En respuesta a la aprobación de la Ley 31973, que modifica la Ley Forestal y de Fauna Silvestre; colectivos y movimientos ambientalistas, organizaciones indígenas, de la sociedad civil y ciudadanos convocaron un plantón para este jueves 25 de enero a las 5 de la tarde en el Parque Universitario, en Lima.
Bajo la consigna #NoalaLeyAntiforestal, esta movilización busca visibilizar la indignación y el rechazo de la población ante una legislación que, según expertos, amenaza los bosques y la biodiversidad de la Amazonía, y pone en peligro la supervivencia de las comunidades que dependen directamente de estos ecosistemas.
De esta manera, se busca instar a las autoridades a derogar la modificatoria de la Ley Forestal, aprobada por el Congreso de la República el 11 de enero pasado, y a escuchar las voces de aquellos que se verán directamente afectados por las disposiciones que facilitan la aparición de economías ilegales en el territorio amazónico.
Respuesta internacional
Las embajadas de Noruega, Reino Unido, Canadá y Alemania en Perú también han expresado su preocupación por la modificatoria de esta norma. A través de un comunicado conjunto, instaron a las autoridades peruanas a reconsiderar esta ley que, según señalan, no cuenta con un proceso de consulta social amplia e inclusiva con las organizaciones indígenas.
En ese sentido, subrayaron la importancia de involucrar a las comunidades locales en las decisiones que afectan directamente a sus territorios, para así continuar avanzando con los objetivos y compromisos asumidos como países socios del Perú en la Declaración Conjunta de Intención (DCI) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir la deforestación.
Alertaron sobre las consecuencias negativas de la reciente modificación a la Ley Forestal y de Fauna Silvestre en el territorio amazónico, destacando amenazas a la biodiversidad, derechos fundamentales y la lucha contra la deforestación.
La Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA) se pronunció para expresar su profunda preocupación ante la aprobación de la Ley n.° 31973 en Perú, la cual modifica la Ley Forestal y de Fauna Silvestre. Según la CEAMA, esta decisión representa un retroceso significativo en la lucha contra la deforestación y una amenaza directa para los derechos fundamentales de las comunidades que dependen del uso sostenible de los bosques en la región amazónica.
En el documento, la CEAMA destacó que la nueva ley facilita el acceso a tierras deforestadas, lo cual beneficia a las economías ilegales y socava los esfuerzos para proteger la biodiversidad y fomentar el desarrollo sostenible en la Amazonía. Además, resaltó que la aprobación de esta ley contradice los compromisos asumidos por el Gobierno peruano durante la IV Reunión de Presidentes de los Estados Parte en el Tratado de Cooperación Amazónica, realizada en agosto de 2023.
En ese sentido, la CEAMA subrayó la importancia de recordar los compromisos adquiridos por las autoridades políticas peruanas en esa reunión, compromisos destinados a combatir la deforestación y evitar que la Amazonía llegue a un punto de no retorno. La ley recientemente aprobada, de acuerdo con la organización, socava estos esfuerzos al favorecer la legalización de la deforestación en lugar de promover prácticas agrarias sostenibles.
Desde la perspectiva mencionada, la ley carece de una visión renovada sobre el desarrollo agrario en la Amazonía y contradice los principios de sostenibilidad y solidaridad. Citando la Encíclica Laudato Sí' del Papa Francisco, la CEAMA subrayó que la depredación de la naturaleza responde a formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial, en lugar de adoptar enfoques que promuevan la conservación de los bosques.
Finalmente, la CEAMA respaldó el pronunciamiento de los obispos de la Amazonía del Perú e hizo un llamado a las autoridades para reconsiderar la aprobación de la Ley n.° 31973, instando a la promoción de un desarrollo agrario sostenible y justo que respete los compromisos públicos asumidos en beneficio de la Amazonía y sus habitantes.
A continuación, lee el pronunciamiento de forma íntegra:
La iniciativa vicarial surge a raíz de la reflexión en su plan pastoral, y continúa el legado de más de dos décadas del Centro Catequístico Lorenzo Guibord, formando agentes pastorales con enfoque amazónico.
Un nuevo paso en la formación de una Iglesia con rostro amazónico. Del 7 al 14 de enero, la Escuela de Formación de Agentes de Pastoral "Lorenzo Guibord" concluyó su primera edición con la participación de 94 misioneros y misioneras, así como nuevos agentes de pastoral provenientes de catorce puestos de misión del Vicariato San José del Amazonas en la localidad de Indiana, Loreto. Este proyecto, que responde a tres años de formación, es la evolución del Centro Catequístico Lorenzo Guibord, con más de dos décadas de formación de catequistas en esta jurisdicción eclesial.
