros y es originario de la Amazonía y que se ha esparcido en Centroamérica y el Caribe.
“De ese mismo modo queremos que la Iglesia en la Amazonía se vaya expandiendo por el mundo, puesto que precisamente queremos amazonizarlo. El Papa siempre ha tenido presente la Iglesia amazónica, se ha evidenciado con su respaldo a los estatutos de la CEAMA”, ha explicado Aura Orozco, referente de comunicación de la CEAMA.
Ejercicio de genuina sinodalidad
Monseñor Miguel Cabrejos, presidente del Celam, se ha unido a esta celebración. Al respecto, ha señalado que “en un ejercicio de genuina sinodalidad, queremos presentarles esta campaña”.
Por eso, “queremos invitarlos a acompañar esta serie y a compartirla. En ella destacamos la riqueza que brota del corazón de la Iglesia en la Amazonía a lo largo de este proceso sinodal que sigue animando a tantos hombres y mujeres de bien a caminar juntos, discerniendo los nuevos caminos que debemos recorrer en América Latina y el Caribe y en la Iglesia universal”.
El evento paralelo desarrollado en el marco del 52º Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) reunió a los representantes de la REPAM, la OEA y los pueblos indígenas, a fin de incidir y visibilizar la situación que se vive en el territorio amazónico.
El Núcleo de Derechos Humanos de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la Misión Permanente del Perú ante la OEA y la Misión de la Santa Sede ante la OEA organizaron el evento paralelo “Derechos de los Pueblos Indígenas Amazónicos”, desarrollado el martes 4 de octubre con el objetivo de profundizar y complementar el lema de la 52° Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos “Juntos contra la desigualdad y la discriminación”.
Previo a la Asamblea General que será liderada por los Cancilleres americanos del 5 a 7 de octubre en la ciudad de Lima, Perú; el embajador Harold Forsyth, representante Permanente del Perú ante la OEA; Monseñor Juan Antonio Cruz, representante Observador Permanente de la Santa Sede ante la OEA, Lily Calderón Ramos, coordinadora del Núcleo de Derechos Humanos de la Red Eclesiástica Panamazónica, y David Lobatón Palacios, profesor y jefe del Departamento de Derecho de la PUCP, dieron a conocer la situación de los pueblos indígenas de la Amazonía.
Contra la desigualdad y la discriminación
“El Papa Francisco desde el inicio de su pontificado ha tenido un privilegio por los que están excluidos y descartados. Por eso el lema de esta Asamblea General viene como anillo al dedo”, sostuvo Monseñor Juan Antonio Cruz. Además, expresó que “tenemos que luchar por dar voz a quienes no la tienen, para que todos puedan tener acceso a los mismos derechos y seamos iguales ante la ley y la sociedad”.
El representante Observador Permanente de la Santa Sede ante la OEA señaló que el Sumo Pontífice ha puesto un impulso para que “todos estos pueblos no sufran una colorización cultural”, sino que la Amazonía pueda promoverse y estar abierta al mundo. “Que sea portadora de valores para nosotros. Y desde ahí, la iglesia, no ahora, sino desde siempre, ha tenido un privilegio de estar defendiendo los derechos de los pueblos originarios”.
Por su parte, el embajador Harold Forsyth resaltó la importancia de generar un espacio propio para abordar la situación de las poblaciones indígenas que viven en la Amazonía. “Coincidimos, en ese sentido, con el esfuerzo que viene realizando la Iglesia Católica por medio de la Red Eclesial Panamazónica, las diversas organizaciones de los pueblos amazónicos y la propia OEA”, manifestó.
El representante Permanente del Perú ante la OEA coincidió en que el lema de la 52° Asamblea General, “Juntos contra la desigualdad y la discriminación”, encaja con los objetivos que ya tiene la REPAM. “Y el lema personal de la gestión del secretario general de la OEA, Luis Almagro, es más derechos para más gente. Eso es lo que les reúne a ustedes en esta tarea llena de nobleza”, añadió el embajador Forsyth.
Amar y proteger la Amazonía
Sobre este evento paralelo, Monseñor Juan Antonio Cruz manifestó que se encuentra “en el corazón del Papa”, pues los pueblos originarios son el “símbolo de lo que significa la Amazonía”. Recordó también que hace tres años se convocó al Sínodo para la Amazonía, que tuvo como fruto la exhortación apostólica postsinodal ‘Querida Amazonía’ para despertar el afecto y la preocupación por este territorio. “Por eso estamos aquí. Es un paso más para dar visibilidad a esta tierra que es también nuestra. Amarla, protegerla y sentirnos íntimamente unidos a ella”.
