La Red Eclesial Panamazónica, en alianza con la Red de Dibujantes de Latinoamérica, presenta semanalmente el material de oración y reflexión que invita a “remar juntos en esta travesía hacia la conversión”.
Por: Comunicaciones REPAM
Para vivir el camino cuaresmal como un tiempo de conversión, el Núcleo Formación y Métodos Pastorales de la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, ha preparado un material semanal de oración y reflexión con el tema: “Remando juntos por la vida en la Amazonía”.
Serán seis fichas semanales que se publicarán los jueves de la Cuaresma. Las ilustraciones fueron diseñadas por la “Red de Dibujantes de América Latina”, una comunidad de 49 jóvenes dibujantes que evangelizan a través del arte y están al servicio y cuidado de nuestra Casa Común.
Remando hacia la conversión
El propósito de este material es invitar a los participantes a “remar” a lo largo de esta travesía que nos llama a la conversión. Esta conversión adquiere el tono de actitudes “en salida”, desde la realidad de los territorios nos preocupa, nos indigna, nos provoca…, basadas en el conocimiento de la espiritualidad y la educación ecológica, en diálogo con los compromisos del Pacto Educativo Global.
Invitamos a todos y todas a “remar juntos” en esta sintonía para reconstruir el Pacto, en este caso, desde la Casa Común de la Amazonía. Poner el “remo en el agua” significa conectarse con la realidad, la “conversión” necesita ser concreta en la realidad cotidiana social, ecológica, cultural y eclesial.
Fichas semanales
¡Ven a remar con nosotros durante este tiempo de Cuaresma en la querida Amazonía! Acceda al material aquí.
El presidente de la REPAM destaca el servicio y vocación de los misioneros en la defensa de los derechos de los pueblos amazónicos, y de aquellos que son marginados y vulnerados. Hace un llamado para que, pese a los desafíos, dificultades y contratiempos, se continúe caminando por una Iglesia sinodal, fraterna, misionera y en salida.
"Creo que un misionero en la Amazonía tiene claro que la naturaleza exuberante le habla, que debe contemplarla y continuar con el cuidado de la casa común que necesita hoy nuestro planeta. Es una gracia especial poder trabajar en territorio amazónico". Son las palabras de Mons. Rafael Cob, obispo del Vicariato de Puyo (Ecuador) y presidente de la Red Eclesial Panamazónica sobre la misión en la Amazonía.
El prelado ha vivido más de 32 años en la selva ecuatoriana, a donde llegó encomendado en misión desde su natal España, en 1990. Para él, la labor misionera en la cuenca amazónica se resume en “el amor al pueblo que vive en la Amazonía y a la naturaleza que se puede contemplar en ella”, y en “ser luz para los demás” e “iluminar” el camino como una vela.
“Nos sentimos contentos y orgullosos de poder trabajar en la Amazonía, pero también supone un desgaste. Somos la vela que se va gastando de poco a poco, pero sabiendo que está iluminando. Y esa es nuestra tarea, aunque a veces encontremos dificultades, contratiempos y desafíos (...) Con la ayuda de Dios y del Espíritu seremos lo que hoy nos está pidiendo la Iglesia”, refirió el presidente de la REPAM.
Al mismo tiempo, destacó la importancia de caminar como iglesia sinodal, juntos y bajo el mismo Espíritu; como iglesia fraterna en la que se sienta la hermandad, y como iglesia misionera y en salida. Recordó que, desde la REPAM, se tiene la gracia de poder servir a las comunidades que viven en la Amazonía, trabajando en el acompañamiento y en la defensa de sus derechos. “El planeta necesita del cuidado de la humanidad y la humanidad necesita de esta tierra que Dios nos ha regalado y que debemos cuidar”.
Encarnarse en la Amazonía
Para Mons. Rafael Cob, es esencial que la labor misionera sintonice con las comunidades a las que se sirven, estando cerca de la gente, aprendiendo su lengua y viviendo su cultura. "Supone la encarnación que tanto el Papa Francisco nos habla. Los misioneros que trabajamos en territorio amazónico también tenemos que encarnarnos en la Amazonía y enfrentar sus desafíos".
En esa línea, enfatiza las dos realidades de la iglesia Católica: ser una Iglesia samaritana, cercana a los que sufren y necesitan ayuda, y profética, que levanta la voz en defensa de los más vulnerables y denuncia las injusticias que se cometen, sobre todo, en territorio amazónico, donde habitan muchos pueblos olvidados por el Estado , refirió el presidente de la REPAM.
La Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonia”, escrita por el Papa Francisco, fue publicada el 12 de febrero de 2020, presentando “cuatro grandes sueños que la Amazonía me inspira” a nivel social, ecológico, cultural y eclesial.
Video producido por Vatican Media, con la colaboración de la REPAM.
Por: Julio Caldeira / REPAM
La Exhortación es fruto del camino sinodal realizado por la Iglesia, especialmente en el territorio amazónico, entre 2018 y 2019, que culminó en la realización de la Asamblea Sinodal entre 6 y 27 de octubre de 2019, en el Vaticano. Los participantes en el Sínodo aprobaron un documento final llamando a la conversión y cuidado de los pueblos y territorio amazónico.
Sueños del Papa para la Amazonía
Como respuesta concreta, el papa Francisco escribió una Exhortación Postsinodal titulada “Querida Amazonía”, donde invita a poner en marcha las propuestas del Documento Final y comparte los “sueños” que tiene con la Amazonía a nivel social, ecológico, cultural y eclesial.
“Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida. Sueño con una Amazonia que preserve esa riqueza cultural que la destaca, donde brilla de modos tan diversos la belleza humana. Sueño con una Amazonia que custodie celosamente la abrumadora hermosura natural que la engalana, la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas. Sueño con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonia, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos” (Querida Amazonía, 7).
A partir de ahí se viene estableciendo las orientaciones prioritarias a partir de todo lo vivido en el proceso sinodal, con la confirmación del Papa para la misión de la Iglesia “con rostro amazónico”, que ya ha estado llena de vida en el territorio, pero con fuerzas renovadas y más claridades.
Hacer memoria del camino recorrido y analizar los principales desafíos que plantea la realidad amazónica desde las amenazas al territorio; son algunos de los objetivos que reúnen a los miembros de la presidencia de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) y la Red Eclesial Panamazónica (Repam) en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño, en Bogotá este 9 y 10 de febrero.
Por: Paola Calderón Gomez
Apelando al diálogo, la Ceama y la Repam se ocuparán de rescatar los valores de la relación entre los dos organismos, sin temor a identificar los vacíos que detectan hasta el momento y que se convierten en tareas y compromisos para el futuro inmediato.
Organismos complementarios
En palabras del cardenal Pedro Barreto, presidente de la Ceama, esta reunión les hará tomar conciencia del proceso dinámico, de articulación y comunión en el que se encuentran; para lograr una mayor participación de la Iglesia en la Amazonía.
Las presidencias de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) y de la Red Eclesial Panamazónica (Repam) se reúnen por primera vez de forma presencial y esto ha significado un acercamiento importante para definir la complementariedad de los organismos.
“La Repam está en el territorio, está en contacto con las poblaciones indígenas, con aquellos que viven en la Amazonía y sufren la Amazonía; ante la explotación irracional de los recursos, la avalancha en contra de los derechos humanos y los asesinatos de líderes ambientales a lo largo y ancho de la Amazonía. Por lo tanto, la Red Eclesial Panamazónica nos está nutriendo de la savia de las culturas y la religiosidad de los pueblos originarios,” explicó el prelado.
“Mientras que la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) aprobada por el Santo Padre el 3 de octubre de 2022 como una organización de la Iglesia católica reconocida canónicamente, recoge estos frutos de la Red Eclesial y los presenta ante la Santa Sede, para poner en práctica todas las propuestas del Sínodo Panamazónico que se realizó en octubre de 2019,» agregó.
Defender la vida
En la Amazonía, el clamor de los pueblos y la tierra es histórico y ahora es mucho más evidente, gracias al trabajo de las instituciones que, desde la Iglesia y la sociedad civil, propenden por un acompañamiento directo y desde diversas perspectivas a las comunidades.
Mons. Rafael Cob, presidente de la Red Eclesial Panamazónica (Repam), define la reunión como un hito histórico, considerando que es el primer encuentro presencial entre las dos secretarías y presidencias. «Hemos podido compartir este caminar durante este tiempo, primero los ocho años que llevamos como Red Eclesial Panamazónica (Repam) y después el corto camino que lleva la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama).
