
Demo Amazonia en red
Esto es una demo
Esta formación busca inspirar a la acción y capacitar a quienes deseen impulsar iniciativas alineadas con la encíclica Laudato Si’. Desde el 16 de septiembre, religiosos y religiosas, laicos, agentes pastorales, jóvenes, parroquias y centros educativos tendrán la oportunidad de profundizar en temas cruciales como la ecología integral, la emergencia climática y las buenas prácticas.
Por: Querida Amazonía / CAAAP
Con el objetivo de impulsar grupos o responsables de la ecología integral que emprendan iniciativas Laudato Si’ desde la comunión y sinodalidad, involucrando a las comunidades en proyectos y acciones sostenibles para sensibilizar sobre la importancia de un cambio de conductas y costumbres; desde este 16 de setiembre iniciará el taller «Custodios de la Casa Común en acción: formulación de proyectos, ecología integral y emergencia climática».
¿Qué planeta y qué futuro queremos dejar a nuestros hijos? ¿Qué acciones nos corresponden como cristianos? Son algunas de las preguntas fundamentales que giran en torno a la Encíclica Laudato Si’, el llamado del Papa Francisco para cuidar la Casa Común. Este taller busca traducir esas reflexiones en acciones concretas, alentando a los participantes a asumir un compromiso activo en la protección y preservación del medio ambiente.
La capacitación está dirigida a religiosos y religiosas, laicos, agentes pastorales, jóvenes, parroquias y centros educativos. Durante dos meses, los participantes podrán profundizar en los temas que abarcan los tres módulos del curso: ecología integral, emergencia climática y buenas prácticas, y formulación de proyectos. De esa forma, se espera proporcionarles los conocimientos necesarios que les permitan sustentar y elaborar un proyecto.
Y es que, en un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales que se enfrentan, la Comisión Permanente de DDHH & JPIC de la Conferencia de Religiosas y Religiosos (CONFER Perú), la Red Eclesial Panamazónica en Perú (REPAM Perú) y el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), instituciones que organizan el curso, ven la necesidad de comprender la complejidad del tema ambiental y el impacto que ejerce sobre los seres humanos y la naturaleza.
El taller «Custodios de la Casa Común en acción: formulación de proyectos, ecología integral y emergencia climática» se llevará a cabo todos los sábados, desde el 16 de septiembre hasta el 25 de noviembre, de 6 a 8 p.m.. La modalidad es principalmente virtual, con una sesión presencial y virtual dedicada a la formulación de proyectos, lo que permite una participación flexible y colaborativa de los interesados. Las inscripciones están abiertas hasta el 15 de septiembre.
Para inscribirse en este taller, se requiere presentar una propuesta o idea de proyecto que se desarrollará durante el seminario. Cada propuesta puede contar con la participación de todas las personas del equipo que trabajarán en su formulación. Aquellos participantes que completen el seminario y presenten sus proyectos recibirán un certificado de participación. Además, se ofrecerá acompañamiento y asesoría técnica a cinco proyectos que hayan culminado satisfactoriamente el seminario.
Los interesadas e interesados en inscribirse pueden hacerlo en el siguiente link: www.bit.ly/Custodios-en-acción
Por: ADN Celam
En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas nada mejor que escuchar su voz para hacernos partícipes como sociedad global de sus clamores y poder aprender con ellos a cuidar de todo lo que garantiza el futuro del planeta y de la vida de la humanidad. Hombres y mujeres de diferentes pueblos y países, que, desde la Asamblea de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), que se realiza en Manaos de 8 a 11 de agosto, nos ayudan a tomar conciencia de su importancia.
“Un día especial de resistencia y de identidad de los pueblos indígenas para el mundo”, insiste el colombiano Henry Yasmani Fuentes. El indígena del pueblo Piaroa resalta que estamos ante una jornada de “resignificación y revalorización de nuestra cultura, de nuestras costumbres”, haciendo un llamado a “seguir manteniendo este conocimiento y saberes ancestrales como pueblos indígenas para poder cuidar la casa común”.