Al lado de los pueblos originarios
Durante el evento “Derechos de los Pueblos Indígenas Amazónicos”, Lily Calderón Ramos, representante de la REPAM, subrayó que el trabajo de la red busca articular los esfuerzos conjuntos de todas las iglesias locales a lo largo del territorio panamazónico, que abarca nueve países. “Asumiendo toda nuestra experiencia como Iglesia, desde 2014, con las instituciones que son parte de esta red hemos pensado y planteado cómo buscar los modos más adecuados para responder a esta necesidad urgente de los pueblos indígenas”, explicó.
Es así como, desde 2016, a través del Núcleo de Derechos Humanos e Incidencia Internacional de la REPAM, se han realizado tres escuelas formativas reuniendo a líderes de pueblos indígenas y comunidades tradicionales de la Panamazonía. El principal objetivo de estos espacios es proporcionar herramientas educativas que ayuden a formalizar las denuncias sobre violaciones de derechos humanos ocurridas en el territorio amazónico.
Entre las principales problemáticas que aborda el Segundo Informe Regional, la representante del Núcleo de Derechos Humanos de la REPAM explicó que se encuentran la contaminación por mercurio en los ríos que enfrentan en Madre de Dios, Perú, producto de la minería ilegal. “Muchas de las comunidades amazónicas sostienen que son hombres de agua, hombres de río. Viven del río, pescan del río, consumen el agua”, indicó Calderón.
En su discurso destacó también los continuos derrames de petróleo en la Amazonía peruana que han tenido poca o nula respuesta por parte del Estado. “Una dinámica que afecta a todos los países que conforman la Panamazonía”, dijo. Por otra parte, en el informe se recoge la experiencia en Brasil sobre la realidad de los indígenas que migran a las grandes ciudades, una situación que se comparte en toda la Cuenca Amazónica.
Por su parte, el profesor y jefe del Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), David Lobatón Palacios, destacó que el proceso de la REPAM ha promovido pronunciamientos e informes en el ámbito del derecho internacional de los derechos humanos. “Lo que corresponde ahora es que Iglesia Católica en territorio puedan llevar casos o temas concretos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Creo que el camino ya se abrió”, señaló.
Voces de la Panamazonía
En este evento paralelo estuvieron presentes representantes de la comunidad shipibo-konibo de Cantagallo, una población que migró desde la región Ucayali hace más de treinta años para trasladarse hacia la capital. Augusto Valles Odicio, presidente de la Asociación de Vivienda de Shipibos en Lima (AVSHIL), expresó ante el panel los principales problemas que vive su comunidad en la ciudad.
“Hay una cantidad de madera que están sacando del territorio de mi comunidad en Ucayali. Están depredando la Amazonía”. Afirmó que están cansados de denunciar y que las autoridades se hagan los ciegos y sordos. “No sabemos a dónde ir, y es por eso que se queda ahí. Porque no tenemos la posibilidad para poder pelear contra este poder económico”, denunció el dirigente.
Desde la comunidad Cantagallo se reclama que, desde hace muchos años, el Gobierno no atiende sus tres necesidades urgentes en educación, salud y vivienda. Ellos se sienten discriminados. “Hablamos de nuestros derechos, pero no vemos presencia de las autoridades en la comunidad. Da mucha pena porque todos somos peruanos”, apuntó Guirda Karina Pacaya Cruz, presidenta de la Asociación de Artesanos Shipibos Residentes en Lima Pro Vivienda (ASHIRELV).
La lideresa enfatizó que las personas que integran la comunidad son migrantes en busca de oportunidades y que, a pesar de los años transcurridos en Lima, siguen siendo igual de discriminados. “Lo que pediría es que en esta Asamblea las problemáticas que tenemos se agenden para que de esta manera las comunidades seamos visibles. Porque de que sirve que haya reuniones si solo nos traen para ser la imagen”, añadió.
En otro momento, la Hermana Ana María Palomino Corzo, representante de la pastoral indígena del Vicariato de Pucallpa con más de treinta años de experiencia misionera en el acompañamiento a pueblos indígenas, relató que el Estado se deben replantear la situación de los hermanos indígenas en el contexto urbano. “Hay que darles un lugar y reconocimiento de sus derechos en estos territorios”, mencionó.
La religiosa explicó que cuando la población indígena migra, se rompe ese lazo con la tierra que significa todo para ellos. Si bien se está avanzando con la pastoral indígena urbana, sostuvo que hay que darle a esta población migrante un lugar y un reconocimiento de sus derechos en estos nuevos territorios. “La vida que es digna debe ser resignificada en todos los lugares de nuestro territorio nacional”.
Monseñor Alfredo Vizcarra, obispo del Vicariato Apostólico de Jaén, y presidente de la REPAM Perú y del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), presente en el espacio, también intervino para remarcar que se está corriendo para “mitigar el mal que se esta haciendo”. Una situación que sigue sucediendo porque se permite. “Es un problema de derechos humanos. La gente ve afectada su vida por la tala, los derrames de petróleo, la extracción de minerales”.