La estructura de la Escuela se ha diseñado para servir a diversos ministerios, con la intención de ser un espacio de reflexión y articulación de la Iglesia ministerial con un rostro amazónico. Los participantes, en su mayoría mujeres jóvenes y adultas entre los 30 y 45 años, se sumergieron en bloques de formación y talleres impartidos por misioneros y agentes pastorales de larga trayectoria en el vicariato. "Es un logro convocar agentes pastorales adultos y nuevos y estructurar la escuela en servicios o ministerios que más tarde el obispo podrá conferir", indicó el P. César Caro, vicario de San José del Amazonas.
Foto: CAAAP.
La Escuela aspira a romper con el paradigma del animador único para avanzar hacia un enfoque más sinodal y colaborativo con el concepto de equipo, teniendo en cuenta que en esta parte de la Amazonía habitan 9 pueblos indígenas como el Kichwa, Ticuna, Yagua, Murui, Secoya, Bora, Ocaina, Maijuna, Arabela. Entre los ministerios están los sociales, el cuidado de la Casa Común, asesor de jóvenes, animador, catequista y ministerios litúrgicos. "Soñamos que los participantes regresen el próximo año para así tener un buen número de agentes pastorales con un paradigma más sinodal", agregó el religioso.
Esta formación, que se desarrolló a lo largo de siete días, abordó en las mañanas bloques temáticos esenciales como la persona, la cultura, la realidad social, la Doctrina social de la Iglesia, la Biblia, Jesús y María, la Iglesia y sectas, y la Oración, liturgia y sacramentos. Por las tardes, los participantes recibieron talleres específicos según el ministerio que han elegido. Además de la formación, la Escuela promovió espacios de integración, deporte, karaoke y una noche cultural donde los participantes compartieron sus conocimientos y tradiciones culturales.
Foto: CAAAP.
El siguiente paso es la Escuela zonal de Formación, donde los misioneros y agentes pastorales que están participando de la formación vicarial serán los facilitadores de nuevos agentes pastorales en sus puestos de misión y zonas. En estos espacios continuara la formación en los ministerios para el cuidado de las culturas amazónicas, anuncio y ecónomo-a, desde un enfoque intercultural y sinodal impulsando nuevos agentes pastorales y fortaleciendo a los presentes en equipos de comunidad cristiana.
Iglesia sinodal con protagonismo de jóvenes
El taller del Ministerio de Asesor de jóvenes responde al cuarto objetivo del plan pastoral “potenciar una Pastoral Juvenil organizada que impulse el protagonismo y compromiso de los jóvenes. En ese sentido, durante el encuentro, los participantes reflexionaron sobre cómo son los jóvenes de hoy, reconociendo sus características y las problemáticas que enfrentan para su desarrollo y madurez; e identificaron las líneas de acción y características de la pastoral juvenil del vicariato: una pastoral sinodal, con el protagonismo de los jóvenes, inclusiva, corresponsable, y con compromiso social para un auténtico encuentro con Jesús.
Además, se reconoció la importancia de que los asesores sean los verdaderos acompañantes que impulsen la participación activa de los jóvenes en las acciones pastorales. “En esta semana de formación hemos aprendido la importancia de saber escuchar a los jóvenes para poder guiarlos y acompañarlos en las distintas realidades que viven. Queremos que esta experiencia se ponga en práctica para fortalecer la pastoral juvenil con el protagonismo de los jóvenes", mencionó Emerson Panayfo, coordinador de la Pastoral de jóvenes en Indiana y secretario vicarial.
Foto: CAAAP.
Sobre el Ministerio del Cuidado de la Casa Común, el responsable del taller, Ramón Ramírez, mencionó que en la Escuela se compartieron las problemáticas del territorio amazónico a fin de promover la conciencia ambiental de los participantes. “La respuesta de este taller ha sido gratificante, compartimos sobre la contaminación de los ríos y quebradas desde una mirada local y universal, también se iluminó la formación con las encíclicas del Papa Francisco para conocer cuál debe ser nuestra respuesta pastoral como Iglesia amazónica para impulsar que los agentes comuniquen y enseñen a tratar a la naturaleza como si fuera una persona”.
Mariana Gil, misionera laica del vicariato, resaltó la participación de mujeres nativas de los pueblos originarios de la Amazonía. "Ellas, como madres de familia, en su mayoría ejercen diferentes liderazgos voluntarios al servicio de sus comunidades de origen. También tienen el deseo de su formación integral y moral para asumir estos retos en la sociedad actual y prepararse en los servicios y ministerios que brinda la escuela de formación para luego contribuir a la labor pastoral en nuestro vicariato", dijo.
