Durante su asamblea anual el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, a través de sus misioneros y misioneras ratificaron su voluntad de escucha, acompañamiento y apoyo a las poblaciones originarias. Además, celebraron a su patrón, Santo Domingo de Guzmán, y presentaron su Plan Pastoral.
El último 7 de agosto el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, en el suroriente de la Amazonía peruana, realizó la Asamblea Anual del Vicariato para así compartir sus progresos en cuanto a los trabajos pastorales en cada una de las localidades. Todo ello en el marco de la fiesta de Santo Domingo de Guzmán del último 8 de agosto, pues es el patrón de esta jurisdicción eclesiástica.
Dicha reunión se llevó a cabo de forma combinada. Por un lado se realizaron pequeñas reuniones presenciales en varias sedes y, por otro, se virtualizaron algunos de los espacios comunes y el tiempo dedicado a la plenaria. Unas 150 personas estuvieron presentes desde diferentes puntos del vicariato que abarca toda la región Madre de Dios, la provincia de La Convención (Cusco) y la zona del Bajo Urubamba, en Ucayali. Por ejemplo, desde Puerto Maldonado hubo unas 50 personas, otras 30 desde la zona minera, unos 20 en Mavila, 8 en la provincia del Tahuamanu, unos 35 desde la capital de La Convención, Quillabamba, y por último diez miembros más desde la Misión de Kirigueti. También, en algunos momentos, se conectaron integrantes desde la zona del VRAEM, aunque con ciertas dificultades de conectividad.
Durante la reunión se trabajó el Plan Pastoral 2022-2026, un documento en el que se han establecido varios puntos principales. El obispo del VAPM, Monseñor David Martínez de Aguirre, explicó que se han descubierto nueve desafíos que se tienen como iglesia “al interior”, entre los que destacan la capacidad de acogida, las relaciones de hermandad, la vivencia de las celebraciones, además del trabajo con las familias. Además, durante este proceso, se han descubierto otros “cinco temas generadores que nos interpelan a dar una respuesta desde el evangelio, entre los que se encuentran destacados, la corrupción, la desintegración familiar, los impactos socio-ambientales, la migración y la pandemia”. Para responder a esto, el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado se ha marcado diez líneas de actuación presentadas como documento en esta Asamblea del Vicariato.
Se mencionaron también las líneas de acción a seguir: Generación de procesos de formación integral para los agentes de pastoral, profundización de la espiritualidad, promoción de la identidad cristiana y participación en la iglesia, reorganización de la misión apostólica, fortalecimiento de los ministerios ordenados y laicales, impulso de la iglesia en salida, acompañar el compromiso de fe de los agentes pastorales y comunidades cristianas, promoción de la responsabilidad personal y social frente a las situaciones de pobreza, integración de cosmovisiones y manifestaciones vivas de las distintas etnias y culturas dentro de la celebración litúrgica y la realización de encuentros fraternos, cercanos y festivos en las celebraciones.
Monseñor David también se refirió al trabajo de la iglesia católica en el Perú y la renovación de sus compromisos en el marco de este 9 de agosto en el que se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Aseguró que, como Iglesia, que busca mostrar y socializar “la riqueza ancestral y cultural de nuestro país cuyo centro se halla en las tradiciones y las personas que conforman dichos pueblos indígenas”. Además, remarcó que los misioneros y misioneras dominicas, presentes por más de un siglo en el sur de la Amazonía peruana, han podido identificar y aprender de ello durante esta larga historia de convivencia e interrelación con los pueblos indígenas.
“Ha existido siempre un compromiso de la Orden de los Dominicos con esta realidad de los pueblos indígenas porque, en su contacto, hemos aprendido mucho y queremos que occidente también sea transformado por ese contacto”, reflexionó Martínez de Aguirre. De igual forma, recordó que la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado en 2018 renovó esos compromisos, pues se escuchó y confirmó el acompañamiento por la defensa de los territorios, de la cultura y de la vida.
Por otro lado, la hermana Zully Rojas, misionera dominica, explicó que parte del plan pastoral del Vicariato Apostólico ha determinado fortalecer sus acciones en relación a la recuperación del diálogo intercultural, formación y conocimiento de la cosmovisión indígena para el Anuncio del Evangelio. “Queremos retomar las visitas a las comunidades indígenas y también venimos conversando sobre la atención a la pastoral indígena urbana. El año pasado se apoyó a familias de diferentes etnias, casi 120 de comunidades Harakbut, Ese Eja, Matsigenka, Yines, Shipibos… junto a otras instituciones [...]”, comentó asegurando que, aunque la pandemia frenó las visitas a los ríos, sí se generó una mayor relación con los indígenas presentes en la ciudad.
Por último, la hermana Zully manifestó que los delegados del Vicariato se han enfocado en el trabajo de identificar los “aspectos irrenunciables” de la Pastoral Indígena. En esta tarea, según sostiene, se ha trabajado en interconexión y diálogo con el resto de vicariatos de la selva, como parte de una misma red, con el fin de establecer los aspectos irrenunciables y actividades que permitirán la coordinación de líneas de acción comunes como vicariatos amazónicos.
Nota elaborada con el apoyo de: Radio Madre de Dios (Puerto Maldonado)
“Estar muy atentos a la misión muy especial que tenemos en la Amazonía”, una necesidad en la que insistía el cardenal Claudio Hummes al inicio de la Asamblea Ordinaria de la Conferencia Eclesial da Amazonía (CEAMA), que ha sido realizada este 30 de julio en modo virtual.
Por Luis Miguel Modino – Prensa CELAM
Un camino en busca de la reforma de la Iglesia
Según el presidente de la CEAMA, el Papa Francisco nos llama a poner en práctica, y eso depende sobre todo de los obispos, a tomar en serio la misión que tenemos después del Sínodo para la Amazonía, un proceso en busca de la grande reforma de la Iglesia. Por eso pedía que cada uno se pregunte si alguna cosa cambió de verdad en las diócesis, vicariatos y prelaturas y si la gente es consciente de ese cambio.
Para el presidente de la CEAMA es necesario ser una red, no trabajar aislados, que la red no se quede en una idea. El cardenal Hummes enfatizaba la necesidad de tomar conciencia de que estamos en un proceso de reforma que el Papa Francisco propuso a la Iglesia. En ese camino de la CEAMA, la Asamblea Ordinaria, que tiene lugar tres veces por año, ha querido ser en esta ocasión una oportunidad para hacer avanzar el proceso de formulación de un plan pastoral para la Amazonía, según el purpurado. Por eso llamaba a “no quedarse en formalidades y buscar cosas reales que hacen avanzar el proceso”.
Avanzar en el Plano de Pastoral de Conjunto
La Asamblea ha sido momento para informar de los pasos dados en el primer semestre de 2021 y de avanzar en la construcción del Plan de Pastoral de Conjunto, así como contribuir con la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. Ese plan pastoral se divide, según el padre Alfredo Ferro en 6 puntos, que resumen los objetivos estratégicos de la CEAMA: escuchar-visibilizar-intercambio; dinamizar la práctica pastoral en clave sinodal; comunicación; formación; diálogos y alianzas; y consolidación de la CEAMA.
El secretario ejecutivo de la CEAMA mostraba las grandes apuestas, fundamentadas en las conversiones y sueños presentes en el Documento Final do Sínodo y en Querida Amazonía, que abordan las dimensiones socio-política, cultural, ecológica, pastoral-eclesial y sinodal. Los objetivos estratégicos se concretan en planes pastorales, experiencias, que nacen de lo concreto, de lo específico, algo a ser realizado por diferentes instituciones que conforman esa red: Celam, CEAMA, REPAM, CLAR y Caritas.
Plan de Conjunto para complementar los planes de cada Iglesia particular
Los participantes de la Asamblea han destacado la necesidad de armar un Plan Pastoral de Conjunto que complementa los planes pastorales de cada Iglesia particular, de ayudar a que la novedad que supone la CEAMA pueda ir creciendo y aportando a la Iglesia universal en el proceso de renovación que Laudato Si y Fratelli tutti nos indican. En ese sentido, existen elementos, que nacieron de la reflexión sinodal y que no pueden ser olvidados, como es la ministerialidad, el rito amazónico, el acceso a la Eucaristía o el diaconado.