Para el obispo, la falta de atención del Estado en derechos fundamentales como la salud y educación es “una injusticia” que debe remediarse con el cambio en la política de gobierno hacia la Amazonía. “Toda una población aquí en Lima, en el centro, vecina a Palacio de Gobierno, y no hay una atención”, subrayó.
El representante del Vicariato de Jaén indicó que esta política no se debe decidir en Lima, sino con la participación de los pueblos indígenas y los que habitan en la Amazonía, con el fin de ver la forma de resolver los problemas que están “explotando en todas partes” y “apagar el incendio”. En ese sentido, mencionó que se debe velar por “una política de desarrollo sostenible, integral, que respete los ecosistemas, la cultura y dé oportunidad a aquellos que lo necesitan”.
Este 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, concluye el #TiempoDeLaCreacion que inició el pasado 1 de septiembre. En Vatican News compartimos el testimonio del Padre Roberto Carrasco, Oblato de María Inmaculada, sobre la implementación de “Querida Amazonia” en la región amazónica del Perú.
Por: Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“No podemos ser indiferentes al grito de la tierra. Como Iglesia tenemos que responder porque somos un cuerpo y la amazonia es parte de este cuerpo. Acojamos el llamado de Santo Padre para el cuidado de la Casa común”, lo dijo el Padre Roberto Carrasco Rojas, O.M.I., Superior de la Delegación General de Bolivia y Perú (BOLPER), de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, explicando cómo han venido implementando las conclusiones del Sínodo para la región Panamazónica, recogidos en el documento “Querida Amazonia”, en la amazonia peruana.
Profundizar en la actitud de escucha
Este 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, concluye el Tiempo de la Creación, que inició el pasado 1 de septiembre, un tiempo para orar, meditar y realizar acciones concretas en favor de la Casa común. Al respecto, el Padre Roberto Carrasco señala que, “el Papa Francisco ha sido muy certero al iniciar un proceso de sinodalidad, en el cual es necesario ponernos en una actitud de escucha. Esta es la clave y esto es una actitud de los pueblos indígenas para iniciar el cuidado de la Casa común. Hay que escuchar a los hermanos, pero también a la madre tierra”. En este sentido, afirma el misionero peruano, no podemos ser ajenos, indiferentes a las tragedias que pasan en la amazonia, sobre todo, en estos últimos derrames de petróleo que hemos tenido, en el Vicariato de Iquitos, en el oriente peruano.
No podemos ser indiferentes al grito de la tierra
Ante esta situación, no podemos ser indiferentes al grito de la tierra. Ya en su momento, Monseñor Miguel Ángel Cadenas, Vicario Apostólico de Iquitos, denuncio la indiferencia de las empresas y el gobierno peruano ante estos desastres que afectan a la amazonia. “La respuesta de la Iglesia ha sido fuerte, a partir del trabajo que se realiza en el Vicariato de San José del Amazonas, del apoyo de muchos animadores cristiano, misioneros, religiosos y religiosas y toda la población que vive en la ribera del río. Como Iglesia tenemos que responder porque somos un cuerpo y la amazonia es parte de este cuerpo. Repito, no podemos ser indiferentes, acojamos el llamado de Santo Padre”.
El compromiso de los Oblatos de María Inmaculada por la creación
En el contexto del 37 Capítulo General de los Oblatos de María Inmaculada, uno de los compromisos asumidos por la Congregación, indicó el Padre Carrasco, es continuar con la opción del cuidado de la creación. “Para nosotros, ha salido como un elemento importantísimo, el cuidado de la Casa común. Hemos venido realizando unos webinars sobre la Laudato si’, 10 webinars, que nos ha congregado a diversos Misioneros Oblatos de María Inmaculada a lo largo de todo el mundo, en 70 países, que están comprometidos con este tema. Hoy, queremos llevar adelante este argumento, del cual no podemos ser indiferentes. Basta, mirar lo que está sucediendo en Europa, lo que está sucediendo en América Latina, los huracanes y tornados, inundaciones, los cambios bruscos de temperatura, etc. No podemos ser ciegos para no darnos cuenta que la tierra, la madre Tierra, la Casa común está clamando”.
En este octavo aniversario de fundación de la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, hacemos presente la Espiritualidad Encarnada que acompaña el nacimiento y su caminar promoviendo el Reino de la Vida, en el cuidado de los pueblos, territorios y ecosistemas amazónicos, a través de una acción socioeclesial articulada en red en la Querida Amazonía.
Por: Comunicaciones REPAM
La Amazonía está llena de vida y de milagros diarios que Dios realiza en la naturaleza. En este gran territorio está la llamada cuenca amazónica, que vierte sus aguas al mar a través de un único río, el Amazonas.