Creo que es importante ver las dos organizaciones como un matrimonio que camina en unidad con el mismo objetivo; que en definitiva se orienta a la defensa de la vida en la Amazonía. También está dentro de los temas, la pastoral de conjunto para una Iglesia amazónica. Estos dos puntos son el eje transversal del encuentro, así como el análisis de las urgencias y desafíos de la iglesia en la Amazonía,» afirmó.
Presidencia de la REPAM – Foto: Rodrigo Fadul/REPAM
Formación que empodera
Tanto la Ceama como la Repam, son organismos que fundamentan su existencia en las necesidades de grupos sociales marginados y necesitados de un verdadero empoderamiento desde la conciencia y la formación.
Así, el objetivo que comparten las dos instituciones es contribuir a la vida de los pueblos para que ejerzan su liderazgo, en procesos que les garanticen aquello que les corresponde por derecho y que por décadas se les ha negado, ya sea por las ausencias de la administración estatal o el deseo desmedido de particulares que ansían controlar y devastar los territorios que representan una fuente de riqueza.
Durante la reunión se reflexionará sobre el itinerario que deben seguir las organizaciones para fortalecer su identidad, asumiendo aspectos comunes que los hermanan en la misión y que necesariamente los aboca a liderar procesos de sensibilización al interior de la Iglesia que pongan de manifiesto la importancia de su rol y la impronta del Papa Francisco a construir una Iglesia en salida, totalmente identificada con los dolores de las periferias.
Metodologías claras
También será prioritario dentro de la agenda del encuentro, determinar el cómo, es decir, las formas más adecuadas y posibles para responder en forma conjunta a las necesidades sociales y pastorales de los pueblos amazónicos y los pueblos originarios. Tarea que supone retos y desafíos para las dos organizaciones.
Tras el análisis de estas realidades se espera que surjan propuestas dirigidas al fortalecimiento de las articulaciones que deben tejerse desde los dos organismos con las Conferencias Episcopales de los distintos países y las jurisdicciones eclesiásticas. Labor que en la práctica supone la creación de una base de datos que sea una herramienta eficaz para la Iglesia Amazónica y haga parte de las acciones del plan de pastoral de conjunto que ayudará a promover los procesos de articulación.
Igualmente se espera que la reunión concluya con una agenda común de acciones que favorezcan entre otros aspectos el fortalecimiento de los observatorios pastoral y socioambiental de la Amazonía.
Agentes pastorales indígenas, misioneros, misioneras y obispos de los ocho vicariatos de la selva del Perú denuncian el grave retroceso en materia de protección ambiental y reconocimiento de los derechos de los pueblos amazónicos que suponen una serie de propuestas legislativas. El documento fue elaborado y firmado en el marco del «Encuentro de Misioneros de la Amazonía peruana».
Por: CAAAP / REPAM Perú
Bajo el lema «La defensa de la tierra no tiene otra finalidad que no sea la defensa de la vida», agentes pastorales indígenas, misioneros, misioneras y obispos de los ocho vicariatos de la Amazonía peruana se pronunciaron para rechazar las iniciativas legislativas que buscan reducir los estándares de protección ambiental para los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI) y que atentan contra los derechos de los pueblos amazónicos.
El documento fue elaborado y aprobado en el marco del “Encuentro de misioneros de la Amazonía peruana: A la luz del sínodo amazónico”, un espacio realizado del 23 al 24 de enero, en Lima, que albergó a más de 90 participantes provenientes de las jurisdicciones eclesiales de la selva. Estas voces exigen que se garantice la participación de los pueblos indígenas y sus organizaciones representativas en los procesos de creación de políticas y leyes que les afecten directa o indirectamente.
En el pronunciamiento, los vicariatos de la Amazonía señalan también que el proyecto de Ley 3912-2022, que busca modificar la Ley Forestal y de Fauna Silvestre, reduce los estándares de protección ambiental. Esta iniciativa plantea que los gobiernos regionales tengan mayores facultades sobre ecosistemas forestales. «Instamos al Congreso a realizar un proceso de consulta previa, teniendo en cuenta que la actual Ley Forestal y de Fauna Silvestre y sus reglamentos si contaron con uno en su día», se lee en el documento.