La CEAMA representa una novedad del Espíritu, que va tejiendo caminos, algo que estamos llamados a comunicar al mundo. También es importante que las diferentes comisiones puedan ir avanzando, que en ellas se envuelvan más personas, para que sea eclesial y no queden reducidas a un pequeño grupo, que se vaya dando una mayor articulación con las conferencias episcopales y las diócesis, entender que estamos ante una oportunidad de un aprendizaje conjunto de sinodalidad, de pensar lo general desde lo local y viceversa.
Incluir a las personas del territorio
En ese sentido, se ha señalado la importancia de incluir a personas del territorio en la reflexión de las comisiones y de promover una reflexión teológica, de que sea un plan eclesial, no solo episcopal, de la relación entre las diferentes instituciones, de escuchar, intercambiar y visibilizar como elementos importantes para llegar a esa Iglesia renovada en clave sinodal, de ser una Iglesia ministerial con la participación de la mujer en los ministerios, de formar a los agentes de pastoral y los seminaristas para crear esa Iglesia de rostro amazónico.
La Amazonía es un lugar donde destaca la importancia de la pedagogía de lo pequeño, donde se va sembrando y germinando poco a poco. Por eso, es fundamental que no pidamos frutos antes de que germine la semilla. Para ello es necesario que se vaya dando una sensibilización con los contenidos que van surgiendo, con la nueva manera de trabajar, avanzando en ideas que puedan ser después un aporte más allá de la Amazonía, pensando en el Sínodo de los Obispos.
Reconocer las prioridades y responder a ellas como Iglesia
Los participantes han discutido sobre los aportes al Plan de Pastoral de la Iglesia amazónica, destacando que es importante reconocer las prioridades y responder a ellas como Iglesia, buscar desde la comunión líneas y acciones comunes, teniendo en cuenta las tradiciones comunes. En ese sentido, la CEAMA es llamada a recoger aspectos comunes de los planes diocesanos de pastoral y ofrecer elementos comunes, líneas y no acciones concretas, que pueden ser rescatados de manera local, viviendo así el principio de subsidiariedad. Dar líneas y no planes estructurados, generando modelos de acción que pueden ser replicados en otros espacios.
En la Iglesia de la Amazonía es necesario impulsar el laicado, a quienes deben ser ofrecidos procesos de formación, como presencial eclesial reconocida, que llene el vació pastoral, especialmente en las periferias. Eso porque tiene que ser abordadas situaciones que piden una respuesta, como es la celebración de los sacramentos en las comunidades, sin la presencia del ministro ordenado, dar mayor valor a la Palabra de Dios. Se trata de superar esquemas clericales.
En el Plan Pastoral de la CEAMA, que debe promover una estructura eclesial desde una Iglesia Pueblo de Dios, se debe buscar un criterio social que lleve a defender la Amazonía, el bioma y sus pueblos, de los deseos de apropiarse de ella desde el interés económico, de rescatar los saberes de las culturas ancestrales. Sabiendo que no es fácil empezar nuevos caminos, la CEAMA no puede olvidar que ese Plan Pastoral del Conjunto es fruto del mandato del Papa, que ve la Amazonía como lugar de nuevos caminos, una idea que viene de Aparecida.
Aportes a la Asamblea Eclesial
La Iglesia amazónica tiene diferentes elementos a aportar a la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que será celebrada de 21 a 28 de noviembre y que hasta el 30 de agosto está viviendo su proceso de escucha. Entre los elementos destacados están promover el protagonismo del laicado y de la mujer, a través de equipos misioneros; la evangelización vinculada al territorio y a la cuestión de la ecología integral; la formación en todos los niveles: laicado, seminarios, formación permanente del clero; superar la visión del sacerdote como aquel que tiene la “la última palabra”; llevar las conclusiones del Sínodo y Querida Amazonía al corazón de la Asamblea Eclesial; la inculturación; los “viri probati”; fortalecer el papel de las comunidades en los procesos de evangelización; los aportes sobre la crisis climática y ambiental desde una espiritualidad para la ecología integral.
La Asamblea Eclesial, desde la experiencia del Sínodo, es momento de escucha, de envolvimiento de los diferentes pueblos, de la periferia, de poner a los pobres en el centro, de ser una Iglesia aliada, samaritana, de los pueblos originarios, no solo desde el asistencialismo. En verdad, se puede decir que la Iglesia en la Amazonía va un paso adelante en el proceso sinodal, que lo vivido en el proceso sinodal en la Amazonía busca aquello que propone la Asamblea eclesial.
Agradecimiento de la presidencia de la CEAMA
Tanto el presidente como el vicepresidente de la CEAMA agradecían la participación de los presentes en la Asamblea. Segundo Mons. David Martínez de Aguirre se van dando pasos, “se ha cogido el testigo y estamos en una nueva etapa de ir afianzando y pasando del qué debemos hacer al hacer”, recordando las palabras del cardenal Hummes. Según el obispo de Puerto Maldonado, “vamos asentando poco a poco las ideas de cómo queremos coordinar con las diferentes entidades, Celam, REPAM”.
En los próximos meses, pensando en la asamblea plenaria de octubre, es momento de “ir escuchando como queremos ir concretando los avances en el plan pastoral”. Por eso insistía en que poco a poco se va viendo que “la CEAMA no es un sueño y sí algo concreto”, algo que se irá viendo “en las comisiones, llamadas a recoger la vida del territorio y de las Iglesias particulares, en un camino de ida y vuelta, que poco a poco va generando vida”.
Finalmente, el cardenal Claudio Hummes destacaba que podemos “estar felices porque hicimos avances importantes, fundamentales”. El presidente de la CEAMA llamaba a “convencernos que tenemos un mandato que viene del Sínodo, a través del Papa, para que la CEAMA avance en el Plan de Pastoral, que no se ha hecho de arriba para abajo, y sí contando con la participación de las bases”. Por eso, pedía “que nos inquiete el llegar a una participación eclesial, caminar en caminos nuevos”.
Las parroquias y misiones de la selva peruana, organizadas en ocho vicariatos apostólicos y una prelatura, llevan semanas socializando, visibilizando y animando a la participación de los fieles y población en general en este proceso histórico impulsado desde el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). El objetivo: que las voces de la Amazonía sean escuchadas y consideradas de ahora en adelante.
A pesar de que la conectividad es la principal limitación, puesto que los aportes se están recogiendo vía web, los obispos, sacerdotes, misioneros/as, laicos/as y fieles que conforman la Iglesia amazónica en Perú vienen viviendo con alegría, fe, ilusión y esperanza el proceso de escucha impulsado desde la Asamblea Eclesial para América Latina y el Caribe que se celebrará el próximo mes de noviembre en México. Este evento, impulsado desde el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), viene promoviendo desde hace algunos meses la participación desde todos los rincones de la Iglesia en Latinoamérica.
Con la experiencia previa del proceso de escucha para el Sínodo de la Amazonía y, en muchos casos, tomando la base de lo recogido entre 2018 y 2019 desde las comunidades y ciudades de la selva peruana, los vicariatos apostólicos del Perú, ocho en total, están inmersos en esta nueva escucha que será de suma importancia para el devenir y las decisiones eclesiales futuras en la región. Así lo aseguran desde todos ellos que, desde hace semanas, vienen adaptando y socializando materiales de acuerdo a cada realidad, reuniéndose de diferentes maneras (desde lo local hasta lo intervicarial) y animando a la máxima participación siendo la fecha límite para subir los aportes a la web (https://asambleaeclesial.lat/) el próximo 30 de marzo.