El río Amazonas no se forma por sí sólo, sino que recibe aguas provenientes de varias vertientes: deshielos de los nevados, nacientes, lluvias, neblinas, gotas, pantanos, lagos, charcos, arroyos visibles y subterráneos. En él circulan aguas provenientes de nueve países (Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil, Guyana, Surinam y Guyana Francesa) y que sobrepasan sus límites ambientales, siendo un espacio de vida importante para la existencia y futuro de toda la humanidad (DA 475). En este gran ecosistema todo intenta vivir desde su dinámica armoniosa: seres humanos, flora, fauna, especies vegetales y animales, agua, minerales, bosques, insectos, microorganismos.
Espiritualidad Encarnada
La REPAM – Red Eclesial Panamazónica – es como el río Amazonas, que se va formando desde las experiencias y vivencias de muchas personas, comunidades, parroquias, vicariatos, prelacías, diócesis, organizaciones, etc., recordando que “la presencia de la Iglesia en la cuenca del Amazonas no es la de alguien con las maletas listas para irse tras haber explotado todo lo que había a su alcance. La Iglesia ha estado presente en la cuenca del Amazonas desde el principio… y todavía está presente y es crucial para el futuro de la zona” (Papa Francisco, Rio, 27/07/2013).
Al mismo tiempo, no tiene importancia sólo en sí misma, pues debe llevar estas vivencias y experiencias hasta la construcción del Reino de Dios, sabiendo que de pequeñas gotas llegaremos a constituir y alcanzar al mar. Para que se mantenga la armonía de la REPAM, todos debemos caminar y navegar con una profunda espiritualidad: desde la auténtica encarnación en la realidad (dimensión existencial), centrado en la Palabra escrita y desde la dimensión teológica (Palabra de Dios escrita y oral), con una actitud profética-martirial y marcada por una verdadera identidad (rostro amazónico).
Esta iniciativa brota de la acción del Espíritu Santo que ha guiado y guía a la Iglesia en el proceso de encarnar el Evangelio en la Pan-Amazonía. El dinamismo de la REPAM requiere de una participación activa de cada una de las instancias eclesiales, sean ellas organismos o Iglesias locales, a través de las diversas iniciativas, acciones, propuestas, proyectos y programas definidos por la Red, uniendo fuerzas, creando puentes de diálogo, cooperación y articulación entre todos los actores eclesiales presentes en la región.
Fuente de vida
La Panamazonía es “fuente de vida en el corazón de la Iglesia”, respondiendo al apelo de los obispos reunidos en Aparecida, de “establecer entre las Iglesias locales de diversos países sudamericanos, que están en la cuenca amazónica, una pastoral de conjunto con propiedades diferenciadas para crear un modelo de desarrollo que privilegie a los pobres y sirva al bien común” (DA 475).
El encuentro de las aguas en la Pan-Amazonía debe seguir su camino hacia la construcción del Reino de Dios. Para ello todos debemos involucrarnos y sentir que éste es el llamado de Dios para que los pueblos amazónicos tengan “vida en plenitud” (cf. Jn 10,10).
La V Cumbre Amazónica convocó a 98 líderes y lideresas de los nueve países de la Cuenca Amazónica, y a más de 300 participantes de organizaciones indígenas y aliadas, con el fin de articular propuestas para salvar el 80% de la Amazonía hasta el 2025.
La V Cumbre Amazónica de Pueblos Indígenas: Soluciones para una Amazonía Viva, desarrollada del 5 al 6 de septiembre, culminó con la presentación de las propuestas con los principales puntos planteados desde los territorios de los nueve países de la Cuenca Amazónica, para lograr proteger el 80% de la Amazonía al 2025. El evento, organizado por la Coordinadora de la Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), se llevó a cabo en la ciudad de Lima, capital del Perú.
Un total de 98 líderes y lideresas de los nueve países de la Cuenca Amazónica, y más de 300 representantes de organizaciones indígenas y aliadas participaron con el fin de potenciar los esquemas actuales de acción territorial y de la cooperación internacional, y para responder de forma eficiente a las necesidades de sus comunidades, quienes gestionan casi un tercio de la superficie terrestre de la Amazonía. Una región que incluye bosques, ríos y otros ecosistemas importantes.
En la apertura del evento, los líderes de la COICA, junto a científicos de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg), presentaron nuevos datos reveladores que, dan a conocer que el bosque amazónico está inmerso en punto de no retorno por las altas tasas de deforestación y degradación que, combinadas, llegan al 26 por ciento de la región, donde cada día se extinguen 137 especies vivas.
“Los bosques han sido destruidos por un pozo de petróleo, por la minería ilegal, incendios, tala, introducción de monocultivos y ganadería,” mencionó Gregorio Díaz Mirabal, líder de la COICA y líder indigena del pueblo Kurripaco de Venezuela. Además comentó que “Nos estamos acercando a un punto de inflexión peligroso, sin embargo, todavía es posible lograr con nuestros territorios como principales aliados la conservación de la mayor reserva de agua dulce del planeta, un bioma crítico para la supervivencia de toda la humanidad.”