Asimismo, los firmantes respaldaron el pronunciamiento emitido por los obispos de la Amazonía el último 3 de enero, rechazando la modificación de la ley PIACI a través del Proyecto de Ley N° 3518/2022-CR. «Reafirmamos la necesidad de reconocer la existencia de los PIACI en el Perú y promover la defensa integral de sus derechos, debido a que es obligación de los Estados implementar medidas que contribuyan a fortalecer su protección integral».
Finalmente, los participantes del encuentro solicitaron que se ejecuten acciones para superar el grave contexto social que padecemos en la actualidad. «El Estado debe propiciar el diálogo social, el respeto entre peruanos y peruanas, y gestionar medidas preventivas que eviten la violencia, para construir un país donde el bien común y la vida primen sobre los intereses particulares».
A continuación, lee el pronunciamiento de forma íntegra:
La Red Eclesial Panamazónica – REPAM publica en su Boletín Informativo 2022/2 las principales acciones, reflexiones y avances realizados de julio a diciembre de 2022 por los Núcleos Temáticos, REPAM Nacionales, Presidencia y Secretaría Ejecutiva.
Por: Comunicaciones REPAM
“Como las aguas de los ríos amazónicos continúan su curso de manera dinámica y agrandando su caudal hasta llegar al océano, así la REPAM continúa perseverando y esperanzada en su búsqueda de fidelidad y compromiso con los pueblos y territorios amazónicos, uniendo agentes comprometidos con ese cuidado en el propio territorio y en los espacios internacionales de incidencia para el cuidado de la vida. Eso es lo que este boletín de la REPAM desea presentarle”, afirma el Hno. João Gutemberg Sampaio, secretario ejecutivo de la REPAM.
El Boletín Informativo de la REPAM del segundo semestre de 2022, presenta las principales acciones, reflexiones y avances realizados de julio a diciembre de 2022 por los Núcleos Temáticos, REPAM Nacionales, Presidencia y Secretaría Ejecutiva. Esta edición también presenta algunas proyecciones y un pequeño calendario de actividades para 2023.
Para ello, le invitamos a conocer, leer y compartir este Boletín para que la REPAM sea cada vez más “fuente de vida en el corazón de la Iglesia”.
Un encuentro en el que se ha querido hacer presente la lucha por la tierra y los territorios, por los pueblos que habitan la Amazonía.
Por: Luis Miguel Modino
El Núcleo de Derechos Humanos de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) quiere continuar avanzando en la defensa de aquello y aquellos que no cuentan. Un encuentro que tiene lugar en Manaos los días 8 y 9 de noviembre, pero en el que algunos de los participantes se hacen presentes virtualmente, cada uno desde los territorios en los que luchan por una Amazonía que sea fuente de vida en el corazón del Planeta y de la Iglesia.
Que el Espíritu ayude a continuar el camino
Una oportunidad para “pedir al Espíritu que nos ayude a continuar el camino”, en palabras del Padre Peter Hughes. Y hacerlo en la REPAM, que siempre ha puesto el territorio en el centro y que ve este encuentro como oportunidad para volver al territorio con nuevos ojos y nueva sensibilidad, para “aprender a escuchar el grito de la Tierra”, que nos dice el Papa Francisco en Laudato Si´, en una Amazonía que en palabras del Santo Padre en Puerto Maldonado es “una tierra invadida”. Todo ello como consecuencia de la busca ilícita de los recursos naturales, lo que hace que la tierra sea víctima de este tipo de proceder, sustentado en una falsa promesa de desarrollo, que el Papa Francisco llama en Querida Amazonía “actividad criminal”.
La REPAM es llamada a insistir mucho en escuchar a la Tierra y sus habitantes, a los pueblos originarios, a los pobres, según Peter Hughes. Una mirada que hay que integrar, pues el mundo vive una sola crisis, que plantea muchos interrogantes y ofrece pocas respuestas en el actual panorama mundial. Una realidad que la pandemia ha puesto de manifiesto, revelando el abandono que sufre la Amazonía y sus pueblos y la necesidad de cambios para evitar una catástrofe planetaria.
Llamada a la vida y a la esperanza
Una llamada a la vida, a la esperanza, todavía más ante los gritos que desde el territorio perturban a quienes forman parte del Núcleo de Derechos Humanos de la REPAM: minería ilegal, vulnerabilidad de los pueblos, defensa jurídica ante las agresiones, destrucción de las culturas. Desde ahí la REPAM llama a un camino de liberación, en el que tienen un papel los derechos de los pueblos, de los líderes y lideresas, de los territorios, siendo llamada la REPAM a ser acompañantes creativos.