La hermana María José Cruz es la coordinadora para esta Asamblea Eclesial dentro del Vicariato San José del Amazonas, en el norte de la Amazonía, eminentemente rural y con varias zonas de frontera tanto por el río Amazonas, como por el Napo y el Putumayo. Son 16 puestos de misión para más de 150.000 km2. Para llegar hasta todos, un equipo vicarial inició este proceso preparando un folleto “donde explicamos qué es la Asamblea Eclesial, cómo debemos participar, y se pusieron las preguntas principales para que en las parroquias los padres y encargados pudieran hacer el trabajo con la gente”, cuenta la religiosa.
En la misa dominical del 27 de junio este folleto se socializó con la feligresía. Además, tanto eso como un tríptico ha sido llevado y compartido en las comunidades durante todas las visitas pastorales del mes de julio. Poco a poco las respuestas ya han ido llegando hasta la sede central del Vicariato que será la encargada de ‘virtualizar’ las respuestas en la plataforma del CELAM. “En este mes el Covid-19 ha vuelto a incrementarse en nuestro vicariato y se han tenido que suspender muchas actividades, eso nos viene retrasando un poco, pero todavía nos quedan algunas semanas para seguir recogiendo aportes”, explica la hermana María José.
En el otro extremo, desde la parroquia de Boca Colorado del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, el padre Jesús Huamán es el interlocutor entre la Conferencia Episcopal Peruana y el Consejo Pastoral del Vicariato para este proceso de escucha. “Tenemos la experiencia de participación en el proceso de escucha del Sínodo Panamazónico, así que este modo de participación no nos es extraño. Quizás lo nuevo es que las respuestas deben subirse a la web”, comenta el sacerdote. Cuenta que la difícil geografía para llegar a todos los fieles y la conectividad son los grandes obstáculos, pero los párrocos, misioneros y misioneras vienen alentando la participación. Este próximo sábado, 7 de agosto, en la reunión general del Vicariato se podrá tomar al pulso al proceso y “dar un último impulso” para las últimas semanas de plazo.
Desde Yurimaguas, una de las misioneras más veteranas del vicariato, María Luisa Maduell, está a cargo de este proceso en la zona. Cuenta que, a inicios de junio, tras la comunicación de Mons. Jesús María Aristín, una comisión conformada el propio obispo, un sacerdote, y cinco laicos (ama de casa, profesores, técnico de enfermería y misionera) se reunió “con mucho entusiasmo para estudiar la documentación y pensar cómo animar a los misioneros”. De ahí se envió una carta general a todo el Vicariato convocando “a todos los que les fuera posible”, a una reunión virtual que congregó el 19 de junio a 42 zonas, más de 60 personas. Un punto de partida alentador que, con el correspondiente envío de materiales, impulsó un proceso que se viene dando al interior de todo el vicariato con alegría y esperanza.
En el Vicariato de Pucallpa el primer compartir general, que se está subiendo ya a la plataforma del CELAM, salió desde la reunión virtual del 3 de julio. Así lo comenta el padre Luca Zanta, encargado de la Comisión Vicarial para esta Asamblea Eclesial. Unas 180 perseonas entre sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas del Vicariato. “Fue una buena participación, estuvieron presentes desde todas las comunidades, tanto de la ciudad y de los ríos”, indica. Para los ríos, especialmente el Ucayali, donde la conectividad es muy limitada se han trazado otras estrategias para que la voz de los hermanos ribereños e indígenas también llegue y pueda ser escuchada.
Retiros de animadores cristianos por zonas, presenciales, aunque con las medidas de seguridad, así como eventos virtuales temáticos (de jóvenes, de salud…) son las otras herramientas que se vienen impulsando desde el Vicariato de Pucallpa, en la selva central peruana. “Aunque sabemos que la mayor parte de la población está en la ciudad, en Pucallpa, queremos que la voz de nuestros hermanos del río, tanto mestizos como indígenas, también pueda estar presente y ser valorada”, indica el padre.
Desde Iquitos el proceso también está activo, aunque las semanas anteriores el nombramiento y posterior ordenación de su nuevo obispo, Mons. Miguel Ángel Cadenas, tuvo a la mayor parte del Vicariato ocupado. Este 2 de agosto se ha realizado, dentro de las actividades previstas, a un evento presencial y virtual que además ha sido difundido en directo desde las redes sociales y la emisora del Vicariato, La Voz de la Selva. Maribel Portocarrero, como laica, ha asumido la coordinación y cuenta que, al igual que en otras jurisdicciones, también se han adaptado los materiales a fin de que toda la feligresía y población en general entienda este proceso de forma fácil y accesible. “El Papa Francisco nos anima a ser partícipes y llegar a todos los hermanos y hermanas, sin exclusión”, comenta. Los maestros son otro público clave y con ellos también se está articulando y promoviendo el proceso. “Sé que vamos a tener buena acogida y vamos a lograr que la voz de muchas personas de la Amazonía sea escuchada en esta asamblea”, dice Portocarrero con alegría, fe y esperanza.
Aunque apenas cuenta con cinco sacerdotes y un total de 27 misioneros para atender sus ocho parroquias, el Vicariato Apostólico de Requena también está haciendo un gran esfuerzo para participar. Fray Antonio Zambrano, que se encuentra en Contamana, al sur del Vicariato ha sido aquí la persona designada como coordinador por el obispo Mons. Juan Oliver. “El proceso de escucha se viene realizando principalmente en los lugares de misión que cuentan con un misionero y, en las zonas más urbanas, se incentiva a que los fieles ingresen a la web de la Asamblea Eclesial y presenten sus propuestas”, indican desde Requena, “también hay reuniones en círculos más pequeños del grupo de samaritanos, el coro, catequistas… Con lo poco que se puede hacer se pretende escuchar las voces más profundas y el sentir auténtico de nuestros hermanos y hermanas de las poblaciones”.
También se ha unido a este proceso de escucha la Prelatura de Moyobamba, presente principalmente en el departamento de San Martín. Desde allí, como presidente de la Comisión de Escucha para esta Asamblea Eclesial, el padre Toribio López Cahuaza asegura que desde el mes de junio "estamos entusiasmados con esta tarea", pues ya se han dado varias reuniones "para reflexionar sobre el documento junto a nuestros hermanos y hermanas". A través de diferentes instituciones, como Cáritas, las tres Oficinas de Educación Católica (ODEC) o movimientos laicales como la Renovación Carismática se está tratando de llegar a todos para que, además de reflexionar y compartir, ingresen en la plataforma web y puedan subir sus aportes. La próxima cita es el 19 de agosto, donde se irá culminando el proceso en este sector de la Amazonía peruana.
Al igual que los vicariatos mencionados, con similares coordinaciones y también parecidas dificultades principalmente geográficas y de conectividad, que son subsanadas a base de voluntad e ingenio, el proceso de escucha para la Asamblea Eclesial viene caminando en otros sectores como el Vicariato de San Ramón, en la selva central peruana, y el Vicariato de Jaén, en la selva nororiental. Todos con la finalidad de que la Amazonía sea escuchada y que su voz tenga un papel importante dentro de la toma de decisiones a nivel latinoamericano siendo un bioma fundamental no solo para el continente, sino a nivel mundial como recogió el Papa Francisco en su exhortación post-sinodal ‘Querida Amazonía’.
El 26 de mayo de 2019 el distrito de Lagunas, en plena selva amazónica peruana, fue el epicentro de un sismo de 8.0 grados. No hubo daños personales, pero sí materiales. Varios edificios de la ciudad, que tiene 351 años de historia, quedaron dañados. La Iglesia Matriz quedó en semi ruina. Dos años después, con fieles llegados incluso de las comunidades más alejadas, se ha inaugurado el nuevo templo bajo la advocación de la Inmaculada Concepción de María, patrona de Lagunas.
Por: Miguel Ángel Marugán, misionero pasionista y párroco de Lagunas
Expectante ante un acontecimiento singular e histórico. Así se levantó el 25 de julio gran parte de la población de Lagunas, en la provincia de Alto Amazonas de la región Loreto (Perú). Esa tarde, a orillas del río Huallaga, se iba a inaugurar y bendecir la nueva Iglesia Matriz de la Parroquia Inmaculada Concepción, que comprende la ciudad de Villa Lagunas y 50 comunidades nativas de las cuencas del Huallaga, el Marañón, el Nucuray y el Pavayacu. Todo ello, además, en el marco de la celebración del centenario del Vicariato Apostólico de Yurimaguas del que forman parte.