Por: Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del vicariato de Iquitos
Que nuestro paso por este mundo sea bueno para nosotros, para los demás y para la tierra. El fallecimiento del P. Joaquín García Sánchez, agustino, es una invitación a agradecer al Dios de la vida, pero también una responsabilidad para continuar el camino.
Conocí a Joaquín en los años 80 en mi etapa formativa. Unos días antes de la llegada de Joaquín para darnos clase, otro profesor nos había hablado de Emmanuel Lévinas. A mitad del curso con Joaquín, de nuevo apareció el nombre de Lévinas y la importancia del “otro”. Me sumergí en Totalidad e Infinito, el libro clásico de Lévinas. Me impresionó profundamente, me ocasionó un fuerte impacto. El “otro” no es el alter ego. La alteridad del rostro del otro nos conduce hacia la responsabilidad. Fascinante. Sin embargo, después de varias décadas en la Amazonía he aprendido que el rostro y los ojos no necesariamente reflejan lo que llevamos en el corazón. Que los ojos, en ocasiones, se ocultan y que las emociones no siempre se manifiestan en el rostro. Que la contención emocional es un antídoto para no ser acusado de brujería. No es infrecuente que un hermano de sangre no sepa lo que su hermano lleva en el corazón. La Amazonía. Y estamos ante otra pasión de Joaquín.
Cuando llegué a la Amazonía, a mitad de los 90, Joaquín era el superior de los agustinos. Otro compañero me había recomendado: “no te quedes en la ciudad, vete al río”. Le conté a Joaquín. Se rió y me destinó donde le propuse: Santa Rita de Castilla, en el río Marañón. Cuando bajaba a Iquitos y nos veíamos me preguntaba: “¿ya has pasado por la Biblioteca Amazónica?”. Me permitían llevar algunos libros al río que devolvía en mi siguiente viaje. Su oficina en el CETA era un trasiego de gente que iba a conversar con él: investigadores, misioneros, visitantes…
Su preocupación por la misión le llevó a organizar en 1971 un evento del Departamento de Misiones del CELAM en Iquitos. En dicho encuentro se propone un Consejo Regional del Alto Amazonas y una Conferencia Episcopal Amazónica. Fue importante también para poner al día la presencia de la Iglesia en medio de los pueblos indígenas. No todas aquellas intuiciones pudieron llevarse a cabo, pero no quedaron en el olvido. 50 años después se crea la CEAMA (Conferencia Eclesial de la Amazonía). Los pueblos indígenas siguen presentando desafíos a la Iglesia que debemos abordar. Evidentemente, en 50 años ha aumentado el conocimiento de los pueblos indígenas. Pero las presiones que ahora reciben en sus territorios son mucho más penetrantes y la intensificación del castellano y la pérdida de lenguas indígenas más intensa. Siguen siendo una asignatura pendiente los “indígenas urbanos”.
El Padre Joaquín García fue reconocido por su labor en 22 Festivales de Libros. Foto: Diario La Región.
Somos seres en relación. Joaquín pertenece a una generación que “puso en práctica el concilio Vaticano II”. Cada personaje tiene sus matices. Joaquín apostó por el diálogo con el mundo. La creación del CETA, la Biblioteca Amazónica, Monumenta Amazónica, Kanatari, las ferias del libro, concursos de cuentos navideños, pastoradas, el coro polifónico… Son algunos frutos de sus afanes. Su acogida a investigadores le permitió crear una red de amigos intelectuales que le llevaron a estar en medio de los debates sobre la Amazonía. Nuestra responsabilidad como Iglesia sigue siendo estar en medio de estos debates. Lamentablemente ha decrecido el interés por estos temas en la Iglesia. La ausencia de Joaquín es ahora más intensa. Sirvan estas líneas para espolear nuestras conciencias.
El tema religioso también ha cambiado significativamente. Los años 60, cuando Joaquín comienza su andadura sacerdotal, son todavía años de cristiandad. La presencia cristiana sigue siendo importante incluso en Europa. Para entonces unos pocos intelectuales estaban secularizados. Hoy en día, en Europa, son las grandes masas las que permanecen al margen de la religión. La ontología naturalista ha impuesto su criterio: no hay nada más allá de la naturaleza. Otro amigo ya escribió hace unos años que la ciencia (y la ontología naturalista que la sostiene) tiene su campo de trabajo a partir del surgimiento del universo. Antes de este momento sólo hay metafísica: bien sea teísta, o ateísta, pero metafísica. Y en cuanto a metafísica se refiere ambas posturas son creencias, no pueden ser ciencia. Lo que les podemos pedir es que sean razonables. Cuando tiempo es mayor que cero hay ciencia. Cuando tiempo es igual o menor que cero hay metafísica: teísta o ateísta.