Además, en la V Cumbre Amazónica se presentaron nuevas investigaciones y propuestas de estrategias alineadas con la protección y conservación del bioma amazónico, uno de los ecosistemas más vulnerables e importantes del mundo, con el fin de cumplir con los objetivos climáticos y de biodiversidad globales, vitales para garantizar la seguridad alimentaria y reducir el riesgo de futuras pandemias en el mundo entero.
Plan de acción
Los pueblos indígenas de la Cuenca Amazónica, en conjunto con aliados estratégicos, lideraron un proceso participativo y vinculante, a través de mesas de trabajo alineadas a ejes conformados por las prioridades históricas de los pueblos indígenas en los territorios de los 9 países de la cuenca amazónica, para iniciar el desarrollo de un Plan Estratégico de Acción 2022-2026, a fin de evitar que la región amazónica se acerque a un peligroso punto de no retorno, que convertiría grandes áreas de la Amazonía en una sabana seca.
Este plan tiene como objetivo generar soluciones para fortalecer la gobernanza, la gestión territorial de las comunidades indígenas, las políticas para garantizar los derechos humanos, la participación de las mujeres y juventudes indígenas en la estructura organizativa; así como el desarrollo estratégico de alianzas para la sostenibilidad financiera y operativa de la COICA y sus organizaciones de base.
Su desarrollo marca un paso crítico en el proceso que se inició hace un año, cuando en el Congreso de la UICN en Marsella, los miembros de la UICN votaron abrumadoramente a favor de la expansión de los derechos territoriales de los pueblos indígenas para proteger el 80 % de los bosques de la región para 2025. Y es que, para la COICA es fundamental el reconocimiento legal y legítimo de los derechos colectivos, individuales y territoriales de los pueblos indígenas.
XI Congreso
La V Cumbre Amazónica fue la antesala al XI Congreso de la COICA, que se viene realizando del 7 al 9 de septiembre. Se trata de un proceso propio de los pueblos indígenas para el fortalecimiento de la estructura organizativa a nivel regional y desde los mismos territorios, que les permite ser los protagonistas de un cambio transformador en beneficio de los pueblos y toda la humanidad.
Al final del XI Congreso, se espera que los líderes y lideresas presentarán el plan de acción final para proteger el 80% de la Amazonía para 2025, validado por el Consejo de Gobierno de la COICA, una meta que va mucho más allá de lo que los gobiernos de la región se han comprometido como parte de un esfuerzo global para conservar el 30 por ciento del planeta para 2030.
Con la finalidad de valorar y promover el aporte de la mujer indígena u originaria en el desarrollo social, económico, político y cultural del país, la ministra de Cultura hizo entrega del reconocimiento de Personalidad Meritoria de la Cultura.
Cinco destacadas lideresas recibieron el reconocimiento de Personalidad Meritoria de la Cultura por su papel clave en la sociedad en la transmisión y conservación de las tradiciones y conocimientos ancestrales, la protección de los recursos naturales, y la defensa de sus territorios y derechos. La ceremonia se realizó en la sede del Ministerio de Cultura, el último 5 de septiembre, en el Día Internacional de la Mujer Indígena.
Una de ellas fue Liz Chiaje Churay, del pueblo indígena amazónico Bora, a quien se le reconoció por su notable trayectoria como activista por la defensa y promoción de los derechos de los pueblos indígenas. De Teresita Irene Antazú López, del pueblo yánesha, se destacó su labor en favor de las pueblos indígenas u originarios, como defensora de sus derechos y promotora de la participación política de la mujer indígena.
Asimismo, a Segundina Cumapa Rengifo, del pueblo shipibo-konibo, se le distinguió por su importante trayectoria como lideresa y docente indígena, así como por su valiosa contribución en la investigación, desarrollo y difusión de la cultura y la lengua shipibo-konibo; y a Rittma Urquía Sebastián, del pueblo Yine, por su trayectoria de promotora y docente indígena; y su valiosa contribución en la investigación, desarrollo, enseñanza y difusión de la cultura y la lengua yine en el Perú.
Por último, se otorgó una distinción a Juana Huacoto Béjar, del pueblo Quechuas, en mérito a su importante trayectoria como lideresa y docente indígena; así como por su valiosa contribución en la investigación, desarrollo, enseñanza, transmisión y difusión de la cultura y la lengua quechua.
“En esta fecha tan importante, quiero expresar mi saludo a las más de 3 millones de mujeres que se autoidentifican como parte de un pueblo indígena u originario. Su papel en la sociedad es clave porque conservan en el tiempo las tradiciones y conocimientos ancestrales, protegen los recursos naturales, y defienden sus derechos y los de su comunidad”, dijo la titular de Cultura.
Un total de 5 millones 985 mil 551 peruanos y peruanas se autoidentifica como parte de un pueblo indígena u originario, según los Censos Nacionales 2017, de los cuales 3 millones 778 mil 113 son mujeres (52%), que representan al 10% de la población nacional.