Hacía más de dos años que los fieles, allí, no tenían una iglesia parroquial donde celebrar su fe desde que el 26 de mayo de 2019 un sismo dejase la Iglesia Matriz en semi ruina. Ahora, la nueva Iglesia era como un mensaje de esperanza entre tantos meses de miedos, dificultades y pandemias.
Se notó desde la semana previa al 25 de julio, fiesta de Santiago Apóstol y, además, conmemoración del 351 de Lagunas. La señal más evidente fue, sin duda, la llegada de más de 60 animadores y animadoras cristianas y catequistas desde casi todas las comunidades nativas que abarca la parroquia. Junto a ellos fueron fructíferos días de encuentro, formación, celebración, trabajo y vivencia de la fe en comunidad. Jornadas intensas en que, estos hombres y mujeres, endurecidos por la vida del campo y del río, pero llenos de sentido de fe, fraternidad y compromiso, vivieron experiencias y momentos únicos que guardarán por siempre en su memoria y su corazón. “Nunca habíamos vivido todo lo hemos podido vivir estos días”, repitieron en múltiples ocasiones.
Formación, trabajo y “un baño de realidad”
El tiempo se quedó corto, pero se exprimió al máximo. Hubo espacio para la formación, e incluso 27 de ellos se prepararon para recibir, durante la ceremonia de bendición de la nueva Iglesia Matriz, el sacramento de la Confirmación de manos del obispo del Vicariato Apostólico de Yurimaguas, Mons. Jesús María Aristín. Hubo espacio para el trabajo en equipo empuñando el machete para, durante un ‘mañaneo’, limpiar los alrededores del nuevo templo. No faltaron ni las risas, ni el masato y, por supuesto, la alegría desbordante de estos hombres y mujeres sencillos.
Pero sin duda, en medio de tanta actividad, tuvieron otra experiencia que les ha marcado y les ha hecho sentir que su voz puede oírse y sus denuncias tienen eco. Ocurrió el viernes 23, tras el trabajo matutino. Reunidos en los ambientes de la parroquia, tuvieron un encuentro virtual proyectado en pantalla grande. Al otro lado estaba la doctora Janet Emilia Álvarez, Jefa de la Defensoría del Pueblo de la región San Martín. Durante una hora y media los propios animadores cristianos, que en muchos casos son también Apus y autoridades civiles de sus comunidades, les relataron las situaciones que viven en sus lejanas comunidades.
¿Y qué temas les preocupa? Sobre la mesa pusieron, por ejemplo, la desatención en la educación por parte de muchos docentes, que más que docentes son ausentes. También la mala o casi nula atención médica y de salud que en ocasiones provoca muertes de mamás jóvenes gestantes, como la hija del señor Mauro Yuyarima Cainamari, Apu de San Fernando de Tipishca, en el Nucuray, que habló en primera persona. ¿Otro más? La desatención de la Reniec, haciendo que muchos moradores, niños y adultos estén aún en estos tiempos sin DNI. Y un largo etcétera, tanto como lo que duró esta valiosa oportunidad de diálogo.
Fue una reunión muy emocionante al comprobar que esos hombres, aunque habitualmente de pocas palabras, sí tienen voz y saben perfectamente expresarse cuando se les escucha. Fue un “baño de realidad” para esas doctoras que escucharon situaciones reales y muy graves de personas que tienen que viajar en ‘peque-peque’ hasta dos y tres días para hacer cualquier sencillo trámite y que, en muchas ocasiones, ni siquiera lo logran porque la oficina está cerrada o alguien les dice “vuelva usted en unos días”. Situaciones de profesores que están meses sin presentarse en las comunidades pero, a fin de mes, cobran íntegro su sueldo o de puestos de salud cerrados ante las emergencias porque sus técnicos están de huelga.
El orgullo de ser Animador Cristiano
Desfilar como Animadores Cristianos de la Parroquia en la Plaza de Armas el día del 351 Aniversario de Lagunas; llevar en procesión, junto a cientos de laguninos, a la imagen de la Patrona de Lagunas desde la parroquia hasta el nuevo templo; y ser parte de la Historia de Lagunas participando en la Consagración de la Iglesia y siendo confirmados por el mismo obispo en esa celebración, hará que estos hombres y mujeres, endurecidos por la vida del campo y del río, pero llenos de sentido de fe, de fraternidad y de compromiso, nunca olviden el 25 de julio de 2021.
Como parte de las actividades por fiestas patrias, la mañana de este martes 27 de julio, se realizó en la catedral de Jaén (Cajamarca) la misa y Te Deum por los 200 años de independencia del Perú, actividad religiosa presidida por Monseñor Alfredo Vizcarra Obispo del Vicariato San Francisco Javier y en la que participaron las principales autoridades de la provincia.
Por: María Luisa Álvarez, Radio Marañón
En la homilía de la eucaristía, Monseñor Vizcarra Mori, presidente del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica CAAAP y coordinador de la REPAM en Perú, se refirió a algunas de las lecturas y el evangelio de este día, relacionándolos con la libertad y la independencia. “La aspiración a la libertad es propia de nuestra condición humana, ser libres nos viene de él [Dios] en nosotros no es algo ya acabado, ya conseguido sino algo a alcanzar constantemente” reflexionó.
“Ser libres es no estar sometidos a nada ni a nadie, es algo que tenemos que buscar siempre para nosotros y para los demás… doscientos años después seguimos organizando nuestras vidas bajo estructuras desiguales, abusadoras, estructuras que permiten la corrupción la impunidad” comentó el representante de la iglesia católica en Jaén.
Enfatizo en el llamado a las autoridades y la población en general en trabajar por el “bien común”.
“No se trata de generar enfrentamientos sino de construir una patria para todos, un hogar una casa en la que todos puedan ser reconocidos como personas con los mismos derechos, deberes y oportunidades…. unidad en diversidad volviendo apostar por el bien la verdad y la justicia, creer en esto; María es nuestro ejemplo, ella creyó en la gran alegría de un mundo nuevo y un mundo mejor que se le anunciaba en la reencarnación de Dios en ella” culminó el obispo de Jaén.
El peruano Diego Hernández, con raíces iquiteñas, ha lanzado una colecta en la plataforma ‘Go Fund Me’ y ‘PayPal’ cuya recaudación será entregada al proyecto impulsado desde el Vicariato Apostólico de Iquitos y Radio La Voz de la Selva. La campaña se lanza en memoria de Oraldo Reátegui, director de LVS fallecido recientemente.
Por: Vicariato de Iquitos (NDP)
Con profundo agradecimiento hacia las personas de buen corazón, el Vicariato Apostólico de Iquitos informa que se ha lanzado una colecta virtual masiva a través de la plataforma ‘Go Fund Me’ y mediante ‘PayPal’ con el objetivo de seguir construyendo emisoras de radio solares y ecológicas para dar un medio de estudio a los niños y niñas de las comunidades indígenas y ribereñas de Loreto. Esta iniciativa ha surgido en Berlín (Alemania) gracias al interés y colaboración del peruano Diego Hernández, gestor de ‘Eck Echo’, una plataforma de música y cultura peruana, que el año pasado entró en contacto con el vicariato, pues promovió en Europa una campaña solidaria para aportar en la compra de las plantas de oxígeno durante la primera ola de la pandemia por el Covid-19.
“Aunque crecí en Lima y estoy desde 2007 en Alemania mi abuelo era de Iquitos y mi papá nació allí”, explica Hernández, “cuando el año pasado la Amazonía estaba sufriendo tanto nos movimos desde aquí y así fue que entramos en relación con el Padre Miguel Fuertes”. Meses después el contacto continuó hasta que, a inicios de este año, enterado del proyecto impulsado para la construcción y donación de radios ecológicas surgió una nueva idea. “Pensé en hacer una compilación de música electrónica de artistas peruanos que se llama ‘Radio Amazonía’ y que ya se puede adquirir y, al descargarla, la gente aporta para la campaña”, comenta desde Alemania.