Regresamos a América Latina, un espacio que ha sido denominado como “tierra encantada”. Sin embargo, se está produciendo un desvinculamiento de las iglesias que merece la pena tenerse en cuenta. Una Iglesia atenta no puede dejar de pensar este fenómeno y de proponer una pastoral que vaya más allá de la cristiandad para pensar comunidades cristianas significativas en este mundo. Las visiones extranjeras (tengamos en cuenta que la universidad puede ser un factor de cambio de ontología) pueden producir una secularización en personas con ontologías animistas. ¿Cómo acompañar a estas personas? ¿Qué tipo de pastoral? ¿Qué propuesta de “comunidades cristianas”? Estas y otras preguntas siguen siendo fundamentales para los que venimos detrás de la generación de Joaquín, una generación que ya está partiendo de este mundo.
Foto: Diario La Región
Joaquín pasó su vida en Iquitos y la ciudad no podía serle indiferente. La Amazonía, como el resto del planeta, se está urbanizando. Esto plantea retos y desafíos apasionantes. Conoció un Iquitos en plena efervescencia urbana. Se preocupó por el patrimonio histórico de la ciudad. La “memoria” era un tema recurrente para él. Vio cómo emergían asentamientos urbanos por todas partes, sin apoyo del Estado. Se interesó en la repercusión de los distintos booms amazónicos sobre la ciudad de Iquitos. Planeó “Amazonium”, un proyecto que no pudo concretar. Siempre con una mirada esperanzada en Dios y con pasión por lo que hacía.
A estas alturas del escrito me van a permitir una anécdota. En una ocasión, hace bastantes años, conversando en la sala de estar de la comunidad, nuestras posturas divergían. Así que me lanzó la siguiente expresión: “postmoderno”. Me reí. Durante mi etapa formativa nos sumergimos en los debates sobre la postmodernidad, eran los años 80. Es evidente que pertenecemos a generaciones diferentes. Qué lejos queda todo aquello.
En fin, tenemos que ir concluyendo. “Joaquín siempre miraba hacia adelante”. En su caso, y en el mío, mirar hacia adelante implica mirar hacia Dios que camina con nosotros. Son otras muchas las contribuciones de Joaquín. Estas pocas reflexiones fueron estimuladas anoche delante de su cadáver. Utilizo una feliz expresión amazónica: “que Dios te reciba en sus benditas manos”, Joaquín. Descansa en paz.
Querido Papa Francisco: un saludo cariñoso desde Indiana, a orillas del río Amazonas, donde nos encontramos los participantes en la Escuela de Formación de agentes de pastoral “Lorenzo Guibord”. Unas 90 personas, entre misioneros y laicos, soñando juntos una Iglesia con rostro amazónico y con rostro indígena; por esa ruta es por donde quiere navegar nuestro Vicariato San José del Amazonas, en Perú.
Tú eres nuestra gran inspiración, Papa Francisco. Sabemos que formamos parte de tus sueños, y estos días de estudio y capacitación acudimos con mucha frecuencia a tus palabras y escritos. El Sínodo Amazónico, que tú impulsaste, el documento Querida Amazonía, y todo este camino sinodal en que estamos embarcados son una gran luz en nuestro discernimiento y a la vez fuente de felicidad y energía.
Hace menos de un año terminamos nuestro Plan Pastoral. En él decimos que queremos ser “una Iglesia con rostro amazónico, inculturada e intercultural, impulsada por el Espíritu de Jesucristo en la defensa de la vida, la tierra y la cultura, con las personas y los medios necesarios para testimoniarle”. Como ves, en este sueño hay palabras textuales tuyas, porque tus propuestas son para nosotros tesoro y soplo del Espíritu.
En esta semana de formación, trabajamos en torno a la importancia capital de los laicos en el futuro de nuestra Iglesia selvática, y concretamente en el papel de la mujer. ¿Sabes que, en nuestro grupo, quizá por primera vez, hay más mujeres que varones? Han venido mamás con sus niños, profesoras, amas de casa, estudiantes… Todas ellas, junto con sus compañeros, han llegado con la ilusión de prepararse para servir a nuestro pueblo como Iglesia samaritana y acogedora.