Sostuvo además que, desde la creación del Ministerio de Cultura hace 12 años, se ha realizado 69 consultas previas, mientras que Colombia realiza 2000 consultas previas cada año. Por ello, precisó que es necesario revisar este tema al respecto.
“Una experiencia de mucha empatía con el Sumo Pontífice”. Así calificó el encuentro el Cardenal Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA).
El Papa Francisco se encontró esta mañana del viernes 2 de septiembre con la directiva de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). En la audiencia, en la que estuvo presente su presidente, el Cardenal Pedro Barreto, se le presentó al Sumo Pontífice los nuevos estatutos modificados que explicitan la identidad eclesial y amazónica de la CEAMA.
De acuerdo al cardenal peruano, estos nuevos fundamentos destacan “la orientación del Vaticano II, especialmente su eclesiología del Pueblo de Dios con la Constitución Dogmática “Luz de las Gentes” (Lumen Gentium), y también se asume en estos nuevos estatutos la misión de la Iglesia que el Vaticano II recoge en la Constitución Pastoral “Los Gozos y esperanzas” (Gaudium et Spes)”.
Asimismo, se visibiliza “de manera muy particular, los estatutos asumen el Documento Final del Sínodo para la Amazonía y la exhortación apostólica Querida Amazonía, donde el Papa Francisco asume el Documento Final”.
En palabras del Cardenal Barreto, la sabiduría del Santo Padre viene de “un discernimiento profundo que él experimenta como Obispo de Roma”. Esto se transmite con el ánimo de vivir una experiencia inédita: la creación eclesiástica pública, canónica, jurídica de la Conferencia Eclesial de la Amazonía.
“Es motivo de una alegría ante una realidad irreversible en la historia de la Iglesia, por ser la primera Conferencia Eclesial de una región, un bioma con una gran biodiversidad y una gran diversidad cultural, que como dice el mismo Papa Francisco, ellos son los guardianes de la naturaleza”, explica el Purpurado peruano.
En declaraciones para ADN CELAM, el Cardenal Barreto cuenta que el Papa Francisco está viviendo la experiencia de un proceso sinodal que está en marcha, y que constituye, definitivamente, un signo de esperanza para la Iglesia universal. Realidad que es motivo de “mucha alegría, mucha esperanza porque la CEAMA es una realidad en la vida de la Iglesia y de la misión evangelizadora en la Amazonía”.
En la audiencia el Sumo Pontífice recibió diferentes regalos: una virgen de barro hecho por una campesina, y diferentes objetos de pau Brasil (palo de sangre), recuerdos ofrecidos por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y la CEAMA.
A través de la red de tambos solidarios que el Vicariato Apostólico de Jaén ha trazado en ocho de sus parroquias se constata que, a menudo, las familias con una alimentación deficiente luchan contra varias situaciones difíciles que se entrelazan.
Cuando Pilar visita alguna de las ocho parroquias donde el Vicariato de Jaén tiene instalados sus ‘tambos’, espacios de apoyo social donde, entre otras actividades, se ayuda con víveres y se brindan talleres de hábitos de vida saludable, siempre incide en lo que considera principal: “Les insisto en que lograr una buena nutrición para su familia está en sus propias manos”. Y el por qué es bastante evidente. “Algunos prefieren vender los huevitos que producen sus gallinas y, en lugar de consumirlos, compran fideos, atún o gaseosa; otros incluso venden la leche de su vaquita y al día siguiente van a comprar un tarro de leche en lata”, explica. Es Pilar Tafur, licenciada en Enfermería y coordinadora de la pastoral de salud del Vicariato Apostólico de Jaén.
A raíz de la pandemia, esta institución, como otras, percibió el gran vacío institucional que existe en lo relativo a la alimentación de los más humildes y evidenció lo que, técnicamente, se conoce como ‘grandes brechas sociales’. De inicio con una política asistencial (entregar bolsas y canastas de víveres básicos como arroz, atún, legumbre o aceite), con el paso de estos dos últimos años el enfoque se ha readaptado desde lo que, al inicio, fue una emergencia humanitaria. Ahora se sigue apoyando a familias vulnerables con productos, pero insertando un componente educativo. “A los beneficiarios (más de 550 en total), se les habla sobre las dietas balanceadas y, a partir de un recetario ya elaborado y planificado con productos de la zona, se hacen demostraciones, se cocinan platos saludables y muy nutritivos con ellos”, detalla Tafur. Se pretende, desde la práctica, llevar a la reflexión y en última instancia a una mejora de las costumbres culinarias. Conocimientos que también se intentan afianzar con la emisión de spots y programas en Radio Marañón, propiedad del vicariato, estación radial muy seguida en toda la provincia y especialmente en el ámbito rural.