El trabajo le ha tomado varios meses, pero ya es realidad. Ahora, desde cualquier país del mundo, se puede colaborar fácilmente con este proyecto que viene dando trabajo a 25 familias locales y llevando educación a cientos de niños y niñas de diferentes comunidades. A finales de junio el Vicariato entregó a representantes de unas 40 comunidades los primeros 1.200 receptores, aunque el objetivo es lograr fabricar y donar 7.000 radios.
La colecta virtual impulsada por Diego Hernández cuenta con tres canales para hacer llegar la ayuda: Go Fund Me, PayPal y la compra de la compilación de Radio Amazonía. “Hemos fijado una meta alta de 50.000 euros y, si la alcanzamos, puede abarcar para fomentar también el programa de capacitación de docentes”, detalla Hernández, “pero la meta en sí de construcción de los receptores está en los 40.000 euros. Todo suma, sabemos que todo va a ser de ayuda”.
Entidades culturales y personas de varios países ya se han sumado a la causa como ‘Radio Gladys Palmera’, ‘Radical Sounds Latin America’, ‘Asociación Zambo Cavero’, ‘Club Coco’ y ‘Voodoonight Mx’, entre otras. A todos ellos, que a través de sus redes y contactos vienen difundiendo la iniciativa, se extiende el agradecimiento a nombre de todo el Vicariato y de la comunidad educativa loretana.
Cabe mencionar también que esta campaña se lanza en memoria del comunicador y educador Oraldo Reátegui, quien era parte fundamental del proyecto desde su posición de director de Radio La Voz de la Selva y falleció el 1 de julio a causa de Covid-19. De hecho, las fotografías y videos que presentan esta colecta se han elaborado gracias a sus grabaciones y envíos pocas semanas antes de enfermar.
Como coordinador de este proyecto, el Padre Miguel Fuertes reitera la gratitud de todo el Vicariato “a todas las personas que vienen colaborando de una u otra forma” y recuerda que además de lleva educación a los niños se está brindando una oportunidad laboral a 25 personas en la ciudad de Iquitos “con todo lo que eso significa en un momento de crisis laboral causada por la pandemia”.
Cómo colaborar
1) Cuentas en Perú (Scotiabank) a nombre del Vicariato Apostólico de Iquitos. Referente “Programa radios”
Pasar del deber hacer al hacer, para así aplicar el Sínodo en el territorio, ese es uno de los grandes desafíos para la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). El Papa Francisco en Querida Amazonía, como ha recordado el cardenal Hummes en un comunicado, llama a eso.
Por Luis Miguel Modino
El presidente de la CEAMA nos recuerda que el Papa nos dice: "Quiera Dios que toda la Iglesia se enriquezca y sea interpelada por este trabajo [del Sínodo], que los pastores, consagrados, consagradas y los fieles laicos de la Amazonía se empeñen en su aplicación". Eso ha llevado, en palabras del cardenal Hummes a realizar, virtualmente, momentos de reflexión y discernimiento sobre "lo que debemos hacer".
Según el cardenal Hummes, quedarse en lo que debemos hacer, aunque sea algo bueno, “no es suficiente”. Por eso ve necesario pasar al hacer, afirmando que se están haciendo muchas cosas, pero que hay que dar eso a conocer, buscando trabajar “en red y en sinodalidad”.
Ir al encuentro de las comunidades para construir juntos
Eso implica, según el cardenal Hummes, “ir a las comunidades, presentándoles los resultados del Sínodo, escuchándolas y construyendo con ellas ‘los nuevos caminos’, y luego comunicar a toda la red ‘lo que estamos haciendo’". Son pasos a ser dados “a la luz de la Palabra de Dios y con mucha oración. Es el Espíritu Santo quien debe guiarnos”, insiste el cardenal.
El texto, teniendo como base el número 15 del Instrumentum Laboris del Sínodo, relata algunas de las amenazas que se ciernen sobre la Amazonía: la criminalización y asesinato de líderes y defensores del territorio; la apropiación y privatización de los recursos naturales, como el agua; las concesiones legales de tala y por la entrada de empresas de tala ilegal; la caza y la pesca predatoria, especialmente en los ríos; los megaproyectos: hidroeléctricas, concesiones forestales, deforestación para producir monocultivos, carreteras y ferrocarriles, proyectos mineros y petroleros; la contaminación provocada por todas las industrias extractivas que causan problemas y enfermedades, especialmente a los niños, niñas y jóvenes; el narcotráfico; los consiguientes problemas sociales asociados a tales amenazas, como el alcoholismo, la violencia contra las mujeres, el trabajo sexual, la trata de personas, la pérdida de cultura e identidad original (lenguas, prácticas espirituales y costumbres) y todas las condiciones de pobreza a las que están condenados los pueblos de la Amazonía (Fr.PM).
Ministerios
Junto con eso, aborda cuestiones más centradas en la vida pastoral de la Iglesia, como son “las reiteradas peticiones del Papa Francisco en multiplicar el número de diáconos permanentes en la región amazónica”, y junto con ellos, “el número de ministros laicos y laicas de los distintos ministerios instituidos, especialmente los indígenas”.
Para eso propone algunos pasos, como son “la apertura de escuelas de diaconado permanente, de catequistas y líderes comunitarios, ya sean mujeres u hombres, agentes misioneros con práctica sinodal, así como la renovación sinodal de nuestro actual clero y de los religiosos-as”. Deben ser escuelas que “tendrán que innovar e inculturarse, tanto en la metodología como en el plan de estudios”.
CEAMA Y REPAM en el proceso sinodal
Reconociendo que son algunos aspectos entre otros muchos, pide que el Espíritu Santo “mantenga encendido el fuego sinodal en la Iglesia Panamazónica”, invitando a la REPAM a juntarse con la CEAMA para asumir este proceso sinodal. Finalmente llama a que cada jurisdicción eclesiástica a dar a compartir lo que está haciendo “en torno a la ejecución de los compromisos, que adquirimos en el documento final de la Asamblea sinodal”, buscando así “visibilizar, reconocer, aprender, socializar y agradecer en un espíritu sinodal”.
El Vicariato Apostólico de Iquitos en Perú recibió el domingo a su nuevo obispo. Misionero agustino con 25 años de labor pastoral en la zona, destaca por su humildad y paciencia expresada en hechos y por su acompañamiento permanente a las comunidades indígenas y ribereñas, así como a las periferias de la ciudad, en su búsqueda por una vida digna.
Por Beatriz García Blasco (REPAM-Perú) y Ginebra Peña Gimeno (fotografía)
“En el pueblo kukama el mundo está lleno de espíritus, de buenos y malos. El padre Miguel Ángel sabe bien cómo lo vemos nosotros, cómo le sentimos. Para nosotros el dueño del monte es el shapshico, que cuida los bosques y las plantas, para que no se deprede. Ahora, para nuestros ojos, para los ojos del pueblo indígena, el Padre es algo así como esa figura. Él cuida y protege todo lo que está dentro de la Amazonía”. Desde lo más profundo de su corazón Ribelino Ricopa, animador cristiano de la parroquia de Santa Rita de Castilla, en el río Marañón, nos regala esta reflexión.
También él, como cuidador, sostiene en brazos a su hijito de apenas medio año. Mientras el bebé juguetea con el micrófono Ribelino recuerda el sueño que tuvo meses atrás. Soñó que su amigo Miguel Ángel sería el próximo obispo. Y se lo contó. “Me dijo que cómo iba a ser eso, que no”, continúa, “pero mírale, ahora él está tomando posesión y le toca conducirnos”. Como gran conocedor de la cosmovisión kukama, el nuevo obispo de Iquitos, Mons. Miguel Ángel Cadenas, sabe la relevancia que los sueños tienen para los pueblos indígenas. “Son algo común de nuestra vida, por los sueños nos guiamos y conducimos”, prosigue el joven animador kukama. Él, como muchos a lo largo del Marañón y otros ríos de la zona, conoció al misionero agustino cuando llegó de España, a mediados de los 90. Ribelino era adolescente. Por más de diez años navegaron y conversaron juntos, siempre al ritmo que marcaba la selva, siempre movidos por la fe en Dios que se hace presente en cada rostro que se cruza en el camino. Su amistad permanece, pues tiene raíces profundas y se fortalece con los años. De hecho, el de Ribelino Ricopa ha sido uno de los nombres mencionados por Monseñor Miguel Ángel Cadenas luego de recibir la ordenación como nuevo obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos, en Loreto (Perú).