Están también los indígenas, miembros de algunos de los nueve pueblos originarios que hay en nuestro territorio. Hablamos de defender las culturas, de dialogar con los saberes ancestrales, de preservar las raíces, de promover el cuidado, especialmente de los más vulnerables. Es así como nos has enseñado, querido Papa Francisco. Gracias.
Nos formamos especializándonos en diferentes servicios y ministerios que como Iglesia entendemos que necesita hoy nuestro pueblo: ministerio para el cuidado de la Casa Común, promotor de derechos humanos, acompañamiento de personas en situación de vulnerabilidad, catequista, acompañante de jóvenes, animador, ministerio de la comunión, de la Palabra, de música… Vamos vislumbrando la fisonomía de nuestra Iglesia vicarial, que desea ser cada vez más sinodal y ministerial, como tú pides a los católicos del mundo entero.
Tenemos tanto que agradecerte… Te sentimos como uno de los nuestros, y sabemos que contamos contigo. Por favor, envíanos tu bendición; y nosotros también te bendecimos desde este rincón de la Amazonía peruana, porque bendecir es invocar la presencia bondadosa de Dios y la protección de su amor. Por favor, no te desanimes ante las críticas, no siempre leales; ya sabes que el Señor Jesús tuvo muchas, pero eso no le detuvo en el cumplimiento de su misión. Somos muchos más los que te admiramos y agradecemos a Diosito el don que eres para la Iglesia y para el mundo.
Ashka pakrachu, mai moö, deoji, moenxi… ¡Muchas gracias, Papa Francisco!
La Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) han expresado su profundo pesar ante la violencia perpetrada por grupos del crimen organizado en diversas ciudades de Ecuador. A través de una nota, condenaron de manera firme estos actos, expresando solidaridad tanto con el gobierno como con el pueblo ecuatoriano frente a estos ataques.
Asimismo, hicieron un llamado urgente a la paz, instando a todos los ciudadanos y fuerzas políticas a "unirse en un esfuerzo común por la pacificación del país". En las últimas semanas, como menciona el documento, en Ecuador se ha vivido la toma de cárceles, ataques a la prensa, secuestros y violencia armada en las calles, generando caos y desesperación en varias ciudades.
El pasado martes 9 de enero todo Ecuador veía en vivo cómo más de una docena de sujetos armados ingresaba al estudio y tomaba como rehenes a trabajadores y periodistas de un reconocido canal del país. Esto es consecuencia de años de falta de atención a los problemas estructurales del país de parte de los diversos gobiernos de turno.
El ataque al medio de comunicación no se dio como un hecho aislado, sino que es un eslabón más en una cadena de violencia y crimen que se han materializado en la fuga de peligrosos criminales de cárceles de máxima seguridad, atentados terroristas, motines carcelarios, asesinatos, robos y la creciente percepción de Ecuador como un país que se ha arrodillado ante el miedo y la incertidumbre plantada por mafias.
El pasado año, en audiencia con miembros de la Organización de Universidades Católicas de Latinoamérica y el Caribe (ODUCAL), el Papa Francisco se refería, en su discurso por los 70 años de la Organización, a la realidad de América Latina, en donde además de referirse a desigualdad como una “herida dolorosa”, se refirió a la pobreza y la desigualdad como “llagas que se profundiza en lugar de aliviarse».
Las palabras del Sumo Pontífice expresan lo que ha condenado a Ecuador a ser el país más violento de la región y que se une a las múltiples y crecientes expresiones de toma de control por parte del crimen organizado, internacional y local, de instancias con responsabilidad de precautelar la paz y aprovechando la grave crisis social que vive el país. Un país en donde la desesperación y el hambre vieron solución, para muchos, en el sicariato, la delincuencia y en el tráfico de drogas. Un país en donde las mafias tienen la libertad de reclutar a niños y adolescentes en sus filas con las promesas de una vida que el Estado debería garantizar.
Hoy, la falta de oportunidades, el abandono de las comunidades más pobres, la corrupción generalizada y la pugna de espacios políticos han condenado al país a una abierta –y ya reconocida– guerra que pone a los más olvidados en una situación de aún mayor vulnerabilidad.
Como PUAM, fieles a nuestra vocación institucional y eclesial para la construcción de paz, la promoción de la justicia y exigibilidad de los Derechos Humanos, nos encontramos atentos para reconocer cualquier situación de riesgo que afecte a la población amazónica, como también a toda la población ecuatoriana que se encuentra en medio de esta crisis nacional, y reiteramos nuestro compromiso por fortalecer el tejido social y las capacidades de la población más vulnerable, así como con el llamado a empoderar a los pueblos para que sean sujetos de su historia. La justicia y la paz son el único camino cierto hacia la estabilidad social y hacia la reconstrucción del tejido social con perspectiva de largo plazo y con miras a construir otro tipo de sociedad en medio de estas realidades cada vez más fracturadas.