Son pueblos que claman por ayuda, especialmente las mujeres, algo que reclama Belinda Jima, indígena del pueblo Awajún, que pide que las mujeres indígenas de su pueblo y de todo Perú, sean “consideradas para que se pueda conocer lo que nosotras pedimos”. Ella quiere “que nos entiendan y que nos puedan acompañar siempre para que nosotras también tengamos una formación y prepararnos para ayudar a nuestros hijos”. Por eso le gustaría “que las mujeres tengan mucha valentía, sigan adelante junto con los otros que viven en sus comunidades y sobre todo sean escuchadas”.
Un día para compartir su importancia para los pueblos indígenas, en palabras de Juan Urañavi, indígena del pueblo Gwarayu, en Bolivia. Por eso destaca en este 9 de agosto la necesidad de compartir “con los demás hermanos, amigos, en forma fraternal nuestra vivencia, nuestros pesares, nuestras luchas, en todo el territorio de la Amazonía”.
Los pueblos indígenas son conscientes de que “la protección de la naturaleza y del Amazonas es parte fundamental en la contribución para un mundo mejor, es una contribución global”, según Patricia Gualinga, indígena del pueblo Kichwa de Sarayaku, en Ecuador. La vicepresidenta de la CEAMA ha enfatizado que “escuchen la voz de los pueblos indígenas, que es la voz de la Madre Tierra, aprendan y reaprendan de la contribución de los pueblos indígenas, porque ahí hay insumos suficientes para construir un mundo mejor, para dejar un legado a las futuras generaciones”. Tras saludar a sus hermanos y hermanas indígenas de todo el bioma amazónico y de todo el mundo, ha pedido hacer “fuerza para que podamos sensibilizar a la sociedad global en el amor a la Madre Tierra, a la naturaleza”.
Estos son pueblos de gran importancia para la sociedad brasileña y de toda la Amazonía, insistió Odair José Sousa, cacique del pueblo Borari. En un país donde la persecución a los pueblos originarios ha aumentado en los últimos años, el indígena brasileño no ha dudado en decir a la sociedad que “nosotros existimos, estamos vivos”, mostrando su rechazo al llamado Marco Temporal, que pretende que sólo sean reconocidos como territorios indígenas los ocupados en el momento en que fue promulgada la Constitución de 1988. Dadá Borari ha destacado que los pueblos indígenas son a favor de la biodiversidad, de la vida, lo que los lleva a apostar por “la defensa de todo y principalmente de la casa común, una palabra muy fuerte para nuestro querido, amado Papa Francisco”.
Acompañar a los pueblos indígenas es pauta fundamental para la Iglesia católica, una encomienda que podemos decir le cabe al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Su prefecto, el cardenal Michael Czerny, considera que una verdad importante es que “todo pueblo merece ser escuchado”. Tras reconocer que en la historia hay pueblos que no han sido escuchados, ha llamado a “hacer un redoblado esfuerzo de escuchar”.
Ante esta realidad ha insistido en que “como pueblos originarios, pueblos indígenas y migrantes, estamos en una fase de aprender como escucharnos mutuamente, porque obviamente hace falta la escucha de los pueblos originarios”. Considerando que hay muchos temas que abordar, ha destacado que “un tema muy importante es la ecología integral, no la ecología verde, sino integral, porque eso es lo que viven los pueblos originarios y lo que debemos vivir todos si queremos sobrevivir en nuestro Planeta”. De ahí su invitación para este día tan importante: “escuchar, escuchar y escuchar”.
Yésica Patiachi, lideresa indígena Harakbut y vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), entregó al Santo Padre las dos obras elaboradas por el colectivo ‘Etochime Harakbut’, las cuales buscan mostrar, a través del arte, la resistencia de los pueblos indígenas frente a la crisis climática.
Artistas indígenas del Perú lograron llevar su arte hasta al Vaticano y entregarlo como un obsequio al Papa Francisco. Se trata de dos pinturas elaboradas por «Etochime Harakbut» (en castellano, ‘nuestras raíces’), un colectivo de creadores pertenecientes al pueblo Harakbut de la Amazonía peruana. Yésica Patiachi, lideresa, artista, escritora y docente, fue la encargada de presentarle, durante una audiencia privada con el Sumo Pontífice, las obras que fueron traídas desde la región Madre de Dios.