Ajeno a esta charla, apenas dos metros más allá, el sacerdote al que hoy todos llaman monseñor -aunque aún no se acostumbra- está prácticamente ‘atrapado’ entre quienes desean tomarse una foto con él, la del recuerdo. El grupo es variado. Desde niños y jóvenes de las parroquias hasta familias que, con sus bebés en brazos, piden que la imagen se acompañe de su bendición. Los focos se cuentan por decenas, no se sabe a quién mirar. También está el coro, uniformado de un vibrante color rojo y que, bajo la dirección de Rita Ruck, ha cerrado la ceremonia de ordenación al son de ‘los hijos de la selva te alabamos, Señor’ cantado en castellano y kukama. Una de las últimas es la señora Ligia, con quien Cadenas se funde en un emotivo abrazo, de los que no pueden explicarse con palabras. Unas mil personas han estado presentes, por más de tres horas, en esta gran fiesta de la Iglesia de Iquitos celebrada en el patio central del colegio San Agustín.
Entre todos ellos también están Celia, Nolia y Blanca, tres fieles de la parroquia de La Inmaculada cuyas sonrisas traspasan la doble mascarilla que, obligatoriamente, todos hemos respetado. Celia dice que no tiene palabras para expresar la felicidad que siente y que “hasta las lágrimas” la brotaron “varias veces”; Noila destaca “las grandes enseñanzas” del nuevo obispo; y Blanca rescata, ante todo, “su paciencia y su amor, ese que ahora nosotras tratamos de replicar”. También aguarda todo el equipo de la radio del Vicariato, La Voz de la Selva. Cuando es su momento Cadenas les agradece el gran esfuerzo por transmitir en directo, vía Facebook Live, la ceremonia a pesar de que quince días atrás falleciera su director, Oraldo Reátegui, a quien todos imaginan correteando de un lado a otro comprobando que todo sale según lo previsto. Y es que no solo Iquitos, Loreto o Perú han podido así unirse en oración, sino que, en Laguna de Negrillos, el pueblo leonés donde nació, todos se han congregado para verle.
“Perdón por manchar los ríos con nuestros egoísmos”
Nunca Iquitos había congregado, posiblemente, tanta solemnidad a pesar de que, por precaución sanitaria, la ceremonia de ordenación no se celebre al interior de un templo. Entre los obispos presentes está el ordenante, Mons. Julián García Centeno, obispo emérito de Iquitos y una persona que siempre ha estado presente en la vida de Cadenas. No podía faltar y, desde España, ha viajado para la ocasión, pues años atrás fue quien le ordenó como diácono y como sacerdote. Como obispos concelebrantes está el también agustino Mons. Robert Prevost, obispo de Chiclayo, y el salesiano Mons. Martín Quijano, obispo de Pucallpa.
Incluso el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Mons. Miguel Cabrejos, ha acudido a la cita y, aunque el nuncio apostólico del Perú, Mons. Nicola Girasoli, no ha podido viajar envía un emotivo audio. Girasoli no solo alienta a Cadenas en esta nueva etapa, sino que agradece sinceramente al padre Miguel Fuertes su trabajo como administrador diocesano durante el tiempo que Iquitos ha estado, oficialmente, sin obispo desde que Monseñor Miguel Olaortúa falleciese en noviembre de 2019 de manera repentina.
Cadenas también está arropado por los obispos amazónicos del Perú. Desde el más veterano, el misionero franciscano Gerardo Zerdín, obispo de San Ramón, al último en ser nombrado, Mons. Jesús María Aristín, obispo de Yurimaguas. Mons. Alfredo Vizcarra, obispo de Jaén y presidente de REPAM-Perú; Mons. Javier Travieso, obispo de San José del Amazonas; y el ya mencionado obispo de Pucallpa están también ahí y, unidos en oración, le acompaña también Mons. Juan Oliver desde el Vicariato de Requena y Mons. David Martínez de Aguirre, obispo de Puerto Maldonado. Todo ello muestra, sin duda, de la unión y articulación que la Iglesia promueve a la luz del Sínodo Amazónico y la exhortación Querida Amazonía.
La ordenación se inicia con la siguiente petición de perdón, leída en castellano, kichwa y kukama y que nos recuerda cómo sufre la selva loretana, así como sus ríos y los pueblos que la habitan y a los que Cadenas trata de defender y acompañar siempre desde la escucha y el respeto:
“Perdón por no saber cuidar tu creación, por no aprender a respetar la belleza de los bosques, y exterminar áreas extensas de árboles. Perdón señor perdón”.
“Perdón por manchar los ríos con nuestros egoísmos y avaricias de querer ganar dinero sin tener en cuenta el sufrimiento de nuestros hermanos. Perdón señor perdón”.
“Perdón porque hemos convertido nuestra casa común en casa de muerte y desolación”.
Emocionante también el salmo, “el Señor es mi pastor, nada me falta”, cantado desde un sentimiento profundo por el joven kukama Golber Smith Pérez, en su propio idioma materno; así como escuchar, en medio del silencio reinante, el sonido del manguaré antes y después de la lectura del decreto apostólico de nombramiento; y los acordes del violín que, con delicadeza y dulzura, nos conduce a regalar un minuto de silencio por quienes la pandemia se llevó.
“La comunión no es estar todos de acuerdo”
Las palabras del nuevo obispo, en la parte final del evento, son las más esperadas. El reloj sobrepasa el mediodía y el sol golpea con fuerza. Pero nadie se mueve. El nuevo obispo toma el micrófono y se pone al frente del escenario. Luego de los agradecimientos, iniciando por Mons. Julián García Centeno por viajar desde España a pesar de su edad, y para la familia del anterior obispo, Mons. Miguel Olaortúa, Cadenas confiesa que su nombramiento le pilló “fuera de juego”. Sin embargo, poco a poco se fue reponiendo del “susto” inicial gracias al humor, los consejos y el cigarro de su mejor compañero, el padre y misionero agustino Manolo Berjón. Cuando lo cuenta una media sonrisa se intuye bajo la mascarilla y el público, que entiende el guiño, arranca un caluroso aplauso. Todos saben que ambos misioneros son una dupla, un equipo, pues son muchas las ocasiones en que Cadenas ha reconocido públicamente la gran inteligencia de Berjón y su inigualable aporte a la misión social y evangelizadora de ambos.
Y es desde ahí que nace su reflexión central y que pone énfasis en un verbo: tejer. “Las personas no somos aislados, estamos interconectados como dice el Papa Francisco en ‘Querida Amazonía’. O si no me permiten, utilizaré una imagen más amazónica. Estamos llamados a ser tejedores de comunión”, inicia. Hay múltiples contextos y dimensiones para hablar de tejidos. Desde el que se crea en el vientre materno, al de la sanación de una herida o al tejido que nace del trabajo, ya sea confeccionando una red o una tinaja de barro. Incluso en el mundo de hoy, ¿qué hacen las redes sociales sino tejer relaciones?
“Debemos buscar ese tejido más allá de los que piensan como nosotros, para fortalecer también los lazos en la Iglesia y los lazos de la sociedad”, pide Mons. Cadenas citando a San Pablo que dedicó su vida a formar comunidades cristianas. En esa línea, pide apertura al diálogo, que se propicie el encuentro y el entendimiento porque “la comunión no es estar todos de acuerdo, sino entrelazar y fortalecer los lazos por encima de las diferencias. No sólo evitar romper los hilos, sino tejerlos para hacerlos más fuertes”.