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Líderes y lideresas indígenas de seis países latinoamericanos se congregaron en el conversatorio "Jóvenes indígenas: construyendo una Amazonía intercultural", un espacio en el que abordaron las problemáticas ambientales que enfrentan en sus territorios y demandaron la mejora de las condiciones de vida de sus pueblos.
Con el propósito de fomentar un espacio de diálogo intercultural, el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) Perú, a través del proyecto CAFOD, convocó a representantes indígenas de seis países de Latinoamérica en el conversatorio «Jóvenes indígenas: construyendo una Amazonía intercultural».
El evento, que ahondó en las perspectivas de los jóvenes en la construcción social de sus respectivos pueblos, se desarrolló de manera presencial y virtual el último miércoles 29 de noviembre. Desde Perú, un grupo de 20 mujeres provenientes de nueve comunidades indígenas de la región Ucayali, pertenecientes a los pueblos asháninka, awajún y shipibo-konibo, participaron de manera presencial.
La representación internacional estuvo conformado por jóvenes lideres indígenas pertenecientes a 1os pueblos Gavião y Yanacona (Brasil), Uchupiamonas y Tacana (Bolivia), Inga y Murui Muina uitoto (Colombia), Shuar y Kichwa de Amazonía (Ecuador), Uwottuja (Venezuela) y Lokona de Surinam, quienes compartieron sus experiencias desde sus territorios de forma virtual.
Entre las problemáticas ambientales presentadas por los jóvenes en este espacio, se resaltó el desconocimiento de los gobiernos a las violaciones de derechos fundamentales que enfrentan, la pérdida de tierras y la contaminación de bosques y fuentes de agua.
Para Sharmaine Artist, lideresa indígena del pueblo Lokono de Surinam, lo que se pide es el reconocimiento de sus derechos territoriales y la mejora de las condiciones de vida de la población indígena. La joven resaltó que la lucha continúa a pesar de que los pueblos indígenas aún se mantienen estructuralmente oprimidos.
La líderesa indígena del pueblo Lokono de Surinam, Sharmaine Artist.
«Dependemos de la pesca, pero el agua está muy contaminada con cianuro debido a una mina de oro. Las carreteras están en mal estado y la fuerza y presencia de la policía ha aumentado, acosando a los residentes. Esto demuestra que la protección de la naturaleza y los derechos fundamentales de los pueblos indígenas van de la mano”, sostuvo.
En ese sentido, los jóvenes indígenas presentaron propuestas concretas, entre ellas, continuar luchando por el reconocimiento de los derechos indígenas, crear conciencia entre los jóvenes sobre la importancia del liderazgo para el futuro de sus comunidades, y fortalecer las habilidades de mujeres y jóvenes para que puedan participar en la toma de decisiones en sus comunidades.
Además, destacaron la importancia de continuar exigiendo, desde sus propios espacios, la justicia climática; garantizar que los fondos financieros destinados a la protección ambiental lleguen efectivamente a quienes la defienden en las primeras líneas, garantizando así la autonomía, reparación, preservación de la cultura, identidad, restauración de la tierra y autodeterminación.
Durante el taller "Mujeres indígenas: Destrezas para la acción", realizado en Pucallpa, Ucayali, las participantes dieron un paso importante en la conformación de una red que busca fortalecerlas en el trabajo conjunto desde la formación e incidencia en temas de violencia contra las mujeres, el cuidado de la Casa Común y la vigilancia activa en sus comunidades y región.
Por tercer año consecutivo, cerca de 15 mujeres indígenas de los pueblos shipibo-konibo y awajún participaron del taller "Mujeres Indígenas: Destrezas para la Acción", realizado en la ciudad de Pucallpa. Durante dos días, las participantes reforzaron sus conocimientos para denunciar situaciones de vulneración a la mujer y conocer el impacto de las actividades extractivas para el cuidado de la Casa Común, y conformaron una red para trabajar juntas en la defensa de sus derechos colectivos.
El objetivo de este espacio, desarrollado del 29 al 30 de noviembre, fue promover procesos formativos que contribuyan al fortalecimiento de la participación y actoría de las mujeres indígenas en sus comunidades y región, de manera que puedan articularse y trabajar de manera organizada y conjunta. Del mismo modo, este encuentro fue una oportunidad para que puedan compartir sus experiencias y reflexionar sobre los desafíos que enfrentan en la actualidad.