La obra principal presentada se titula «Papatone», una pintura que muestra el rostro del Papa Francisco combinado con los característicos patrones y líneas artísticas del pueblo indígena Harakbut. La segunda pieza, de mayor dimensión, refleja la resistencia del bosque frente a la crisis climática afecta la Amazonía. Simboliza el presente, el pasado y el futuro de los pueblos indígenas, y lo que pasaría si es que no hacemos nada para frenar la destrucción del planeta, sostuvo Yésica Patiachi.
«Más que llevar quejas, quisimos mostrarle al Papa Francisco que también existen iniciativas como Etochime que tratan de rescatar el arte indígena y las costumbres a través de este lenguaje. Queríamos decirle: ‘Querido abuelo, esto es lo que nosotros hacemos en una parte de la Amazonía. Es una iniciativa de artistas Harakbut para mostrar al mundo su cultura, manifestar sus costumbres y protestar. Es una forma también para mostrar resistencia frente a los problemas que estamos pasando‘», explicó.
La lideresa indígena y vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) recordó las palabras del Papa Francisco durante su encuentro en la ciudad de Puerto Maldonado, en 2018, cuando les pidió a los pueblos indígenas que sean protagonistas de su propia historia y que empiecen a escribirla. Esas palabras impulsaron la creación de ‘Etochime Harakbut’, así como la publicación de los primeros libros escritos por indígenas Harakbut que rescatan la historia y cultura de este pueblo amazónico.
«El Papa Francisco se alegró de saber que en la Amazonía hay iniciativas hermosas. Nuestra propuesta quiere recordar que en los pueblos indígenas existen artistas y personas demostrando que nosotros mismos podemos crear obras de arte. El arte como una muestra de resistencia, pintar para no olvidar nuestra historia y cultura y que nos recuerden las generaciones venideras. Por esa razón escogimos como colectivo los dos cuadros», mencionó la lideresa indígena.
Junto a Yésica Patiachi, las lideresas indígenas Patricia Gualinga y la Hermana Laura Vicuña entregaron una serie de regalos al Santo Padre que las poblaciones de la Amazonía les enviaron desde el territorio. Esta delegación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y de la REPAM fue recibida en el Palacio Apostólico Vaticano, donde sostuvieron una conversación de mucha confianza con el Sumo Pontífice acerca de la labor de las mujeres de la Iglesia en el territorio, el reconocimiento de la estructura eclesiástica de ese trabajo, la realidad de los pueblos indígenas y la educación.
Los integrantes de Etochime Harakbut pertenecen a las comunidades de Puerto Luz y Shintuya. Son Anelice Cáceres Patiachi, Yesica Patiachi Tayori, Percy Tayori Keddero, Luis Tayori Keddero, Francis Quique Álvarez, Fermín Chimatani Tayori, Nakeyo Chimatani Tayori, Joao Rayner Mikiri Sihui, Brandon Moqui Yamo, y Guadalupe Patiachi Tayori. Ellos son acompañados por las Hermanas Misioneras Dominicas del Rosario y cuentan con el apoyo del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP).
Desde su creación hace más de cuatro años, Etochime Harakbut está comprometido con dar a conocer la historia, cosmovisión, cultura e historias del pueblo indígena Harakbut a través del arte. Este esfuerzo colectivo involucra a cada uno de los artistas, quienes, desde sus propias perspectivas, miradas y generaciones, se esfuerzan por evocar y preservar sus conocimientos y saberes ancestrales para evitar que se pierdan con el tiempo, especialmente, entre los más jóvenes.
En una emotiva carta que lleva las voces de las comunidades indígenas y ribereñas, mujeres, hombres y jóvenes de la Amazonía, la REPAM y la CEAMA compartieron con el «abuelo Francisco» los desafíos, procesos y propuestas para continuar caminando juntos como Iglesia en la defensa de la vida y los territorios.
«Estos son tiempos de iluminación e inspiración de la Ruah Divina en medio de nosotros, después de 4 años de post-Sínodo de la Amazonía, un tiempo de esperanza, amado Abuelo. Con ternura queremos agradecerte por los pasos y frutos sembrados en
nuestros territorios». Los pueblos indígenas y comunidades tradicionales de la Amazonía saludan y dan las gracias así al Papa Francisco por el tiempo vivido desde el inicio de su pontificado.