Un territorio que “necesita cambios radicales con suma urgencia”, en palabras de Peter Hughes, algo expresado en el primer sueño del Papa Francisco en Querida Amazonía, que lleve a escuchar la voz y respetar la dignidad de los pueblos. Para que eso sea eficaz es necesario abrir un camino nuevo, en el que es necesario afirmar que no hay cambios sin derechos, insistió el Padre Hughes, llamando a no quedarse en deseos y llegar a cambios reales. Esto se ha hecho realidad en la Escuela del Núcleo de Derechos Humanos de la REPAM, que ya cuenta con tres ediciones, con un impacto muy poderoso a la hora de producir cambios, que ha puesto instrumentos reales en manos de los pueblos originarios para que la voz de la Amazonía, en un trabajo de incidencia, sea escuchada, inclusive en instancias internacionales.
Abrir puertas en instancias internacionales
Un trabajo que conecta voces, que abre puertas en Naciones Unidas, en la Organización de Estados Americanos, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que valoran y respetan el camino que hace la REPAM. Un trabajo que debe crecer entre el Núcleo de Derechos Humanos y los otros núcleos y ámbitos de la REPAM, según Hughes, llamando a reforzar este camino y ser muy conscientes de estar avanzando en un camino sinodal.
La REPAM se va consolidando como una garantía, que se hace eco de la voz de las comunidades, impulsando el cuidado de la casa común y de la vida humana, enfrentando el modelo económico dominante y favoreciendo las economías locales. Un organismo que es actor social y político, ocupando espacios en organismos internacionales a través de los líderes, desde una eclesialidad hacia fuera, promoviendo desde el acompañamiento sistemático el liderazgo desde el territorio y la interconexión, que crea redes de protección para continuar luchando, con una espiritualidad que compromete.
Un Dios amigo que acompaña hasta las últimas consecuencias
Lenguaje de la gratuidad, de la fe, de la espiritualidad encarnada, en un camino, abierto por el Papa Francisco, que pone la escucha como piedra angular, escucha del territorio y de sus pueblos, según Peter Hughes. Una escucha creyente que nace de una fe que es un don de un Dios que es amigo y nos acompaña hasta las últimas consecuencias. Una escucha desde el Espíritu de Dios, presente en lo que habla el pueblo, una escucha que es un arte de poder discernir la voz de Dios que está presente en el pueblo. Algo no fácil, recordó Hughes, en una Iglesia que está más acostumbrada a hablar que a escuchar, y es desafiada a descubrir un nuevo modo de hacer las cosas.
Un núcleo que tiene una historia, que se puede decir que nació antes de la propia REPAM, en la que encontró una aliada. Eran experiencias relacionadas con los Derechos Humanos presentes en diversos países de la Panamazonía, como ha recordado Mauricio López. Se trataba de buscar el protagonismo de los actores del territorio en busca de la exigencia de derechos humanos, darles la voz en espacios internacionales, acompañar las amenazas, tener incidencia, darles formación que después es replicada en los territorios. Un instrumento que ha ayudado a crear jurisprudencia interamericana sobre la realidad amazónica y a que la Iglesia lleve a instancias internacionales las denuncias de los pueblos.
Algo que se ha ido haciendo realidad en momentos concretos, que han ayudado a tejer alianzas, haciendo aportes que han trascendido la propia Amazonía, recordados por Sonia Olea de Caritas Española. Se trata de hacer realidad nuevas metodologías desde el ser red, de avanzar en un camino no siempre fácil, de llegar a frutos surgidos de itinerarios de incidencia y largos procesos de informes, donde un elemento decisivo es recoger la voz de los vulnerables. A partir de ahí se generan estrategias que hacen realidad en la vida de los pueblos los derechos humanos tan necesarios como distantes en la Amazonía.
Un grito por la Amazonía en plena Cumbre de la COP27, un grito que lanza la Red Eclesial Panamazónica por medio del Núcleo de Derechos Humanos, a partir del territorio y de los pueblos que habitan ese territorio amazónico. Lo hace desde Manaos, la mayor ciudad en territorio amazónico, donde se celebra el Comité Ampliado.