El taller fue organizado con apoyo del Programa Mujer de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORAU), la Pastoral Indígena del Vicariato Apostólico de Pucallpa y la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali y Afluentes (FECONAU), en coordinación con el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y la REPAM Perú.
Foto: CAAAP/ REPAM
Durante el primer día del taller, la abogada Susy Díaz Gonzáles, profesional indígena y colaboradora del CAAAP y ORAU, guio el diagnóstico de los casos de violencia contra la mujer y la construcción de sus derechos, permitiendo a las participantes compartir sus experiencias en sus comunidades. En ese contexto, se destacó la importancia de contar con redes de apoyo entre mujeres para enfrentar y denunciar situaciones de violencia ante la falta de instituciones del Estado que las respalden.
"Las lideresas estamos para servir en nuestra comunidad y colaborar con el aprendizaje de las demás mujeres. Para eso es necesario empoderarnos y también hacer la réplica respectiva en nuestras comunidades, así podemos apoyar a las mujeres que están siendo violentadas por personas y actitudes machistas y no tienen a familiares o amigos a su lado", sostuvo Diana Rivera Gutiérrez, joven awajún de la comunidad nativa de Kantash.
Continuando con la jornada, se abordaron temas como el derecho al territorio y medio ambiente, con enfoque en el cuidado de la Casa Común, la preservación del agua, la comprensión del significado del bioma amazónico para los pueblos indígenas y la importancia de la gestión de residuos sólidos. Este último aspecto resultó fundamental para la participantes, ya que les permitió adquirir conocimientos sobre el reciclaje y el compostaje que se puede realizar en sus comunidades.
Construyendo redes
"Lo relevante en este proceso es que durante los dos días se trabajó en grupo para planificar la red de mujeres indígenas. El propósito es que ellas se organicen de manera que puedan articular acciones, como protagonistas en la defensa de sus derechos colectivos, con ORAU y el Vicariato de Pucallpa, mientras que las instituciones actúan como el equipo técnico que brindará soporte", explicó Alexandra Heras, coordinadora del taller y miembro de la secretaría técnica de la REPAM Perú.
Foto: CAAAP/ REPAM
Para ello se elaboró un perfil y una misión para la red de mujeres indígenas, que se basa en la formación integral, capacitación y participación de las mujeres en la transformación personal y socioeconómica de la región; y se conformó un comité responsable de animarla. Todo esto se llevó a cabo en diálogo con la presidenta del Programa Mujer de ORAU, Judith Nunta, quien se comprometió a articular con esta red para sumarla a los procesos que lleva a su cargo.
"A través de la ORAU, las mujeres deben saber que cuentan con su organización, sobre todo para formas de información, de capacitación y empoderamiento. Eso es lo que debemos trabajar como mujeres. Y eso solo se da en la forma en la que nos encontremos entre nosotras, podamos formarnos y capacitarnos. El poder estar organizadas, eso es clave", sostuvo Ana María Palomino, misionera de la Madre Laura y representante de la Pastoral Indígena del Vicariato de Pucallpa.
Para el segundo día del taller 'Mujeres indígenas: destrezas para la acción', la formación se centró en la producción audiovisual para la incidencia, abordando casos de vulneración de derechos a través de entrevistas. Este proceso les permitió a las asistentes adquirir herramientas para grabarse y comunicarse de manera efectiva. Como resultado, además, se produjeron diversos vídeos donde contaron sus sentires respecto a los temas profundizados en el taller en lengua nativa y castellano.
Cabe resaltar que las líneas de trabajo de esta red de mujeres se centraron en el desarrollo de fortalezas y empoderamiento de las mujeres indígenas; el derecho a la participación política de las mujeres; los derechos sexuales y reproductivos y la no violencia; así como la participación de las mujeres en la construcción y el mantenimiento de la interculturalidad en la región amazónica.
Por otro lado, los espacios de acción que consensuaron en el encuentro fueron para la participación nacional e internacional, la inclusión de la mujer como voceras en foros, mesas de trabajo y eventos regionales e internacionales, el fortalecimiento y participación en espacios de redes con organizaciones indígenas y organizaciones nacionales para aprendizajes y desarrollo del pensamiento crítico, y la capacitación en tecnología (manejo de equipos y programas) para la comunicación.