Como sanitaria, Tafur percibe la situación con una visión integral y asegura que las deficiencias nutricionales van de la mano con ciertas debilidades en salud mental. Deficiencias con raíces muy profundas. “Cuando voy a las casas más alejadas lo que más me impacta es cuánto les afecta, en su forma de alimentarse, su situación afectiva. Vas, hablas, y en la mayoría de los casos empiezan a brotar conversaciones relativas a violencia en el hogar, ya sea entre esposos o de hijos a padres. El hecho de que una familia se desintegre tiene mucha relación con el descuido y la pasividad hacia una buena nutrición”, comenta. Por eso en el ámbito rural muchas de las beneficiaras del proyecto que ejecutan con el apoyo del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), Pórticus y otras instituciones aliadas, son madres solteras y/o abandonadas con varios niños pequeños a cargo. Viven en pueblitos y caseríos alejados, a veces a varias horas de camino a pie, y el trabajo en el campo es su único recurso.
Por eso, tras hacer un diagnóstico de las necesidades y fortalezas, la pastoral de salud del Vicariato de Jaén cree que en los próximos meses habría que dar un paso más: impulsar biohuertos familiares. “Es una voz unánime que nos marca la misma dirección. En todas las zonas que voy manifiestan que quieren que les instruyan bien en cómo sembrar mejor, cómo y qué abonos utilizar y en criar animales con más garantía de éxito”, explica Tafur, “necesitaríamos que nos brinden semillas y también contar con algún personal experto en esos temas, algún ingeniero, agrónomo, forestal… que se integre a nuestro equipo”.
Si difícil es la situación de las madres jóvenes, no es mejor la de cientos de adultos mayores hallados en situación de semi-abandono y con unas enormes carencias nutricionales. Y es que los ancianos son, a menudo, y especialmente en los contextos urbanos, los grandes olvidados. Pareciera que eran invisibles y la Covid-19 nos hubiera hecho abrir los ojos y voltear la mirada hacia ellos. Un fenómeno que se ha dado a nivel mundial y que en Jaén se evidencia en las dos parroquias de la ciudad que están incluidas en los tambos solidarios: San Francisco de Asís y Morro Solar. “El padre Walter Crispín, por ejemplo, reparte cada 15 días canastas a un promedio de 100 adultos mayores que han sido abandonados por sus hijos o que, directamente, no tienen familia”, relata Tafur, “la situación en que los encontró es realmente dura, se merecen todo el apoyo porque ellos sí ya no están en situación de trabajar la tierra”.
Una tierra que, en esta zona, llamada coloquialmente como ‘ceja de selva’ por estar en un punto de entrada a la Amazonía, regala alimentos como la vituca, un tubérculo parecido a la yuca, rico en carbohidratos y fibra y del que se pueden elaborar varios derivados. También está la arrachaca. De ambos se pueden hacer harinas y tortitas muy interesantes desde el punto de vista nutricional. Ideales para combinarse con espinacas, brócoli o cebolla china, que se cultivan con relativa facilidad.
Un proceso que va de lo asistencial (brindar alimentos) a lo productivo (sembrar, cultivar y cocinar) pero que, en el camino, necesita una gran cucharada repleta de sensibilización. Y no es casualidad. La educación es la base para el desarrollo integral que los más vulnerables solicitan. Una petición que ni tan siquiera debería existir porque ya es, de por sí, un derecho reconocido internacionalmente: el derecho a la alimentación.
Deseamos concretar el Sínodo y proyectar el futuro con audacia, respondiendo al desafío del sueño de Dios a través de rutas nuevas. Aportamos, debatimos y matizamos en medio de bromas y risas, muy relajados. Lo que emerge en el diálogo bajo la maloka, después se refuerza en las conversaciones en el comedor o en los descansos, desenfadadas, afectuosas. Y se apuntala con fuertes shungos de cariño y convicción compartida en la jornada de descanso y convivencia o en la “noche cultural”.
Por: P. César Caro.
Cuando pasen algunos años y miremos atrás, recordaremos estos días. Este encuentro será como un fogonazo en la ilusión, el momento en que nos sentimos Iglesia creadora y vivimos la aspiración de lo nuevo, la posibilidad de hacer realidad los sueños.
Indiana es el corazón del Vicariato, donde todo comenzó, el escenario de los esfuerzos de los pioneros, de sus perplejidades ante la realidad y sus primeros descubrimientos. Entre los misioneros de hoy, tan distintos de aquellos, fluye la complicidad y reverberan las sonrisas. Experimentamos que nos queremos.
Por supuesto que, en un grupo humano tan variado en culturas y bagajes formativos y vitales, se dan discrepancias y erosiones, pero la sensación que predomina es la de converger. Somos y deseamos profundamente ser una iglesia sinodal, no piramidal, no clerical. Un colectivo mayoritariamente participativo, femenino, laical, igualitario, circular. Es nuestro ADN desde hace décadas.