Yésica Patiachi, Hna. Laura Vicuña Manso y Patricia Gualinga Sarayakue, mujeres indígenas y vicepresidentas de la Red Eclesial Pan Amazónica (REPAM) y de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), fueron las representantes elegidas para entregar esta carta al Santo Padre durante su encuentro el último jueves 1 de junio. Un escrito donde se recogen los pasos dados por la Iglesia Católica en la defensa de la vida y los territorios de la cuenca amazónica.
En el documento además se comparten los desafíos que han enfrentado en los últimos años los pueblos y comunidades amazónicas, como la imposición del modelo extractivista, la falta de compromiso de los gobiernos locales, la violencia doméstica y sexual, la situación de miseria de los jóvenes indígenas en las ciudades, la exclusión de los pueblos originarios en la Iglesia y la sociedad, entre otros.
A pesar de estos desafíos, los pueblos indígenas reconocen en esta carta los avances logrados en los últimos años, como la mayor presencia indígena en experiencias de economías ecológicas y solidarias, el fortalecimiento del aspecto ministerial y los derechos de las mujeres, y la formación para una vida consagrada comprometida con la inculturación y la interculturalidad.
En este sentido, manifiestan que, siguiendo las enseñanzas de la exhortación apostólica «Querida Amazonía», se establezcan procesos concretos para apoyar y promover alianzas con los pueblos indígenas y comunidades, enfocándose en la demarcación de tierras, la participación e incidencia social en la Cumbre de Presidentes de la Amazonía; y en insistir en políticas de protección a los defensores de los derechos de los pueblos y territorios.
A continuación, lee la carta de forma íntegra:
Carta ao Papa 1 de junho 2023 espanho 2lEn audiencia histórica para la Iglesia en la Amazonia, las indígenas Patricia Gualinga, Hna. Laura Vicuña y Yesica Patiachi, mujeres reconocidas por su liderazgo eclesial y sociocultural, serán recibidas por el Papa Francisco en la mañana del 1 de junio.
Por Vanessa Xisto e Júlio Caldeira / Comunicación REPAM
Tres mujeres indígenas, Patricia Gualinga y hermana Laura Vicuña, vicepresidentas de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y Yesica Patiachi, vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) serán recibidas en audiencia por el Papa Francisco el jueves 1 de junio.
A principios de marzo, las tres indígenas amazónicas enviaron una carta, entregada personalmente al “Abuelo Francisco” por el cardenal Pedro Barreto, presidente de la CEAMA. En ella pedían un diálogo presencial entre las tres representantes indígenas y el Papa, para fortalecer los caminos de comunión y unidad.
Tres días después, la Prefectura de la Casa Pontificia envió a la Hna. Laura, Patricia y Yesica la confirmación de que serán recibidas por el Papa Francisco en audiencia privada el 1 de junio de 2023.
Este encuentro, para ellas y a quienes representan, es una señal de que se da un paso significativo, incluyendo mujeres y laicos hacia nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en las comunidades eclesiales amazónicas.
“Sin duda, las mujeres estamos presentes en innumerables comunidades, animando y motivando a las personas a no perder la fe y el sentido de la vida. Pero el servicio que prestamos a la Iglesia no es reconocido, generando tensiones que podrían ser superadas con el reconocimiento de nuevos ministerios para las mujeres de acuerdo con la urgencia de la realidad socio-pastoral de la Iglesia en la Amazonía”.
A partir de un hermoso proceso de escucha personal y colectiva, las mujeres llevan al Papa Francisco una carta, fruto del compartir y clamores que los pueblos indígenas y la Iglesia amazónica han vivido en los últimos años, en la siembra de una Iglesia sinodal y ministerial, y en la defensa de la vida de los pueblos y sus territorios.
Como CEAMA y REPAM celebramos este encuentro, que seguirá fortaleciendo las raíces sembradas por el Sínodo de la Amazonía en 2019, para una Iglesia en salida, samaritana y servidora, como pidió el Papa, al celebrar sus 10 años de Pontificado.
Yesica Patiachi
Escritora, investigadora, pintora y educadora del pueblo Harakbut, Yesica Patiachi Tayori nació en la comunidad indígena de San José del Karene, en el departamento de Madre de Dios, Perú.