Gritar el sueño de una Amazonía que luche por sus derechos
Algo que es visto como “un momento seguir gritando, junto con el Papa Francisco, por su sueño de una Amazonía que luche por sus derechos, los derechos de los más olvidados (mujeres, niñas, hombres y niños campesinos, indígenas, ribereños y afrodescendientes) para que su voz sea escuchada y su dignidad respetada”.
Un grito que denuncia que “nuestra tierra, nuestros ríos, nuestro aire se encuentran en una carrera desenfrenada hacia la muerte”. Una situación que “requiere de cambios radicales y urgentes, si no, tendrá consecuencias catastróficas para todo el planeta”, denunciando abiertamente que “Sin Amazonía, no hay vida ni humanidad posible”.
Redes de solidaridad y desarrollo
Por eso se recuerdan las palabras del Papa Francisco en Querida Amazonía, donde se afirma que la humanidad siempre tiene la posibilidad de superar “las diversas mentalidades de colonización para construir redes de solidaridad y desarrollo; el desafío consiste en asegurar una globalización en solidaridad, una globalización sin dejar nadie al margen”. Y junto con ello, también en el número 17 de este documento pontificio, afirmar que caminos como la COP, tratados como Escazú, no serán “para devolver a los muertos la vida que se les negó, ni siquiera para compensar a los sobrevivientes de aquellas masacres, sino al menos para ser hoy realmente humanos”.
Ante esa realidad lanzan un Grito por la Amazonía, denunciando que “los consensos políticos de nuestros países y gobiernos no pueden seguir quedándose en papel mojado con total indolencia y sin garantía y justicia alguna”. Un grito que dice un basta ya y se haga realidad un mundo que promueva derechos humanos de forma eficaz, que incluya las culturas, las espiritualidades, la justicia ancestral y que no desarraigue a las personas y los pueblos, especialmente a los jóvenes.
Un mundo en el que se tomen medidas urgentes que no se lleven a cabo dañando los derechos humanos de los pueblos de la Amazonía y dejando a miles de personas sin medios de vida y sin futuro. Un mundo que tenga como protagonistas a los verdaderas sabias y sabios sobre el agua, la tierra, los árboles las plantas; hombres y mujeres de los que somos deudores. Por eso se define la actual situación como injusticia y crimen, ante lo que se grita a los Gobiernos reunidos en la COP27 que se está en juego el futuro de cientos de miles de niñas y niños que son futuro, no solo de la Amazonía, sino de la humanidad entera.
El primer vídeo de la serie Justicia Socioambiental y Buen Vivir presenta el testimonio de participantes en el encuentro realizado en Madre de Dios, Perú.
Por: Comunicaciones REPAM
Los pueblos y comunidades de la Amazonia poseen una gran riqueza de conocimientos que contribuyen a la preservación del bioma. Estas actividades son esenciales para el desarrollo sostenible de la Amazonia.
A lo largo del año 2022, el Núcleo de Justicia Socioambiental y Buen Vivir de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) realizó tres encuentros presenciales para compartir experiencias territoriales sostenibles en Colombia, Perú y Brasil.
El primer video de la serie presenta relatos del encuentro realizado en Puerto Maldonado, región de Madre de Dios, en Perú, del 26 al 28 de mayo de 2022. Este encuentro tuvo como horizonte inspirador la conexión de conocimientos y experiencias productivas orientadas al cuidado y defensa de la Amazonía, sus pueblos y culturas.
Justicia Socioambiental y Buen Vivir
El objetivo del Núcleo es promover experiencias alternativas de justicia socioambiental y buen vivir y garantizar los derechos de los pueblos amazónicos.
Los encuentros realizados en 2022 permitieron un rico y fructífero intercambio de experiencias, técnicas y prácticas importantes para la valorización de los conocimientos ancestrales de los pueblos amazónicos, la importancia de los sistemas agroforestales y las prácticas agroecológicas, así como el fortalecimiento de la importancia de una alimentación saludable procedentes de la producción sostenible.
Ahora, en videos cortos el Núcleo busca relatar las experiencias que tuvieron los pueblos y cómo este conocimiento puede ser una herramienta valiosa para la preservación en la Amazonía.
“Recordamos que siempre es posible superar las diversas mentalidades de colonización para construir redes de solidaridad y desarrollo. Se pueden buscar alternativas de ganadería y agricultura sostenibles, de energías que no contaminen, de fuentes dignas de trabajo que no impliquen la destrucción del medioambiente y de las culturas” (Papa Francisco. Querida Amazonia, 17).