Al P. Miguel Fuertes: “Gracias por pilotar en medio de la tempestad”
Han pasado casi dos años desde el inesperado deceso de Mons. Olaortúa y, en ese tiempo, la labor del padre Miguel Fuertes, haciéndose cargo del Vicariato de Iquitos en los complicados meses de pandemia, no merece más que aplausos y agradecimiento. Y es aludiendo a esto que el nuevo obispo abrió las menciones especiales sobre las personas que “forman parte del tejido que Dios ha elegido para fortalecerme en la fe”.
“Al Padre Miguel le ha tocado pilotar esta Iglesia en medio de la tempestad provocada por el COVID-19. En el imaginario popular, el padre Miguel y el padre Raymundo Portelli, junto con miles de laicos cristianos, de acá de la ciudad y otras partes del Perú, han mostrado el rostro más compasivo y misericordioso de Dios, en medio de la tormenta y en medio de la oscuridad. Cuando imperaba el ‘sálvese quien pueda’. Ellos iniciaron una colecta para comprar la planta de oxígeno, que se convirtieron en cinco, y que terminaron tejiendo hilos muy fuertes que superan las dificultades”, recuerda y agradece. El auditorio enmudece y varias lágrimas se derraman al recordar aquellos meses que han marcado a todos los presentes con la pérdida de familiares y amigos.
El otro gran agradecimiento va para los Animadores Cristianos. Eso que Cadenas escribe con mayúsculas y sobre los que ha reflexionado varias veces. “Hacen un trabajo silencioso, pues presiden la comunidad cristiana y todos los domingos y fiestas realizan la Celebración de la Palabra de Dios. Ellos son claves en la vida de la Iglesia y en mi ejercicio ministerial”, recuerda. Pide perdón por no citar a todos, pero destaca a “Pedro Díaz, que murió ahogado en el río Marañón; a Antonio Vela, primer Animador Cristiano del pueblo indígena Urarina en el río Urituyacu; a Ligia Saboya y Sonia Caritimari, también del río Urituyacu; Ribelino Ricopa y a Pepe Alvez, de quienes tanto hemos aprendido; a Vidal Reátegui, de la comunidad de Nuevo Mundo en el río Amazonas; a Pancho Tello, en el río Chiriyacu; a Alejandro Uraco, uno de los primeros Animadores en la Parroquia de Nauta, todavía vivo; a Karina Guerrero, de la capilla de la Visitación, y a los responsables de las capillas de Masusa: Juan Manihuari, Héctor Moncada y Nancy Macahuachi”.
Buscando justicia desde la humildad
Hombre de pocas pero acertadas palabras, el padre Miguel Ángel se caracteriza por escuchar, analizar y encontrar sentido y explicación más allá de lo que se ve. Sobre su figura bastan dos citas leídas estos últimos días.
La primera, del periodista local Jaime Vásquez Valcárcelen el diario local ‘Pro y Contra’ dice así: “Si me pidieran una descripción de su rostro y de su hablar no dudaría en decir que en sus pupilas siempre está dibujado el dolor, la solidaridad con los que quieren mejorar un poco su condición de vida. No es retórica. No necesita de cumplidos. De todos los curas que conozco -y vaya que son muchos- es uno de los pocos que no habla de humildad, sino que la practica cotidianamente. Es lo más alejado de las poses y, a pesar que desde su nombramiento ha sido acosado por los periodistas, recibe con igual respeto a quienes le buscan por el puesto que estrena como a quienes le han buscado siempre. Porque él -junto con su ikarador Manolo Berjón- siempre ha estado vinculado a los grupos que buscan justicia”.
La segunda, hallada en el apartado de comentarios del blog ‘La Candela en el Ojo’ que escribe el propio Cadenas junto al padre Manolo Berjón, y firmada por Adolfo Ramírez, le define así: “Interesante itinerario de un cura misionero que vino de España con toda la carga de formación ortodoxa que recibe todo sacerdote Agustino pero que en la Praxis pastoral fue descubriendo la verdadera revelación de Dios en los hermanos nativos, en el rostro del Dios indígena amazónico. En estas tierras de la yuca brava fue reenvangelizado desde los pobres. Esperemos que su doxa y su praxis pastoral como obispo de la selva continúe y se enriquezca. Sentimos que es de los nuestros. Amén”.
DATOS INTERESANTES
Primera ordenación en Iquitos. Es la primera vez que un obispo es ordenado en la capital loretana. Anteriormente los obispos llegaban ordenados desde sus países de origen y tomaban posesión a su llegada.
Primer obispo de Iquitos con trabajo previo en el Vicariato. La elección del Papa Francisco tiene un significado muy profundo pues Mons. Miguel Ángel no es solo un misionero con experiencia previa en el Vicariato, sino alguien muy unido y sensibilizado con la problemática ecológica de la región Loreto y cercano a los pueblos indígenas.
Lema: Den razón de su esperanza. Tomado de la Carta Primera de Pedro, con este lema Mons. Cadenas quiere recordar que, aunque “la evangelización está en el ADN de la Iglesia, evangelizar no es adoctrinar. Debemos renunciar al proselitismo, nos recuerda el Papa Francisco, para poder ofrecer la Buena Nueva de Jesús. Esperanza, no solo futuro o utopía, esperanza cristiana: compañía de Dios en esta vida y recibimiento por Dios en el cielo para los difuntos. No debemos tener miedo, evangelizar es nuestra principal tarea”.
Se espera que el documental se estrene a finales de septiembre, antes de la ceremonia de beatificación de Aguchita. La religiosa peruana desarrollaba su misión pastoral en un pueblo asháninka de la selva central, cuando fue asesinada por un grupo subversivo.
“Soy de la congregación del Buen Pastor y el Buen Pastor nunca abandona a las ovejas”. Con esas palabras, la misionera María Agustina Rivas, más conocida como ‘Aguchita’, emprendió su viaje a la selva central para servir a los más necesitados, en medio de una época de alta violencia social. Tres años después, en 1990, Aguchita fue asesinada por Sendero Luminoso.
El documental que narrará su historia ya empezó a filmarse, yformará parte del séptimo capítulo de ‘La Vida por la Amazonía’, una serie que narra el testimonio de hombres y mujeres que entregaron su vida en defensa de los pueblos indígenas amazónicos y sus ecosistemas.
Sor Aguchita nació el 13 de junio de 1920 al sur de Ayacucho, en la ciudad de Coracora, capital de la provincia Parinacochas. Desde muy joven creó un vínculo especial con la naturaleza y con las personas más humildes. Eso la llevó a unirse, con 22 años, a la Congregación Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, en la ciudad de Lima. Tres años después, pronunció sus votos y entregó su vida a Jesucristo.
En 1987, la misionera emprendió un viaje a la selva central para servir a los más necesitados en La Florida, una zona altamente azotada por el terrorismo, ubicada en la provincia de Chanchamayo, región Junín. Pese a que varias hermanas intentaron persuadirla para quedarse, Aguchita estaba decidida.
María Agustina Rivas López, conocida como ‘Aguchita’. (FOTO: Causa Aguchita)
“Decidió ir a la selva en un viaje bastante difícil, y no solo eso, sino que estamos hablando de un período de guerra interna, así que ese tipo de viajes es extremadamente peligroso (…) Sin embargo, la hermana Agustina tenía ese sueño de ir a la selva alguna vez, a pesar de su edad de casi 70 años”, relató Fernando Valdivia, responsable de la filmación del mediometraje.
El documental recogerá los testimonios de quienes conocieron a Sor Aguchita en los tres principales lugares donde vivió. En Lima, con las religiosas del Buen Pastor, en Coracora, su ciudad natal, para conocer el contexto donde nació e inició su vínculo con la Iglesia, y también en la selva central, donde dedicó sus últimos años a la educación de los jóvenes asháninkas y a apoyar a las mujeres del campo.
“Por parte de la familia hemos entrevistado a Ana Cecilia, Cecilia Rivas, y Teresa Chuquizuta, que son sobrinas de ella y nos han brindado su testimonio de vida. Ellas eran muy jóvenes en esa época; sin embargo, pudieron ver el cariño, la forma en que la hermana entregaba amor, no solo a su familia sino también a las demás personas”, mencionó Valdivia.