Es licenciada en Educación por el Instituto Superior Pedagógico Público de Puerto Maldonado. En 2015 el Ministerio de Educación publicó su libro “Relatos Orales Harakbut” y en 2019 “El gallinazo y el jaguar”. Ambos son textos bilingües, en harakbut y castellano, siendo las primeras publicaciones escritas en esta lengua por una mujer indígena del mismo pueblo, y traducidas al castellano por ella misma.
Ha participado en la elaboración de cuadernos de trabajo en harakbut para el Ministerio de Educación para alumnos hablantes de esta lengua. Ha estado como especialista en Educación Intercultural Bilingüe (EIB) en la Junta Regional de Educación del Departamento de Madre de Dios, y Coordinadora Regional de Calidad de la Gestión Escolar para el Ministerio de Educación.
En enero de 2018, durante la visita del Papa Francisco a la ciudad de Puerto Maldonado, pronunció el discurso a favor de los pueblos indígenas, hablando de la dura realidad socioambiental que afronta la Amazonía y sus pueblos. En octubre de 2019 participó activamente en el Sínodo Amazónico como auditora.
Actualmente trabaja como profesora de secundaria en Puerto Maldonado y es una de las vicepresidentas de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).
Hna. Laura Vicuña
Laura Vicuña Pereira Manso, indígena del pueblo Kariri, nació en Porto Velho, Rodesia. Es hija de padres emigrantes y viene de un significativo proceso de autoafirmación de su identidad indígena. Miembro de la Congregación de las Hermanas Catequistas Franciscanas, es licenciada en antropología, especialista en psicología social y máster en lingüística indígena.
Ha trabajado pastoralmente con diversas comunidades de la Amazonia brasileña y peruana. Actualmente actúa en el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), en defensa de la Amazonia, de sus pueblos y de nuestra casa común, especialmente con el pueblo Karipuna. Participó en el Sínodo de la Amazonía en 2019 y es vicepresidenta de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA).
Ha estado en varios espacios de la ONU en Nueva York y Ginebra, Foro Permanente de los Pueblos Indígenas, para incidir y denunciar directamente la violación de los derechos indígenas y de la Amazonía.
Contribuyó con informes antropológicos para la identificación étnica y demarcación territorial de los pueblos Guarasugwe y Cassupá. Ha realizado estudios lingüísticos con sabios y abuelas indígenas de las lenguas Sabanê, Kwazá y Guarasugwe y ha publicado varios artículos sobre la Amazonia y el Servicio de la Mujer en la Amazonia.
Patricia Gualinga
Patricia Gualinga Montalvo, proveniente del Pueblo Kichwa de Sarayaku, de la Amazonia Ecuatoriana, es una reconocida defensora de los derechos humanos y de la casa común.
A lo largo de su vida, Patricia se ha dedicado, a ejemplo de sus papás y sabios, a proteger a su comunidad de las violaciones de derechos humanos causados principalmente por la exploración petrolera y la militarización.
En 2012 fue testigo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de un caso histórico presentado en 2002 sobre los impactos de la explotación petrolera en su comunidad, el cual concluyó con la corte pronunciándose a favor del pueblo de Sarayaku.
Participante en diversos espacios nacionales e internacionales de incidencia, recibió importantes reconocimientos a nivel internacional, entre ellos: en 2019, el Premio Brote Activismo Medioambiental en España: en octubre 2021 el premio a la valentia y liderazgo ALNOBA en EEUU; en diciembre 2021 el premio de Derechos Humanos Al Moumin; y recientemente el Premio Olof Palme de Derechos Humanos, en 2022, por su liderazgo en la lucha por mejorar las condiciones de vida indígenas.
Actualmente, apoya y lidera el colectivo Mujeres Amazónicas dedicado a la protección del medio ambiente, pueblos indígenas, derechos de las mujeres y de la tierra. Participó activamente del Sínodo Amazónico y es vicepresidenta de la CEAMA – Conferencia Eclesial de la Amazonía.
Por: P. César Caro, vicario general de San José del Amazonas
A estas horas Domi debe estar surcando el río Napo, como hace todos los años. Son recorridos de entre 12 y 16 días seguidos (sin regresar a casita a dormir, ¿eh?), largos y exigentes, propios de esta misionera de pura raza amazónica, que está cumpliendo 40 años de entrega en el Vicariato. Toda una vida de leyenda, escrita con sonrisas, creatividad y fuerza.