Analizar los frutos, avances y perspectivas después de tres años ha sido el propósito del webinar organizado por el CELAM, CEAMA, CLAR, REPAM y Caritas América Latina y el Caribe, con el que se ha conmemorado el tercer aniversario de un Sínodo realizado de 6 a 27 de octubre de 2019 en el Vaticano.
Los indígenas acogidos con cariño por el Papa
Un momento en el que cuatro participantes de la Asamblea Sinodal han dado su testimonio. Una asamblea contó con la presencia de una representación de los pueblos indígenas, entre ellos Yesica Patiachi que resaltaba la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado, en la Amazonía peruana, donde ella fue portavoz de estos pueblos, pudiendo decirle lo que padecían. Un Papa que como anfitrión del Sínodo acogió de corazón y nunca discriminó a los indígenas durante la Asamblea Sinodal, que pudieron usar sus vestimentas, signo de resistencia según la actual vicepresidenta de la Red Eclesial Panamazónica.
Allí se sintieron escuchados en todo momento por alguien humilde, sencillo, humano, sin privilegios, que se acercaba y conversaba con todos, pese a ser una de las personas más importantes del mundo, algo que caló mucho en Yesica. Una Asamblea donde los indígenas “hemos contado los problemas que estamos pasando en la Amazonía, que está ensangrentada”. Un Papa en defensa de la Amazonía, como ya había hecho en Laudato Si, que Patiachi considera “una llamada a reflexionar sobre lo que estamos haciendo con el Planeta”.
Un Sínodo que hizo ver la necesidad de “apostar y trabajar por una Iglesia con rostro amazónico, que significa respetar las espiritualidades y cosmovisiones de los pueblos indígenas, que estamos en defensa de la vida, de los bosques amazónicos, nuestro hogar que se ve amenazado”, afirmó la vicepresidenta de la REPAM. Desde ahí llamó a alzar la voz ante las amenazas y muertes de tantos hermanos indígenas por denunciar a quienes están invadiendo los territorios, insistiendo en que “eso no significa que nos van a callar”. Un Sínodo que marcó un hito en la historia de la Iglesia y de los pueblos amazónicos, un ejemplo de que se puede caminar juntos pueblos indígenas e Iglesia, pues nos une la defensa de la Amazonía.
Un proceso nacido en 2013
El presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía la presentó como “fruto del Espíritu Santo y del trabajo realizado desde el inicio de la REPAM en 2014”, afirmando que tres años después podemos descubrir signos que expresan los frutos del Sínodo. Recordó los primeros pasos dados en Puyo en 2013, donde “surgió la aventura de hacer una red eclesial para la Amazonía, un regalo de Dios” la fundación de la REPAM en Brasilia en 2014, que contó con un impulso inicial del Papa Francisco. El proceso de escucha con una participación de más de 87 mil personas, y como “el entusiasmo se apoderó de muchos de nosotros y especialmente de los pueblos originarios”.
En relación con el tema: “Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, dijo haber sido sorprendido, pues “de la periferia al centro, la Amazonía es fuente de vida en el corazón de la Iglesia”. Posteriormente el Documento Final, con más de 150 propuestas evangelizadoras, una de ellas la creación de un organismo episcopal, y ahí el Papa Francisco dio un salto cualitativo para crear la Conferencia Eclesial de la Amazonía, la primera en la historia de la Iglesia, aprobada el pasado 3 de octubre, lo que supone un paso de conferencias episcopales a conferencias eclesiales, que está siendo “motivo de gran alegría, estamos abriendo caminos y aportando a la Iglesia católica y al Papa Francisco para que el próximo Sínodo pueda ser enriquecido”.
No olvidó la importancia en este proceso de la figura del cardenal Claudio Hummes, primer presidente de la REPAM y la CEAMA, que “desde el cielo nos está ayudando”, recordando que dos meses antes de morir nos encargó consolidar la CEAMA, que “ya tiene su partida de nacimiento, pero que todavía tenemos que cuidar y proteger, pues es una plantita fruto del proceso sinodal. Una gracia de Dios y un signo de esperanza para la Amazonía”, enfatizó el cardenal peruano.