El líder kichwa Quinto Inuma Alvarado había alertado, en reiteradas oportunidades, sobre las amenazas y agresiones que recibía por defender su territorio ancestral de actividades ilegales. La tarde del miércoles 29 de noviembre, cuando se dirigía a su comunidad Santa Rosillo de Yanayacu, en la región San Martín, fue asesinado de varios impactos de bala.
“Seguimos luchando por la defensa de millones de vidas, de ecosistemas que están por desaparecer. No queremos dejar que mañana todo sea un desierto destruido, talado”, fueron las palabras de Quinto Inuma Alvarado a mediados de 2021, después de denunciar las agresiones que recibía por defender su territorio ancestral. Las amenazas contra su vida se hicieron realidad la tarde de este miércoles 29 de noviembre, cuando se dirigía a su comunidad Santa Rosillo de Yanayacu, en la región San Martín.
El líder indígena kichwa, quien venía luchando como apu de su comunidad para lograr la titulación colectiva, regresaba de una reunión de personas defensoras de derechos humanos realizada en la ciudad de Pucallpa, Ucayali, cuando fue interceptado por sujetos encapuchados y armados. De acuerdo con lo informado por la Coordinadora de Desarrollo y Defensa de los Pueblos Indígenas de la región San Martín (CODEPISAM), Inuma Alvarado se encontraba junto a sus familiares cuando le quitaron la vida.
Desde hace varios años, el apu era víctima de amenazas de muerte por parte de personas vinculadas al tráfico de madera. En julio de 2021, después de haber sido agredido, salió de emergencia de su comunidad y se refugió en Tarapoto para proteger su vida y la de su familia. Y aunque en ese entonces se emitió la alerta, desde el Estado, para la activación del protocolo para la protección de personas defensoras de derechos humanos, las medidas para garantizar su seguridad fueron insuficientes.
Después de denunciar amenazas y agresiones, Quinto Inuma tuvo que salir de su comunidad en 2021.
“Son muchos años haciendo mención de que el Estado debe garantizar el derecho a la vida, la protección a los líderes y defensores. Hemos pedido en varias ocasiones que se declare en emergencia a los distritos de Huimbayoc, Chipurana y Papaplaya por la presencia de narcotráfico y de tala ilegal de madera. El apu Quinto Inuma pidió muchas veces garantías, pero la presencia de la policía allá es nula», dijo Wilfredo Tsamash, presidente de la CODEPISAM, en declaraciones al CAAAP.
Medidas insuficientes
En los últimos diez años, según la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, 45 defensores ambientales fueron asesinados en el Perú. Desde 2020 hasta mediados de 2023, de acuerdo con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a diez líderes indígenas les arrebataron la vida por temas vinculados a la protección del medio ambiente. Quinto Inuma era uno más de una larga lista de defensores ambientales indígenas que seguía sin recibir la atención adecuada por parte del Estado.
El líder kichwa nunca se cansó de tocar puertas: recorrió desde la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Justicia y el Congreso de la República, y llevó su caso hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Después de mucho insistir, consiguió, en 2021, que se activara una alerta del Ministerio de Justicia que debió darle protección a él y su familia. Sin embargo, muchas de las medidas, que incluían la visita del ministro a su comunidad y el apoyo a la titulación comunal, no se cumplieron.
A través de un pronunciamiento emitido por CODEPISAM para condenar la muerte de Inuma Alvarado, se dio a conocer que han sido muchos años en la lucha por la titulación de la comunidad Santa Rosillo de Yanayacu. Y es que, en el marco de la Mesa Técnica de Titulación de la región San Martín, en noviembre de 2021 se creó una Comisión Especial para atender de forma específica este asunto. No obstante, dos años después, aunque se decidió reactivar esta comisión, no hay resultados ni avances.
«Quinto Inuma y comuneros de la comunidad Santa Rosillo de Yanayacu, desde el 2016 han venido comunicando a las autoridades del sistema de justicia, la tala indiscriminada y la presencia de narcotráfico acechando sus bosques comunales, sin que a la fecha haya un solo condenado por estos delitos. No puede haber nada más impune que esto, ejemplo de lo lejano del acceso a la justicia para los pueblos indígenas en este país», se lee en el pronunciamiento emitido por CODEPISAM.
El asesinato de Inuma Alvarado ha vuelto a levantar las alertas sobre la creación de protocolos y mecanismos que existen en papel en diversos organismos del Estado, pero que en la realidad no se cumplen. Desde las organizaciones indígenas, ambientalistas y de derechos humanos se insta a las autoridades a realizar una investigación exhaustiva para sancionar a los responsables, y a otorgar medidas de protección efectivas para que ninguna persona defensora de la Amazonía más sea asesinada.