La chapa (el mote) de Domi es Pishcu Chaqui, en kichwa: pishcu=pájaro y chaqui=pie, es decir, pájaro que anda, que va saltando siempre de un sitio a otro. No puede estar más acertado, porque Domi se mueve, viaja; antes, cuando era coordinadora de pastoral del Vicariato, por todo el territorio, y ahora por el Napo y por Angoteros.
Es gracioso, ¿no? Sí, pero para la gente naporuna es algo muy verdadero y muy serio. El barrio donde está la casa misionera, en la distribución urbana de Angoteros, se llama “barrio Pishcu Chaqui”. Sobran los comentarios. Recuerdo que, en Santa María, una comunidad cercana, el kuyllur, que se llama Serapio, al presentar a los que estábamos de visita, mencionó a “la hermana Pishcu Chaqui”; ¿creen que alguien se rio? Nadies. Los moradores bien formales y circunspectos.
Y es que sí, Domi tiene el nervio misionero de ir, de llegar. En sus recorridos logra visitar todas las comunidades del distrito, 35 en total, dos veces al año, sean católicas o no (los evangélicos, como todos, la aprecian y ríen con sus bromas). En ningún otro puesto de misión alcanzan tal nivel de acompañamiento. Y son viajes duros, donde se duerme en el piso, se come con la gente, se han de cargar bultos pesados y a menudo no hay baño. Pues ahí está Pishcu Chaqui con sus 64 primaveras, admirable. El resultado es que todas las comunidades están mínimamente organizadas; de hecho, acuden a la tantarina (encuentro de formación en Angoteros) personas de 20 localidades, lo cual es una muy estimable proporción.
Pishcu Chaqui es más conocida en el Napo que Messi. Se para por la calle con todo el mundo, a la casa está entrando gente constantemente. Hay un niño de un par de años que se llama Joselu que baja la cuesta y no deja de gritar con media lengua: ¡Domi caramelo! Hasta que consigue su objetivo. No hay lugar donde no la reconozca alguien. El otro día, al subir al deslizador, como no habían anotado su apellido en la lista, el muchacho le puso “Domitila Coquinche”: Coquinche es el apellido más habitual en la zona, medio pueblo kichwa se llama así… ¡la consideran uno de ellos!
Domi ha logrado lo máximo para un misionero, qué orgullo y envidia sana. Cuando hace de anfitriona recibes multitud de pequeños detalles: comidas ricas, un ronsito por la noche, preparar keke juntos… Intenta siempre que se trabaje unidos y se esté a gusto en casa, a pesar de las cucas, las goteras que se cuelan entre las hojas de irapay y los crujidos de la pona cuando se camina en la noche.
Aunque tiene un polo que pone “ATEA”, Pischu Chaqui es un ave profundamente creyente que, cada noche, antes de volar al sueño, se remonta al Dios de la vida. Es la suya una fe libre y amazónica, cuyas mediaciones son la belleza de la naturaleza y la nobleza de los indígenas. La foto recoge el momento de “la limpia”, donde el chamán purifica el cuerpo y el alma mediante las hojas en movimiento y el humo del mapacho (tabaco). La veo así, arrodillada de espaldas, y me parece más viejita, casi a merced de los espíritus de la selva.
De hecho, cuando releo lo que ya escribí sobre ella («Pakrachu Madrina» 21 de agosto de 2017)) y miro nuestros rostros, me asombro de que hayan pasado ¡casi seis años! Es escalofriante pensar que sus responsabilidades de entonces al frente del Vicariato, ahora las tenga yo; una especie de broma del destino. Porque soy “pesca suya”, y hoy, con muchas más experiencias compartidas desde aquel 2017, esas palabras se me quedan cortas.
Siempre me hace falta más de una entrada cuando se trata de ella, su vida es tan intensa y rebosante. Pero no puede estar ya sola en la misión, le va costando. Si hay algún misionero o misionera genuino que desee navegar con Pishcu Chaqui y llevar en equipo sueños y tarea, que me contacte y conversamos. No se arrepentirá.