Vida Religiosa desafiada a cambiar
En representación de la Vida Religiosa de América Latina y el Caribe, que han hecho “un recorrido de escucha, reflexión, conversión y movilización”, su presidenta, Liliana Franco ve el Sínodo como “el inspirador de una manera nueva de situarnos, nos ha confrontado a un nuevo estilo de vida y nos ubicó en salida”. Tras experimentar en el Sínodo que los pobres y la Tierra claman, afirmó que “muchos de los religiosos del continente lo saben porque hacen el camino con la gente en el territorio, acompañan y padecen todos los riesgos que supone estar en el contexto”.
Un Sínodo que provocó el “crecimiento en la conciencia de ser familia universal, de que habitamos una Casa Común”, llamando a “dialogar sobre el modo como estamos construyendo el futuro del Planeta”, pero también preguntarse sobre hábitos, estilos de vida y relaciones dentro de la Vida Religiosa y con la Tierra, rutinas de consumos, y con quiénes y desde qué criterios establecen alianzas. También como oportunidad para impulsar relaciones más honestas, responsables, de mayor cuidado y reverencia con todo lo que existe. Así como para “una lectura de fe de la realidad encarnada”, que implica “ir a la raíz, ayudar a desentrañar las causas”.
Una ocasión para ayudar a evidenciar la inequidad ante las brechas evidentes, para reconocer el porcentaje significativo de la vida consagrada que se “encuentra donde hay confort, donde la conciencia tiende a cauterizarse, llamando a salir de nosotros mismos desde una dimensión mística y profética”. Han sido años para apostar por un nuevo estilo de vida, reconocer la sacralidad de lo creado, la interdependencia mutua, asumir la vocación misionera en la Amazonía, entretejer relaciones de cuidado, trabajar en red, posibilitar alianzas, construir relaciones, desde la cultura del encuentro y del buen trato. Un llamado a la conversión ecológica y pastoral, con nuevas prácticas que humanicen, dignifiquen, levanten y sean más respetuosas de los ecosistemas. También profundizar en la importancia de la itinerancia y “descubrir la necesidad de hacer presencia en la Amazonía como Vida Religiosa”.
Un nuevo modelo eclesial nacido en la Amazonía
Los frutos se hicieron presentes en que los pueblos originarios reconocieron su vida y sus palabras en los documentos surgidos del Sínodo, en palabras de Mauricio López, que hizo ver que “lo compartido en la escucha, el Papa se lo estaba devolviendo como una responsabilidad para llevar adelante”. Tres años en que los pueblos amazónicos mostraron grandes capacidades de resiliencia, de traer luz para toda la Iglesia, de ser, citando palabras del Papa, “Amazonía como lugar teológico”, donde se expresa la presencia viva de Dios en medio de la realidad que tiene algo que ofrecer a toda la Iglesia, según el director del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del Celam.
En este camino Destacó tres aspectos: la instauración para toda la Iglesia universal de un modelo de escucha que trata de alcanzar a todo el Pueblo de Dios, superando espacios reducidos del grupito de élite, algo visto en la Asamblea Eclesial y en el Sínodo sobre la Sinodalidad y su documento fruto de la escucha, donde aparece un modo de acoger en el corazón aquellas voces que vienen desde la vida encarnada.
Un segundo elemento dado en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe y su modo de escucha tratando de llegar a los márgenes, con procesos de discernimiento hechos a partir de esto, como en el Sínodo amazónico. Con un discernimiento virtual. También, como tercer elemento, el Sínodo sobre la Sinodalidad, con una Asamblea en dos momentos, para que el Pueblo de Dios participe no solo en la escucha y el discernimiento, sino en la apropiación y en la validación de aquellos frutos que se van a ir trazando, una experiencia vivida que se sostenga en el tiempo. Todo buscando una mayor sinodalidad, ir dando pasos hacia adelante, pues el camino es la experiencia.
En resumen, un tiempo para mostrar que Sínodo para la Amazonía, Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe son “pasos para un cambio en la Iglesia”. Para ello se busca que no haya este clericalismo, la participación de la mujer, el rechazo a los abusos, una dinámica de mayor inclusión, acompañar los desafíos socioambientales, un gran aprecio por la escucha, por sentirnos parte de esta Iglesia, por todo lo que nos da identidad. “Tres años que es un tramo pequeño en este Kairós que viene desde hace 60 años con el Concilio Vaticano II y nos proyecta para muchos años en este sentido sinodal”, concluyó Mauricio López.