Esta mañana hemos puesto a punto el Marco Doctrinal de nuestro Plan Pastoral. Nuestro horizonte inspirador, las ideas fuerza en torno a las cuales vertebrar nuestra misión en los próximos años: Iglesia en salida, inculturada e intercultural, comprometida con la defensa de la vida, identificada con los más vulnerables… Iglesia que escucha, camina y ama entrañablemente nuestra Amazonía.
Aportamos, debatimos y matizamos en medio de bromas y risas, muy relajados. Lo que emerge en el diálogo bajo la maloka, después se refuerza en las conversaciones en el comedor o en los descansos, desenfadadas, afectuosas. Y se apuntala con fuertes shungos de cariño y convicción compartida en la jornada de descanso y convivencia (dinámicas, juegos, deporte, piscina…), en el taller de artesanía y en la “noche cultural”, la fiesta en la que todos salimos a actuar, bailar y cantar. Y comemos torta y canchita.
Hay espacio para tratar de descender de los grandes principios a los programas concretos, y ahí el discernimiento colisiona con los mecanismos acostumbrados y la inseguridad que provoca plantear cambios. En la misión también hay zona de confort y buscamos ensayar fórmulas diferentes ante los nuevos retos soñados por Diosito. Es más lento y más espinoso, pero nunca se ausenta el afecto entre nosotros.
La Eucaristía es el colofón, la hora de ofrecer y agradecer todo lo vivido y trabajado. Cada cual interviene expresando un sentimiento, un deseo, una plegaria. El final es el envío y la bendición, y esta vez lo hicimos con las semillas que en el Evangelio de ese día (San Lorenzo) Jesús usaba como imagen de la entrega total de uno mismo y también de morir a los paradigmas viejos; justo en la oración de la mañana habíamos hecho el gesto de quemar -desaprender- los esquemas, modos de pensar y de hacer que ya no suman para plasmar una Iglesia con rostro amazónico.
De modo que las semillas, cuidadosamente preparadas durante todo aquel día (como hace nuestra gente linda), se pusieron en las manos venerables de los misioneros más experimentados de cada cuenca, los corazones más sabios: Belén por el Amazonas, la madre Socorro por el Napo, Félix por el Putumayo e Ivanês por el Yavarí (dos laicos y dos religiosas). Mientras cantábamos, nos acercábamos y ellos nos entregaban unas pocas semillas; y así se renovó nuestro envío y así nos bendijo Dios: a través de nuestros hermanos, como es su elección y su gusto.
Sí, voltearemos la vista y en nuestra memoria refulgirá este tiempo en que quisimos concretar el Sínodo y proyectar el futuro con audacia, respondiendo al desafío del sueño de Dios a través de rutas nuevas. No sé si lo lograremos (el tiempo lo mostrará), pero podremos decir con orgullo: “Yo estuve allí. Yo estuve contigo”.
Con el fin de concientizar a la población sobre el cuidado del medio ambiente y la Casa Común, se repartió en las parroquias las semillas que serán sembradas a partir del próximo 4 de septiembre. Una iniciativa que nace a raíz de la creciente deforestación que sufre la capital de Loreto.
El Vicariato Apostólico de Iquitos, a través de su Equipo Vicarial de Animación Pastoral (EVAP), lanzó la campaña "Sembrando juntos", una actividad que busca que la población contribuya con el sembrado de 5000 plantones en la capital de la región Loreto. Para ello, la Iglesia ha entregado a distintas parroquias y grupos de personas las semillas y el abono que deberán utilizar para hacerlas germinar y, porsteriormente, poder sembrar los plantones el próximo 4 de septiembre.
El objetivo es sensibilizar a la ciudadanía para que se puedan sumar a esta iniciativa para el cuidado del medio ambiente, independientemente de sus creencias religiosas, y participar también a través de las redes sociales, compartiendo imágenes del sembrado de cada planta con el hashtag #SembremosJuntosEnLoreto. "Nuestra Casa Común nos está pidendo que intervengamos. En este caso, la Iglesia Católica está planteándoles a todos a sembrar con nosotros", señaló la bióloga Tania Lay, integrante del EVAP.
Esta iniciativa responde a la creciente deforestación que se vive en la ciudades amazónicas como Iquitos. Problema que viene agravando la situación del planeta debido al cambio climático. "Esta planta, al crecer, va a hacer posible que tengamos flores que serán polinizadas por las abejas, aparecerán aves cuando lleguen los frutos, van a tener un lugar y un ecosistema agradable. Y por supuesto nosotros nos beneficiamos con la sombra y el oxígeno", resaltó la representante del Equipo Vicarial de Animación Pastoral.
Finalmente, Lay invitó a la población a sumarse a esta actividad, señalando que todas y todos tienen las puertas abiebrtas. Los que tengan una semilla pueden sumarse, no es necesario tener una huerta para participar, pues con envases de plástico también se pueden germinar estos plantones. "La intención es de que todos a nivel mundial sepan que estamos en la Amazonía sembrando juntos, sembrando vida", puntualizó.