Rodaje del séptimo capítulo de la 'Vida por la Amazonía' de Sor Aguchita
Un documental para inspirar
El pasado 22 de mayo, el Papa Francisco aprobó la beatificación de Aguchita por dedicar su vida a servir a Dios y ayudar a los más pobres durante una época de guerra interna y violencia social. En ese contexto, se espera que el documental se estrene a fines de septiembre de este año, antes de que llegue el día de su beatificación. “Va a ser una gran oportunidad para contar con un material audiovisual que relate la vida de una ciudadana peruana que, desde su acción en la Iglesia, desde su vocación de fe, nos ha dado la esperanza para construir un país de paz”, relató Valdivia.
El documental, producido por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), en coordinación con la Asociación Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (SIGNIS ALC), tendrá una extensión de 20 minutos. Será publicado a través de las redes sociales; no obstante, se espera que también pueda difundirse en televisión nacional.
Tres cuartos de siglo han pasado desde que, oficialmente, el Papa Pío XII crease la Prefectura Apostólica de San Francisco Javier del Marañón, confiándola a los religiosos de la Compañía de Jesús (Jesuitas). Era el año 1946 y, desde dos años antes, ya los primeros misioneros habían comenzado a llegar. “El primero fue el padre Palacios. Era un misionero en la India a quien se le confío venir a inspeccionar o a revisar y confirmar el territorio”, recuerda Monseñor Alfredo Vizcarra, actual obispo, haciendo un poco de historia, “y eso fue lo que hizo, llegó en el año 1944 acá. Al llegar a Bellavista, celebró la primera misa”. Ahora el obispo pide a todos los fieles que el recuerdo sea, en especial, para los catequistas que tanto han aportado en la historia social del territorio vicarial, por ejemplo, en el surgimiento de las rondas campesinas o en el cuidado de los bosques.
En recuerdo de aquellos pioneros, y en el de tantos misioneros, misioneras, laicos, laicas y agentes pastorales que han dejado buena parte de su vida al servicio de las comunidades cristianas de todo el Vicariato Apostólico de Jaén es que el pasado 29 de julio se recordó esa primera eucaristía con una celebración de gala en ese mismo lugar, en Bellavista. Fue uno de los primeros eventos en conmemoración de los 75 años de este vicariato que cuenta, en la actualidad, con un territorio es de 32,572 km2.
No sería hasta 1971 que se elevase la Prefectura Apostólica de San Francisco Javier, a Vicariato Apostólico, designando a Monseñor Antonio de Hornedo Correa SJ., como primer Obispo Vicario Apostólico.
Involucrar a todos y rescatar la historia
El diseño de un logotipo, la elección de un lema y la composición de un himno conmemorativo son solo tres de los concursos programados. Los dos primeros ya se realizaron, como lema se escogió ’75 años en caridad y al servicio del prójimo’y, en este mes de julio, la feligresía está esperando saber cuál es el himno ganador. Una melodía cuya letra podrá, si así se desea, sonar en cualquiera de los tres idiomas presentes en el Vicariato: castellano, awajún o wampís. El 31 de julio se conocerá la letra y música escogidas.
El padre Ramiro Vega, director del Centro Pastoral del Vicariato San Francisco Javier de Jaén y encargado de la coordinación de las actividades por el aniversario, comenta que también habrá un concurso de coreografía, en agosto, y una exposición fotográfica, en septiembre. De la evolución de la pandemia dependerá si esta es virtual o presencial.
Sin embargo, uno de los principales propósitos y quehaceres que tendrán los párrocos será rescatar la historia. “Aunque tenemos libros del padre Martín Cuesta y del padre Guallar sobre la historia, todavía se cuenta con fuentes orales de aquellas primeras décadas que son muy valiosas. Por eso queremos que cada sacerdote se dé el tiempo de recabarlas para que eso se sistematice y se obtenga una línea del tiempo mucho más rica, que nazca de la gente”, reflexiona Vega.
En ese camino es que en el mes de noviembre cada parroquia celebrará sus propios foros con la población de cada lugar porque “tenemos agentes pastorales que conocen muy bien la historia y la pueden transmitir desde otra visión muy interesante”.
Fechas clave en estos meses serán el 31 de julio, San Ignacio de Loyola, el 14 de septiembre, que es el Señor de Huamantanga como patrón de Jaén, y el 3 de diciembre, cuando se festeja San Francisco Javier y se culminarán los eventos de celebración.
Palabras de Mons. Vizcarra
Luego de la eucaristía del 29 de junio, celebración de San Pedro y San Pablo, realizada en Bellavista, Mons. Alfredo Vizcarra rescataba ante los micrófonos de Radio Marañón de Jaén parte de la historia del Vicariato. Estas fueron sus palabras:
“Hoy hemos querido significar el inicio de algo que ya estamos haciendo, que es recordar que este año se cumplen 75 años de la erección de una nueva jurisdicción eclesiástica, porque todo ese territorio pertenecía al obispado de Cajamarca y había sacerdotes diocesanos por acá. No muchos, pero había. Era un territorio muy grande. Entonces, a pedido del gobierno peruano, la iglesia invita a la compañía de Jesús a los padres Jesuitas para que se ocupen de este territorio como un territorio de Misión por estar en la frontera, y por tener una población indígena awajún y wampís. Incluso, la historia pues muestra que había otros grupos indígenas también en esta zona, en la parte de San Ignacio, yéndose hacia la selva.
Quien llegó primero fue el padre Palacios. Era un misionero en la India, a quién se le confío el venir a inspeccionar o a revisar y confirmar efectivamente el territorio. Y eso fue lo que hizo, llegó en el año 44. Al llegar a Bellavista, porque es por acá por donde se llegaba desde la costa Chiclayo, celebra la primera misa aquí.
Más tarde, en el 45, viene el Padre Martín Cuestas. Y recuerda que quien lo recibió fue una familia que tenía un fundo aquí, y ahí estuvo durante unos días esperando poder continuar el viaje hacia lo que va a ser la sede de la nueva jurisdicción eclesiástica: la Prefectura Apostólica San Francisco Javier del Marañón.
Así es como se llamaba en aquella época. Y mientras esperaba, hasta que ya pudo encaminarse, se fue a Chirinos, por donde ya había pasado el padre Palacios. Al Padre Palacios lo recuerdan ahí porque fue dejando como tareas para la población como la construcción de un convento, la construcción de una iglesia… y cuando pasa por ahí el Padre Martín Cuestas, efectivamente, se encuentra con esas obras iniciadas, para que justamente los misioneros que iban a llegar pudieran establecerse en esos lugares en su visita. Entonces hemos querido hoy, porque es la fiesta de San Pedro y San Pablo, la solemnidad eclesial. Es el inicio de la Iglesia, también de esta nueva jurisdicción eclesiástica.
Han pasado 75 años y es importante recordar a nuestros fundadores. Una de las cosas que Martín Cuestas recuerda en sus escritos es la devoción que existía en la población por donde él iba pasando. En San José de Lourdes Namballe, Tabaconas, Chirinos… todos esos lugares que eran, además, un solo distrito, el distrito de Chirinos por un lado, y el distrito de San Ignacio.
Y eso ha sido el germen de la labor posterior, cómo ha sido el trabajo de los catequistas. Todos somos muy conscientes de la importancia que han tenido los catequistas, después incluso la influencia que ellos han tenido en el trabajo de las rondas campesinas, en el trabajo del cuidado de los bosques. Gente que han entregado sus vidas por defender estos espacios, estos terrenos para que se pudiera conservar la naturaleza y el medio en el que se vive aquí.
He invitado durante la misa aquí, en todas partes el vicariato, recordemos, recuperemos la memoria de todas estas personas, sacerdotes, religiosas, catequistas, u otras personas miembros de la comunidad, que se han caracterizado porque han sido muy queridos, por haber querido tanto, por haberse preocupado tanto de su propia población, de sus hermanos, del cuidado del bosque”.